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Los hermanos Hermosilla: tensiones tras una defensa

Martina E. Galindez

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cuando el abogado Juan Pablo Hermosilla (63) convocó a la prensa afuera de su oficina para anunciar la lista anunciada de fiscales y jueces, a varios kilómetros, y lejos de Vitacura, su hermano Luis Hermosilla (68) estaba tras las rejas, en Capitán Yáber, sentado frente al televisor siguiendo atentamente la jugada de su defensor.

Ha pasado un año desde que Ciper publicó el audio del desencuentro, el registro realizado por el abogado Leonardo Villalobos y eso desató un verdadero terremoto judicial y político. Durante este año, Luis Hermosilla pasó de ser un poderoso penalista que se codeaba con autoridades de izquierda a derecha, a un nombre que muchos niegan: un abogado que tuvo que cambiar su estudio ubicado en Alonso de Córdova por prisión, y que se encuentra bajo una agresiva investigación por parte de la Fiscalía por los delitos de blanqueo de capitales, cohecho y delitos tributarios.

Según quienes han ingresado recientemente a dicho anexo penitenciario, Luis Hermosilla ha pasado sus 82 días en prisión preventiva, muy atento a las noticias nacionales. Algunos han escuchado los reproches que ha expresado contra fiscales, como el fiscal regional de Arica mario carrera. En algunas de las entrevistas televisivas que ha concedido el fiscal, a juicio de Luis Hermosilla, no se habría respetado el secreto en casos relacionados con el delito de lavado de dinero.

Tal ha sido su interés en estar informado y seguir los hechos de la contingencia, que cuando supo que su hermano ultimaría la entrega de la lista de ministros y persecutores con quienes en el pasado intercambió mensajes para hablar de nombramientos y casos judiciales, el exasesor del Ministerio del Interior no salió del televisor que comparte en prisión con los demás reclusos, entre los que se encuentran el resto de los protagonistas del caso Audio: los hermanos Daniel y Ariel Sauer y Rodrigo Topelberg.

Quienes han ido a Capitán Yáber dicen que Hermosilla luce bien, de buen humor, vivaz y activa en la dinámica de la vida diaria. Suele vestir jeans y ropa deportiva. Dentro pasa las horas leyendo, a veces jugando a las cartas, y pasa buena parte del día viendo la televisión. Incluso, afirman abogados que han llegado hasta allí, no ha dejado atrás la labor de asesoramiento penal. Tanto es así que en los diálogos con el resto de imputados ha conocido sobre sus causas penales. En estas conversaciones diarias ha dado consejos para que luego los acusados ​​puedan comentarlo con sus propios defensores.

Las normas de Gendarmería establecen que los internos de Capitán Yáber pueden recibir visitas los miércoles y viernes, de 14 a 17 horas, y cada uno tiene un máximo de cinco personas inscritas por día. Además de los miembros de su familia, como su hijo Juan Cristóbalsu hermano defensor y su sobrino Tomás Ramírez, quien también colabora en su defensa-, Hermosilla ha recibido la visita de amigos.

Aunque en los últimos tiempos algunos han logrado inscribirse, pero no han ingresado, ya que él no los ha autorizado, hay otros que lo han logrado. Uno de ellos es su amigo, el abogado. Samuel Donosoquien registra dos encuentros: uno duró más de una hora y el otro, casi 10 minutos.

La conversación entre ambos, que se desarrolló en la sala común con el resto de internos, se centró en cuestiones personales y, sobre todo, en saber cómo estaba afrontando la dureza de una causa penal de estas características, con la presión que implica el encierro. prisionero Sin embargo, en ese intercambio hubo un tema que no se discutió: La polémica estrategia de defensa que ha llevado a cabo su hermano.

El círculo cercano a Luis Hermosilla -que incluye a abogados de renombre, como Donoso y el penalista- Gabriel Zaliasnikentre otros- se muestra cada vez más distante de quien hasta hace apenas unos meses no sólo era un amigo personal, sino también un socio en la defensa de diversas causas penales. El distanciamiento no se explica sólo por el hecho de que Hermosilla esté en la cárcel, sino que se debe, principalmente, a que su entorno ha ido profundizando los reparos y críticas a la estrategia desplegada por su defensor, Juan Pablo Hermosilla.

