“Su excelencia: Chile es un mercado estratégico para Uber en América Latina, donde operamos nuestros servicios de movilidad y entrega (Uber Eats). Hemos tenido el honor de servir al país durante más de una década y estamos orgullosos de ser la plataforma preferida por millones de chilenos”.
Con ese tono comienza la letra que Andrew ByrneVicepresidente de Políticas públicas globales de Uber Technologies Inc., Envió el 8 de abril al embajador chileno en los Estados Unidos, Juan Gabriel Valdés. El objetivo de la carta: expresar la “grave preocupación” de la compañía con respecto a la regulación que regula por primera vez las plataformas de transporte en el país, dentro del marco de la Ley No. 21,553.
Hoy, la regulación implementada por las nuevas regulaciones ya tiene la recaudación de recaudación del contralor, por lo que ahora está esperando su publicación en el Gaceta oficial. Una vez publicado, entrará en vigor 30 días después.
En la carta, Uber cuestiona directamente las demandas contenidas en las regulaciones, publicadas recientemente por el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT), que obliga a las empresas a entregar información detallada sobre los viajes realizados. Entre los datos requeridos se encuentran la ubicación precisa del inicio y el plazo del viaje, el horario exacto, la tarifa pagada y el género del pasajero.
“Estamos particularmente alarmados por disposiciones que requieren la recopilación y transmisión de información personal altamente sensible, incluido el género de los usuarios, los datos de ubicación precisos y el inicio y el término de viajes (marcas de tiempo), sin garantías adecuadas o límites claros en el propósito de dicho uso”, dice Uber en la carta, originalmente escrita en inglés.
Para Uber, La plataforma de transporte de pasajeros más grande del país, Estos requisitos son desproporcionados y, además, serían contradictorios con el texto de la ley misma, lo que expresa expresamente que los datos que se comparten con el estado deben ser “agregados, anonimizados y estadísticos”.
Riesgos
Uber considera que la implementación de estas disposiciones, sin modificaciones, representa una amenaza directa para los derechos fundamentales de los usuarios. En palabras de Byrne, la medida “potencialmente socavaría la confianza pública y violaría los derechos de privacidad de millones de ciudadanos chilenos”.
El documento también advierte que la entrega masiva de estos datos sin restricciones claras podría ser incompatible con los estándares internacionales sobre la protección de datos personales y las garantías establecidas por la constitución chilena.
El La compañía también recuerda que participó activamente en el proceso de consulta pública dirigido por el MTT, a través de tablas técnicas, audiencias y grupos de trabajo. En esos casos, dice, insistió la necesidad de proteger la información confidencial de los usuarios y los conductores, y adoptar un enfoque de regulación que no sacrifique la privacidad en nombre del control.
“Hemos planteado constantemente nuestras preocupaciones sobre la protección de datos y hemos abogado por estándares regulatorios que protegen la privacidad de los usuarios, al tiempo que fomentan la innovación y la provisión de servicios confiables”, dice la carta.
Llamado
A pesar del crítico, Uber no cierra la puerta al diálogo. La Compañía afirma estar dispuesta a colaborar con las autoridades chilenas para revisar las regulaciones y garantizar que su implementación se ajuste a los principios constitucionales, las mejores prácticas internacionales y las expectativas del usuario.
“Somos optimistas de que, a través de un diálogo continuo y un análisis legal riguroso, este problema puede abordarse y resolverse”, concluye Byrne.
La regulación de la Ley No. 21,553 se publicó a fines de marzo de 2025, después de meses de revisión por el Contralor General de la República. El estándar establece un marco regulatorio obligatorio para aplicaciones que operan los servicios de transporte de pasajeros a través de plataformas digitales -as Súper, Didi, Cabrátano y otros, incluyendo una serie de requisitos técnicos, operativos y administrativos.
Entre sus puntos más relevantes, la regulación establece el registro obligatorio en un registro oficial para los conductores, impone una limitación geográfica que les impide operar fuera de la región en la que están registrados, establece una edad máxima de 12 años para los vehículos y obliga a las plataformas a entregar sistemáticamente datos de viaje a través de una interfaz automatizada (API).
Las empresas agrupadas en Enasí como los expertos en derecho digital y protección de datos, han expresado reparaciones similares a las de Uber. Temen que la regulación, tal como está escrita, no solo reduce la oferta y entretiene los precios, sino que también pone en riesgo la privacidad de millones de usuarios y trabajadores.
Uber se negó a hacer comentarios para este artículo.