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Repatriación de capitales: el 60% de lo recaudado provino de tres países
Fue la principal medida recaudatoria que incorporó la ley de cumplimiento tributario o antievasión que entró en vigor en octubre. Se trata de una norma que abrió una nueva ventana para la repatriación de capitales. Estuvo en vigor entre octubre y diciembre de 2024. Y como anticiparon varios expertos fiscales y parlamentarios, los resultados esperados por el Tesoro estuvieron lejos de concretarse.
Se esperaba que recaudara el 0,21% del PIB, unos 602 millones de dólares. Sin embargo, Se logró el 15,6% de lo previsto. La cantidad se traduce en unos 94 millones de dólares (92.496 millones de dólares). Si se compara con el proceso de 2015, Sólo se logró el 6,3% de lo recaudado en aquella ocasión, cuando el Tesoro logró captar US$ 1.502 millones, superando ampliamente la proyección hecha de US$ 91 millones.
Por supuesto las condiciones y requisitos son diferentes. En la reforma tributaria aprobada en 2014, Durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet se fijó un plazo de un año, por lo que la norma estuvo vigente durante todo 2015. A esto se suma que la tasa fijada fue un 8% inferior al 12% establecido en este proceso.
Los principales tipos de ingresos o bienes declarados en esta ventana fueron bienes muebles: vehículos, barcos, aeronaves, joyas, objetos de arte, antigüedades, armas, con $38.099 millones; acciones, con $19.900 millones, y depósitos, con $11.855 millones.
Siguiendo con las comparaciones, si en 2015 hubo un total de 7.832 declaraciones, ahora son solo 568 de 547 contribuyentes. La mayoría, esta vez, se materializó en la Dirección Metropolitana Oriente, con el 65% de los casos, y el 80% fueron personas naturales.
Al desglosar los principales destinos de origen, el SII informó que Estados Unidos tenía el 35% de las mercancías declaradas pagando impuestos por US$ 32 millones. Le siguieron Panamá, con 13 millones de dólares, y las Islas Vírgenes (Reino Unido), con 9,5 millones de dólares. Estos tres países representaron el 59% del total de impuestos pagados, lo que equivale a US$55,3 millones de los US$94 millones que recaudó esta medida.
Para los expertos, no sorprende que la mayoría de los ingresos o bienes declarados y pagados procedan de estos tres países. “Estados Unidos es uno de los principales destinos de las inversiones chilenas. Por otro lado, Panamá y las Islas Vírgenes se utilizan como domicilio de las estructuras a través de las cuales se mantienen las inversiones en el exterior”, dice Andrés Alessandri, socio de Mena Alessandri & Asociados.
Alberto Cuevas, socio de KPMG y excoordinador de política tributaria del Tesoro en el segundo gobierno de Michelle Bachelet, también ve “previsible” que la mayoría de los recursos provengan de esos tres países. “La vez anterior, en 2025, también fueron los mismos países”, afirma.
Para la socia de Tax & Legal de PwC Chile, Loreto Pelegrí, una explicación para que Estados Unidos lidere es que “Chile firmó y está vigente el llamado Common Reporting Standard, una forma de intercambio automático de información a través de la cual el SII tiene acceso a cierta información, que reporta cuentas financieras que los contribuyentes residentes en Chile tienen en instituciones financieras residentes en jurisdicciones adscritas, Estados Unidos no es una jurisdicción adscrita al Estándar CRS.
Los expertos explican que este proceso recaudó menos de lo proyectado, por al menos tres razones. Uno, la tasa fue más alta que el proceso anterior; dos, el plazo limitado, y tres, la mayoría de quienes tenían bienes o recursos no declarados ya lo hicieron en 2015, por lo que no quedaban muchos recursos por declarar.
Cuevas ofrece una perspectiva más histórica para argumentar por qué no se cumplieron las proyecciones del Tesoro. Lo primero que menciona es que el contexto que hubo en 2014-2015 hay que situarlo con lo que suceda en 2025. Allí sostiene que en los años 2000 se fortaleció la reacción de los países contra las cuentas financieras que se basaban en el secretismo. banca o que tenían poca información”. En ese momento, recuerda Cuevas, “los bancos internacionales habían comenzado a enviar cartas a sus clientes advirtiendo que si no proporcionaban cierta información cerrarían sus cuentas, porque no cumplían las normas sobre blanqueo de capitales y narcotráfico, entre otras. . Por lo tanto, los clientes chilenos comenzaban a recibir esas cartas. Además, se publicó la lista Falciani, donde había una lista de evasores de impuestos, lo que generó preocupación entre los contribuyentes”.
Para Pelegrí, lo principal que lo explica es el plazo respecto a 2015. “No se veía cómo se iban a recaudar US$600 millones en dos meses, considerando que es un trabajo lento para armar la declaración y sustentar con documentación los bienes. y rentas a declarar”.