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La norma que deja a Julio Ponce fuera del pacto Codelco-SQM

Martina E. Galindez

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La fórmula llegó casi al final, esta semana. Convencidos en Codelco y SQM de la imposibilidad legal de imponer una prohibición con nombre y apellido a la presencia de Julio Ponce Lerou en la alianza entre ambas compañías más allá de 2030, las partes acordaron una restricción genérica, innominada, pero que tiene una aplicación práctica: a partir de enero de 2031, Julio Ponce no podrá incorporarse al directorio de la nueva sociedad que formarán SQM Salar y Minera Tarar, filial de Codelco, la que será el mayor productor local de litio.

La decisión formará parte de los documentos finales que los directorios de SQM y Codelco aprobaron este jueves y que se harán públicos este viernes en la mañana, tras su firma definitiva. La alianza permitirá crear una megaempresa de litio entre 2025 y 2060, la que será el mayor productor de ese mineral de Chile. Primero estará controlada por SQM y desde 2031, por Codelco. Pero en el final, una de las últimas trabas por resolver, era el factor Julio Ponce. Dirigentes y parlamentarios oficialistas habían pedido desde hace varias semanas que la restricción que pesa sobre Julio Ponce y su familia para participar en SQM y sus filiales se extendiera en la alianza más allá de 2030: senadoras como Yasna Provoste y Paulina Vodanovic solicitaron expresamente al presidente de Codelco, Máximo Pacheco, restringir a Ponce y sus familiares directos en la nueva sociedad que se formará.

A Julio Ponce, controlador del grupo Pampa Calichera, dueño del 26% de SQM, le afecta una restricción impuesta por Corfo en 2017 y aceptada por el propio expresidente de la minera no metálica: ni él ni sus hermanos ni sus hijos podrán participar en el directorio de SQM ni de sus filiales. Para estructurar legalmente aquella prohibición, Pampa Calichera y otras sociedades dueñas de acciones de SQM se comprometieron en diciembre de 2017 a no designar a Ponce ni a ningún pariente en segundo grado de consanguinidad en esas mesas, hasta el 31 de diciembre de 2030, cuando vencía el contrato de arrendamiento del salar de Atacama por parte de SQM. Entonces, Julio Ponce tenía 73 años, hoy tiene 78 y hacia 2030, cuando termina esa restricción, tendrá 85. Recién ahí podría, en teoría, volver a SQM, la empresa que presidió hasta 2015, cuando dejó ese directorio y los de las sociedades cascadas tras el escándalo del financiamiento irregular a la política.

En 2017, el entonces vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, ahora director de Codelco, fue el duro negociador que impuso aquella “cláusula”, que en realidad era una condición sine qua non para cerrar un acuerdo conveniente para ambas partes: SQM podría aumentar su cuota de producción de litio y el Fisco cobraría una renta de arrendamiento muy superior a la vigente.

Pero esa disposición, llamada coloquialmente “cláusula Bitran”, no podía ser replicada en la actual negociación por Codelco.

Primero, porque no estuvo en la negociación de todo 2023. Segundo, porque debía contar con el beneplácito de Julio Ponce, quien no era parte de las actuales conversaciones, así como tampoco las sociedades cascadas, que él controla. Tercero, y lo más importante, porque jurídicamente era demasiado frágil, concluyeron todos los análisis legales: imponer una restricción a una persona en particular era arbitrario y discriminatorio y podía ser reclamada judicialmente y ante el Tribunal Constitucional con razonables posibilidades de éxito. Sin la anuencia de Ponce, Codelco no podía imponerle una prohibición de ese tipo. Por ello, las partes acordaron una restricción genérica, innominada y simétrica, que afecta a SQM y, menos, a Codelco.

SQM y Codelco formarán una nueva sociedad que extraerá litio desde el salar de Atacama entre 2025 y 2060. En una primera etapa, esa nueva sociedad, que nacerá de la fusión de SQM Salar, filial de SQM que explota el yacimiento, y Minera Tarar, filial que creó Codelco para participar en el negocio, tendrá seis directores: tres nominados por Codelco y tres por SQM. El presidente será designado por Codelco y el vicepresidente, por SQM. SQM controlará esa empresa por la vía de una mayoría accionaria en las juntas de accionistas. A partir de 2031, tendrá siete directores y cuatro corresponderán a Codelco, que controlará así la alianza.