Estas diferencias se remontan al inicio del caso. Hace un año, cuando todo empezó tras la incautación del móvil por parte de la Fiscalía, Donoso y Zaliasnik lograron dar su opinión sobre los pasos que debían seguir los Hermosillas. El consejo fue claro: utilizar todos los recursos procesales para impedir el acceso incontrolado de la Fiscalía a todas las conversaciones privadas de WhatsApp.

Sus consejos fueron transmitidos directamente a Luis y Juan Pablo, pero la defensa del principal imputado en el caso Audio optó por no oponerse al uso del celular incautado, con la intención de apostar a que el Ministerio Público pudiera reconocer una atenuante de colaboración en la causa.

En ese momento se produjo la ruptura principal entre ambas partes. Cuando el caso se complicó y Luis Hermosilla fue enviado a prisión preventiva, las diferencias no hicieron más que aumentar. La comitiva del imputado asegura estar “desorientada” y aún no se explica por qué la defensa no ha presentado denuncia o denuncia contra Villalobos por haber grabado ilegalmente una conversación privada. Si Juan Pablo Hermosilla luego quiere alegar la ilegalidad del audio, dicen que debió haber iniciado acciones contra dicho delito antes. Esto, por ejemplo, es algo que ya han hecho otros acusados, como los Sauer.

A esto se suma que, hasta la fecha, Juan Pablo Hermosilla no ha solicitado audiencias para revisar las medidas cautelares de su hermano. Varios de los penalistas cercanos a Luis dicen en privado que uno de los principales objetivos en un caso como este suele ser sacar al acusado de la cárcel. Para lograrlo, añaden, hay que preparar el camino. Esta ruta se está armando con sucesivas audiencias en las que se solicita al tribunal, ante los nuevos antecedentes que van surgiendo, revertir la medida cautelar por una menos grave, como el arresto domiciliario. Luis Hermosilla lleva más de 80 días preso y su defensa, hasta el momento, no ha solicitado audiencias para debatir la prisión preventiva.

Además, según sus allegados y algunos de los denunciantes del caso, Juan Pablo Hermosilla tampoco habría solicitado diligencias al Ministerio Público, algo que suelen hacer los defensores para aportar nueva información que juegue a favor de sus clientes.

A esta serie de hechos se sumó un dato más que llamó nuestra atención. A finales de agosto, el alcalde electo de Ñuñoa, Sebastián Sichel, Presentó denuncia por el delito de calumnias contra Luis Hermosilla. Lo hizo luego de que en la audiencia de formalización surgiera el nombre del exministro de Desarrollo Social vinculado a los diálogos entre el penalista y el empresario. Alvaro Jalaff. Semanas después, cuando se citó a la audiencia de procedimiento de acción privada para sobreseer el caso, Luis Hermosilla no estuvo representado por su hermano, sino por el defensor penal público. Matías Romero Mieres.

El colofón a este distanciamiento fue la polémica conferencia de prensa de Juan Pablo Hermosilla en la que entregó una lista de casi 30 fiscales y jueces que hablaron por WhatsApp con su hermano. Habiendo entregado así las conversaciones, para varios de los allegados a Luis Hermosilla no hay mayor explicación estratégica.

Quienes conocen a Juan Pablo Hermosilla dicen que lleva años cultivando un perfil como abogado de medios y, por tanto, lo ocurrido la semana pasada se justifica en el discurso pro transparencia que adquirió debido al gusto que tiene por el sistema judicial norteamericano. sistema y que viene haciendo de las suyas desde los tiempos en que trabajaba con su amigo, el periodista Fernando Paulsen. El defensor fue contactado por el terceropero no fue posible obtener respuesta.

