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Un nuevo capítulo se vivió ayer por la tarde en la batalla por el control de la firma vinculada a la familia Briones. Las jugadas estratégicas continuaron luego de que Larraín Vial Corredores de Bolsa informara al mercado el poder adquisitivo de hasta el 2,08% de la propiedad de Cementos Bío Bío, equivalente a 5,5 millones de acciones, a un precio de $1.601 por acción.
El anuncio se produjo en una semana marcada por movimientos claves que definirán quiénes conservarán la propiedad de Cementos Bío Bío.
El nuevo poder adquisitivo se ejecutó una hora antes de que expirara la Oferta Pública de Adquisición (OPA) hostil sobre acciones lanzada por la cementera peruana Yura, con la que busca incrementar su participación en Cementos Bío Bío al 40%. Respecto a esa transacción, el último reporte fue que el grupo peruano había recibido una aceptación del 3,38% de la opa, equivalente al 0,67% del capital de la empresa. No obstante, el resultado final será comunicado al mercado en las próximas horas.
Pero ese no fue el único movimiento de los últimos días. La potencial nueva transacción se produce 24 horas después de que Inversiones Cementeras Limitada, empresa de la familia Briones, comprara 4,8 millones de acciones del CBB a 1.600 dólares cada una. De esta manera, la firma adquirió el 1,83% de las acciones de la cementera chilena en la operación, elevando su participación al 43,64%.
La jornada de ayer fue intensa para Cementos Bío Bío. La firma apareció en las pantallas de la Bolsa de Comercio de Santiago como uno de los mayores movimientos de la jornada, con montos negociados que superaron los $1.895 millones, marcando un récord desde marzo del año pasado. La acción cerró a 1.601 dólares, un aumento del 14%, en reacción a las compras del jueves.
La hipótesis sobre quién estaría detrás de la operación ha causado suspenso en el mercado. Los accionistas minoritarios de la firma revelaron, bajo reserva, que están a la espera de saber si el peruano Yura está detrás de esta nueva oferta, si se trata de otra jugada defensiva de la familia controladora o si se trata de un tercer actor que irrumpe en la disputa por el propiedad.
La escalada por el precio
Desde que Yura anunciara una opa hostil para incrementar su participación en Cementos Bío Bío -controlada por las familias Briones, Lapostol, Rozas Rodríguez y Stein Von Unger- desde el actual 19,9% hasta alrededor del 40%, hace un mes, las operaciones se liberaron. En las siguientes semanas se valoró cada vez más el precio de esos títulos.
Así, en el primer movimiento de la cementera vinculada al Grupo Gloria el 13 de noviembre por 53 millones de papeles (equivalentes al 20,05% del inmueble), el precio ofrecido fue de $1.092, con lo que el monto ascendió a $57.881 millones (unos US$59 millones). . Esto representó una prima del 58,6% sobre el valor de mercado, valorando el CBB en casi 250 millones de dólares.
En ese momento se produjo la inesperada entrada en escena de la empresa estadounidense Mississippi Lime Company (MLC), que encendió el apetito por CBB con una primera oferta a un precio de 1.712 dólares, lo que representó una prima de más del 100% por encima del precio de venta. nivel. valor de mercado, valorando a la firma en más de 500 millones de dólares, propuesta que luego se ajustó a 1.456 dólares por acción, con lo que la cementera ronda los 400 millones de dólares.
El interés de MLC -centrado en las propiedades mineras de cal de CBB- fue valorado positivamente por los siete directores de CBB -Felipe Claro, Eduardo Novoa, Ignacio Pérez, Christian Sturms, Katia Trusich, Alfonso Rozas y Boris Garafulic- quienes señalaron que esta operación eclipsaba el atractivo de la oferta del conglomerado peruano debido a la mayor valoración del CBB. En este escenario, los directivos detallaron que la propuesta inicial de Yura no considera la proyección futura de la empresa, ni del negocio de la cal, ni del cemento, “lo cual se ve positivo para los próximos años”. Además, señalaron que el aumento de la participación de Yura en la firma chilena tendría implicaciones para la competitividad del mercado cementero de la región.
Sin embargo, días después, el directorio de la firma chilena anunció que la empresa estadounidense y el grupo controlador CBB no llegaron a ninguna conclusión con las negociaciones.
En este escenario, Yura no cejó en la lucha por el control de CBB y realizó una modificación clave en su oferta, aumentando el precio por acción de su opa hasta los 1.450 dólares, estableciendo una prima del 110% sobre el valor de mercado, con lo que igualaba la propuesta de la empresa estadounidense al colocar el valor de la cementera chilena ahora en niveles alrededor de los US$ 390 millones.
La próxima semana será clave para ver cómo continúa esta trama y quiénes finalmente cederán o se quedarán con la cementera.
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