Economia
Jefe de la unidad para la región de la OCDE: presión fiscal a empresas en Chile “es relativamente alta al comparar con el promedio OCDE y reducida en personas”
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) observa con interés el debate tributario chileno. La apertura de diálogos sociales para discutir la reforma ha puesto sobre la mesa las distintas visiones sobre la carga tributaria del país: mientras el Ministerio de Hacienda defiende que la distancia es cercana a los ocho puntos del PIB y que deben ser considerados como tributos aportes sociales seguridad -aunque estas son privadas-, los empresarios han dicho que la brecha es menor, entre dos y cinco puntos del Producto, al descontar la seguridad social y controlar por factores como el PIB per cápita y la demografía del país.
Discusión que intenta zanjar el economista colombiano Sebastián Nieto Parra. El titular de la Unidad para América Latina y el Caribe de la OCDE es una voz autorizada en el tema, ya que es uno de los autores del informe anual de estadísticas tributarias de la región.
Diálogos tributarios: “Es fundamental generar consensos que incluyan la visión de todos los actores de la sociedad a través de un proceso en el que el diálogo se realice con base en evidencias”.
Doctor en Economía por el Instituto de Estudios Políticos de París, Nieto Parra advierte -a través de una entrevista escrita- que no solo Chile, sino la región, aún tiene una importante brecha por cerrar en términos de recaudación tributaria frente al mundo desarrollado, a pesar de la hecho de que la distancia se ha ido acortando en las últimas décadas.
– Centrándonos en Chile, ¿cuáles son los principales desafíos del país en materia fiscal?
– Según las últimas cifras comparables, el nivel de recaudación de impuestos en Chile es del 19,3% del PBI, más de dos puntos porcentuales por debajo del promedio de la región. Esta diferencia aumenta a más de 14 puntos porcentuales en comparación con el promedio de la OCDE.
– La recaudación del impuesto personal ha sido un tema recurrente en los diálogos sociales en Chile. ¿Hay una brecha allí?
– Similar al promedio de la región, el nivel de recaudación de particulares es del 2% del PBI en Chile, lo que representa el 10% de la recaudación total. Este resultado contrasta con el promedio de la OCDE, donde se recauda más del 8% del PIB y representa cerca de una cuarta parte de la recaudación total.
En contraste, el impuesto corporativo representa alrededor del 25% de los ingresos totales en Chile y alcanza el 4,7% del PIB. Tanto en valores absolutos como relativos al PIB, supera el promedio de la región y de los países de la OCDE. En concreto, en la OCDE este impuesto no llega al 10% de la recaudación total y representa el 3% del PIB.
– ¿Cuál es la comparación correcta de la carga tributaria: considerando o excluyendo los pagos a la seguridad social?
– En las estadísticas fiscales de la OCDE, los “impuestos” se definen como pagos obligatorios sin contraprestación a las administraciones públicas. También se incluyen en esta clasificación las cotizaciones obligatorias a la seguridad social pagadas a las administraciones públicas.
Desde el punto de vista del individuo, los pagos totales por supuesto incluyen aportes privados a salud y pensión, lo que efectivamente ocurre en Chile como en varios países de la región. Así, en el caso de Chile, mientras que las cotizaciones a la seguridad social pagadas a las administraciones públicas representan el 1,5% del PIB, en los países de la OCDE se acerca al 9% del PIB. Esta brecha se reduciría si se incluyen las contribuciones privadas.
Sin embargo, más allá de las contribuciones a la salud y las pensiones, desde la perspectiva del impuesto personal, como en muchos países de la región, el nivel de recaudación es bajo en comparación con el promedio de la OCDE.
– ¿La carga tributaria total de Chile es baja?
– La recaudación total en Chile, al igual que en el promedio de América Latina y el Caribe, es baja en comparación con el promedio de la OCDE. Sin embargo, si nos enfocamos en la presión del impuesto corporativo, es relativamente alta en comparación con el promedio de la OCDE.
acuerdos amplios
– ¿Cuáles son sus expectativas con respecto a la reforma tributaria en Chile?
– Un elemento importante a considerar es el proceso que se debe llevar a cabo para culminar este tipo de reformas por el buen camino. Generar procesos participativos, como se está planteando actualmente en Chile, es clave. Es fundamental generar consensos que incluyan la visión de todos los actores de la sociedad a través de un proceso en el que el diálogo se realice a partir de evidencias.
– Un punto de discusión ha sido si el sistema tributario ayuda a reducir la desigualdad. El Gini no varía mucho en Chile luego de la acción del sistema tributario.
– Se valora la promoción de medidas que eliminen la evasión y elusión fiscal y que favorezcan la reducción de las desigualdades gracias a la mejora de la estructura tributaria.
