Economia
Flip flopping | Diario Financiero
Clemente Pérez
Hace unos meses, el presidente Boric y sus ministros políticos se opusieron a que las escuelas volvieran a clases debido a la pandemia. Incluso presentaron una acusación constitucional contra el entonces Ministro de Educación. Luego reconsideraron: “Las escuelas deberían ser las últimas en cerrar y las primeras en abrir”, dijo el entonces candidato presidencial Boric. Pero bastó un brote en invierno para que las escuelas fueran las primeras (y las únicas) en cerrar.
Algo similar sucedió con los retiros de las AFP: los que hoy están en el gobierno antes eran acérrimos partidarios y ahora son opositores a estas iniciativas. Lo mismo luego con el proyecto de ley de infraestructuras críticas: antes opositores, ahora partidarios. Y también con el estado de excepción constitucional: antes en contra, ahora a favor.
“Para evitar fluctuaciones como las que muestra el Gobierno en varios temas, las democracias han creado instituciones, órganos con procedimientos y propósitos claros, no asociados a una persona o partido en particular. Es hora de respetarlos”.
Los estadounidenses llaman a estos cambios políticos “flip flopping”, algo así como “dar la vuelta”. Donde se aplica estrictamente el dicho “estos son mis principios, y si no te gustan, tengo otros”, frase atribuida a Marx (Groucho, sí, Karl no).
Para evitar estos altibajos y con el fin de establecer políticas de largo plazo, las democracias occidentales han creado instituciones: órganos con procedimientos y fines claros, compartidos, definidos por reglas y que adquieren el papel de políticas de Estado, no asociadas a una sola persona o grupo. partido particular.
Cuando surgió la polémica por el “Gabinete de Irina Karamanos”, el Presidente reaccionó bien, rectificando lo ocurrido y llamando a cuidar a las instituciones. En esa oportunidad expresó lo siguiente: “Para que las instituciones funcionen, como bien dijo en su momento el presidente Lagos, tenemos que cuidarlas entre todos y siento que también hemos sido parte, y aquí lo digo desde una perspectiva autocrítica, no se tiene suficiente visión de los costos de deteriorarlos y hay mucho que aprender ahí”.
Pasó poco tiempo, sin embargo, para que se produjera un nuevo vaivén político y se agraviara una nueva institución: con poco respeto por un organismo tan importante como el Instituto Nacional de Derechos Humanos, se pidió la renuncia anticipada de su director, Sergio Micco. . . Ni siquiera pudieron esperar los 11 días que restaban para que terminara su período al frente de esta entidad. Antes, Micco había sido víctima de una verdadera humillación, cuando se negoció la restitución de la sede arrebatada al INDH sin su participación y él mismo no fue recibido en La Moneda, a pesar de los reiterados pedidos.
Una vez más resultó herida una institución: el INDH, y de paso fue cancelado Sergio Micco, un verdadero referente en la recuperación de la democracia, líder de una generación de estudiantes que defendió como pocos el respeto a los derechos humanos. Humanista cristiano, consecuente con sus valores, juguetón y valiente, de esos que defienden sus ideas con lucidez, sin violencia, sin seudónimos en las redes sociales, dando la cara y por donde sople el viento.
Una forma de proteger nuestra democracia es respetando a las instituciones ya las personas, más aún cuando se trata de promover la tolerancia y defender los derechos humanos. No más flip flop, por favor.
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