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Claudio Reyes: “Vamos a llegar al Senado, sabemos que ahí no tenemos los votos, tenemos que convencer a algunos parlamentarios de la oposición”

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Si bien el subsecretario de Previsión Social, Claudio Reyes, tiene un bajo perfil público, es uno de los que ha estado encabezando el trabajo de la reforma previsional, tanto desde el punto de vista de los cambios que se hicieron al proyecto cuando el gobierno ingresó sus indicaciones a fines del año pasado, como por las conversaciones que ha tenido con parlamentarios de distintos sectores políticos para intentar llegar a consensos.

“Lo importante de esta semana es que reanudamos la votación de los artículos de este proyecto de ley de reforma de pensiones. Después de 14 meses en que estuvo en la Cámara de Diputados, en particular en la Comisión de Trabajo, ha sido una semana intensa, pero estamos avanzando fuertemente”, destaca el subsecretario.

También enumera los temas que se han aprobado: la reorganización de la industria, el cambio de multifondos a fondos generacionales. La creación del Inversor de Pensiones del Estado (IPE). El ingreso de nuevos competidores a la gestión de inversiones. El autopréstamo. Y la transición.

“Nos quedan, eso sí, dos elementos fundamentales que deben resolverse. Por una parte, el seguro social, o más bien la distribución de la nueva cotización del 6%, y la Pensión Garantizada Universal (PGU), que son las materias que se van a votar el próximo lunes”, comenta.

Luego de que este lunes se despache el proyecto en la Comisión de Trabajo, deberá pasar a la Comisión de Hacienda, instancia que debería evacuar el proyecto durante la próxima semana, estima el subsecretario, para que se vote en sala durante la semana del 22 de enero. Respecto de si están o no los votos para aprobar la idea de legislar en la Cámara, responde: “Nosotros creemos que sí”.

Desde el centro político han pedido que la cotización adicional se distribuya en un 3% cuentas individuales y 3% al seguro social.

-Yo creo que lo que todos esperamos, y ha sido nuestro propósito siempre, es que lleguemos a algún acuerdo. Es el momento ya de llegar a los acuerdos, no solamente porque hemos estado 14 meses discutiendo este proyecto, sino porque la ciudadanía lleva ya casi 10 años o más esperando que haya una reforma de pensiones. Lo que se traduzca en mejorar las pensiones, pensionados actuales y futuros, es lo que vamos a propiciar. Las combinaciones pueden ser distintas, pero si cumplen el propósito que nos hemos marcado, estamos, por supuesto, dispuestos a considerarlas.

¿Qué están dispuestos a ceder en las negociaciones con Chile Vamos en el Senado?

-Con el Senado y con algunos senadores, particularmente de oposición, hemos sostenido muchas conversaciones. Creo que hay una disposición a conversar y que la sensatez va a estar presente en estas conversaciones. Vamos a llegar al Senado, sabemos que ahí no tenemos los votos, tenemos que convencer a algunos parlamentarios de la oposición, obviamente no podemos convencer a toda la oposición, pero nuevamente, hemos visto buena disposición al diálogo y ese diálogo lo hemos mantenido y lo vamos a seguir sosteniendo para llegar a una solución satisfactoria para todos los chilenos y chilenas.

¿En cuánto tiempo esperan tener despachado el proyecto de todo el Parlamento?

-Uno tiene siempre fechas ideales, uno diría que mayo sería un mes interesante en el cual podamos alcanzar un acuerdo y poderlo votar y transformarlo en ley, pero todo depende de las voluntades.

¿Cree que en el Senado son suficientes dos o tres meses para poder debatir y despachar el proyecto?

-Como digo, en estos 14 meses hemos abierto muchos ámbitos de conversación, han participado también representantes de los senadores. Los senadores están al tanto del proyecto, por lo tanto, no es un proyecto desconocido. Yo creo que, si ponemos la info en este trabajo y podemos responder prontamente, podemos tener un proyecto en el primer semestre.

¿Se dificulta la viabilidad de la reforma si no se logra despachar del Congreso en el primer semestre?

-No es que se dificulte, pero entramos en un tiempo distinto. No nos olvidemos que este año hay elecciones municipales y de gobernadores, el próximo año de diputados y presidenciales, y de alguna manera los tiempos electorales no facilitan, yo diría, la conversación o el diálogo, o ponen elementos distractores, por así decirlo. Entonces, creo que lo mejor para todos es tener un acuerdo lo más pronto posible.