Como en otros países de la región, gracias a los impuestos y las transferencias, la reducción de las desigualdades de ingresos -medida por el Gini- no supera los tres puntos, mientras que en el promedio de los países de la OCDE se acerca a los 16 puntos.
Para mejorar este resultado, hay que tener en cuenta distintas medidas, como una mayor progresividad del impuesto directo sobre las personas físicas, la revisión de algunos gastos tributarios y la utilización de algunos impuestos, como el inmobiliario o el patrimonial, para los que es requiere una buena información contable.
Adicionalmente, para mejorar la estructura tributaria es importante tomar en cuenta las tendencias globales, como la agenda verde.
Para ello, es necesario promover el uso de impuestos relacionados con el medio ambiente y compensar a los hogares más vulnerables por estos aumentos.
“Debido a la crisis sanitaria, los ingresos tributarios en la región cayeron en promedio un 8% en términos nominales”.
“Además, en 20 de los 26 países cubiertos, los impuestos cayeron más que el PIB”.
“A diferencia del promedio de la OCDE, (en América Latina y el Caribe) hay una alta dependencia de los impuestos indirectos y de las empresas”.
“Es una prioridad mejorar el sistema tributario para promover
inclusión y promover la creación de empleo formal”
El director cree que la región debe hacer mayores esfuerzos para reducir la evasión fiscal y eliminar las exenciones que no agregan valor a las economías.
– ¿Cuáles son los puntos que más destacaría del informe “Estadísticas Tributarias en América Latina y el Caribe” que se publicó hace dos semanas?
– A raíz de la crisis del Covid-19, la recaudación de impuestos en América Latina y el Caribe fue del 21,9% con respecto al PIB en 2020. Sin embargo, existe una alta heterogeneidad, con países como Guatemala, República Dominicana, Paraguay o Panamá con una recaudación inferior al 15% del PIB, mientras que en Brasil, Barbados y Cuba supera el 30% del PIB.
Debido a la crisis sanitaria, los ingresos tributarios en la región cayeron en promedio un 8% en términos nominales. Además, en 20 de los 26 países cubiertos, los impuestos cayeron más que el PIB, lo que provocó caídas generalizadas en las tasas impositivas respectivas. En promedio, la relación entre los ingresos tributarios y el PIB cayó 0,8 puntos porcentuales en la región, a diferencia del promedio de los países de la OCDE donde esta relación aumentó 0,1 puntos porcentuales.
La estructura tributaria de la región sigue estando concentrada en impuestos indirectos como el IVA y los impuestos corporativos directos. El impuesto de sociedades representa el 15,8% de la recaudación total mientras que en la OCDE es el 9,6% de la recaudación total. Por otro lado, la recaudación del impuesto a las personas físicas es sólo del 2,2% del PIB, mientras que en la media de los países de la OCDE supera el 8% del PIB.
– ¿La región está endeudada en su brecha con el mundo desarrollado?
– Los ingresos fiscales sobre el PIB se situaron en el 21,9 % del PIB en 2020, lo que significa que aún se encuentran más de 10 puntos porcentuales por debajo de la media de la OCDE (33,5 % del PIB). Los dos únicos países de América Latina y el Caribe con ingresos fiscales superiores al promedio de la OCDE son Barbados y Cuba.
La brecha no es solo con respecto al nivel, sino también con respecto a la estructura tributaria, ya que -a diferencia del promedio de la OCDE- existe una alta dependencia de los impuestos indirectos y de las empresas. En 2020, la estructura impositiva promedio de la región se basó en gran medida en los impuestos sobre bienes y servicios, que representaron casi la mitad de los ingresos fiscales totales (48,4 %), en comparación con un tercio en la OCDE.
– ¿Puede la región equilibrar su carga hacia niveles cercanos a la OCDE en los próximos años?
– Desde una perspectiva a largo plazo, la brecha se ha ido reduciendo. Entre 1990 y 2020, la recaudación promedio como proporción del PIB en la región aumentó en más de 6 puntos porcentuales (del 15,6% al 21,9%), en gran parte gracias al aumento del IVA y la recaudación de impuestos sobre la renta y las ganancias. La diferencia se redujo a lo largo de este período, pasando de unos 15 puntos porcentuales en 1990 a 11,6 en 2020.
Más que alcanzar niveles de recaudación similares a los países de la OCDE, es prioritario mejorar el sistema tributario para promover la inclusión y favorecer la creación de empleo formal. En particular, realizar mayores esfuerzos contra la evasión fiscal, mejorar la estructura tributaria para promover la formalización, eliminar algunos gastos tributarios que no generan valor agregado a las economías, promover una mayor progresividad de los impuestos a las personas, generar mecanismos de compensación enfocados en los más vulnerables son algunos ejemplos de políticas que podrían implementarse.
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