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Coronación de Carlos III: Académico chileno resume lo que debes saber del evento que tendrá cerca de 4.000 millones de espectadores

Martina E. Galindez

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“La reina ha muerto, viva el rey” (The king is dead, long live the king!). Esa frase resonó en el Castillo de Balmoral el 8 de septiembre de 2022 cuando Isabel II dejó la tierra para ceder el trono, por derecho divino, a su hijo y sucesor, Carlos III del Reino Unido. Lo cierto es que desde esa fecha lidera la monarquía más popular en el mundo, tanto por las polémicas que suscita como por su longeva historia.

A sus 73 años, Carlos se convirtió en la persona de mayor edad en acceder al trono británico, y el próximo 6 de mayo será el hito simbólico de la toma de poder. Por primera vez en este siglo, y 70 años después de que su madre asumiera con solo 25 años, el Rey Carlos entrará a la Abadía de Westminster para ser coronado ante el arzobispo de Canterbury bajo una estricta ceremonia religiosa.

Brian May en su ceremonia de nombramiento, junto al rey Carlos III. Foto: Jonathan Brady/PA via AP

Para José Manuel Cerda, historiador y académico de la Facultad de Psicología y Humanidades de la U. San Sebastián, se trata de “un hito muy emocionante”. Cerda es uno de los especialistas más connotados a nivel global de habla hispana en materias de monarquía. Su carrera ha estado ligada a conocer la historia medieval europea y, en específico, ha estudiado la dinastía de la Casa de Windsor, al punto de que recientemente presentó su libro “Coronación: La Monarquía Británica en una palabra” (Editorial Trayecto, 2023). El texto busca aportar en el conocimiento y debate de lo que será una ceremonia extraordinaria para los tiempos que corren.

Con casi mil años de monarquía ininterrumpida, y un rito de coronación mantenido en el tiempo, hacen que José Manuel Cerda pueda enfrentarse de forma privilegiada a lo que ha investigado. Además, su vocación de comunicador para contar estos temas de forma amena lo llevaron a ser elegido por Telemundo, la cadena de habla hispana más grande de Estados Unidos, como corresponsal de la coronación. Él ya tuvo la responsabilidad de relatar el funeral de la Reina Isabel desde Chile, y esta vez viajará a Londres, en una posición privilegiada para seguir la ceremonia.

El decano de la Facultad de Psicología y Humanidades, Klaus Droste; el académico USS José Manuel Cerda; y el filósofo y académico de la Universidad de Chile, Miguel Orellana, en el lanzamiento libro Coronación: La Monarquía Británica en una palabra (Editorial Trayecto, 2023), el 25 de abril de 2023.

El académico USS tendrá la responsabilidad de hacer una clase de historia a una gran audiencia latina que seguirá la transmisión ininterrumpida. Cerda colaborará con un comentario histórico cultural, explicando los simbolismos asociados a esta ceremonia.

En conversación con Formando para crear, el historiador resume parte del trabajo que se puede encontrar en librerías locales y digitales para un evento apoteósico que, según Forbes, será visto por aproximadamente 4.000 millones de personas, la mitad de la población mundial.

Antes de comenzar, Cerda cita un momento de la popular serie The Crown (Netflix), cuando el Duke de Windsor ve la coronación de 1953 de su sobrina: “¿Quién quiere prosa, cuando puedes tener poesía?” Una frase que resume un evento tan mágico y real a la vez, que lucirá como un cuento de hadas que ocurrirá en el centro de la capital inglesa.

El reinado de Isabel II fue el más longevo de la historia británica. No todos los reyes lograron reinar durante más de 50 años. “Cuando tú ves la historia milenaria del Reino Unido, el origen y el sentido de la monarquía, te das cuenta de que es bastante peculiar y raro que un rey dure tanto tiempo”, resume Cerda, frente a la reina que alcanzó a celebrar el jubileo de platino. Según sus cálculos, casi el 80 por ciento de la población actual del planeta no estaba viva para el 2 de junio de 1953, cuando Isabel II fue coronada en la abadía de Westminster.

La Corona de San Eduardo que se utiliza solamente para el rito de coronación.

El evento de por sí es impactante al ser una monarquía auténtica, tras mantener sus tradiciones, protocolos y rituales de manera bastante intacta a lo largo del tiempo, además de contar con el apoyo popular que los británicos le tienen a este sistema.

El historiador USS compara casos actuales. Los reinos de Bélgica y Holanda tienen 350 años, que frente al Reino Unido no tiene comparación en tiempo. Las monarquías escandinavas se remontan a la época de los vikingos, manteniendo el linaje hasta esta época, pero modernizaron sus ritos hasta tal punto que perdieron su identidad. “Los escandinavos tienen a su monarquía en un lugar importante en la sociedad, pero ya no fascinan al mundo porque no tienen rito de coronación”, dice Cerda, sumando también a la monarquía española que no realiza actos tan rituales; o la coronación de los emperadores japoneses, que es secreta. “Las otras monarquías cumplen su función, pero ya no interesan, porque se han despojado de estos ritos que causan sensación”, puntualiza José Manuel.