¿Qué responde a los críticos que han dicho que este es un nuevo proyecto el que se ingresó mediante las indicaciones, y que no se ha dado el tiempo suficiente para debatirlo?

-La verdad es que no es un nuevo proyecto, este es un proyecto reducido donde se ha hecho un esfuerzo enorme. Fue parte de las peticiones que se hizo por parte de la oposición, de reducir en forma importante el proyecto. De 350 artículos que tenía originalmente, esta versión tiene 89 (…) Por lo tanto, yo creo que no es válido calificarlo como un proyecto nuevo.

¿Cuánto suben las pensiones de hombres y mujeres con estas indicaciones?

-Los aumentos, estamos hablando probablemente, de entre un 15% y un 20% de las pensiones actuales (por Seguro Social y PGU, pero depende según el caso de cada persona). Y ahí es donde tenemos un punto importante a resolver, que no hemos encontrado, yo diría, un elemento común con la oposición, que es cómo subimos las pensiones actuales. Y digo cómo, no porque no haya habido propuestas, sino porque las propuestas que se han puesto sobre la mesa, por el lado de la oposición, finalmente terminan considerando ya sea una deuda del Fisco o un gasto del Fisco. Y eso altera los equilibrios fiscales. Entonces, si no tenemos esos elementos, que además han sido rechazados con la reforma tributaria, y en este momento están sobre la mesa, pero no han sido aprobadas con el pacto fiscal, es imposible avanzar con una solución que considere esos elementos.

¿Las indicaciones cuánto suben las pensiones para los futuros pensionados?

-Eso va a depender, porque es el tema que tenemos que conversar y acordar, cuánto destinemos a las cuentas individuales.

¿Pero tal como están hoy las indicaciones, cuánto suben?

-También estamos entrando en el largo plazo a tasas del orden del 15% y el 20%

Pero si el 6% fuera cuenta individual, subirían en 60%.

-No es tan lineal, pero subiría más, por cierto, si va más. Pero eso es para los futuros, nuevamente. Acá estamos hablando de plazos de 20 o 30 años.

¿A qué segmento de los futuros pensionados le suben más las pensiones con esta fórmula que propone el gobierno, versus si todo fuera a su cuenta individual? Porque alguien debe salir ganando con esta solidaridad.

-En este momento, el segmento de la población que gana más es aquel que ya está pensionado. Y ese segmento es un segmento que yo definiría de clase media. Es la clase media a la cual va dirigida esta reforma

Pero ¿y a los futuros, que son los que van a aportar el 6%? ¿Quiénes son los más beneficiados ahí?

-Bueno, ahí se distribuye en forma equitativa. Por cierto, quienes son los más beneficiados son los que tienen más tiempo para poder ir acumulando mayor ahorro en su cuenta individual, los más jóvenes.

Los ingresos del Fondo Integrado de Pensiones, el fondo que se va a formar con la cotización que se destina al Seguro Social, empiezan a ser muy superiores a los gastos desde el año 2068 o 2070. Y después de algunos años, los ingresos más que duplican los gastos. ¿Qué se va a hacer con esos fondos?

-Es una decisión que hay que tomar, algo que también se puede considerar, porque ahí la autoridad del momento tendrá que tomar la decisión sobre qué hace con esos recursos. Puede aumentar los beneficios, es decir, las garantías, y ya no ser solo 0,1 UF por año cotizado, sino que sea superior. O también se puede tomar la decisión de que esos fondos vayan a las cuentas individuales. Yo creo que es un tema que hay que conversar y establecer claramente una mecánica que considere los parámetros que se puedan dar para tomar esas decisiones. Y hay instancias que de alguna manera tienen una neutralidad política, como el Consejo de Estabilidad Financiera, o el Consejo Fiscal Asesor, que pueden tomar una decisión diciendo ‘mire, este es el mejor destino de esos recursos’. En efecto, hay que tomar alguna decisión cuando esa situación ocurra.

¿Pero la decisión no se va a tomar ahora en la reforma?

-Yo creo que se podría dejar una instancia, como digo, un mecanismo que dado el cumplimiento de ciertas características, la autoridad del momento esté obligada a tomar una decisión (…) Estamos conscientes de que a partir de ese año hay una cantidad de recursos que empiezan claramente ya a sobrar. Por lo tanto, hay que buscarle un destino. Y creo que es el momento de hacerlo.

La presidenta de la Asociación de AFP dijo que, si antes existía un riesgo de estatización, ahora es mayor. ¿Puede asegurar que con la licitación del 10% del stock por año, el ente estatal, el IPE, no va a acaparar más de la mitad de los afiliados en unos pocos años?

