La IA generativa podría ayudar a seleccionar objetivos de M&A, según Bain

Los responsables de las operaciones están recurriendo a la inteligencia artificial y a las herramientas de IA generativa para recabar datos, seleccionar objetivos y llevar a cabo el due dilligence en un momento de mayor preocupación regulatoria en torno a las fusiones y adquisiciones, según afirma Bain & Co. en su informe anual sobre el sector.

Aunque sólo el 16% de un total de 306 profesionales de fusiones y adquisiciones encuestados por la empresa asesora afirmaron haber recurrido a la IA generativa en operaciones anteriores, el 80% dijo que espera utilizarla en los próximos tres años, lo que pone de relieve el alcance de los posibles cambios en la forma en que las empresas realizan las operaciones.

Según Suzanne Kumar, vicepresidenta del departamento de fusiones y adquisiciones de Bain y coautora del informe, es probable que tanto compradores como vendedores utilicen IA generativa o modelos de aprendizaje automático capaces de generar texto, imágenes y otros contenidos.

“La cuestión a más largo plazo es si las empresas utilizarán también la IA Generativa para la toma de decisiones”, afirmó Kumar, señalando el gran interés de las empresas por incorporar la nueva tecnología a sus procesos.

Según el informe de Bain, la IA Generativa puede detectar objetivos de fusiones y adquisiciones que no se habrían identificado con las herramientas tradicionales, señalar desviaciones en los contratos y ayudar a centrarse en las áreas problemáticas. Las empresas tecnológicas, sanitarias y financieras se encuentran entre las primeras en adoptarla. “Suelen ser grandes empresas con una actividad moderada de fusiones y adquisiciones, de tres a cinco operaciones al año”, afirma la empresa en su informe.

Aún así, los encuestados expresaron su preocupación por la fiabilidad de los datos suministrados por la IA generativa, así como por la seguridad de las herramientas disponibles en el mercado.

Repunte

Bain afirma que espera un repunte de las operaciones en 2024, tras un descenso del 15% en el total de fusiones y adquisiciones, hasta US$ 3,2 billones, respecto al año anterior, el más bajo en una década. Las operaciones impulsadas por el capital riesgo y el capital privado apalancado cayeron un 37% en comparación con 2022, mientras que las fusiones y adquisiciones estratégicas por parte de compradores corporativos, incluidas las incorporaciones de empresas de capital riesgo, se ralentizaron un 6% respecto al año anterior.

Los elevados tipos de interés, las señales económicas contradictorias, la incertidumbre geopolítica y la falta de puntos en común entre vendedores y compradores explican este descenso, según Kumar. “A menudo parecía que lo único en lo que coincidían compradores y vendedores era en que no podían ponerse de acuerdo sobre la valoración”, afirmó.

Esto ha dado lugar a un retraso que, según las previsiones, impulsará la compraventa de empresas y activos en 2024, ya que las empresas de capital riesgo han mantenido más de la mitad de sus empresas en cartera durante más de cuatro años. Tras la ralentización de las operaciones en 2023, es probable que las empresas analicen detenidamente su cartera y consideren la posibilidad de desinvertir, según Kumar.

Los creadores de acuerdos estratégicos, en particular, están preparados para realizar más fusiones y adquisiciones, ya que cotizaron a una valoración media de 10,1 veces sus beneficios antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización en 2023, cerca de un mínimo de 15 años y por debajo de las 12,1 veces de 2022. “Incluso sobre una base histórica, las valoraciones son relativamente bajas”, dijo Kumar, señalando excepciones como los servicios financieros, donde las valoraciones aumentaron.

Un posible descenso de los tipos de interés, tal y como señaló la Reserva Federal en diciembre, cuando fijó recortes de 75 puntos básicos para 2024, también debería ayudar a las fusiones y adquisiciones. “Cuando uno es director financiero, probablemente ha asimilado unos tipos de interés más altos y ve la oportunidad de realizar operaciones a un precio más bajo”, afirmó.

Aún así, se prevé que continúe la incertidumbre regulatoria, lo que obligará a las empresas a poner a prueba sus operaciones previstas, negociar las tasas de rescisión e impermeabilizar sus planes de financiación, añadió.

En los nueve primeros meses de 2023, las empresas pagaron el 65% del valor de las operaciones en efectivo, el 22% en acciones y el resto con una combinación de efectivo y acciones. En comparación con los nueve primeros meses de 2022, las empresas utilizaron ligeramente más acciones para financiar las adquisiciones. Bain dijo que no tiene datos sobre la cantidad de ese efectivo que se obtuvo a través de la deuda.