Otro capítulo que ha llamado la atención es que las acciones de la defensa finalmente terminaron por romper la estrecha amistad que unía a Luis con el exministro. andres chadwick. La relación entre ambos se rompió cuando apareció información en la carpeta de investigación que desbordó al hijo del ex coronel de la UDI en el marco de la producción del Festival Primavera Sound. Y terminó rompiéndose cuando Juan Pablo Hermosilla activó una dura ofensiva contra el fiscal nacional, Ángel Valencia. En el recurso de protección que se interpuso en su contra presentó antecedentes sobre el contenido de la reunión que el titular del Ministerio Público sostuvo con Chadwick y Luis Hermosilla, misma que luego fue desmentida por el exsenador sindical.

Andrés Chadwick y Luis Hermosilla

¿Luis Hermosilla está de acuerdo o molesto con la estrategia de su hermano? Ésa es una de las preguntas que ronda entre amigos y allegados del acusado. La duda persiste, ya que nadie ha hablado directamente con él. Pero quienes lo han visto en prisión se inclinan por la tesis de que existe un completo acuerdo entre los dos hermanos.

Un abogado que los conoce a ambos dice que Luis Hermosilla, por su pasado comunista, se acostumbró a ser “un polarizador y un radicalizador de conflictos”. Bajo este planteamiento, se ha acabado convenciendo de que detrás de los pasos de Juan Pablo está la venia del exasesor de Interior.

Las mismas fuentes no se sorprenderían si la lógica sugiere que, dado que sus amigos o contactos en el sistema penitenciario le han decepcionado, él está entusiasmado por provocar lo mismo a cambio. Eso explicaría, en parte, por qué no ha pedido ayuda a sus amigos que tienen antecedentes exitosos como abogados defensores penales. Esto, a pesar de que un abogado que ha acudido a Capitán Yáber comenta, fuera de micrófono, que Luis, a través de terceros, ha pedido sondear a los litigantes para luego fortalecer su defensa.

Este caso -dicen quienes conocen a los hermanos- ha unido a dos personas que nunca se han llevado muy bien. Ambos trabajaron desde que eran estudiantes de derecho en la Universidad Católica, en los años 70, en el estudio de su padre, Nurieldín Hermosilla (91). La relación del padre con sus dos hijos fue a veces dura. Luego sus caminos se separaron.

Luis y Juan Pablo Hermosilla

El carácter de ambos nunca ha sido fácil y los dos, con el tiempo, han sido como el yin y el yang. Algo así como “el hermano bueno y el hermano malo”, dice un abogado que los conoce desde hace décadas. Tras dejar el taller de su padre para trabajar en la Vicaría de la Solidaridad, Luis dejó atrás su historia de izquierda. Se aferró a Chadwick, a la UDI y luego al expresidente Sebastián Piñera.

Su hermano hizo todo lo contrario. También con pasado en el PC, siempre ha presumido de ser una persona de izquierda, lideró el equipo programático de Océanos Azules cuando la centroizquierda planteó una nueva candidatura del expresidente. Eduardo Freiera el abogado del ex presidente michelle bacheletfirmado por Convergencia Social para que el Presidente Gabriel Boric podría competir en las elecciones presidenciales y desde hace 12 años se ha consolidado como abogado de las víctimas de delitos sexuales, especialmente abusos eclesiásticos, con la ayuda de la Fundación para la Confianza.

Sus allegados destacan que si Luis representó a menudo a los “malos” de la película, Juan Pablo es conocido por ser un demandante. Y que el primero cultivó fuertemente sus habilidades sociales -incluso confesó que tuvo que hacerlo porque era “feo”-, mientras que el segundo siempre tuvo un carácter más complejo. En esta línea, recuerdan las duras salidas que ha tenido de diversas sociedades y comunidades de personas sin hogar, como las que tuvo con Juan Domingo Acosta, Isidro Solís y Pedro Yaconíentre otros.

Pese a estar en bandos opuestos durante décadas y casi no compartir representación judicial en casos comunes -salvo un momento en el que estuvieron en el caso Yarur-, el paso de los años terminó por unirlos y de la forma más desagradable: con Luis como el imputado y a Juan Pablo como su defensor.