-Creo que esa es una apreciación que no tiene fundamento. Digo esto porque uno de los requerimientos que se pidió para cambiar el proyecto de ley y presentar nuevas indicaciones, era una menor presencia del Estado en todo el proceso (…) El inversionista público va a jugar en las mismas condiciones, con las mismas reglas, con las mismas competencias, que cualquier inversionista privado. Tiene un tope máximo de afiliados que puede capturar (30%), va a partir de cero, a diferencia de la actual administradora de fondos de inversión que van a partir con una cartera de afiliados, incluso una de ellas, muy cercana al 30%. Por lo tanto, está muy lejos de existir esa posibilidad de estatización.

Pero lo que argumentan es que justamente no están las mismas reglas, porque al IPE, en caso de no tener ingresos suficientes para funcionar, el Estado le tiene que inyectar dinero, y entonces puede ofertar una comisión en la licitación que sea deficitaria.

-A ver, el IPE se va a regir por la regla de la ley de sociedades anónimas, como se rigen todos los demás. Todos los accionistas de una institución que queda con un capital bajo el requerimiento mínimo, están obligados a aportarlo. En el caso del IPE, como ocurre también en las AFP cuando partieron, tienen que hacer aportes extraordinarios hasta que no se alcance el punto de equilibrio con una masa de afiliados necesaria. No es una característica exclusiva y propia del IPE, es la característica de cualquiera que vaya a entrar desde cero y le pasó a las mismas AFP cuando partieron desde cero.

Pero no es una obligación alcanzar el punto de equilibrio, puede ocurrir que el Estado lo financie de por vida. En las indicaciones se establece que si es que los ingresos del IPE llegan a ser menores…

-No, en las indicaciones no se establece eso. Eso lo establece la norma que va a regir para todos los inversores de pensiones que tienen que mantener un patrimonio mínimo. Y por lo tanto, si ese patrimonio en algún momento baja de ese mínimo, el accionista, sea cual sea, privado o público, está obligado a aportarlo. Por lo tanto, es la misma regla para todos.

Pero entonces, ¿no ve que existe el riesgo de que el IPE pueda ofertar una comisión que para cualquier otro actor sea deficitaria?

-Yo no lo veo, porque como todo accionista, aunque sea el Estado, esos aportes de capital pasan por una ley de Presupuestos. Una ley de Presupuestos que además debe ser aprobada por un Congreso. Por lo tanto, si hubiese una entidad permanentemente deficitaria, no creo que sea una entidad que podría permanecer en el tiempo.

¿Y cómo se resguarda el riesgo de que eventualmente el gobierno de turno pueda llamar al IPE y pedirle que invierta en bonos del Estado, considerando que el IPE sí va a poder invertir en el Estado que es su controlador?

-A ver, todos los inversores de pensiones se rigen por límites de inversiones que son equitativos para todos. Eso limita instrumentos, por plazo, moneda, emisor, etc. Por lo tanto, hay un límite general para todos en papeles del Estado, no es para uno exclusivo. En particular, no solamente en las inversiones de AFP, sino en todos los operadores del mercados capitales, tienen límites de inversión en sus partes relacionadas, porque, entre otras cosas, tienen que ver con conflictos de interés. Pero eso bajo el concepto de grupo empresarial. El Estado no es un grupo empresarial, y en ese sentido la Constitución es clara al respecto. No se le aplican los mismos límites al Estado que lo que le aplican a los privados. Por lo tanto, la restricción que va a tener el IPE para invertir en papeles del Estado va a ser la misma desde el punto de vista financiero que van a tener todos.

¿O sea, no hay una estatización como afirma la Asociación de AFP?

-No hay una estatización.

#Claudio #Reyes #Vamos #llegar #Senado #sabemos #ahí #tenemos #los #votos #tenemos #convencer #algunos #parlamentarios #oposición
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Colombia le empata a Perú y evita que Chile sea colista de las Eliminatorias

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A raíz de la mala campaña en las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026, Chile necesariamente debe estar pendiente de otros resultados, con la calculadora en la mano. En ese sentido, una particular atención debía tener con lo sucedido en Lima, en el duelo entre Perú y Colombia, que cerró la séptima fecha clasificatoria. La Bicolor es uno de los rivales directos de la Roja, en la disputa del sexto cupo y el repechaje, por lo tanto era necesaria (desde los intereses nacionales) una ayuda de los cafetaleros. En la capital peruana, fue un empate 1-1 que terminó siendo un alivio para el Equipo de Todos, por el devenir del cotejo.

