Este miércoles, la organización que gestiona los Juegos Panamericanos, Panam Sports, encendió las alarmas en toda Colombia, y particularmente en el departamento Atlántico: debido a “incumplimientos” del contrato, Barranquilla, la ciudad que sería sede de los Panamericanos 2027, perdía la oportunidad de organizar los juegos.
Esto, en particular, por un pago que estaba en el contrato entre Colombia y Panam Sports, y que el Estado no habría realizado. Eran cuatro millones de dólares que debían pagar en diciembre por derecho de organización y otros cuatro millones por derechos de medios. Según el acuerdo, la primera cifra se pagaría a finales de diciembre de 2023 y el resto al final de enero de 2024.
La ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, está en el foco de la mayoría de las críticas del país. En una conferencia de prensa admitió el incumplimiento del pago de diciembre. Explicó que el contrato viene desde el 2021. Ese año, dijo, se realizó un pago, pero no así en 2022. Aclaró, además, que cuando llegó marzo de 2023, la primera tarea fue retomar las conversaciones, “que estaban rotas”.
“Senté sobre la mesa al Comité Olímpico colombiano y a Panam Sports para contarles nuestro deseo de continuar con la sede y quedamos comprometidos para hacer el pago en diciembre de 2023, pero por flujo de caja no se pudo hacer. Por eso decidimos hacerlo en enero”, informó.
La primera respuesta ante la baja de Barranquilla vino por parte del Ministerio del Deporte de Colombia, que se declaró sorprendido por la decisión “unilateral” de Panam Sports. Las reacciones a la “negligencia” del gobierno del Presidente Gustavo Petro no tardaron en aparecer.
A pesar de que la sede de los Juegos Panamericanos estaba decidida, había antecedentes de que la organización de esto no convencía del todo a Petro. El mandatario había llegado a proponer que tal certamen no tuviera lugar solo en Barranquilla, sino que en diferentes ciudades y pueblos del Caribe colombiano.
De hecho, para la clausura de los Juegos Panamericanos de Santiago, Petro se ausentó de la entrega de las banderas, evento para el cual había sido invitado, y que supondría recibir el símbolo de parte del presidente chileno Gabriel Boric.
Hasta el momento, el mandatario colombiano, usuario activo de las redes sociales, ha guardado total silencio en su cuenta de X. La gente no solo culpa a la ministra de Deportes, Astrid Rodríguez, sino a todo el gobierno, por las pérdidas simbólicas y económicas que trae el fin anticipado de Barranquilla 2027.
Fuentes de alto nivel indicaron a la revista colombiana Semana que el presidente ordenó a todo su gabinete y funcionarios “hacer hasta lo imposible” por recuperar la sede de los Juegos Panamericanos 2027. Del mismo modo, aseguraron que Petro no había dado la instrucción de incumplir con los pagos para que Colombia no pudiera desarrollar el evento en Barranquilla.
En tanto, los legisladores no tardaron en lanzar sus dardos, tomando como objetivo a la ministra Astrid Rodríguez: “Esperamos su renuncia más pronto que tarde”, declaró la senadora del Centro Democrático, la opositora María Fernanda Cabal.
Más práctico aún, el senador del Partido Cambio Radical, David Luna, señaló que citará un debate para una moción de censura contra Astrid Rodríguez: “¡Vamos a presentar moción de censura contra la Ministra del Deporte! Debe asumir la responsabilidad política con Barranquilla y con Colombia y salir del cargo. Presidente Gustavo Petro, deje de echar tanta carreta y ejecute. Usted también es responsable de este papelón”.
Desde el Partido de la U, el representante Víctor Manuel Salcedo apuntó más arriba: “No creo que la única sea la ministra del Deporte, creo que desde el alto Gobierno ha habido desidia para que Barranquilla sea la organizadora de los juegos”.
El presidente del Congreso, el senador Iván Name, tiene una teoría con la que muchos coinciden: “Es doloroso ver cómo el centralismo frena nuestro progreso. Para el gobierno, nuestro Caribe no merecía los Juegos Panamericanos, nunca contempló la idea con simpatía”.
“Otro costoso error monumental que evidencia incapacidad y alevosía. Colombia y su nación Caribe lloran frente al maltrato. Las regiones autonómicas son un clamor histórico inaplazable”, concluyó en un comunicado Name, del Partido Alianza Verde.
El presidente de la Cámara y parte del movimiento gobernante, Agmeth Escaf, calificó de “negligente” la gestión del gobierno. “Esto es inconcebible, injustificable e imperdonable”, sentenció.
Se habla incluso de una revancha poselecciones regionales del 29 de octubre pasado, donde el mandatario y sus aliados políticos sufrieron un duro revés. De hecho, en el departamento de Atlántico, donde se ubica Barranquilla, ganó la gobernación un candidato de la oposición, Eduardo Verano De la Rosa. Él mismo, indican los medios colombianos, había advertido sobre la posibilidad de que la ciudad dejara de ser sede de los Panamericanos, y esta vez criticó al Ejecutivo: “Uno se la pasa rogándole al Gobierno central para recibir recursos para la gestión de nuestros territorios”.
Uno que también dio su opinión fue el expresidente Iván Duque: “En nuestro Gobierno organizamos los Panamericanos Junior en Cali y postulamos a Barranquilla para los Panamericanos del 2027, obteniéndolos por primera vez en 50 años”, aseguró el exmandatario, que compartió otro tuit donde se deslizaba la responsabilidad de la administración de Petro en la pérdida del evento.
Mientras Barranquilla llora los Panamericanos perdidos, otras ciudades comienzan a realizar gestiones para tomar el testimonio y organizar el evento en 2027. Sao Paulo ya tenía planeado realizar los juegos 2031, pero podría aprovechar la ocasión y adelantar su turno. México, en tanto, piensa en presentar dos ciudades, aprovechando el “gancho” de la Copa Mundial de Fútbol de 2026 con Canadá y Estados Unidos. En Asunción también están evaluando postular su ciudad.
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