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Andreas Höecker y el rol de la ciencia chilena en la búquesda del origen del universo

Martina E. Galindez

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El experimento Atlas es una de las colaboraciones científicas más relevantes y mediáticas de los últimos tiempos. Desde 2012, cuando el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) pudo confirmar la existencia del bosón de Higgs, una partícula subatómica que permitió completar el Modelo Estándar de la física de partículas, este experimento alcanzó un borde global, hasta el punto de que los británicos El científico Peter Higgs junto con su colega belga, François Englert, recibieron el Premio Nobel de Física por este descubrimiento.

La tesis, que existió como teoría durante más de 50 años, pudo confirmarse gracias a experimentos realizados en las instalaciones de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) con sede en Suiza. Allí, el Gran Colisionador de Hadrones, que es una especie de cinturón que funciona como un acelerador de partículas gigante, con una circunferencia de alrededor de 27 kilómetros, logró confirmar la existencia de esta partícula subatómica que podría ser el comienzo para encontrar todas las respuestas fundamentales. de la vida.

Desde 2012 a la fecha, el experimento Atlas, que funciona dentro del Gran Colisionador de Hadrones, ha seguido sorprendiendo al mundo científico con interesantes avances en la búsqueda de las unidades más pequeñas que pueden formar la materia y, a través de ellas, viajar a los más pequeños comienzos de nuestra existencia. “La esperanza humana, a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido comprender nuestra creación desde lo mínimo, sin embargo, ahora solo tenemos las herramientas para acercarnos a estas respuestas”, comenzó diciendo Andreas Höecker, director de Atlas.

Esta iniciativa centra precisamente sus grandes objetivos en encontrar evidencias físicas, a pesar de la redundancia, de todas las partículas subatómicas que han sido predichas teóricamente como parte del Modelo Estándar de Física de Partículas, que busca explicar la relación de las partículas fundamentales y las fuerzas que ejercen sobre ellas. actuar sobre ellos.

Andréas Höecker comentó que “por primera vez en la historia las mentes más importantes de la ciencia tienen en sus manos las herramientas necesarias para poder acercarse a estas respuestas” porque las altas velocidades que alcanzan las partículas dentro del experimento ATLAS permiten generar energías para de altura que podrían ser similares a la liberada al comienzo del universo, momentos después del mítico Big Bang.

La charla del Dr. Andreas Höecker, que fue seguida de cerca por una veintena de curiosos estudiantes de las carreras de ciencias de la Universidad Andrés Bello, se centró inicialmente en explicar la relevancia de este tipo de investigaciones que, debido a su éxito, han logrado desentrañar algunas de las preguntas que parecían muy difíciles de pasar de la teoría a la evidencia.

Chile en el corazón del experimento Atlas

Los últimos descubrimientos de este gran colisionador que se encuentra a 100 metros bajo tierra en la frontera franco-suiza se deben, en parte, al trabajo realizado en Chile.

Así es, como explica el profesor Andreas Höecker, “Chile juega un papel importante en el crecimiento de los detectores dentro del colisionador, pues junto a países como China e Israel, participó en la creación y montaje de piezas que permiten fabricarlos más poderosos y enfocarlos en nuevos descubrimientos.

La participación chilena en el experimento Atlas ha sido destacada por ser pionera en América Latina, y también por el importante aporte que ha hecho a la investigación científica nacional, permitiendo que mentes brillantes de nuestro país sean parte del primer mundo científico, como es el caso del Dr. Jilberto Zamora, uno de los científicos chilenos recientemente aceptados en Atlas.

“Ser aceptado como autor es un reconocimiento a la obra, es el estatus que alcanzas cuando has demostrado que eres capaz. Y para la UNAB es la confirmación de que en Atlas estamos haciendo las cosas bien, desde el punto de vista científico-técnico”, comentó en la oportunidad el científico chileno, quien fue el encargado de acompañar a Andreas Höecker en su conversación, siendo traductor también de las consultas de los estudiantes, que recibieron al vocero de Atlas como una verdadera estrella.

Cabe señalar que Jilberto Zamora es el segundo académico de la Universidad Andrés Bello en lograr este increíble espacio dentro de la élite científica mundial, siendo el primero Sergey Kuleshov, director del Centro de Física Teórica y Experimental de la UNAB y director del SAPHIR Millennium. Instituto.

Descubrimientos que pueden impactar en la calidad de vida de las personas

Uno de los aspectos más inspiradores de estos avances en la exploración de la física de partículas es el impacto que puede tener en la vida cotidiana, en temas que son tremendamente relevantes para la vida cotidiana, como el tratamiento de algunas enfermedades.