Sin el castigado Jorge Fossati al borde de la cancha, Perú salió a la cancha buscando su primera victoria en estas Eliminatorias, para salir del fondo de la tabla. Además de esa presión, requería cambiar la imagen luego de una deslucida Copa América, en la cual quedó en el camino en la fase grupal. La novedad fue la vuelta de Renato Tapia, portando la jineta de capitán, quien se perdió el certamen en Estados Unidos con una polémica de por medio.

La Selección Colombia, subcampeona de América y uno de los elencos que mejor fútbol exhibe en este lado del mundo, goza de una generación que destaca en Europa y que cuenta con una holgura que le ayuda en el tránsito de las Clasificatorias. El DT Néstor Lorenzo se guardó a James Rodríguez para el segundo tiempo. El 10 colombiano, flamante refuerzo del Rayo Vallecano de España, venía con inactividad.

El primer tiempo fue tan dinámico como impreciso. Colombia tuvo un dominio relativo. Si bien registró el 68% de la posesión durante el lapso inicial, Perú tuvo un par de acercamientos hacia la meta de Camilo Vargas que despertaron a la efervescente hinchada local. En los 11′, un cabezazo de Alex Valera obligó a la gran intervención de Vargas, quien despejó. Luego, en los 24′, se anula un gol a Gianluca Lapadula, por fuera de juego.

En líneas generales, Colombia tuvo un mayor afán de protagonismo, que se acentuó en el complemento. Perú, en casa, apostaba a salir de contragolpe. La Blanquirroja dio un sorpresivo golpe en el partido abriendo la cuenta gracias a una acción de pelota detenida. En los 66′, el zaguero Alexander Callens pone el 1-0, desatando una algarabía contenida por mucho tiempo en el país vecino. Luego de un centro, el defensor va a la segunda jugada y conecta el balón.

Este resultado mandaba a Chile en el último lugar de la tabla, al tener peor diferencia de gol que los peruanos. El peor escenario imaginable para el fútbol criollo. Rozando el papelón.

Colombia mejoró, haciendo figura al portero Pedro Gallese. En el epílogo, llegó el empate, que se festejó tanto en Bogotá como en Santiago. Con un cabezazo, Luis Díaz puso el 1-1, entregándole algo de justicia al partido y devolviendo a Perú al fondo de la clasificación. Una sensación de alivio inconmensurable en Pinto Durán.

De esta manera, Perú se mantiene en el fondo con solo 3 puntos. Es el único elenco sin victorias en el proceso rumbo a 2026.

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Las distintas realidades financieras de las constructoras

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Una semana después de que acabara el primer semestre, el gerente de una constructora de edificios residenciales dijo que lo peor de la crisis que ha sufrido su sector ya pasó y que se estaba viendo la luz al final del túnel. Ahora, cuando las empresas del rubro que cotizan en bolsa ya dieron a conocer sus estados financieros, es posible indagar para saber cuánto de realidad tenía esa afirmación. Y lo cierto es que, a la luz de los balances, todavía parece ser pronto para dar por acabada esta negativa etapa, azuzada por la debilidad del consumo, el endurecimiento del crédito y las altas tasas de interés, que provocó el brote inflacionario.

El problema fundamental se centra en las compañías mayoritariamente volcadas al segmento inmobiliario. En cambio, algunas de las mayores constructoras del país trabajan también en grandes obras civiles, lo que les reporta diversificación y más solidez. El nuevo presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Alfredo Echavarría, resumió este momento apuntando a que se deberá poner “énfasis en los sectores que están más afectados, como la vivienda privada”.

Así, el estado financiero de cada firma depende de cuánto peso tienen sus áreas de negocio y cuán diversificada se encuentra. Esto, en un contexto macroeconómico que aún muestra un bajo dinamismo este año. “El crecimiento del PIB tiene un fuerte impacto en el sector construcción en Chile, y si bien se espera una expansión este año, se espera que haya una evolución de los resultados del sector, pero será de manera gradual”, comenta Paula Acuña, analista senior de la clasificadora de riesgo Humphreys. Por tanto, que estas empresas “mantengan una amplia diversificación de sus negocios morigera el riesgo de pérdidas en periodos desfavorables”, agrega.

