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Un adiós con enfrentamientos en la Convención Constitucional
Es muy probable que los estudiantes del Liceo Manuel de Salas, de Ñuñoa, que el viernes a mediodía llegaron entusiasmados a presenciar la última sesión del pleno de la Convención, con la intención de informarse sobre la propuesta de nueva Constitución, hayan salido más confundidos.
Desde las graderías del salón plenario del ex Congreso, los escolares fueron testigos de una descarnada confrontación política, a ratos violenta, entre los convencionales de izquierda que defendían con vehemencia el contenido del actual borrador y reivindicaban el estallido social, y sus pares de derecha que coincidían en que se había perdido una oportunidad histórica de hacer una Carta Magna que uniera al país, y llamaron a rechazar el texto en el plebiscito de salida del 4 de septiembre.
“Que no nos los engañen los falsos patriotas que cantan el himno pero miran para el lado cuando les muestran la pobreza” (Bárbara Sepúlveda-PC). “Nos han dicho indios, tribus, de corrales, pero con nosotros no podrán” (Adolfo Millabur-mapuche). “Aunque no les guste, hackeamos el sistema y lo estamos logrando” (Manuel Woldarsky-Lista del Pueblo). “Terminamos la redacción con presos y presas políticas y no nos permitieron dejar por escrito que el origen de este proceso está en la revuelta, en las barricadas y en la legitimidad del fuego” (Dayyana González- Lista del Pueblo). “Que no nos engañen, la tercera vía no existe” (Giovanna Roa- FA), fueron algunas de las frases para el bronce del primer bando.
Desde el otro lado respondían: “El mamarracho sigue igual” (Pablo Tolosa-UDI). “Como si fuera poco se termina con la institución de Carabineros (Jorge Arancibia-UDI). “Queríamos ser como Nueva Zelanda, pero la convención nos ofrece transformarnos en Bolivia” (Ruggero Cozzi-RN). “Estamos cambiando las ‘siete familias’ por los ‘11 pueblos’” (Alfredo Moreno-Chile Vamos). “Esta propuesta de Constitución es una guía de teléfonos de la letra chica” (Constanza Hube-UDI).
“Veo con tristeza que, entre nosotros, estamos más divididos y radicalizados que cuando comenzamos el trabajo hace un año”, sentenció ayer en la tarde la convencional de La Araucanía Angélica Tepper (Chile Vamos), al final del pleno N° 109 que si bien tenía por objeto comentar el trabajo de la comisión de Armonización, al ser la última oportunidad de los convencionales de hablar ante el pleno, derivó en una mezcla de catarsis y sentidos agradecimientos de los constituyentes a sus familias, colaboradores y empleados.
Era la última ocasión, además, para dejar plasmadas sus opiniones en las últimas actas que, sin duda, será un apreciado material para historiadores y cronistas.
“Cada uno de nosotros tendrá que responder por lo que hizo y aportó en este proceso. La historia nos juzgará sabiamente”, afirmó el socialista César Valenzuela.
Agustín Squella, uno de los primeros en inscribirse para hablar, adelantó el viernes -pasado el mediodía- lo que iba a ocurrir en esta ceremonia del adiós, aunque no con la misma magnitud. “Escucharemos hoy algunas voces minoritarias exaltadas, de lado y lado, que lo más probable es que incurran en la desmesura y los agravios en los que la ciudadanía nos está pidiendo hace rato que cesemos de una vez… en un lamentable ping-pong moral, a ver quién es más ético que los otros”.
Al avanzar la jornada del viernes las exposiciones -de seis minutos cada una- fueron subiendo de tono y transformándose en una competencia por quién era más chileno o chilena, según sus puntos de vista. Y cada cierto rato salían a colación Augusto Pinochet, Jaime Guzmán, Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, Sebastián Piñera y Gabriel Boric.
Fue la constituyente Rocío Cantuarias (Evópoli) la primera en encender los ánimos con duras críticas a sus pares de izquierda. “Los miro y veo aspirantes a revolucionarios rusos, a dictadores africanos, a guerrilleros caribeños, a burócratas soviéticos, pero no veo a nadie que aspire a ser un trabajador chileno orgulloso de lo que somos”, dijo. Su discurso se viralizó muy rápido, luego que Marcela Cubillos lo pusiera en su Instagram e invitara a sus más de 42 mil seguidores a escucharlo.
Y en el partido de ping-pong que había anunciado Squella, vino la respuesta del comunista Hugo Gutiérrez: “Lamento terminar confirmando que la derecha chilena, la del Rechazo, es la misma de siempre; la de la codicia, la mentira y el engaño, que no trepidó en venir aquí a defender los privilegios y el saqueo realizado hasta hoy por la oligarquía de la que son parte”.
