Noticias
La controvertida llegada al Vaticano de un arzobispo argentino
De joven, Víctor Manuel Fernández soñaba con ser poeta, pero la vida lo llevó a trabajar como párroco en un pequeño pueblo argentino donde hace tres décadas pasó un tiempo reflexionando sobre los besos y las sensaciones que despiertan.
El resultado fue “Sáname con tu boca. El arte de besar”, libro de unas 80 páginas publicado en 1995 que destaca la importancia del acto de besar en las relaciones humanas, describe los tipos de besos y también los define como una expresión de amor absoluto.
Luego de que el Papa Francisco nombrara al actual Arzobispo de La Plata como el nuevo encargado de salvaguardar la ortodoxia doctrinal de la Iglesia Católica, algunos sectores conservadores han desenterrado dicho escrito para cuestionar si el religioso asume ese cargo clave en la Santa Sede.
“‘Bésame mucho’: sobre el ‘manual’ del arte del beso escrito por el nuevo prefecto para la Doctrina de la Fe. Todo el mundo habla de monseñor Víctor Manuel Fernández… Y sobre todo de sus besos”, dice Comenzaba con ironía un artículo publicado por el medio digital Zenit el pasado 2 de julio.
Otras publicaciones conservadoras se dedicaron a repetir los fragmentos más llamativos de este texto que se expresa en términos muy sencillos y apunta a un público joven.
“En inglés ‘Kiss’, en italiano ‘bacio’, en francés ‘baiser’, en alemán ‘kuss’, en portugués ‘beijo’. Según la forma en que se hace, se le suele llamar también ‘piquito’, ‘chupete’, ‘taladro’, etc.”, recoge esta obra publicada por la editorial argentina Lumen y que ya no se encuentra en circulación, pero de la del cual The Associated Press obtuvo una copia en PDF.
Fernández, que ahora tiene 60 años, admite que el libro es una especie de “karma” y ataca a quienes lamentan que a partir de septiembre estará a cargo del Departamento de Doctrina de la Fe.
“Son sectores ultraconservadores que odian profundamente al pontífice argentino. Toman una frase del libro y (dicen) ‘mira el nivel que tiene este teólogo. ¿Cómo una persona que usa estas expresiones puede ser prefecto de la Doctrina de la Fe?”, reprochó en una entrevista con AP el domingo, luego de la misa que celebró en La Plata, ciudad ubicada a unos 70 kilómetros al sur de Buenos Aires. Aires.
Fernández sostuvo que estas voces críticas no pueden acusarlo “de nada”, porque la obra en cuestión “no contiene ninguna herejía ni error”. Destacó que la estrategia de sus críticos es “citar frases” de la obra repetidamente para cuestionar al Papa por haber designado a alguien con “una teología tan superficial y un lenguaje callejero” para un puesto clave.
“Como no explican que esto no es un libro de teología, algunos se confunden y se prestan a difundir esos párrafos”, cuestionó el religioso.
El medio religioso Zenit señaló que el polémico libro ofrece momentos “de sana reflexión, junto con algo de comedia” y apuntó contra el arzobispo al afirmar que, “juzgado de vez en cuando por excesivamente fluido en temas LGBT+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, transexuales y otros colectivos) y demasiado rígido en su condena del aborto, el obispo de La Plata parece tener en común con su amigo el pontífice su errante capacidad para agradar y disgustar al mismo tiempo.
El nombramiento de “Tucho”, como se le conoce en su entorno, al frente del Dicasterio “ha sido como un jarro de agua fría en amplios sectores eclesiales”, aseguró el medio digital InfoVaticana. La publicación subrayó que el Vaticano “olvidó mencionar el famoso y controvertido libro” cuando nombró las más de 300 publicaciones que el arzobispo tiene en su haber como apoyo a su nombramiento en la Santa Sede.
Los conservadores religiosos en Estados Unidos también han atacado al arzobispo argentino. “Oren para que regrese a la fe católica”, tuiteó Joseph Strickland, obispo de Tyler, Texas.
“Cómo Dios fue tan despiadado para darte esa boca… No hay quien se resista, bruja, escóndela (sic)”, dice uno de los poemas incluidos en el libro y que está firmado por el propio Fernández.
El cardenal se quejó de que sus críticos tradujeran “bruja” por “perra”. “Como estos ataques vienen de católicos en los Estados Unidos y no saben español, tradujeron mal ese versículo. Traducen la palabra ‘bruja’ como ‘puta’. Pero el libro dice ‘bruja’. No tienen derecho a cambiar mis palabras. Parece que no tienen ética para esto y no es la primera vez que me lo hacen”, afirmó recientemente Fernández en Facebook en una publicación en la que también agradeció las muestras de cariño recibidas.
Hoy también cuestiona que sus críticos puedan citar sus textos publicados en revistas de “primer nivel” como Nouvelle revue theologique, de la Universidad Católica de Lovaina. “Pero toman este pequeño catecismo juvenil, de un pobre cura rural, y sacan frases fuera de contexto”.
Fernández ha escrito decenas de textos reconocidos por colegas, fue rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina, titular de la Sociedad Argentina de Teología y preside la Comisión de Fe y Cultura del Episcopado Argentino. Recientemente fue elegido cardenal por el Papa.
Considerado un autor prolífico, varias de sus obras son “La fuerza sanadora del misticismo”; “El cristiano ante el magisterio del judaísmo”, “La inmortalidad, el cuerpo y la materia. Una esperanza para mi carne” y “Pablo apasionado. Desde Tarso hasta su plenitud.