Pero la preocupación en el mercado financiero se centra en el nivel de deuda que carga la construcción. Las firmas abiertas en bolsa suman una deuda financiera de casi US$2.400 millones, donde cuatro de ellas representan casi el 80%: Socovesa, con US$723 millones; SalfaCorp, con US$470 millones; Paz, con US$422 millones, y Besalco, con US$306 millones. Por eso, algunas empresas se han dedicado fuertemente a trabajar con el gran objetivo de reducir su deuda, como Moller & Pérez-Cotapos, que la disminuyó en un 30%.

En este contexto, se puede dividir el rubro en tres grupos, de acuerdo a cómo están enfrentando este periodo complejo.

Construcción, edificios, departamentos, propiedades.

Aún sin risas, pero al menos dejando el tono sombrío que las ha caracterizado en el último tiempo, de entre las siete compañías constructoras que cotizan en bolsa, hay dos que dan muestras de una mayor firmeza. Se trata de Besalco y Salfacorp, que poseen un área de obras civiles potente y que, según los especialistas, fundan su fortaleza en la diversificación de sus negocios, puesto que también participan en montaje industrial y en el rubro inmobiliario.

De hecho, los ingresos de ambas subieron 20,6% y 17,2%, cada una, en la primera mitad del año, lo que se correspondió con sus Ebitda (ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, una medida de su flujo de caja operacional), que aumentaron 2,4% y 13,2%, respectivamente. Pero donde se denota su mayor solidez es en sus indicadores de endeudamiento, que han mejorado.

La deuda financiera sobre patrimonio en Besalco, controlada por la familia Bezanilla, cayó a 0,9 veces desde 1, lo mismo que su pasivo financiero frente al patrimonio, a 1,2 desde 1,3 veces, y la proporción de su deuda financiera de corto plazo sobre el total, que se redujo 13,5 puntos, a un 38,9%.

“La diversificación de la compañía es uno de los pilares más relevantes que ha explicado el comportamiento menos cíclico de su desempeño respecto a la industria en la que opera, justificando el rating relativamente alto en comparación a otros incumbentes con exposición a rubros en los que Besalco tiene participación”, explicó en junio pasado la clasificadora de riesgo ICR al otorgarle perspectiva “estable” a la nota A- de su solvencia.

En el caso de Salfacorp, ligada a Andrés Navarro, disminuyó la relación de pasivo financiero versus patrimonio a 1,0 veces desde 1,1 veces y su deuda financiera de corto plazo sobre el total en 7,7 puntos, a un 49,8%.

“La amplia gama de actividades de la entidad, con una diversificación y complementariedad entre áreas que le otorgan una mayor capacidad relativa para generar sinergias (…) sumado a su vasta experiencia en gestión de proyectos de construcción de obras de gran tamaño y alta complejidad, le han permitido compensar las caídas de actividad en algunos sectores durante los últimos periodos”, dijo la agencia Feller Rate en mayo, al subirle su calificación de solvencia a BBB+.

Edificios Construccion
Edificios departamentos en construcción.

Hay otras dos compañías que, aunque no denotan tensión urgente, venían de cifras más o menos positivas y tuvieron malas noticias a mitad de año.

Echeverría Izquierdo, por ejemplo, anotó una caída de 16,2% en sus ingresos, de 17,9% en su Ebitda y de 38,8% en su utilidad. Y la empresa ligada a los hermanos Fernando y Bernardo Echeverría y a Álvaro Izquierdo, cuenta con un antecedente que la apremia: la deuda financiera de corto plazo respecto a todos sus pasivos, que subió 7,2 puntos, a un 89,2%. Es decir, debe responder en poco tiempo a muchos compromisos. Pero su índice de deuda financiera sobre patrimonio aún no es preocupante: de 1,2 veces. Y los expertos lo avalan: “Se deben considerar las características propias del negocio inmobiliario, donde parte relevante de este vencimiento de deuda se enfrenta con la venta del inventario liquidable o susceptible de liquidar, como las viviendas terminadas y obras en etapa de ejecución”, señala Acuña, de Humphreys. Incluso, la analista recuerda que la compañía cuenta con terrenos para futuros proyectos que podría dar en garantía o vender, y que podría utilizar para reforzar su liquidez.

