Una carta de valor – La Tercera

Algo nuevo ha comenzado a tomar forma en Chile y una carta de Evelyn Matthei en “El Mercurio” lo anuncia. ¿Ganarás en las próximas elecciones presidenciales? Espero, pero no puedo asegurarte. Menos en contra de tanto augurio triunfalista de candidianzas polarizantes y las que nos han sido traídas durante años.

Lo nuevo es que las personas de pendientes políticas encontradas anteriormente, convergen proponiendo unir a Chile después del objetivo de recuperar una coexistencia saludable y segura, capaz de llevar empleos y prosperidad a los chilenos. Es el sueño alternativo al de exclusión, hostilidad, descalificación y castigo a los demás, como una clave de éxito. Es la reunión en un compromiso democrático radical que busca cambiar un chile deteriorado.

Muchas cosas expresan esto. Uno, la aparición de personas centrales con coraje para apoyar el rechazo de un texto constituyente aberrante, presentado como “genuino único de la izquierda”, que condenó a sus disidentes a ese gulag ideológico de ser “vendido a la derecha”; Pudieron ser más pueblo que seguidores del Vaticano de la Compass Lost. Dos, esa parte del derecho que se suponía como genuinamente democrático y sensible a las necesidades de las mayorías, aunque el más recalcitrante lo acusará de “derecho cobarde” por distanciarse del pinocetista del Vaticano. Tres, las declaraciones de muchos centros y la izquierda rechazaron la candidatura de Jara y el programa que la PC preparó para ella. Cuatro, las palabras categóricas de Joaquín Lavin señalando que Kast y los republicanos tienen su propio camino, diferente de los suyos y llamados para reconocer que “Chile Vamos era pequeño para Chile” y debe “transformarse en algo más nuevo y más grande” y desde la otra acera, las declaraciones de José de Gregorio que no votará por Jara y sentirá “el cierre de Evelynnnnn”. “

La carta de Evelyn Matthei a Sebastián Edwards lanzada ayer a la opinión pública, es un hito importante de este cambio hacia la amplia unión de Chile para abandonar el marasmo. Es una carta valiente. Parte disculpándose por el dolor causado en muchas por sus palabras sobre las muertes después del 11 de septiembre. Critica inequívocamente a la política de que “no defendió la democracia” y continúa señalando que no justifica o defiende las persecuciones, la tortura y las muertes del golpe militar. Proclamar esta conclusión exige grandeza y coraje; Inevitablemente ha sido una revisión dolorosa de su propia historia: “Es una lección que creo que hemos aprendido. La vida, la libertad, la democracia, los derechos humanos son incómodos, y siempre debemos defenderlos”.

Estos en procesos humanos convergentes que describo y ahora la carta decisiva de Evelyn contienen esa identidad que muchos reclamaron invisibles o ausentes en su candidatura. Es la propuesta unir a Chile frente a aquellos que lo polarizan y más allá de lo que alguna vez fuimos.

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