La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) ha concluido una de las etapas más relevantes en la implementación de la Ley FinTEC: el proceso de registro y autorización de las empresas que formarán parte del Registro de Proveedores de Servicios Financieros. Este hito marca el comienzo de una nueva fase para la industria y refuerza el compromiso de Chile con la modernización del sistema financiero.
Las cifras son abrumadoras: se presentaron alrededor de 350 aplicaciones, lo que confirma que Chile es un mercado vibrante y constantemente en crecimiento. Sin embargo, el camino no ha sido simple. Para muchas empresas, este proceso significó un esfuerzo considerable, tanto en términos operativos como financieros, dado el alto nivel de cumplimiento.
“La adaptación a nuevos requisitos ha implicado inversiones significativas, y es clave que la regulación continúe evolucionando proporcionalmente para no detener la innovación”.
De la industria valoramos el diálogo y la colaboración que marcó esta etapa, pero también es importante reconocer que el proceso ha sido un desafío, especialmente para las nuevas empresas y las empresas en crecimiento. La adaptación a los nuevos requisitos ha involucrado inversiones significativas, y es clave que la regulación continúe evolucionando proporcionalmente para no detener la innovación.
Ahora viene una fase igualmente relevante: cumplimiento continuo y supervisión del regulador. En este punto, es esencial que la inspección se realice con flexibilidad y proporcionalidad, reconociendo la diversidad de los modelos comerciales en la industria. No todos los fintech tienen los mismos riesgos u operan en las mismas condiciones, por lo que es clave que la supervisión refleje esa realidad.
Además, para que el ecosistema continúe avanzando, es necesario fortalecer la capacidad del regulador, proporcionándole herramientas y recursos adecuados para comprender en profundidad el funcionamiento del fintech y su base tecnológica. El control debe ser moderno, ágil y de acuerdo con una industria que opera principalmente en entornos digitales.
Este primer paso ha sido un gran avance, y el fintech ha respondido con compromiso y responsabilidad. Ahora, el desafío es consolidar un marco regulatorio que permita continuar promoviendo la inclusión financiera y la competencia, manteniendo el equilibrio entre estabilidad, supervisión y desarrollo.