La otra empresa que no tuvo un buen pasar al exhibir sus resultados semestrales fue Ingevec que, junto con su negocio inmobiliario, cuenta con ingeniería y construcción (I&C), renta residencial y administración hotelera. La firma de Francisco Vial, José Antonio Bustamante y Enrique Besa, redujo sus ingresos en un 21,5%, pero elevó ligeramente su Ebitda y sus utilidades en un 3,9% y un 8,8%, respectivamente. De entre las constructoras, es la más conservadora en términos de endeudamiento, ya que su relación de deuda financiera neta sobre patrimonio es la menor, con 0,8 veces, pero tiene sus ojos puestos en los pasivos bancarios de corto plazo que casi se duplicaron respecto al año pasado. En todo caso, la mirada de los especialistas es “positiva”. “El cambio de perspectivas -de estables a positivas- refleja la amplia experiencia y especialización en el segmento de edificación con que cuenta Ingevec. Ello, en conjunto con una conservadora política financiera en su principal actividad, le ha permitido mantener indicadores crediticios en la unidad de I&C por debajo del promedio de la industria, pese al desafiante escenario del segmento”, comentó Feller Rate en junio al ratificar su clasificación de solvencia BBB.

Las tres compañías del rubro abiertas a la bolsa con un desempeño y un escenario deuda más complicados son Socovesa, Paz y Moller & Pérez-Cotapos. Ahora, de todos modos, es una situación que se ha morigerado respecto a lo que mostraron a fines del año pasado.

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Construcción de viviendas

Socovesa, focalizada en viviendas, mostró en el primer semestre una recuperación operacional que le dio cierto aire. Elevó sus ingresos un 69% debido a una fuerte venta con descuento de su cartera y triplicó su Ebitda, pero dado su interés por saldar deudas, elevó sus costos financieros, lo que la obligó a seguir mostrando pérdidas. La compañía controlada por la familia Gras continúa siendo la que tiene peores ratios de endeudamiento, con una deuda financiera neta de 1,9 veces su patrimonio, pasivos financieros totales de dos veces su patrimonio y una deuda de corto plazo que es el 99,5% de todos sus pasivos financieros.

En mayo pasado, la agencia ICR puso “en observación” la nota BB+ de solvencia de Socovesa, que “captura la incertidumbre respecto al proceso de recuperación financiera de la compañía, teniendo en cuenta las dificultades que seguiría presentando el sector en el corto y mediano plazo”. El futuro de la firma, dice ICR, depende de que se dé “un alza sostenida en la demanda de viviendas nuevas, siempre y cuando la empresa mantenga el adecuado acceso al financiamiento bancario”. La agencia espera una normalización de sus resultados hacia 2026, “dado que los controles de oferta implementados para responder al nivel actual de demanda implicarían contar con un menor stock disponible para escriturar en 2025″.

Paz, por su parte, ligada a la familia homónima, mostró mejoras en sus ingresos del 10,9% y en su Ebitda, del 20,7%, pero sus utilidades cayeron a la mitad, ante un aumento al doble de sus costos financieros. Sus ratios de apalancamiento también son altos, con una deuda financiera neta de dos veces su patrimonio y un pasivo financiero total de 1,7 veces. Pero redujo en 1,7 puntos su deuda de corto plazo, a un 74,8% de su pasivo total.

El futuro de esta compañía, centrada en la vivienda en edificios, tal como en el caso de Socovesa, depende de las condiciones macroeconómicas futuras. Las perspectivas de la agencia Feller Rate son “estables” para una nota de solvencia de BBB+, un escenario que depende de que la firma continúe “con una estrategia conservadora tanto en términos de ejecución de proyectos como de lanzamientos, y en los requerimientos para la generación de promesas, que se traduzcan en adecuados niveles de escrituración para alcanzar un equilibrio inmobiliario similar a lo histórico en el mediano plazo”, sostuvo, lo que permitiría una reducción en sus niveles de deuda.

En el caso de Moller & Pérez-Cotapos, la preocupación por la deuda es evidente. Así, el gran esfuerzo del primer semestre de la compañía, que tiene una base en el negocio de la vivienda, pero que ha crecido en obras civiles en las últimas décadas, fue achicar sus ratios de apalancamiento financiero. Y consiguieron reducirla un 30%. “Cabe destacar la relevante reducción de la deuda financiera que ha venido realizando la compañía en estos últimos años”, resaltó la propia empresa en su balance al primer semestre. Moller cuenta con una cartera acotada de proyectos y no está en busca de terrenos para desarrollar más, lo que le ha permitido disminuir sus gastos de administración. Con todo, logró que sus ingresos crecieran un 7,1%, aunque su Ebitda y su resultado final cayeron 75,4% y 54,2%, cada uno, afectados por menores márgenes en el sector inmobiliario y una menor actividad en construcción de obras mayores. En sus resultados, Moller resumió lo que concuerdan las constructoras respecto al futuro, especialmente en lo referido al sector hipotecario, central para las perspectivas del negocio inmobiliario: “En el sector hipotecario, las tasas de interés se han mantenido estables en un rango elevado, aún lejos de los niveles anteriores a la pandemia, sin embargo, la situación para el segundo semestre parece más prometedora gracias al control de la inflación. Esto permite anticipar una posible reducción en las tasas de interés tanto hipotecarias como de financiamiento. Se estima que la industria podría experimentar una mejora hacia finales del segundo semestre de 2024 y principios de 2025″, auguró.

