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Tras la estabilización, Argentina va por el crecimiento

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El entusiasmo por las oportunidades que ofrece Argentina se puede sentir entre los inversores. En una reciente reunión de la industria minera en Londres, los asistentes comentaron que, si bien Argentina “tiene otros problemas”, hoy aparece como un destino “más atractivo” para invertir que otros de la región.

Las declaraciones se alinean con anuncios recientes de empresas sobre grandes proyectos que se completarán en 2025. Solo en la última semana, JPMorgan anunció que aumentará su personal en Argentina en un 40% para establecer un centro regional; Sidersa anunció una inversión de US$ 300 millones para una planta siderúrgica “de última generación”; Tecpetrol, de la ítalo-argentina Techint, confirmó una inversión de US$ 2.000 millones en su proyecto en el complejo Vaca Muerta; La CFI, brazo financiero del Banco Mundial, anunció una lista de proyectos por valor de 3.000 millones de dólares para los próximos dos años, en su mayor inversión en el país en medio siglo; y la minera Rio Tinto anunció inversiones por 2.500 millones de dólares en su proyecto de litio Rincón.

Un “cambio de cultura” y una mayor apertura a la inversión privada y señales de que el Gobierno está comprometido con las reformas necesarias están detrás del nuevo entusiasmo por Argentina.

Para la Casa Rosada aprovechar el momento es clave. Economistas y bancos de inversión sugieren que después del ajuste fiscal y la reducción de la inflación, la prioridad ahora es impulsar el crecimiento económico. Sobre todo teniendo en cuenta que el año que viene habrá elecciones. Los argentinos necesitarán sentir los beneficios del ajuste (a través del aumento del empleo y los ingresos) para darle al partido gobernante suficientes votos en las elecciones legislativas de octubre de 2025 para implementar medidas estructurales.

En su proyección para 2025, BBVA se muestra optimista y prevé un repunte de la inversión del 14%, lo que unido a una recuperación del consumo ayudaría a que la economía argentina crezca un 5,5% el próximo año.

Uno de los cambios más importantes por parte de la Casa Rosada fue la creación en agosto pasado del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) para proyectos de inversión por un mínimo de US$ 200 millones, con el que busca compensar las dudas que generan. . controles de cambio y otras regulaciones que ofrecen un marco de estabilidad jurídica durante 30 años.

El RIGI ofrece a las empresas beneficios fiscales que incluyen reducciones en el impuesto a la renta (del 35% al ​​25%), dividendos (del 7,5% al ​​3,5%), IVA (créditos fiscales), importación de bienes de capital y repuestos, e impuestos aduaneros para la exportación. e importar. Además, el régimen fija un tipo de cambio para calcular el valor de los proyectos en pesos, reduciendo la exposición a la volatilidad cambiaria.

En su discurso por el primer año de Gobierno, Javier Milei aseguró que ya hay US$ 12.000 millones en inversiones de proyectos ingresados ​​bajo la RIGI. Con otros 30 mil millones de dólares pendientes para un proyecto de gas natural licuado (GNL) de la petrolera YPF en Río Negro.

“El RIGI llamó la atención de los inversionistas ya que fue aprobado mediante una ley, que también fue aceptada por las provincias donde se ubicarán los proyectos, y esto evitará nuevos impuestos locales”, Saúl Ricardo Feilbogen, director del área de derecho corporativo y mercados de capitales de la firma argentina Vitale, Manoff & Feilbogen.

Hasta el momento las mayores inversiones anunciadas se encuentran en el área de energía, que Feilbogen atribuye al atractivo de los recursos de petróleo y gas no convencionales en Vaca Muerta. Los desarrollos anunciados por las empresas contemplan la producción de combustible y la construcción de oleoductos para exportar a Chile y Brasil.

Desde el sector minero ven en RIGI el principal impulsor de las inversiones esperadas a partir de 2025. En un seminario organizado por la consultora británica FastMarkets, fuentes de la industria argentina afirmaron que hay alrededor de 180 proyectos mineros en desarrollo, 50 de ellos enfocados en litio y 32 sobre cobre, con potencial para que Argentina supere a Chile en producción de litio para 2030.

“Ya se están desarrollando nuevos proyectos (de inversión). Se espera que pronto se levanten las restricciones al movimiento de capitales, por lo que la mayoría de los nuevos proyectos estarán exentos de estas restricciones cuando lleguen a la fase de producción”, añade Feilbogen.

El riesgo de los controles

El abogado argentino se refiere así a uno de los principales riesgos para las positivas perspectivas de la economía argentina: los controles a los movimientos de capitales.

Para sorpresa de muchos economistas del pensamiento de Milei, el presidente argentino y su ministro de Economía, Luis Caputo, están retrasando el retiro de los controles que restringen el acceso a dólares y el envío de fondos al exterior.

La medida ha buscado contener la devaluación del peso argentino como parte de los esfuerzos contra la inflación y darle tiempo al Banco Central para reconstruir sus reservas de divisas internacionales.

Sin embargo, con una inflación del 2,4% mensual y una tendencia a la baja, el mercado está ansioso por que se levanten las restricciones. Según BBVA, es la ampliación de estos controles lo que llevó a corregir a la baja su previsión de crecimiento del 6% al 5,5% para 2025.

Los analistas de AdCap Grupo Financiero son más conservadores y pronostican un crecimiento del 4,4% el próximo año. “La combinación de la fortaleza del peso, percibido como sobrevaluado, y el aplazamiento del fin del cepo (controles) disuade la inversión, sin la cual la recuperación probablemente sea de corta duración”, advierten.

Milei prometió levantar la trampa “para siempre” el próximo año. Pero los analistas creen que esperará hasta las elecciones de octubre, para evitar un impacto electoral por la posible devaluación que se produzca.

Mientras tanto, el sector privado prestará atención a otros dos factores: el acuerdo con el FMI y el movimiento kirchnerista. Se estima que Milei busca un plan por 26.600 millones de dólares con el FMI, precisamente para poder levantar las restricciones cambiarias. Hay expectativas de que el acuerdo se produzca en el primer trimestre, con cierto riesgo de una reacción adversa del mercado si no sucede.

El segundo factor es Cristina Kirchner. Los analistas de AdCap consideran que, si el kirchnerismo logra rearmarse y crear un frente opositor único previo a las elecciones legislativas, el mercado consideraría en riesgo el avance de las reformas más estructurales.

Estas reformas son claves para garantizar la continuidad de la RIGI y abrir las inversiones a otros sectores y a las medianas y pequeñas empresas. Es decir, para que la recuperación después de la recesión no sea sólo temporal.

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