Señor Director:

Preocupación han provocado las recientes cifras económicas. Las estadísticas laborales continúan mostrando una delicada situación, con poca capacidad de creación de empleo, y con un empleo informal que sigue ganando terreno. Por otro lado, la cifra de Imacec (0,1%) fue para muchos un “balde de agua fría”, pues se ubicó bastante por debajo de las expectativas de mercado. Y en lo más reciente, el dato de IPC para julio hizo escalar la inflación -serie empalmada- hasta un 4,6% en 12 meses. En medio de este contexto, el ente rector decidió mantener la tasa de interés en un 5,75%, una pausa necesaria en virtud del shock de oferta -aumento del precio de la energía- que está experimentando la economía, y por los riesgos que existen en torno a los denominados “efectos de segunda vuelta”.

Con todo, hay que evitar sobrerreaccionar a los recientes datos. Estamos atravesando una zona de turbulencias, pero la economía está encaminada a aterrizar este año con un crecimiento en torno a 2,25/2,5%. Más aún, el primer semestre habría cerrado con una expansión en torno al 2%, es decir, en línea con nuestro crecimiento tendencial. Finalmente, la pausa del Banco Central permite darle espacio a la economía para que absorba el shock del precio de la energía.

Rodrigo Montero

Decano Facultad de Administración y Negocios Universidad Autónoma de Chile