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PIB per cápita crecerá en torno a 1,3% en la próxima década

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Para este año, el panorama que entregó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (Ipom) no fue auspicioso: un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 2,25% a 2,75%, una inversión cayendo 0,8% y un crecimiento del consumo privado bajo 2%. Además, proyectó una mayor inflación para 2024 pasando de 4,2% a 4,5%.

Pero el escenario sombrío que delineó el ente rector no solo fue para el corto plazo, sino que también para el mediano: un crecimiento tendencial de 1,8% en promedio hasta el 2034, por debajo del 1,9% que previó en diciembre pasado.

En su mensaje al Senado, la propia presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, levantó la alerta: “Crecer a las tasas de mediano plazo que proyectamos no permite satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones, entonces es algo de lo que debemos hacernos cargo. Enfrentar este desafío y superarlo requiere de políticas públicas bien diseñadas, requiere de la creatividad y esfuerzo tanto del sector privado como del público. Requiere de instituciones sólidas”.

En ese sentido, Costa dijo que existen oportunidades, pero ello “exige prepararse en forma oportuna”, pues “enfrentamos desafíos ante avances tecnológicos que requieren capacidad de adaptación. Es necesario mejorar la calidad de nuestra educación, destinar recursos a proyectos que permitan aumentar la productividad, avanzar en iniciativas que favorezcan la inversión, fomenten la competencia, la profundidad de los mercados financieros, y por cierto aprovechar las ventajas que se nos presentan”.

Si entre 1995-2004 la economía creció 5%, entre 2005 y 2014, bajó a 4,3% y entre 2015 a 2024 siguió descendiendo hasta 2%. Y ahora entre 2025 y 2034 la proyección apunta a una expansión de 1,8%.

El PIB tendencial es la capacidad de crecimiento de mediano plazo que tiene la economía sin generar efectos adversos como la inflación. En el largo plazo, las tasas de crecimiento potencial y tendencial convergen al mismo número.

Esta fuerte desaceleración de la actividad económica ha impactado un indicador que sirve para cuantificar qué tan cerca o lejos está el país de alcanzar ingresos de naciones desarrolladas, como es el PIB per cápita (el PIB dividido por la población).

Un efecto directo sobre las personas es precisamente ese: si se considera la proyección oficial del INE de un crecimiento de la población del 0,5% por año, el PIB per cápita del país se expandiría a una tasa levemente por encima del 1% (1,3%), lo que para los economistas es insuficiente para mejorar la calidad de vida de las personas.

Los analistas coinciden que una de las principales implicancias de crecer bajo 2% en la próxima década es no poder satisfacer las demandas sociales como salud, educación, seguridad pública y pensiones. A ello se suma la desigualdad y la pobreza.

Alejandro Fernández, economista de Gemines consultores, lo explica así: “El problema del bajo crecimiento es mucho más complejo que, simplemente, tratar de invertir un poco más o aumentar algo la productividad, ya que está involucrado el sistema político, la educación, la regulación laboral, etc. Desde esta perspectiva los que dicen que el país se jodió con la reforma tributaria de Alberto Arenas, están siendo reduccionistas. Ven solo una parte del problema y este viene de mucho antes y se agrava después”.

Hermann González, coordinador Macroecómico de Clapes UC y socio de Valtin Consulting, se suma al análisis y menciona que “en el marco de la regla fiscal vigente en Chile, un bajo crecimiento tendencial limita las posibilidades de expansión del gasto público de forma responsable. Esto implica que necesidades no cubiertas de la población en materia de educación y salud pública, vivienda o seguridad, tendrán que esperar más tiempo para ser satisfechas, con el potencial riesgo de aumentar el malestar social”. Otra implicancia entrega el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann: “El sueño de alcanzar estándares de país desarrollado, como planteábamos hace pocos años atrás, es hoy, bajo las actuales condiciones estructurales del país, inalcanzable”.

