En menos de tres semanas, las calles y las carreteras del país se llenarán nuevamente con viajes y transferencias frente a las celebraciones para las celebraciones de Vacaciones nacionales. Pero junto con la alegría del 18 de septiembre, también aparece una de las fechas más riesgosas del calendario de carreteras. Estos son los accidentes causados por una conducción imprudente, velocidad excesiva y consumo de alcohol y drogas.
En el preludio de este escenario, Catem, la Comisión Nacional de Seguridad de Tráfico (Conaset) e ISA Roads presentaron el Estudio de opinión pública sobre Seguridad en la carretera En Chile 2025Eso revela cómo los chilenos perciben y enfrentan este problema.
La encuesta se realizó entre el 11 y 13 de julio a hombres y mujeres durante 18 años de todos los niveles socioeconómicos y regiones del país (52% mujeres y 48%, hombres).
Dentro de sus principales resultados, mostró que El 63% de los encuestados cree que los accidentes de tráfico han aumentado en comparación con años anterioresuna percepción que se intensifica entre las mujeres (67%). Pero a pesar de este escenario, solo uno 19% considere un probable sufrir un accidenteincluso cuando El 44% de los encuestados dijo que habían sufrido uno en sus vidas.
“La encuesta refleja una paradoja que ya habíamos visto en 2022: las personas reconocen los accidentes de tráfico, pero no lo perciben como su propio riesgo, pero como algo que le sucede a los demás”, explica el secretario ejecutivo de Conaset, Infante luz.
Vía pública
La encuesta también mostró que el El 90% de los encuestados se consideran prudentes al conducirPero cuando evalúan a otros, los califican como imprudentes o arriesgados. Automovilista (38%) y Motociclistas (25%) son vistos como los actores más riesgosos, seguidos de los controladores de micros y Buse (16%).
Se han unido a un actor reciente: Scooters eléctricos y su mal uso. Además, el 86% de los encuestados ven cuán peligroso caminar sin luces o reflectores en este medio de transporte.
En cuanto a comportamientos riesgosos al conducir94% cree que es hacerlo Bajo la influencia del alcoholmientras que el 93% cree que es pasar un semáforo en rojo; El 91% piensa que es avanzar en áreas no permitidas; y 90%, transporte niños sin cinturón o fuera de su automóvil.
Aunque para los expertos, la percepción está lejos de la realidad. “Que el 94% de las personas reconocen qué manejar bajo la influencia del alcohol es muy peligroso, pero que este comportamiento continúa causando muertes y lesiones en nuestras calles, cuéntanos sobre una disociación peligrosa entre lo que sabemos y lo que hacemos”, advierte Carolina FigueroPresidente de la Fundación Emilia.

Y agrega que esto “es el reflejo de un sistema que no puede transformar el conocimiento en prevención real. Mientras no haya una inspección robusta, una sanción cierta y visible, y un mensaje coherente del estado y sus agencias, continuaremos viendo cómo la conciencia no se traduce en acción. Y esto no es solo un problema cultural: es una falla estructural de nuestras políticas de seguridad vial. ”
Algo que comparten de ISA Roads, donde advierten sobre los comportamientos de riesgo que persisten en las carreteras. “Vemos con preocupación cómo las personas realizan acciones imprudentes para su seguridad, la de otros usuarios y el de los trabajadores en la ruta, a pesar de conocer sus posibles consecuencias”, dice el gerente general, Andrés Contreras, por lo que buscan enfrentar estas prácticas “A través de la comunicación con los usuarios, la coordinación con los carabineros para mayores controles y el mantenimiento correcto de las carreteras“
Mayor inspección
El grupo que menos percibe los riesgos es el de Jóvenes entre 18 y 34 años. Para Figueroa, este segmento requiere diferentes mensajes y campañas que hablan en su idioma. “La prevención en este grupo debe ser más directa y cercana, acompañada de políticas públicas que imponen consecuencias claras”, dice.
Al mismo tiempo, hay un amplio apoyo para medidas más estrictas: el El 76% admite el uso del teléfono celular al volante y el 73% se muestra a favor de implementar licencias con puntoscomo en otros países.
De la Fundación Emilia afirman que la evidencia del estudio debería impulsar un cambio de enfoque. “La primera causa de accidentes de tráfico en Chile es conducir no atento a las condiciones del tráfico, seguida de exceso de velocidad. Sin embargo, estas prácticas no tienen una penalización proporcional o una percepción del riesgo instalado en la ciudadanía”, enfatiza Figueroa.
En esa línea, la urgencia de avanzar en el Inicio -Up del Centro de tratamiento de infracciones automatizadas (CATI)lo que permitiría la velocidad y revisaría las sanciones asociadas con otras causas de accidentes. “La seguridad vial debe dejar de ser vista como un tema de responsabilidad individual y asumir como una política pública integral, con tres pilares: educación permanente, control efectivo y sanciones creíbles”, dice.
De Conaset reconocen que el gran desafío sigue siendo Cierre la brecha entre lo que las personas declaran y lo que realmente hacen en las calles. “La mayoría reconoce la importancia de la movilidad segura, pero continúa manteniendo comportamientos riesgosos”, dice Infante.
En esa línea, establece que se requiere “fortalecer la educación en la carretera en todos los usuarios, no solo a los conductores y peatones, aumentar la inspección y generar un cambio cultural que se mantiene con el tiempo”. En su opinión, el objetivo es que la coexistencia de la carretera “Se entiende como una responsabilidad compartida lograr una movilidad realmente segura“