12 meses | Diario Financiero

Llega un nuevo fin de año. Es difícil resistirse al ejercicio de revisión, en este caso, de doce meses concretos. Doce meses que aún tienen la impronta de la pandemia, pero en los que también hemos empezado a despegarnos de ella para mirar hacia adelante con grandes interrogantes: cómo proyectar lo que descubrimos en esta transformación obligada por el virus, teatros, centros culturales y varios. organizaciones y cómo nos reconstruimos con mejores bases para una proyección aún más relevante. En contenido y economía.

La pandemia puso de manifiesto esos retos estructurales de un sector tan popular y presente en el día a día de cada uno de nosotros, como desconocido en sus aspectos más íntimos; retos comunes que, con esfuerzos permanentes, redoblados tras la crisis, convocan a una nueva visión de largo plazo que nos permita soñar con un sector que no solo se relacione con el entretenimiento y la reflexión, sino también con el desarrollo del talento artístico y social, generando movilidad y construyendo imagen país.

“Podemos olvidar lo que hicimos, dijimos o prometimos. Pero nunca olvidamos cómo alguien o algo nos ha hecho sentir. Y las artes mueven el corazón.

Hablamos en este espacio de que la formación en artes musicales, por ejemplo, mejora habilidades como la resiliencia y la tolerancia a la frustración, a la vez que fomenta una comprensión de la disciplina que no se trata tanto de perdurar sino de persistir, y que se mantiene para la vida profesional. sea ​​artístico o no.

Hablamos de la intermitencia en la creación y de cómo asumir ese reto para ofrecer estabilidad -que queremos para cualquier trabajador- a estos artistas. También cubrimos la transformación de las audiencias pospandemia y cómo hoy, por ejemplo, en el Teatro Municipal de Santiago, el 54% del público que asistió a funciones en 2022 fue la primera vez que las tuvo.

Hablamos sobre leyes específicas y tecnología en las artes, sobre el potencial en el Metaverso, un tema de nuevo desarrollo que pone sobre la mesa una y otra vez la rica y compleja relación entre la tecnología y los humanos. Y cubrimos también el deseo permanente de que la cultura tenga cada vez más relevancia en las decisiones que afectan a las personas y las ciudades. a la vida.

Al cerrar este año y cuando comenzamos a mirar los desafíos que tenemos por delante para el próximo, no puedo dejar de mencionar el papel invaluable que juegan los medios de comunicación en la promoción y fortalecimiento de la cultura de un país. Quiero agradecer este espacio que nos ha permitido ampliar las fronteras del mundo cultural a otros actores. Límites que en el pasado parecían infranqueables se difuminan en estos espacios para que más hombres y mujeres de negocios se animen y dejen entrar las artes escénicas en sus vidas -siempre llenas de retos y proyectos-, para que sean conscientes del efecto que tiene en las personas. , las mismas que buscan cautivar como colaboradores o como clientes.

Porque podemos olvidar lo que hicimos, dijimos o prometimos. Pero nunca olvidamos cómo alguien o algo nos ha hecho sentir. Y las artes mueven el corazón. ¡Muchas gracias!