El dicho “a rey muerto, rey puesto” es preciso para indicar que la corona no puede tener su trono vacío. El rey Carlos III es monarca desde los últimos suspiros de vida de su madre, siendo condecorado el 8 de septiembre, de inmediato tras conocida la noticia, pero su coronación será en la primavera europea, como otro hito ante el mundo.

La coronación viene a publicitar la consagración del monarca, la delegación divina del poder a través de un ritual que es fundamentalmente una liturgia religiosa. Tras pasar un momento de luto, debe haber una transición hacia un momento de algarabía, la felicidad que implica la inauguración de un reinado”, expresa el especialista.

La Corona Imperial de Estado que utiliza el soberano para los actos oficiales más importantes.

El rito de coronación fue forjado en Inglaterra hacia el siglo décimo, siguiendo tradiciones anteriores. Con algunos cambios, lo que se verá el 6 de mayo en la abadía de Westminster será el rito que se utilizó para coronar a Ricardo I Corazón de León (año 1189), Enrique VIII (1509) o la reina Victoria (1838). La coronación es un sacramento católico, paradójicamente para coronar a la cabeza de la iglesia anglicana.  Se mantuvo así, incluso sobreviviendo a la reforma de Enrique VIII, quien disolvió los monasterios, pero sin tocar el rito.

Isabel II coronada y con los cetros en sus manos y su costado los obispos de Bath-Wells y Durham.

Lo primero es el reconocimiento. El monarca ingresará a la Abadía y será reconocido como la autoridad sobre la cual se ha delegado el poder divino. Después de ello, prosigue escuchar al Arzobispo de Canterbury decir “Aquí está Carlos, su soberano”, a lo que la gente responderá “Larga vida al rey” (Long live the King).

El rito sigue con el juramento. El Rey Carlos III está sujeto a una constitución no escrita en el caso de Inglaterra y a los designios del Parlamento. “Él debe jurar procurar el bien común, impartir la justicia y ser imparcial; muy parecido a los juramentos a todas las personas que acceden al poder”, describe José Manuel Cerda.

Tras ello, viene para el historiador el momento más sublime y misterioso de la ceremonia: la unción. Es el instante en que el monarca, con el óleo sagrado, es ungido con el signo de la cruz por el arzobispo de Canterbury en distintas partes del cuerpo, lo que manifiesta que el monarca es un mortal más frente a Dios. “Se despoja de sus ropas, queda con una vestimenta muy sencilla, se saca todas sus joyas y los símbolos del poder, porque en la unción no entra a mostrarse a su pueblo, sino ante Dios, quien le delega el poder”, explica el académico USS. A pesar de que la ceremonia será televisada, este momento no será divulgado por las cámaras.

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La unción es una especie de bautismo como rey. Si bien en el libro de Cerda se cuentan anécdotas del pasado en dicha parte de la coronación, lo más probable es que la unción sea como en 1953, cuando se instaló un toldo simbólico encima de Isabel II para proceder al acto. “En tiempos en que queremos verlo todo, que haya un momento así en la coronación lo encuentro poético y mágico”, relata Cerda.

Casi al final de la ceremonia ocurre la investidura, cuando se le entregan a Carlos todos aquellos objetos que simbolizan su poder y autoridad. El cetro, la vara, el orbe, la corona y las espadas que manifiestan ante su pueblo que es el monarca del Reino Unido, tal como en un matrimonio se simboliza el amor a través del anillo.

Estudiates y académicos USS realizaron réplicas en 3D de coronas del Reino Unido.

El punto cúlmine será al ver al monarca sentado en la silla de coronación de San Eduardo, usada únicamente para este evento. El acto que culmina la ceremonia es la entronización y el homenaje: el rey abandona la silla de coronación y se dirige a su trono con la corona en la cabeza, y recibe el homenaje de todos los nobles, partiendo por la nueva reina Camila Parker. Históricamente, se da un beso en la mano del rey como manifestación de la lealtad. José Manuel Cerda prevé un homenaje abreviado en el que participará el círculo cercano Carlos III, no así como en épocas anteriores que este proceso duraba mucho tiempo.

La ceremonia en la Abadía de Westminster pasará a la historia cuando Carlos III salga al cortejo de salida con la corona imperial de Estado, abandone el recinto, se suba al carruaje, recorra las calles de Londres hasta llegar al saludo desde el balcón del Palacio de Buckingham, para tomar una postal que quedará, al igual que otros monarcas, en la historia universal.

Carlos III llega al trono en medio de un mundo complejo para las monarquías, con una Inglaterra algo convulsionada tras el Brexit y la actual crisis económica, junto con ser soberano de otros catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones, la Commonwealth, conformada por más de 50 naciones.

Cerda da luces de lo que serán sus prioridades: La familia, la nación y la Commonwealth. “Los desafíos están por ordenar primero la casa”, asegura Cerda. Carlos III tiene que enfrentar ante la opinión pública el escándalo de proporciones de Andrés de York, su hermano, quien tiene una causa penal en curso por abuso sexual, junto con estar implicado en casos de pederastia y abuso de menores de edad por su amistad con Jeffrey Epstein, magnate estadounidense que falleció durante la investigación. “Lo del príncipe Harry no es nada comparado con lo que ocurrió con Andrés de York”, dice el historiador USS, respecto de quien fue despojado de todo honor real.