En su país, Fernández recibió algunas críticas en redes sociales pero el apoyo de la Iglesia. “Lo ha dejado claro tanto en sus redes sociales como en los diferentes reportajes. Y ha dado una excelente y clara explicación sobre la cuestión de este tema”, dijo a AP Máximo Jurcinovic, director de comunicación de la Conferencia Episcopal Argentina.
El arzobispo es muy cercano al Papa, como lo demuestra su mandato al frente de la oficina que se conoció como el Santo Oficio y fue responsable durante siglos de perseguir a los herejes, disciplinar a los disidentes y hacer cumplir la moral sexual.
Según el arzobispo, Francisco “no le da importancia” al libro en cuestión.
Uno de los fragmentos de “Cúrame con tu boca” dice: “Una pareja con mucho sexo, mucha satisfacción sexual, pero pocos besos como la gente, o con besos que no dicen nada, va cavando, con cada unión sexual, la tumba del amor, crean rutina, cansancio y aburrimiento, hasta que uno de los dos encuentra algo más humano”.
Otro afirma que “muchas prostitutas se prestan a todo tipo de juegos sexuales, pero no se dejan besar por cualquiera” y advierte que “muchas parejas se separan porque siempre han buscado directamente el acto sexual sin gastar un buen rato”. mucho tiempo cultivando el sublime arte que sustenta el amor: el beso”.
Cuando Francisco le informó de su nombramiento, el pontífice le dijo que tiene por delante la tarea de “guardar la enseñanza que brota de la fe” para “dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”.
El libro no es el único texto controvertido que Fernández ha producido en el pasado.
El arzobispo ha señalado que algunos de sus escritos cuestionados por sectores conservadores fueron enviados al Vaticano, de forma anónima, luego de que en 2009 el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio lo nombrara rector de la Pontificia Universidad Católica Argentina. La polémica provocó un retraso de dos años en su nombramiento.
El religioso escribió sobre esa “triste experiencia personal” en un artículo de “Vida Pastoral” poco después de que Bergoglio fuera elegido Papa Francisco en 2013. Allí relató que un artículo periodístico que había escrito sobre el matrimonio homosexual había sido incluido en el expediente anónimo y que una “congregación” del Vaticano no identificada se negó repetidamente a recibirlo para obtener explicaciones.
Fernández dijo a AP que recibió la oferta de una reedición de “Sáname con tu boca”, pero la rechazó por sentir cierto “modo”. “Yo era mayor y este es un libro sobre el beso… Así que les dije ‘no, no, no, por favor no lo reimpriman, dejemos esto en el pasado’. Pero bueno, ahora es mi karma”, dijo sonriendo.
Su nombre aparece en la portada de la obra, pero dijo que la escribió junto a un grupo de jóvenes cuando era párroco en la localidad de Santa Teresita, en la provincia de Córdoba. Fue escrito como un catecismo para adolescentes, con los aportes de sus jóvenes colaboradores y el religioso dijo que mejoró “las expresiones” aportando “un poco de escritura”.
En las primeras páginas, señala que “no está escrito desde mi experiencia personal”.
“Hablé largo y tendido con mucha gente que tiene abundante experiencia en la materia”, dijo el religioso, quien expresó su esperanza de que las páginas escritas “ayudan a besar mejor… Motiven a liberar lo mejor de tu ser en un beso”.
También señaló que está “orgulloso de haber sido ese joven párroco que se encargó de llegar a todos utilizando los más diversos lenguajes”.
Al nombrar a Fernández para dirigir el departamento, el Papa Francisco parecía indicar que quería romper con el pasado.
“El Dicasterio que presidirás, en otros tiempos llegó a utilizar métodos inmorales. Eran tiempos en los que, más que promover el conocimiento teológico, se perseguían los posibles errores doctrinales. Lo que espero de ti es sin duda algo muy diferente”, dijo Francisco.
El cardenal alemán Gerhard Müller, quien fue prefecto del dicasterio hasta que Francisco lo despidió en 2017, dijo que las nuevas directivas están fuera de lugar, ya que la misión del departamento era proteger y promover la fe revelada. “Esta no es una academia teológica o un programa de entrevistas donde todos pueden expresar su opinión”, dijo Müller a la emisora conservadora estadounidense ETWN.
El comentarista italiano Matteo de Mattei, un crítico frecuente del Papa, calificó el nombramiento como “uno de los actos más perturbadores del pontificado de Francisco, no solo por la elección del personaje cuestionable, sino también por la carta inusual que acompañó su nombramiento. “
A pesar de las críticas, el perfil del prelado argentino parece encajar en los planes papales de renovación de la Santa Sede.
Fernández se define como poeta y explicó que cuando era joven ese era su sueño, además de casarse y trabajar como maestro rural, “en uno de esos lugares olvidados y abandonados” de Argentina.
Acabó siendo párroco en un barrio periférico de un pueblo cordobés. “De alguna manera debo decir que cumplí esos sueños. Por eso siempre digo que mis años más felices fueron los de Santa Teresita”, destacó el arzobispo.
Fernández también se considera un reformador al que no le gusta “romper con todo”, pero que aboga por una Iglesia “más respetuosa con las diferentes formas de vivir y de pensar”. “El Papa es incapaz de expulsar a alguien o decir que aquí no te metes”.
#controvertida #llegada #Vaticano #arzobispo #argentino
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:
Artículo Original