¿Cuáles son los costos de que oficialismo y oposición se dividan en cuatro listas electorales para la elección de consejeros constitucionales? Esa fue la pregunta que se planteó y analizó el centro de estudios Libertad y Desarrollo (LyD) en un informe en el que simularon los efectos de que la derecha y la izquierda no hayan podido competir en listas únicas por cada sector.
El ejercicio que realiza LyD ocurre justo cuando cada fuerza política registra sus pactos electorales ante el Servicio Electoral (Servel). De un lado del oficialismo está la lista Unidos por Chileun conglomerado que incluye a los colectivos Aprueba la Dignidad, el Partido Socialista (PS) y el Partido Liberal (PL).
A ellos se suma el pacto Todo por Chileque agrupa al sector de la alianza de gobierno que decidió ir en listas separadas, es decir, el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Radical (PR) y también la Democracia Cristiana (DC).
Por otro lado, Chile Vamos y el Partido Republicano tampoco lograron unificarse en esta elección. La coalición de derecha decidió renombrarse para esta elección como Chile Segurodonde Evolución Política (Evópoli), Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI) volverán a compartir papeleta en otro proceso electoral, mientras que el grupo fundado por José Antonio Kast irá por su propio carril.
Investigador LyD y politólogo Jorge Ramírez tomó los datos de la última elección de diputados del año 2021 para realizar un simulacro de elección del Consejo Constitucional y analizó dos escenarios: uno con dos listas y otro con cuatro.
El ejercicio de LyD muestra que si cada sector compite en cuatro listas, el oficialismo obtendría el 46% de los escaños, mientras que la oposición obtendría el 48%. El desempeño electoral cambia al hacer el análisis bajo otro escenario, es decir, cada sector unido en dos listas.
Con el mismo criterio, pero ahora unificando el Partido Republicano con Chile Seguro -Chile Vamos- y lo mismo con Unidad por Chile y Todos por Chile -Apruebo la Dignidad, el Socialismo Democrático y la DC-, el primer grupo se llevaría el 44% de los escaños del Consejo, mientras que el segundo grupo obtendría el 54% de los escaños del futuro organismo electoral.
“Hay que tomar los números con cautela. Estamos en diferentes momentos políticos. La elección de diputados en 2021 fue con el presidente Sebastián Piñera, con un desafiante candidato presidencial Gabriel Boric (…). Hoy el panorama político es diferente: Boric ya es Presidente de la República y atraviesa un ciclo de impopularidad muy prematuro”, afirma Ramírez.
Las conclusiones del estudio establecieron que el efecto de unidad es más beneficioso para el oficialismo que para la oposición. “Si el oficialismo hubiera concretado una lista conjunta, por el efecto aritmético de la concentración de votos en un solo pacto, habría obtenido cuatro curules más (Región Metropolitana, Ñuble, Los Lagos y Aysén) con respecto al escenario base , que competirá dividida en dos listas, en este caso, idénticas a las de la elección de diputados de 2021”, se lee en el informe.
En ese escenario, el oficialismo -hipotéticamente- obtendría 27 de los 50 escaños en disputa en las próximas elecciones, obteniendo una mayoría y muy cercana a los 3/5 -30 concejales- necesarios para aprobar reglamento.
Ese mismo escenario no se da en la oposición. El informe muestra que el efecto de unidad no maximiza los escaños que puede ganar la derecha. “El factor unidad Chile Vamos-Republicanos se diluye frente a la unidad del oficialismo, con los mismos datos. Sin ir más lejos, bajo el escenario de las ‘cuatro bandas’, es decir, dos listas oficialistas y dos opositoras, el total de los grupos de centroderecha y derecha alcanzan su máxima optimización electoral (48% de los escaños). Mientras que la lista única de derecha solo obtiene el 44% de los escaños cuando se enfrenta a la lista única oficial”, agrega el informe.
El investigador de LyD complementa el análisis añadiendo que todo ello estará atravesado por el factor del voto obligatorio. La simulación se realizó en base a resultados electorales en los que se aplicó el voto voluntario. “Es una referencia interesante que permite cuantificar el impacto de la decisión de ir dividido o bajo lista unitaria, pero el propósito no es extrapolar cuál será la próxima elección”, dice Ramírez.
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