José Manuel Cerda firma dedicatorias a asistentes a lanzamiento del libro Coronación.

Otro tema es el caso farandulesco del príncipe Enrique de Sussex tras la publicación de su autobiografía “En la sombra” (PLAZA & JANES, 2023) y su alejamiento de la familia real, tras emigrar junto a su esposa, Meghan Markle, a Estados Unidos. Lo de Harry es el último impacto mediático de la corona; no obstante, Carlos III, a ojos del historiador, debe recuperar y conciliar para restaurar la relación con quienes siguen siendo duques de Sussex.

Cuidar los lazos con la población de Reino Unido también será una de las tareas de Carlos III. El país vive una crisis económica que se grafica en una alta inflación. La gravedad de la crisis se reflejó en la renuncia de Liz Truss en octubre pasado, primera ministra que alcanzó a estar solo seis semanas en el cargo.

Ante este escenario, José Manuel Cerda dice que “la inflación en Reino Unido es un tema que el rey ha enfrentado con un gran mensaje de austeridad y probidad”, dos conceptos que se verán reflejados en la coronación. Probidad frente a los lujos de la familia real, enfrentar los escándalos con la mayor honestidad posible, y conducir la monarquía con austeridad. Si en 1953 había ocho mil invitados a la coronación, época post segunda guerra mundial, para esta ocasión se prevén dos mil invitados en la ceremonia.

Cerda es claro al decir que el monarca tiene que sentir los dolores de su pueblo: “La monarquía no es una institución democrática, pero sí es una institución empática con el sentir de la nación desde la época medieval. Lo que hace el monarca es desplegar medidas de austeridad, no solo en la coronación, sino en su mandato”.

Ante su relación con los territorios que forman la “Mancomunidad de Naciones”, el Reino Unido es el desafío principal más que la Commonwealth, ya que han existido fracturas políticas. Dos referendos en Escocia para lograr su independencia y constituirse como una república independiente del Reino Unido, junto con el malestar provocado por la salida de la Unión Europea, hace que Carlos III deba priorizar su relación con Gales, Irlanda del Norte y Escocia, que son naciones con un estado en común, siendo estas dos últimas las que podrían iniciar nuevas consultas públicas en los próximos años. “Será clave la diplomacia y la forma política en que se conduzca la monarquía para establecer un camino en conjunto que permita que el Reino siga unido”, analiza Cerda.

Isabel II fue un mandato longevo, en el que también vio cómo su vínculo con los territorios ultramarinos se fue deshaciendo para convertirse en repúblicas independientes. El panorama territorial de la monarquía británica cambió y Pakistán, Sudáfrica, Sri Lanka, Trinidad y Tobago, Dominica o Barbados se desligaron de Inglaterra, siendo Jamaica -en marzo de 2022- el último en desvincularse de todo lazo colonial.

En las naciones vecinas hay un malestar por el Brexit. Por eso, la Casa de Windsor ha tenido guiños con Escocia, partiendo del hecho de que la reina murió en Balmoral, y que por sus calles pasó el cortejo fúnebre antes de irse a Londres. Con Gales, el vínculo es fuerte al ser el heredero al trono el que lleva un título del principado. En cambio, con Irlanda del Norte no existe un “guante de seda” que ate fuertemente. Irlanda es independiente desde 1922, año en que se dividió la isla por diferencias religiosas. Irlanda del Norte es conocido por ser un país protestante, en el que en la actualidad la jefa del parlamento es Michelle O’Neill, perteneciente al Sinn Féin, partido separatista republicano, que alguna vez fue el ala política del IRA, organización paramilitar que convulsionó la mitad del siglo XX en dicha nación. Hoy la religión ya no es tan importante como antes, y la reunificación con Irlanda es uno de los posibles caminos que podría enfrentar el monarca.

La relación con otros miembros de la Commonwealth parece ser más sana. En su mayoría son naciones autónomas e independientes, con quienes mantienen lazos diplomáticos y culturales respetados. Australia y Canadá han tenido referendos que han mantenido al rey en la punta de la pirámide. “Los australianos dicen para qué vas a cambiar algo que funciona”, comenta Cerda, quien cursó sus estudios de doctorado en Historia Medieval en la Universidad de New South Wales (Australia), haciendo alusión a la estabilidad que Australia posee y que llama la atención de los migrantes. Así también, son países que defienden el sistema monárquico por sobre el republicano.

Mismo caso con la India, que en su mayoría no tiene problemas con ser parte de esta mancomunidad de naciones, porque significa beneficios sin pérdida de independencia política. Sobre todo, con el impacto cultural de India en Reino Unido, hoy teniendo como Primer Ministro a Rishi Sunak y otras autoridades de origen indio.

Si quieres ahondar más en esta apasionante historia, puedes hacerlo con el libro “Coronación: La Monarquía Británica en una sola palabra”, que puedes adquirir aquí.

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