Los estatutos de esa nueva sociedad establecerán requisitos y restricciones para ser director. Entre los primeros, estará que los miembros del directorio deberán tener un título profesional. Y entre las restricciones, Codelco y SQM acordaron una prohibición que afecta a Julio Ponce, pero que no lleva ni si nombre ni su apellido: no podrán ser directores de la nueva sociedad -que aún no tiene un nombre definido- quienes hayan sido directores de SQM o Codelco por un período mayor a 10 años. Ese período podrá ser o no consecutivo.

La filosofía detrás de esa norma estatutaria es la renovación de nombres en una empresa naciente. Pero su aplicación práctica afecta a Julio Ponce. El ingeniero forestal fue director y presidente de SQM -ex Soquimich- durante 28 años, entre 1987, cuando era yerno de Augusto Pinochet, y 2015, cuando dejó la firma en medio de un acoso judicial y político. Sí podrá volver a SQM en 2031, cuando venza el compromiso actualmente vigente, pero cercanos a Ponce indican que no está ni estaría entre sus intenciones volver a ocupar un cargo directivo de alta exposición, menos aún a los 85 años.

Puesta así, la norma no afectará a su hermano, Eugenio Ponce, quien fue director y presidente de SQM, pero por un período menor de tiempo, entre 2016 y 2018, hasta que el veto de Corfo lo dejó fuera. Hoy es asesor de la empresa y tiene 73 años.

Tampoco deja fuera a los hijos de Julio Ponce: Julio César (54), Alejandro (52), Francisca (44) y Daniela Ponce Pinochet (40). Las partes concluyeron que una restricción a personas específicas, y solo por ser hijos de quien son, era jurídicamente impracticable.

Había otras restricciones posibles que rondaron las cabezas de los negociadores, pero que no cuajaron. Por ejemplo, a la usanza de empresas multinacionales, fijar una edad máxima para integrar un directorio o altos cargos ejecutivos: una especie de edad de jubilación que se establece a los 65, 70 o 75 años, por ejemplo. Pero se descartó porque era discriminatorio con los adultos mayores.

La regla estatutaria definida para la nueva empresa común no dejará solo a Julio Ponce como potencialmente afuera de la nueva sociedad a partir de 2031. También aplicará a otros insignes directores de SQM. Y al menos uno de Codelco.

Operaciones de SQM en salar de Atacama.

Además de Ponce, al menos otros dos directores suman más de los 10 años en las últimas tres décadas en SQM. Uno de ellos es el exministro de Hacienda Hernán Büchi, director de SQM desde 1993. Büchi tiene hoy 75 años y sigue en SQM, empresa en la que ha estado casi ininterrumpidamente desde hace 30 años, con una breve ausencia de 12 meses, entre abril de 2016 y 2017.

El otro es un abogado: José María Eyzaguirre Baeza, socio principal del estudio Claro & Cía., bufete que hoy trabaja con SQM. Eyzaguirre fue director de SQM por casi 15 años, hasta 2015, pero fue electo por los accionistas entonces rivales de Ponce, la canadiense PCS. Eyzaguirre dejó la empresa en protesta por el escándalo de los pagos políticos en 2015, junto a los otros directores de PCS, la empresa que más tarde se transformó en Nutrien y vendió su participación a la china Tianqi. Eyzaguirre ha sido director de otras firmas, como Latam o Walmart.

Pero hay otros directores que, si permanecen en SQM, no podrán estar en la nueva y mayor empresa de litio chilena.

El primero es Patricio Contesse Fica, quien suma casi ocho años no consecutivos en la empresa -estuvo primero entre 2013 y 2015 y luego desde 2018 a la fecha- y es vicepresidente de SQM. El segundo es el actual presidente de SQM, el también abogado Gonzalo Guerrero, quien entró a SQM en 2016 y si sigue hasta 2026, ya no podría participar en la empresa que suceda a SQM Salar. Guerrero es nombrado en la mesa por la japonesa Kowa. Contesse, por Julio Ponce.

La restricción es recíproca y afecta también a quienes han sido directores de Codelco. Pero en una revisión rápida cuesta encontrar personas que hayan estado más de diez años: los ciclos políticos forzaban a una frecuente renovación de sus directorios y la ley de gobierno corporativo de 2010 limitó los períodos de sus directores a ciclos de cuatro años. Así, el único con esta restricción sería el sindicalista Raimundo Espinoza, quien fue director de Codelco por casi 14 años, hasta su salida en 2020.P

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