Economia
María José Zaldívar: “El proyecto de pensiones que pasó al Senado es solo el cascarón (…), el gran riesgo es que hay que construir de cero”
Es actualmente presidenta de la Asociación de Supermercados. Pero no logra desligarse del todo de uno de los temas que más le apasiona: el sistema de pensiones.
Hace exactamente cuatro años -el 29 de enero de 2020-, la exministra del Trabajo y Previsión Social, María José Zaldívar celebraba en la Cámara de Diputados la aprobación de la reforma previsional de Piñera II, hito que se concretó tras un acuerdo en dicha Corporación, el que después no logró avanzar en el Senado.
Este enero, en tanto, seguía la discusión más de lejos, liderada por quien ahora tiene el cargo, la actual ministra Jeannette Jara.
– ¿Cómo lee el paso de la reforma desde la Cámara al Senado?
– El proyecto que pasó al Senado es el cascarón, no más. Es la idea de que hay que legislar en esta materia, que es algo en que estamos todos de acuerdo, pero no hay contenido.
-En su experiencia como ministra, ¿cómo se aborda eso?
– Es un proyecto vacío. La verdad es que nunca me tocó vivir esa experiencia. Y por lo tanto, me imagino que el gran riesgo es que hay que construir de cero todo de nuevo.
-Incluso hay quienes hablan de problemas con el quórum en el administrador Previsional. ¿Alguna vez le pasó algo así?
Nos pasó algo distinto. Por Secretaría, se anotó mal la votación y salió como que estuviera aprobado.
Pero yo tenía plena conciencia que la intención de los legisladores había sido rechazarlo. Hice ver que estaba mal y que había que corregirlo, porque uno no puede ganar por Secretaría este tipo de cosas, sobre todo si quiere construir confianza.
Me imagino que en este caso tampoco se va a poner en duda que si es una norma de quórum calificado, no se dará por aprobado con un quórum distinto y que todas las partes lo van a reconocer y lo van a corregir. No veo ninguna posibilidad, sobre todo si se está hablando de diálogo, que se parta con ese mal pie.
Es una norma de seguridad social, que son de quórum calificado y, en este caso, además implicaba una nueva institucionalidad.
-Ustedes lograron un acuerdo con el 3 y 3 en la Cámara, pero se trabó en el Senado…
– Ojalá nunca más ningún Gobierno ni ninguna autoridad tenga que pasar por lo que nosotros pasamos. Fue absolutamente absurdo y contrario a todo lo que la legislación establece: no se respetaron las urgencias, los tiempos de votación, no se respetó absolutamente nada.
El proyecto no avanzaba porque había una oposición sistemática a cumplir con lo que correspondía hacer. No era ni siquiera de votarlo a favor o en contra, era realmente tomar la decisión de abstraerse.
Espero que nunca más a ningún Gobierno le toque pasar por la situación de ponerle urgencia a un proyecto y que haya una situación de total desidia de votar. Es mucho más válido que se vote en contra.
Foco en la clase media
– ¿Qué espacio ve para llegar a un acuerdo en el Senado, donde la oposición es una fuerza relevante?
-El problema es mucho más de fondo. El Gobierno ni siquiera tuvo los votos de los propios y, por lo tanto, esto quiere decir que ninguno de los temas medulares logró convencer.
Un sistema en el que pago, pero que no recibo de vuelta algo equivalente a lo que pagué, no logró concitar apoyo. Claramente hay que hacer una modificación y ahí son voces de todos los sectores los que están diciendo que tenemos que preocuparnos porque las futuras pensiones van a ser aún más malas que las actuales.
– ¿Cree que hay espacio todavía para analizar un 3-3?
El problema es que el objetivo que estamos buscando es mejorar las pensiones de los actuales y de los futuros. Y este 3-3 me soluciona solamente el problema de los actuales. Con la PGU mejoramos las pensiones de las personas con ingresos más bajos, pero seguimos al debe con la clase media.
El tema del Seguro Social con una distribución de un 3-3 perjudica a la clase media. Beneficia mucho a los actuales pensionados, pero no hay nadie que a futuro se vea beneficiado.
En mi caso no hay nada ideológico. Creo firmemente en que debe haber solidaridad en los sistemas de seguridad social y también que tienen que haber incentivos para que todos coticen. El problema es que a la clase media se le carga todo el costo y los beneficios que están recibiendo son mucho menores que los que van a aportar.
– Dice que cree que debe haber solidaridad. ¿De qué forma?
-Hay distintos espacios de solidaridad. Es muy importante la que se ha hecho con la PGU a través de impuestos generales, porque quienes están financiando eso son las personas con mayores ingresos, que no necesariamente las que cotizan.
También creo que se puede, con un diseño que sea correcto, hacer solidaridad con cotizaciones previsionales, pero solo entre quienes cotizaron y contribuyeron y corrigiendo deficiencias, como por ejemplo, el tema hombre y mujer.
-La ministra dijo que la conversación debiese dar un giro y enfocarse en los beneficios y ahí encontrar una fórmula. ¿Coincide?
– Obvio. Lo que se hace es diseñar un beneficio pensando en lo que se necesita y ahí se ve cuánto cuesta.
Si necesitamos hoy un beneficio porque las pensiones de la clase media son muy bajas, tenemos que ver cómo se diseña para aquellas personas que han contribuido y que siguen haciéndolo. No podemos primero distribuir y después decir para qué voy a usar la plata.
“Apagón en el sistema”
– Algunos actores han planteado que la reorganización de la industria no responde a mejoras en pensiones. ¿Cómo ve eso?
-Efectivamente el plantear que por el hecho de modificar la industria van a aumentar las pensiones no es correcto. Si es que llegaran a aumentar, porque hay economías de escala, va a ser súper marginal y eso es importante decirlo porque si no, se genera una expectativa que no va a ser posible de cumplir.
– El Gobierno asegura que genera economías de escala…
Efectivamente hay mucho espacio para eficientar, pero no sé si las formas en que se está haciendo son las más correctas.
Tengo dudas de si es que todas las funciones que se le está dando a esta nueva entidad es más eficiente que las tenga otra y no quién administra. Porque al final de cuentas no se tiene un contacto directo con el cliente, no va a poder tener la posibilidad de hacer preguntas, de gestionar ciertas cosas. Eso no sé si a la larga realmente genera economías de escala o mayor problema.
– ¿Genera más competencia?
Si realmente quiero que haya competencia y la autoridad -después de haber visto la discusión- se convenció que esto era importante, debiera eliminarse la subvención estatal, el no poder tener fuerza de venta, el no poder hacer publicidad.
Si esos tres componentes no están eliminados en el nuevo proyecto, es que en realidad no se quiere que haya competencia.
– Guillermo Larraín planteó dudas de si debe haber división de la industria en un sistema que tiene 40 años de historia.
– Cuando se modifica algo que ya lleva tanto tiempo, hay que hacerlo con mucho más cuidado, porque la máquina ya está andando. Lo que no puede pasar es que haya un apagón en el sistema.
Los tiempos de transición que se han planteado son súper bajos. Un cambio de esta envergadura requeriría hacerse súper gradualmente, una cosa a la vez, ir viendo cómo va funcionando, tener la opción de hacer ensayo y error. Dos años en un plazo muy corto.
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