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Por qué Evópoli vive un complejo momento

Martina E. Galindez

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Hace unas semanas, el senador de Evópoli Luciano Cruz-Coke envió un incendiario mensaje a su partido, en el cual advertía que la “negligente” negociación municipal llevada a cabo por la directiva que preside Gloria Hutt podría poner en riesgo la supervivencia de la colectividad que, recordaba, “tomó tantos años y esfuerzos colectivos e individuales consolidar”.

A través de un largo WhatsApp, el actor criticó duramente el acuerdo suscrito entre Evópoli y la UDI, quienes competirán en una misma lista de candidatos a concejales en las elecciones de octubre próximo. “Predigo un muy mal resultado en concejales, que es la elección que mide la fuerza territorial de cada partido y sirve de base de una negociación parlamentaria, en la que será difícil repetir el mínimo de cuatro diputados que hoy tenemos, para sostener nuestra existencia legal”, advertía.

Su molestia y la de una gran parte de la colectividad radica en que, en 2016, Evópoli llevó 574 candidatos a concejales; en 2021, 986, y ahora sólo compiten con 388 postulantes, de un universo de más de dos mil cupos a nivel nacional, por lo que resulta difícil poder igualar -o superar- los casi 300 mil votos obtenidos hace cuatro años.

Otros dirigentes, sin embargo, explican que, más que la cantidad, el problema es la mala representación de candidatos en zonas donde Evópoli es fuerte electoralmente, como las regiones VII y IX y el distrito 11 (Las Condes, La Reina, Peñalolén, Vitacura y Lo Barnechea).

Consultado por La Tercera PM sobre un eventual escenario electoral adverso, que los pudiera obligar a fusionarse con la UDI o RN, Cruz-Coke lo descarta. Sin embargo, también le resta dramatismo: “Nuestra influencia cultural en el sector ha sido muy amplia en la centroderecha y las posiciones que defendimos hace 12 años, cuando fundamos Evópoli, hoy son el común de la centroderecha en Chile. Yo espero que tengamos la capacidad electoral para poder mantener la existencia del partido y vamos a luchar por eso”.

Aunque Evópoli no ha tomado una decisión presidencial, Gloria Hutt es una firme partidaria de apoyar a Evelyn Matthei.

“Espero que nos vaya bien en estas elecciones, como nos fue en las primarias… Todas las personas del partido pudieron proponer candidatos, pero de él (Cruz-Coke) no recibimos ninguna propuesta”, responde Hutt, precisando que en la negociación de gobernadores (compiten en Coquimbo y Magallanes) y alcaldes (llevan 21 candidatos) no hubo discrepancias internas, como sí ocurrió en la mayoría del resto de los partidos.

¿Por qué, entonces, llevan pocos candidatos a concejales?

El secretario general, Juan Carlos González, explica que tenían 560 cupos disponibles, pero que sólo lograron llenar 388, lo cual no sólo es responsabilidad de la directiva, sino también de la disidencia y de los parlamentarios.

“Aquí no hubo una pesca de arrastre. Rechazamos muchos nombres que no cumplían con las exigencias puestas por la directiva, que era tener una intachable hoja de antecedentes y un compromiso real con el partido. Se cayeron candidatos que tenían deudas de pensión alimenticia, estaban afiliados a otros partidos o que nos exigían garantizarles el financiamiento completo de sus campañas, lo cual no podíamos hacer”, afirma González, quien anuncia que él no irá a la reelección.

Desde la directiva cuentan, además, que al principio del proceso se designó al senador Felipe Kast como jefe de un comité electoral, cuyo objetivo, entre otras cosas, era buscar candidatos en todo el país, lo cual no se logró a cabalidad.

Los senadores -y fundadores de Evópoli- Luciano Cruz-Coke y Felipe Kast.

Otra de las acusaciones que hacen desde la disidencia es la fría relación actual de la directiva con sus parlamentarios. Cuentan que Cruz-Coke prácticamente no habla con Hutt, que Kast quedó muy molesto con el número de candidatos que el partido lleva en la región de La Araucanía -que él representa- y que Sebastián Keitel renunció a fines del año pasado al partido por hondas diferencias con la dupla Hutt-González. A ello, se suma que la senadora Carmen Gloria Aravena, quien fue arrastrada por la alta votación de Kast en 2017, hoy es parte del Partido Republicano, lo cual refleja otro síntoma preocupante en la elección de sus anteriores candidatos.

