Trámites migratorios – La Tercera

SEÑOR. PRINCIPAL:

Este mes se cumple un año de la entrada en vigencia de la nueva Ley de Migración y su reglamento. Hemos visto algunos avances positivos, pero queda una enorme deuda: los tiempos de espera para obtener extensiones de visa, certificados de residencia permanente o incluso el estatus de refugiado son alarmantes.

No es una exageración decir que nuestro sistema de procesamiento de inmigración tiene los tiempos de espera más largos de la región.

Estamos hablando de personas que deben esperar dos o tres años para recibir una respuesta; dos o tres años con el RUT vencido, lo que puede generar dificultades para realizar trámites bancarios, en notarias, cambiar de compañía telefónica o, en el caso de algunos extranjeros, ser representantes legales de su empresa.

Y el problema no son solo las excesivas demoras, sino que muchas veces las respuestas que se obtienen son rechazos infundados o exigencias sin justificación para presentar documentos que ya habían sido correctamente entregados.

Esta situación ha llevado a muchos extranjeros a interponer acciones legales, ya sea de protección o de amparo, ya que parece ser la única forma de avanzar en los procesos migratorios. Nuestro bufete de abogados ha presentado cientos de apelaciones, con resultados en su mayoría positivos. No queremos que ir a juicio se convierta en la norma.

La nueva Ley de Migración es definitivamente un avance, pero no suficiente. Hemos visto el compromiso de la actual autoridad migratoria al emitir resoluciones sobre trámites que quedaron sin respuesta por parte de la administración anterior, pero se necesita más que compromiso para destrabar un sistema tan colapsado. Si queremos tener una migración ordenada y regulada, debemos tener un sistema eficiente que permita que todos aquellos que cumplan con los requisitos tengan sus papeles al día. Debemos contar con los recursos financieros y humanos necesarios para poner fin a este cuello de botella.

soledad torres

Abogado