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Dunas de Viña y Concón: Desde 2007 hay registro de 10 deslizamientos

Martina E. Galindez

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Los dos socavones acontecidos el 23 de agosto y 11 de septiembre en las dunas de Viña del Mar, sector de Cochoa, producto del colapso de un colector de aguas lluvias, no fueron los únicos registrados en el litoral central luego del frentes de precipitaciones que afectó la zona centro sur del país: esta semana se dio a conocer un tercer deslizamiento, al interior de un lujoso condominio en Cachagua (Zapallar), fechado 24 de agosto y también presuntamente provocado por la rotura de un ducto privado de agua.

Pero, ¿qué tan frecuentes son estos eventos? ¿Había ocurrido algo similar en el torno al santuario de la naturaleza Campo dunar La punta de Concón?

Un levantamiento de datos realizado por La Tercera en base al Catálogo Nacional de Información Geológica y Minera (Portal GEOMIN) del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin), da cuenta de al menos diez remociones en masa -incluidos los dos últimos socavones- causados por la inestabilidad de taludes o laderas en el sector, desde el 2007 a la fecha. Uno al interior del santuario de la naturaleza (en la comuna de Concón), cuatro en Cochoa y otros tres a la altura de la Playa de Reñaca (Viña del Mar).

28 DE SEPTIEMBRE DEL 2021 EDIFICIOS EN EL CAMPO DUNAR DE CONCON. FOTO: DEDVI MISSENE

Los diez en las proximidades de la Avenida Borgoño, camino costero que une ambas comunas y que por estos días permanece inhabilitado producto de los últimos desprendimientos.

Tres de ellos se produjeron por sismos, otros tres por precipitaciones y dos (los actuales) por la rotura de un colector de aguas lluvias.

Tres de los anotados en Viña del Mar y Concón están vinculados al terremoto del 27 de febrero de 2010. Ese mismo día, hubo dos derrumbes: uno a la altura del Restaurant San Marino y próximo al edificio Terrazas de Cochoa, y otro -muy cerca del anterior- frente a la playa de Cochoa y cerca del Restaurante Siete Mares.

En ambos casos, clasificados como “deslizamiento de grava / arena / detritos”, hubo desprendimiento de “suelo y sedimento”. El detonante, agrega la ficha técnica de ambos eventos, es “evento sísmico”.

Un informe de Sernageomin, asociado a ambos casos y titulado Efectos geológicos del sismo del 27 de febrero de 2010: Observaciones en el sector Reñaca-Cochoa, comuna de Viña del Mar, señala que a raíz del terremoto, en el sector de Reñaca “se observa la caída de casas construidas sobre las dunas” y que, según propietarios de un edificio aledaño, ubicado a la altura de la Avenida Borgoño, los problemas “terminaron con la caída de al menos una casa, ubicada a 30 m.s.n.m. (metros sobre el nivel del mar) y de la escalera de acceso a ella”, y que “se iniciaron en 2008, con la rotura de una cañería o matriz de agua potable, que causó saturación y deslizamiento de la arena”. En tales condiciones, se lee en el documento, el sismo “derrumbó totalmente esta casa”.

En el sector de Cochoa, en tanto, la asistencia geológica del servicio observó además, a la altura del camino costerao, la destrucción de dos habitaciones de otra vivienda “originado por saturación de la arena debido a la rotura de una cañería de agua potable perteneciente a un edificio ubicado sobre la casa”.

11 de septiembre del 2023. Nuevo socavón afecta a parque inmobiliario en las dunas de Viña del Mar. Foto: Dedvi Missene

Asimismo, un gran deslizamiento de duna -sin participación de agua, pues “la cañería que la atraviesa está intacta”, y desprovista de vegetación superficial- cubrió el costado norte del Edificio Paraíso de la Costa hasta el 5° piso.