El jefe de la bancada de diputados, Jorge Guzmán -exaliado de Hutt-, dice que no fue escuchado durante la negociación municipal, lo cual gatilló su renuncia a la directiva regional del Maule: “Competimos en desigualdad de condiciones frente al número de candidatos que lleva la UDI y es muy posible que Evópoli pase a una intrascendencia (política) tras las próximas elecciones”.

“Quienes no estamos de acuerdo con la directiva no tenemos voz ni voto”, sentencia el diputado Francisco Undurraga, quien también ve con preocupación el futuro de la colectividad. “Las campañas políticas se hacen con gente en la calle y si nosotros aspiramos a representar a la gente que se ve interpretada con las ideas de una centroderecha liberal, lo mínimo es ofrecerle una buena lista de candidatos”, agrega el diputado.

El acuerdo municipal reflotó la pugna interna entre Hutt y Cruz-Coke, que se viene incubando desde que el senador perdió las elecciones internas el 23 octubre de 2022, por once puntos porcentuales (55,04% v/s 44,46%). Y, de paso, abrió los fuegos de cara a las elecciones internas previstas para fin de año, donde podrían volver a enfrentarse los exministros de Sebastián Piñera.

Miembros de la directiva recuerdan que semanas después de asumir la dirección de la colectividad en diciembre de 2022, organizaron una celebración de los 10 años de Evópoli en la parrillada Los Buenos Muchachos, con el fin de unir a la militancia tras la competencia. Sin embargo, dicen que Cruz-Coke y sus más cercanos, no asistieron al evento y organizaron un festejo paralelo en su casa. Y que hasta el día de hoy él y sus cercanos no han podido superar la derrota.

Hutt cuenta que mediados de mayo pasado, a raíz de los sucesivos cuestionamientos a su gestión, ella propuso adelantar las elecciones internas, en un principio prevista para octubre, para el domingo 4 de agosto.

“Dado que había un grupo que tenía críticas a nuestra gestión, me pareció que lo más democrático era abrir un camino para que presentaran su lista y su propuesta a las bases del partido, cosa que no ocurrió”, explica la ingeniera civil.

Sin embargo, sus adversarios leyeron su planteamiento como una “jugada” para ir por su reelección, sin exponerse al costo que pudiera significar un eventual mal resultado en los comicios del próximo 27 de octubre. Finalmente, esta idea fue rechazada por casi la unanimidad del consejo general que acordó postergarlas a diciembre.

Los exministros Gonzalo Blumel (Interior) e Ignacio Briones (Hacienda) asumieron en pleno estallido social.

Varias figuras emblemáticas de Evópoli señalan que más allá de una mala negociación municipal o de las críticas al estilo jerárquico de conducción de la actual timonel, el partido pasa hoy por una crisis de identidad, un agotamiento y que la salida no pasa por un simple cambio en la conducción.

“El problema es que Evópoli se quedó sin épica, sin mística, sin rumbo, sin un relato y un proyecto político sustantivo y diferenciador en la centroderecha y, si no se hace un giro drástico que recupere la esencia con que nació el partido hace más de una década, puede terminar desapareciendo”, explica un destacado militante que prefiere hablar en off the record para “no echar más pelos a la sopa”. Este punto ha llevado a que, en el Congreso, haya un acercamiento cada vez mayor entre entre los parlamentarios de esta tienda y la UDI.

Kast dice que hay que mirar un poco hacia atrás para entender el desgaste que ha tenido la colectividad en los últimos cinco años: “Evópoli tuvo un rol clave en el estallido social del 2019, donde Ignacio Briones y Gonzalo Blumel prácticamente se tuvieron que echar al hombro al gobierno del presidente Sebastián Piñera… Fuimos el único partido, cuyos parlamentarios se opusieron y votaron en contra de los retiros de fondos de pensiones… Durante el gobierno de Gabriel Boric hemos tenido un rol importante en el Congreso, en temas como la agenda de seguridad, la reforma de pensiones y los temas de salud, donde sí se ha actuado con unidad con el resto de los partidos de la coalición”. (Briones y Blumel fueron consultados para esta nota, pero no quisieron participar).

Hernán Larraín Matte, en tanto, confía en que la próxima “competencia” revitalizará el debate interno, movilizará a los más de 17 mil militantes y terminará reunificándolos como una alternativa liberal en la centroderecha. “Se necesitan nuevos proyectos que cohesionen al partido y aporten a la gobernabilidad del país”, señala.

Otros, en cambio, creen que es mejor consensuar una directiva de unidad que incorpore a históricos y figuras emergentes, para no ahondar la actual grieta y evitar una drástica baja en la votación que arriesgue su sobrevivencia.

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