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Cuál es la droga más consumida en Chile

Martina E. Galindez

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El 7 de julio, el Ley 21.363 del etiquetado del alcohol, que establece medidas más estrictas para informar y proteger a los consumidores más jóvenes sobre el consumo de esta sustancia.

Según la ley, y similar en cierta medida a las etiquetas de advertencia que se encuentran en los cigarrillos, a partir de esa fecha es obligatorio que todas las bebidas alcohólicas iguales o superiores a 0,5 grados y que se comercializan en Chile, cuentan con las siguientes etiquetas, según la nueva normativa:

  • “No bebas mientras conduces” (con el dibujo de un coche tachado).
  • “Riesgo para tu bebé” (con un dibujo tachado de una mujer embarazada bebiendo).
  • “No beber menores de 18 años” (con un dibujo tachado que indica “-18″).

Las regulaciones no son casuales. El alcohol es, según un informe del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda), la droga más consumida en Chile y la que más hospitalizaciones provoca para tratar su problemática ingesta.

El documento, titulado Radiografía de personas en recuperación del consumo problemático de alcohol y otras drogasseñala que las tres principales sustancias que motivaron el ingreso a tratamiento en un centro de rehabilitación de Senda fueron el alcohol, con el 35,6% de las hospitalizaciones, seguido de la cocaína (30,2%) y la pasta base de cocaína (21,8%).

Además de establecer las principales sustancias de consumo, cambios en su uso (frecuencia y cantidad), el documento también da cuenta de mejoras en la salud y calidad de vida de las personas tras un proceso de rehabilitación, y cambios en la autopercepción.

El informe se da cuenta cambios de comportamiento y mejoras en la vida de los chilenos en tratamiento por consumo problemático de alcohol y otras drogas, un proceso conocido como Perfil de resultados del tratamiento (ARRIBA)

Según Natalia Riffo, directora nacional de Senda, a partir de estudios poblacionales -donde no sólo se consideran personas en tratamiento- se sabe que el alcohol se obtiene generalmente por medios formales, como tiendas de botellas o supermercados (86%), mientras que para otro tipo de sustancias las principales vías de acceso son fiestas o discotecas y en el mismo barrio.

Pese a esto, Riffo dice que a los usuarios de los programas de tratamiento no se les pregunta sobre las vías de acceso a las sustancias, ya que esto es parte de un abordaje terapéutico enfocado a su recuperación. ““El propósito es trabajar en la reducción del consumo, mejorando el bienestar integral, sin criminalizar ni estigmatizar”, explica

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El director garantiza que estas intervenciones sean efectivas. “En los primeros seis meses de tratamiento, el consumo de alcohol disminuye de una media de ocho días al mes a sólo dos días. Además, las personas experimentan mejoras en sus condiciones de vivienda y en sus redes de apoyo, factores clave para una recuperación efectiva”, añade.

Explica que existen tres tipos de intervención, que se definen en una primera entrevista y en función de la gravedad del consumo: ambulatorio básico (uso problemático leve o moderado), ambulatorio intensivo (uso más severo) y residencial (uso severo).

El hecho de que el 35,6% ingrese a tratamiento por consumo de alcohol refleja que esta sustancia es el principal problema de salud pública, y que genera las principales consecuencias de salud y violencia. Por otro lado, el 45% de las personas que reportaron consumo diario de sustancias (entre 1 a 6 días por semana) confirmar la existencia de patrones de consumo problemáticos y muy perjudicial para quienes buscan ayuda, explica Riffo.

Por lo tanto, también evalúa la implementación del etiquetado en bebidas alcohólicas como medida que contribuye a la prevención de consumos de riesgo problemáticos. “Este etiquetado busca advertir a los consumidores sobre los riesgos asociados al uso de esta sustancia, con información clara. Esperamos que esta iniciativa ayude a concienciar a la población, pero es importante resaltar que esta medida se complementa con otras acciones de prevención ambiental, como la obligación de solicitar cédula de identidad y restricciones a la publicidad, que comenzarán a implementarse. el año que viene”, dice Riffo.

El director de Senda es consciente del problema que genera el narcotráfico en el consumo de drogas aumentando la disponibilidad de sustanciaspero dice que su cuerpo se concentra más en el tratamiento. “Aunque -entre otras consecuencias- el tráfico de drogas facilita el acceso a las drogas y puede desencadenar un consumo problemático, en Senda abordamos este fenómeno desde una perspectiva de salud pública, priorizar la atención y el apoyo a quienes enfrentan dificultades con el consumo, sin estigmatizarlos” afirma Riffo.

Dice que para la persecución penal están la policía y la Fiscalía, que se enfocan en reducir la oferta de drogas. En cambio, aclara, los esfuerzos de Senda van dirigidos a la prevención para reducir la demanda y evitar que las personas desarrollen un consumo problemático. “Además, contamos con programas de tratamiento e integración social que ofrecen alternativas concretas para la recuperación y reintegración de quienes ya necesitan ayuda”, añade.

Dice que estas intervenciones generan efectos inmediatos. En salud psicológica, por ejemplo, dice que Es posible observar que las personas que están menos estresadas, más tranquilas, tienen mejor ánimo y tienen una mayor sensación de bienestar general..

Además, señala que en la salud física esto puede traducirse en mayor energía, más capacidad para realizar las actividades diarias y un mejor funcionamiento general. “En términos de calidad de vida, quienes han cumplido seis meses de tratamiento perciben que pueden disfrutar de la vida, y tener una mejor relación con sus familias y su entorno”, añade Riffo.

“Estas mejoras son el resultado de un tratamiento integral que permite “Tiene como objetivo que las personas recuperen su estabilidad y bienestar general”señala.

El director de Senda dice que el organismo está monitoreando constantemente la posible llegada de nuevas sustancias psicoactivas como el fentanilo. Sin embargo, dice que los principales casos de connotación pública han sido desvíos del mercado interno, más que ingresos del exterior. “Actualmente, el uso declarado de fentanilo en nuestros estudios poblacionales es del 0,01%, mientras que en cuanto al tratamiento no tenemos registro de casos que hayan sido utilizados como sustancia principal”, explica Riffo.