Esta emergencia también provocó fracturas en las calles Lapislázuli, Bellavista y Montemar. En esta última la rotura “ha originado distintos grados de destrucción de las casas ubicadas en ese lado de la calle, así como de las veredas y de las lozas de estacionamientos ubicados delante de esas mismas casas”.

El tercer deslizamiento asociado al 27-F ocurre en Concón, al interior del santuario de la naturaleza. Se trata de la remoción en masa de sedimentos, desde la ladera de la duna que está a la altura del Hotel Punta Piqueros, pocos días después del 27-F: el 11 de marzo de 2010, cuando Sebastián Piñera asumió la presidencia en Valparaíso y un movimiento telúrico 5.3 Richter afectó la zona central del país.

Respecto de los otros cinco casos acontecidos en las cercanías del campo dunar, se cuentan dos más en Cochoa: un deslizamiento el 21 de mayo de 2011 detonado por “lluvias”, a la altura del Edificio Santorini Norte -evacuado preventivamente por la actual emergencia-, y otro el 1 de junio de 2008, frente a la Playa de Cochoa y a la altura del Restaurante Siete Mares.

Por su parte, se registran otros tres episodios en Reñaca: dos el 14 de junio de 2007, con deslizamiento de suelo y sedimentos -uno de ellos detonado por lluvias-; y otro el 20 de junio de 2009, clasificado como “caída de bloque / detrito / arena / limo”.

En relación a los desprendimientos por movimientos telúricos, ayer el director del Sernageomin, Patricio Aguilera, expuso en la Cámara de Diputados los informes técnicos del servicio, de 2005 y 2012, que recomendaban no construir en ese sector de las dunas.

El de 2005 -cuando todavía no había edificios en el lugar- refiere a un primer estudio sobre un mapa de peligro de remoción en masa e inundaciones en Valparaíso, Viña del Mar y Concón, dijo, donde las zonas de más alto peligro estaban, precisamente, en el borde del sistema dunar.

A vista de nuestro mapa es una zona de alto peligro”, señaló Aguilera, junto con exhibir, en paralelo, el Plan Regulador Comunal de Viña del Mar para demostrar que este permite la construcción de casas en el área de los socavones.

“Nuestro conocimiento no es exigible para adoptar medidas”, agregó el director del servicio.

Mapa de peligro elaborado por el Sernageomin en 2005 y el Plan Regulador Comunal de Viña del Mar, que permite construir en el sector de los últimos dos socavones. Mapas: Sernageomin

En específico, el director del Sernageomin señaló que “con un sismo de aceleración de gravedad 0,4 (…) el Kandinsky podría ser afectado dado como está ahora, con una cara descubierta”. Mientras que el geólogo y asesor del servicio, Javier Fernández, puntualizó que con un sismo de esa magnitud (0,4 g), “esto ya se caería. imaginemos con un sismo que ocurre frente a Valparaíso, como el de 1985, (o) de la magnitud del terremoto de Concepción… se esperarían aceleraciones mayores a los 0,4 g, en torno a los 0,6 g y 0,8 g”.

Mario Guerra, geógrafo, explica que “la aceleración de gravedad o la aceleración sísmica es una medida utilizada para medir la aceleración que sufre la superficie del suelo frente a un terremoto. A diferencia de la Escala Richter o la Magnitud de Momento, no es una medida de liberación de energía, sino de intensidad, la cual podría ser correlacionada a la Escala de Mercalli”.

Un sismo con 0,4 g de aceleración significa que durante ese evento sísmico la aceleración máxima experimentada en la superficie terrestre en una ubicación específica alcanzó 0,4 veces la aceleración debida a la gravedad estándar de la Tierra (que es aproximadamente 9.81 metros por segundo al cuadrado, o 1 g), y es correlacionable a un sismo con intensidad VIII (Mercalli). El terremoto que afectó la zona centro-sur de Chile el 27 de febrero de 2010 tuvo una aceleración de 0,55-0,64g en la zona de Constitución”, añade el también académico de la PUCV.

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