La convencional María Rivera (Lista del Pueblo), en tanto, sorprendió con una postura inédita: “Hoy, con certeza puedo decir que gane el Apruebo o el Rechazo, Chile no cambiará después del plebiscito, y la clase trabajadora y la juventud tendremos que seguir luchando”. Y descargó una ráfaga que incluyó a empresarios (con nombre y apellido), al gobierno de Boric y a los partidos y colectivos de izquierda.
“La impopularidad de la Convención no es producto del ataque de la derecha y los empresarios, es por no haber dado respuesta a los problemas urgentes de la mayoría de la población. Y los responsables de ello son los convencionales supuestamente de izquierda, quienes conformaron una Concertación 3.0, que dice estar cambiando algo, aunque en el fondo casi todo seguirá igual”.
A su turno, Elsa Labraña (Lista del Pueblo) lanzó una advertencia con tono de amenaza: “Muchos aquí están pensando iniciar carreras políticas, ocupar algún cargo o sacar provecho de su condición actual, les recuerdo a quienes nos impidieron avanzar, bloqueando o desconociendo acuerdos, serán juzgados por sus acciones, que ahí estaremos nuevamente atentos para que no puedan engañar de nuevo al pueblo”.
Pero, sin duda, el mensaje más belicoso fue el de la egresada de Derecho Bessy Gallardo (Chile Digno), que dejó con la boca abierta a varios de los presentes la noche del viernes en el hemiciclo: “Quiero a saludar a mis colegas, pero no a todos, sólo a los que empujaron este proceso democrático. (A los otros) quiero agradecerles su odio -dijo sacando la mirada de su computador-, porque no nos ha debilitado, nos ha fortalecido… Les agradezco su rabia y su miedo a que la gente común y corriente como yo escriba un texto constitucional. Eso demuestra de lo que están hechos, de miseria humana, y se sienten superiores por tener unos morlacos más. No sé qué se creen tanto, si cuando se mueran igual se los van a comer los gusanos”.
Con un discurso que mezcló rabia hacia la derecha, ironía y unos toques de humor, Francisca Arauna (Lista del Pueblo Maule Sur) fue una de las exposiciones más aplaudidas, incluso, con varios y varias convencionales de pie. “Me pregunto, teniendo tantos recursos disponibles para hacer buenas campañas, porque ocuparon una frase del Homecenter. Métanse a la página de Sodimac. ¿Qué dice su eslogan? Cuidemos la casa todos”.
Apuntó a Sebastián Piñera: “Hoy les preocupa que delincuentes postulen a cargos de elección popular. Tienen mala memoria o qué. Tuvimos a un presidente que en Talca, mi región, tuvo grandes problemas, o se les olvidó lo del Banco de Talca, cuando el expresidente eludió durante 24 días su detención…”.
Mientras la misma escena -con más y menos intensidad- se repetía una y otra vez, los constituyentes seguían en Twitter otra pelea: la protagonizada por los cantantes Óscar Andrade y Claudio Narea quienes se enfrentaban por lo mismo.
Para que no quedaran dudas, la jornada continuó ayer en la mañana con un choque entre Teresa Marinovic y Fernando Atria (FA).
Fiel a su frontal y conflictivo estilo, la convencional de Vamos por Chile comparó la Convención con “una feria de vanidades”; denunció “plagio” de ciertas partes de la Constitución de Bolivia, dijo que para muchos colegas esto fue un “trampolín político” y mencionó al abogado constitucionalista. “Los Fernando Atria de la historia, esos que hicieron de su capacidad retórica el vehículo de un resentimiento profundo, quién sabe por qué causa y contra quiénes, no habrían podido llegar tan lejos por sí mismos. Su veneno necesitaba un ducto para expandirse y aquí lo encontró”.
Aunque había expuesto el día anterior, Atria pidió su derecho a réplica: “Todo Chile ha podido ver, y sabe, que hay convencionales que sólo vinieron hasta acá a provocar, y la convencional que acaba de hablar es un espléndido ejemplo. Pero las provocaciones hay que responderlas con indiferencia”.
Aunque Atria, Marcos Barraza (PC), Hernán Larraín (Evópoli), Patricio Fernández (Independiente), Ricardo Montero (PS), sindicados, entre otros, como los articuladores más influyentes del proceso, hicieron discursos más bien sobrios, también cobraron cuentas.
“La derecha juzgadora pasó al banquillo de los acusados. Los históricamente marginados, la marginaron y obligaron a experimentar esa misma furia hija de la exclusión”, dijo Fernández.
“Boric pasará a la historia como el Presidente que no fue capaz de ejercer el liderazgo que este crucial momento exigía. Le fallaron al país, desilusionaron al pueblo y entregarán este 4 de julio un Chile más dividido y polarizado”, señaló Larraín.
“La derecha desaprovechó la oportunidad de convertirse en una derecha liberal, transformadora y democrática, y optó por asociarse a la derecha colombiana, la del odio, homofobia y discriminación”, afirmó Barraza.
