Economia
Primer Click | Es el turno del BCE
Buenas noticias. Eso es lo que quiere ver Wall Street en los datos de inflación que se publicarán en EEUU el miércoles 11 de septiembre, especialmente en medio de la confusión generada por el reporte laboral de agosto.
El camino ha sido accidentado y más lento en los últimos meses, pero el mercado parece confiado de que la tasa de inflación mostrará que se encamina decididamente hacia la meta de la Fed.
Un 2,6% es la variación a 12 meses que se espera ver en el índice de precios. El tono convencido del discurso de Jerome Powell en Jackson Hole hará que, probablemente, nos fijemos menos en el estancamiento que se proyecta para la inflación subyacente en una variación anual de 3,2%.
El nerviosismo generado por las cifras laborales mixtas restará impacto al reporte de inflación, a menos que éste arroje datos muy diferentes a las expectativas. La preocupación se enfoca ahora en la magnitud de la desaceleración económica. Porque hay una gran diferencia en recortes de tasas que deben implementarse por necesidad, en respuesta a un deterioro de la economía, y aquellos que un banco central implementa para normalizar la tasa y llevarla a un nivel neutral.
“La inflación es cada vez menos preocupante y la atención de la Reserva Federal se centra ahora en los riesgos a la baja para el empleo. Aunque el mercado laboral no es tan débil como parece, nuestros economistas creen que la Fed aún necesita recortar los tipos de interés o corre el riesgo de debilitar más el mercado laboral. Prevén un recorte de tipos de 25 puntos básicos este mes y otro en diciembre”, afirma Daniel Grosvenor, director de estrategia de Oxford Economics.
Es una visión más conservadora que la de JPMorgan, que aún proyecta recortes por 100 puntos base hasta fin de año. Con tres reuniones en agenda, y la de noviembre al día siguiente de la elección presidencial, la proyección del banco implica un recorte de 50 puntos o el 18 de septiembre o en diciembre.
Tras el reporte del viernes, que confirmó una desaceleración en las contrataciones pero también una caída del desempleo, el mercado da un 50% de probabilidad a un recorte más agresivo para comenzar la baja de tasas.
Decisiones europeas
Mientras las especulaciones en torno a la Fed continúan, primero llegará la decisión del Banco Central Europeo (BCE). Con la inflación en 2,2%, ya cercana al 2% meta, todo favorece para que el emisor de la Eurozona retome el jueves 12 las bajas de interés, que pausó tras un primer recorte en junio.
Si bien hasta ahora parecía que el BCE también lograría un aterrizaje suave de la Eurozona, esta idea se ha puesto en duda recientemente por la debilidad de la economía alemana, que se ve amenazada con caer nuevamente en recesión. “Tenemos una crisis estructural. Se invierte demasiado poco, sobre todo en el sector manufacturero, y la productividad lleva años estancada. También tenemos una crisis económica”, afirmó Timo Wollmershäuser, director de proyecciones de Ifo.
La economía alemana se contrajo 0,1% en el segundo trimestre, y Wollmershäuser y su equipo proyectan un estancamiento para este y el próximo año.
La crisis en Alemania aumenta la presión para que el BCE acelere el ritmo de los recortes.
Pero como bien saben los bancos centrales latinoamericanos, el BCE no puede jugar sus cartas libremente y debe estar atento al ritmo de los movimientos de la Fed para evitar ajustes demasiado bruscos de su moneda.
De ahí que el tono que adopte el emisor en su comunicado del próximo jueves podría generar cambios importantes en el EUR/USD, aumentando o disminuyendo la presión sobre el billete verde.
El primer cara a cara
Antes de la decisión del BCE, el mercado podrá ocuparse con un tema político. Donald Trump y Kamala Harris tendrán su primer cara a cara la noche del martes 10. El republicano y la demócrata se enfrentarán en un debate televisado, que será transmitido por ABC News.
Fue tras un temprano debate con Trump a fines de junio, que la campaña de Joe Biden comenzó su rápido declive, tras poner en duda la capacidad del Presidente demócrata para gobernar otros cuatro años.
Esta vez Trump se enfrenta a una oponente que ha logrado unificar al Partido Demócrata e inyectar competencia a la carrera electoral. Harris llega con ventaja en las encuestas.
Los últimos sondeos dan a Harris un 48,8%de las preferencias a nivel nacional versus 45,2% para Trump. Pero, a dos meses de las elecciones, los candidatos todavía aparecen empatados en los swing states (estados volátiles), que controlan 93 decisivos votos de los colegios electorales, que son los que finalmente deciden la presidencia.
Tal como sucedió tras el duelo Trump-Biden, podríamos ver movimientos en los mercados, reflejando las apuestas según quién se perciba como ganador. El denominado “Trump trade”, favorece a empresas de energías no renovables, de defensa y small caps menos dependientes del comercio internacional. Por el contrario, IG apunta a que una administración de Harris favorecería a firmas de energías renovables, del sector de salud, y construcción.
El riesgo que importa
Después de una semana cargada de datos de inflación, bancos centrales y el cruce entre Trump y Harris, el mercado haría bien en poner la mirada en China.
Entre el lunes y martes, Beijing reportará cifras de inflación y balanza comercial. Las últimas serán revisadas con atención, tras un cuestionamiento a las cifras de China. Brian Setser, economista senior del Consejo de Relaciones Exteriores, detectó inconsistencias entre los datos comerciales y la balanza de pagos de China. Según Setser, el superávit comercial de China se acerca en realidad a los US$700.000 millones versus los US$ 253.000 millones reportados el año pasado.
Varios países están acusando a China de subsidiar su producción para “inundar” mercados externos con sus exportaciones, ante la debilidad de su demanda interna.
Hacia el final de la semana, Beijing reportará además cifras de producción industrial, ventas minoristas y el índice de precio de viviendas. La producción industrial lleva tres meses consecutivas a la baja, las ventas minoristas han decepcionado recurrentemente y en julio marcaron su menor expansión en un año; mientras el precio de la vivienda ha profundizado mes a mes una contracción que comenzó hace dos años.
Goldman Sachs espera una mayor desaceleración de la economía china en el tercer trimestre; y JPMorgan retiró su recomendación a favor de acciones chinas, anticipando que sufrirán por un recrudecimiento del conflicto comercial con EEUU.
Analistas buscarán pistas en las cifras de ventas minoristas y crédito bancario si las medidas implementadas durante en julio están aportando algo a un repunte. Pero el problema de China no es la falta de liquidez, sino la desconfianza generada las políticas Cero-Covid, el desplome del sector inmobiliario y el alto desempleo juvenil. La respuesta de China pasa por recuperar la fe de los hogares en el régimen y sus planes.