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Columna de Cristián Valdivieso: Carolina Tohá: no hay más para el Socialismo Democrático
Ya en 2025, las próximas elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina y la centroizquierda se enfrenta a un escenario complejo. Con Bachelet fuera de carrera, y sin nadie que puntue en las encuestas, la pregunta es inevitable: ¿quién es la mejor carta para el progresismo? Visto con frialdad, Carolina Tohá parece la mejor opción.
Tiene una combinación difícil de igualar en tiempos donde el electorado exige trayectoria: experiencia, visión de Estado y una capacidad de negociación que ha sido clave para sacar adelante proyectos de seguridad, incluido un nuevo ministerio.
Pero también hay una razón pragmática para el centroizquierda. Apostar a que, a través de la generación espontánea, germine alguien que cautive a los ciudadanos puede ser tan inútil como peligroso. Inútil, porque esa cifra probablemente nunca aparecerá; y peligroso, porque podría conducirles, como ocurrió con Guillier, por un camino vaciado de horizonte tras la derrota. Tanto pragmática como estratégicamente, el peor error que podría cometer el Socialismo Democrático sería repetir el error de 2017, cuando abandonó a Ricardo Lagos para aventurarse con Guillier. Como Lagos, Carolina Tohá puede representar algo sustantivo: un proyecto político que no sólo aspira a ganar elecciones, sino también a sentar las bases del futuro del progresismo.
Por supuesto, no se puede ignorar que Tohá carga con el peso de ser parte de un gobierno calificado con notas rojas, agotador para una ciudadanía que ya no tolera la retórica vacía, el disparate y la falta de prolijidad. Sin embargo, ese mismo contexto es, curiosamente, su punto fuerte: destaca por el contraste. Tohá ha pagado un alto costo por ser “la adulta responsable” en un gobierno de aprendices y debilitado desde su primer año. Ha tenido que y decidió con decisión hacer frente a los errores, descuidos y crímenes imperdonables de los demás. Debió ser duro, pero lo hizo sin dudarlo, con la actitud de los políticos de alto perfil que saben que en su problema tienen que aceptar y “tragarse sapos”.
Por supuesto, para construir una candidatura presidencial competitiva, Tohá necesita distanciarse. Permanecer más tiempo al frente de un gabinete que la desgasta a diario podría condenarla a quemarse por el contexto. Sólo desde fuera podrá recuperar la claridad, afinar su carisma, proponer con fuerza una visión de futuro y proyectarse electoralmente.
Este movimiento no puede ser unilateral. El socialismo democrático, en particular el PS, debe cerrar filas en torno a él. No basta con dejarla a su suerte. Se necesita una estrategia conjunta que amplifique sus virtudes y ofrezca un proyecto sensato al país.
El tiempo es corto. Tohá debe ahora dejar el gabinete, no como una derrota, sino como un paso estratégico hacia la Presidencia. También es hora de que el progresismo reconozca que no hay lugar para improvisaciones, personalismos ni candidaturas testimoniales y que, además de competir, necesita sembrar futuro.
Carolina Tohá y no hay nada más.
Por Cristian Valdiviesodirector de criterios