Y Tomás Flores, economista de LyD, apunta que “un crecimiento de 1,8%, que supera levemente el aumento de la población, genera una condición en donde tras una década prácticamente no se observará ningún progreso en bienestar, ya que el crecimiento per cápita tan reducido solo mantiene los niveles de ingresos actuales”.

Uno de los factores que explica el estancamiento de la expansión del PIB per cápita es el deterioro de los factores que están detrás del crecimiento potencial del país. Uno de ellos es que la tasa real anual de la inversión pasó de crecer 10% (2004-2013) a una expansión de 0,8% entre 2014 y 2023. Asimismo, la productividad está estancada desde hace más de una década.

Los expertos también mencionan que este escenario de menor crecimiento se explica por un deterioro del sistema político, el que califican como “polarizado, fragmentado” y ya no es capaz de lograr acuerdos en las reformas sociales y económicas necesarias para mejorar el bienestar de la población.

El bajo crecimiento económico genera mayor pobreza y desigualdades.

La pobreza en el país ha venido bajando de manera sostenida desde 1990 a la fecha. En la última medición, Casen 2022, la pobreza por ingreso se redujo a 6,5%. Esto, según los expertos, se debe principalmente al mayor crecimiento y las políticas sociales impulsadas por los distintos gobiernos, quienes lo han podido financiar gracias al mayor crecimiento de la economía.

“Uno de los riesgos de este bajo crecimiento es que se revierta parte de los avances alcanzados hasta ahora. La pobreza se ve impactada por el menor crecimiento del empleo y de los salarios reales, que implica un escenario como este, pero también por una menor capacidad del Estado de invertir en áreas que permitan apoyar a los hogares más vulnerables para salir de esta situación”, argumenta González.

Esa misma visión es complementada por Lehmann: “Con el crecimiento tendencial que hoy registramos, no lograremos avances relevantes en mejoras en la distribución del ingreso y reducción de la pobreza. Para ello, es necesario acelerar el crecimiento y abordar cuestiones de carácter estructural que hoy frenan el crecimiento y desarrollo de la economía”.

Fernández menciona que “se hace muy difícil reducirlas, porque la única forma es quitándole a los que están mejor en vez de aprovechar los beneficios del crecimiento, si este fuera más rápido. De hecho, se imposibilita reducirlas y, peor aún, es probable que ocurra lo contrario”.

Alejandro Micco, exsubsecretario de Hacienda y actual académico de la Universidad de Chile, argumentó que “lo principal es el impacto que tiene en el poder adquisitivo de las personas” Y lo ejemplifica así: un crecimiento hoy día de 1,8% de largo plazo dada nuestra tasa de crecimiento de la población es de 1,2% de crecimiento del PIB perca. Y si esto lo llevamos a los años 90, el crecimiento per cápita hubiera sido 0% por el mayor aumento de la población”.

ALEJANDRO MICCO.
Alejandro Micco, exsubsecretario de Hacienda.

Otro ejemplo: “Si hoy gano 100 pesos, de aquí a 10 años estaré ganando 120 pesos. Es un aumento, pero pobre. O una persona que gana $600 mil y en 10 años subirá a $$720 mil. Es poco el aumento en el bienestar que tendrán las personas y eso afecta a todas las personas. Esta debe ser una señal de alerta para la política, ya que puede generar frustración y tensión social”. Para Micco, parte del estallido social de octubre de 2019 se debió a que el “país no creció nada durante la última década, pese a que el Fisco gastó más en protección social, el país no creció”.

González acota que “en un país que crece menos existe menos movilidad social y el Estado tiene menos herramientas para reducir las brechas que hay entre sus habitantes, todo lo cual amplia las desigualdades existentes”.

Tomás Flores sostiene que “los motores del crecimiento son la inversión, el empleo y la productividad”. Sin embargo, dice que “no se observa una agenda consistente que busquen acelerar esos tres motores y de hecho en algunos casos la discusión pública lleva a ponerlos en reversa”.

Flores
Tomás Flores, economista y exsubsecretario de Economía.

Para Fernández, “hay que hacer muchas cosas más o menos al mismo tiempo, pero reformar el sistema político es imprescindible”.

Y González apunta a que “se requiere un Estado más ágil y eficiente, un sistema político menos fragmentado y más competencia en los mercados. Además, posiblemente, tendremos que generar incentivos tributarios y garantizar estabilidad de las reglas del juego para reencantar a los inversionistas nacionales y extranjeros con nuestro país”.

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