Mientras una partícula subatómica nos cuenta detalles inéditos del Universo, la misma tecnología utilizada para encontrar esas respuestas puede ser utilizada para avanzar aspectos que, probablemente sin saberlo, están presentes y siguen impactando en la calidad de vida de las personas a diario.

“La mayor parte de la tecnología de detección de enfermedades que se utiliza actualmente en medicina está precedida por la investigación de partículas fundamentales, como los rayos X, por ejemplo. Hay mucha tecnología que se utilizó anteriormente en la investigación fundamental que hoy es vital para la prevención de enfermedades”, dice Andreas Höecker.

Uno de los exámenes más relevantes en la actualidad para la detección temprana de diferentes tipos de cáncer es el conocido como PET (Tomografía por Emisión de Positrones), que a través de bajas cantidades de radiación logra detectar posibles patologías oncológicas dentro del organismo.

Más sobre aspecto educativo

Lo llamativo de esta prueba es que no es invasiva, pero ha llegado para revolucionar la medicina moderna al brindar información detallada sobre el funcionamiento del cuerpo humano a nivel molecular, generando imágenes tridimensionales de alta resolución que muestran la actividad metabólica. y el flujo sanguíneo de las células. telas requeridas.

Con el uso de esta tecnología, que tiene su origen en la investigación de partículas fundamentales, los médicos han podido llegar a diagnósticos más precisos y determinar tratamientos completamente adaptados a las condiciones del paciente.

“Todas estas tecnologías de asistencia se utilizan para crear isótopos, para revolucionar la medicina y también para desarrollar dispositivos electrónicos radiactivos seguros. Puede usarse en el espacio o en cualquier lugar que tenga radiactividad”, agrega el Dr. Höecker.

Chile cada vez más cerca de la vanguardia científica internacional

La visita del vocero del experimento Atlas, Andreas Höecker, y la expectativa que causó en la comunidad científica y estudiantil de la Universidad Andrés Bello, muestran el gran interés que ha despertado en nuestro país por ser parte de una colaboración de relevancia planetaria, que ha movilizado a más de 3.000 de las mentes más brillantes de la actualidad.

Que el prolífico desarrollo científico de nuestro país tenga una participación activa en el experimento ATLAS es una noticia que puede inspirar a las nuevas generaciones de pensadores y físicos, que ya ven cómo la constante colaboración internacional puede ser la clave para encontrar soluciones trascendentales para entender los primeros interrogantes que la humanidad se ha planteado, y también, resolver los problemas de salud más cotidianos, que es una de las vías para mejorar la calidad de vida de las personas.

Escuchar al Dr. Andreas Höecker es conectar con los estudios de Michael Faraday, quien hace 300 años le enseñó al mundo cómo usar la luz y el magnetismo, es entender la pasión de James Maxwell por dar forma a la teoría clásica de la radiación y volver a admirar la mente viva de Albert Einstein, quien dibujó para todos una realidad que hoy vemos convertida en una mega construcción.

Familiarizarse con el experimento ATLAS es seguir comprendiendo que la mente humana está preparada para buscar y encontrar respuestas y para trabajar en colaboración a lo largo de los siglos. Cada avance de hoy es una pregunta del pasado… y seguramente una solución a los problemas del futuro.

7 curiosidades del experimento Atlas

– ‘La Partícula de Dios’: El Bosón de Higgs, una partícula que en teoría existía y fue descubierta gracias a la colaboración de Atlas. Se le conoce como la ‘Partícula de Dios’, ya que sería el origen de la masa de todas las demás partículas elementales.

– Una joya de la ingeniería: Construir una circunferencia de 27 kilómetros y que funciona a 100 metros bajo tierra ha requerido el trabajo de más de 10.000 ingenieros de 40 países diferentes.

– La magia de los detectores: Una pieza clave dentro del Gran Acelerador de Hadrones son los detectores, que con más de 100 millones de sensores consiguen capturar información a la velocidad de la luz con una precisión inimaginable.

– Chile en el experimento ATLAS: Nuestro país construyó 33 detectores de muones que se utilizan dentro del Gran Acelerador.

– Imanes gigantes: Para alcanzar velocidades cercanas a la de la luz se utilizan imanes gigantes, de más de 10 metros de largo, que consiguen crear un campo magnético 100.000 veces mayor que el de la Tierra.

– Las temperaturas más bajas del planeta: Los imanes gigantes se enfrían a temperaturas cercanas al cero absoluto, lo que corresponde a una temperatura de -273,15 grados centígrados.

– En busca de la ‘materia oscura’: El experimento Atlas busca pruebas de la existencia de partículas de materia oscura, una sustancia ‘invisible’ que no ha sido detectada directamente, pero que se cree que constituye gran parte del Universo.

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