Montero, en tanto, hizo un gesto a Bachelet y Boric: “Somos tributarios del visionario proceso participativo de la expresidenta con sus cabildos y encuentros autoconvocados y del acuerdo de paz y nueva Constitución al que con convicción concurrió el entonces diputado y actual presidente”.
Quien se llevó todos los aplausos fue el abogado de la Cámara de Diputados, John Smok, mencionado en casi todos los discursos con especial apreció y gratitud por su trabajo. “Don John”, como muchos lo mencionaron, tuvo un rol que fue clave para ordenar el funcionamiento de la Convención y el procedimiento de las votaciones, lo cual fue valorado en forma unánime. Y pese a los reiterados halagos, Smok se mantuvo con su rostro inmutable, anunciando desde la testera cada intervención, avisando la subsiguiente y siendo implacable con el tiempo. “Sin usted y sus compañeros no hubiéramos conseguido nada”, le dijo Patricio Fernández.
Los constituyentes también coincidieron en destacar el arduo trabajo -que incluyó muchos fines de semana y trasnoches- que permitió cumplir con los plazos establecidos y agradecieron a sus familias con sentidas frases e incluso llanto.
“Pido perdón a mi pequeñita de seis años por no haber estado presente este año”, dijo Barraza.
“Quiero agradecer a mi familia prácticamente abandonada durante más de un año. Les retribuiré en privado”, señaló Patricia Politzer, quien debido a una afonía le pidió a Gaspar Domínguez que leyera su discurso en que llamó a aprobar.
Giovanna Grandón (conocida como “tía Pikachu”) también se quebró al disculparse con sus hijos y nietos por no estar presente cuando más la necesitaban.
Varios convencionales agradecieron también a la “bancada YouTube”, en referencia a una fiel audiencia -de alrededor de 200 personas- que acompañó todo el proceso participando activamente en el chat que ofrece esta plataforma.
También hubo momentos que fueron aplaudidos por todos y todas, como cuando Elisa Loncon -primera presidenta de la CC- contó que la investigadora Belén Villena se encuentra traduciendo ad honorem la propuesta constitucional al mapudungún.
O cuando la representante de Isla de Pascua, Tiare Aguilera, con la voz quebrada, hizo gran parte de su intervención en rapanui.
Entre 154 discursos también hubo muchas curiosidades y salidas de libreto.
Al destacar que Chiloé será región, si es aprobada la nueva Constitución, el constituyente chilote Julio Álvarez (PS) acusó en público a varias autoridades de su zona de torpedear esta gestión: “El gobernador (Patricio) Vallespín se atrevió a inmiscuirse enviando una carta a la Convención pidiendo que no se creara ninguna otra región, o el senador (Carlos) Kuschel que dijo que se si Chiloé era region se perderían los derechos de los jubilados, y para qué decir el senador Fidel Espinoza (PS) que aseguró en sus radios que jamás seríamos región”.
Beatriz Sánchez (FA), en tanto, destacó que ahora se contará con una norma que incorpora los plebiscitos para proponer o derogar leyes. “Se imaginan hubiésemos tenido esta herramienta para derogar la Ley de Pesca, o para derogar la Ley de estacionamientos en supermercados y centros comerciales que partió con la idea de prohibir los cobros y salió legalizando el cobro”, señaló dejando entrever el poder actual del lobby en el Parlamento.
A su turno, la convencional independiente María Trinidad Castillo (Coquimbo), llamó a terminar con los bonos de término de conflictos en las negociaciones colectivas de nuestro país. “A los sindicatos les debiera bastar con el logro de las peticiones obtenidas, porque hay grupos que obtienen un monto mayor a lo que un profesor puede ganar en un año. Eso es una bofetada a la pobreza que se debieran erradicar”, dijo la profesora de Biología.
Las frases poéticas también caracterizaron esta última reunión del plenario. Hubo citas a Vicente Huidobro, Mario Benedetti, Violeta Parra, Charles Chaplin, Charles Dickens y Andrés Bello.
Y la científica Cristina Dorador leyó el mensaje enviado el viernes a la Convención por el poeta Raúl Zurita, y que en cierta medida calzaba con lo que estaba pasando: “La Convención Constituyente es el pueblo de Chile en todas sus tremendas flaquezas y en sus virtudes. Lo tiene todo. Ahí se encontraron todas las culturas y las distintas formas de expresarse. Tenía que ser necesariamente caótico para ser esplendorosa. El caos y el cosmos, las luces y las sombras”.
Pasadas las 18 horas de ayer con un tibio discurso de la convencional Constanza Schonhaut (FA) terminó la sesión, quizás, con una sola certeza de cara al plebiscito de salida: las heridas que impulsaron el proceso constituyente permanecen abiertas.
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