El silencioso cerebro que recobró la memoria de la U

La Universidad de Chile parece haber recuperado la memoria. Atrás quedaron los años de oscuridad, en los que el equipo estudiantil se había acostumbrado a pelear en la parte inferior de la mesa.

La temporada 2022 se calificó como el año de despegue definitivo. A pesar del comienzo turbulento, teniendo en cuenta que en abril el entrenador Santiago Escobar ya había desestimado, y cinco días después dejó de sus funciones al gerente deportivo Luis Roggiero, los estudiantes lograron aferrarse a un plan que hoy vale la pena.

La partida de Roggiero dio el pase natural para el proyecto que Manuel May estaba trabajando hace varios años. El ingeniero comercial de la Universidad de Chile, que llegó al club en marzo de 2017, recibió la oportunidad que esperaba tanto.

Cristian Aubert, en ese momento, presidente ejecutivo de la U, le dio la responsabilidad de la administración deportiva. Le advirtió que sería interino y, desde el principio, puso condiciones: no pudo entrar en la elección del entrenador. Solo tendría una voz para los refuerzos. Sería probado, durante un par de meses. Ese mismo año hubo más movimientos: llegó el entrenador Diego López, pero solo hasta septiembre. Fue despedido después de que los Blues no terminó el arco en igualdad contra Curicó, en Valparaíso.

2023 La casa parecía ordenar. Fue el año en que Manuel Mayo fue ratificado como gerente deportivo. Su ascenso era meteórico: para llegar como asesor del coordinador de Ramón Gatica, una posición en la que a menudo estaba a cargo de distribuir las pizzas en el equipo, pasó a visitar las firmas. El mismo que asumió en 2017 por la invitación de Ronald Fuentes, apenas llegó a la gestión deportiva de la U, y que dejó una posición en una empresa privada para dedicarse al fútbol, ​​ahora dio explicaciones de su gestión a los altos controles de la institución.

La excadencia de la Unión Española se preparó durante varios años para asumir la responsabilidad. Primero, en la cancha, como el décimo del equipo de independencia. Su nivel no fue suficiente para debutar profesionalmente, aunque fue convocado para un duelo contra el Pintana, por la Copa Chile. A los 20 años, ante las dudas para su futuro, decidió entrar para estudiar la ingeniería comercial.

Su ascenso en el U lo hizo en silencio, sin poner ruido. Poco después de llegar a CDA, solicitó permiso para ausentando sus funciones para visitar 14 equipos de Europa que le darían herramientas para el desafío que ya diseñó en su cabeza. Lo hizo sin disfrutar salarial, con la intención de fortalecer su carrera gerencial.

Su plan de trabajo se implementó tan pronto como asumió el puesto. Desarrolló una tabla de organización que reformuló de los cadetes al primer equipo. Entrada, detalló la hoja de ruta: El 2023 tuvo que encontrar estabilidad, la lucha de 2024 por el campeonato y el 2025 se destacan internacionalmente.

Su llegada a Sports Management sorprendió al mundo del fútbol. Para muchos, el ejecutivo solo responde a las órdenes de Michael Clark, el presidente. Sin embargo, como revelan del pasante del club, Mayo ha sopesado su opinión, más allá de eso, algunos continúan dudando de su libertad para tomar decisiones.

Sus primeros meses como gerente partieron con controversia. Unos días después de asumir la posición provisional presentó la renuncia. ¿La razón? La firma de Martín Parra, en el segundo semestre de 2022, la desalojó. El jugador de Huachipato nunca estuvo en la lista para reemplazar a Hernán Galíndez y solo llegó por negociaciones entre los altos controles de Azul Azul y el Club Acerero. Clark justificó su decisión y le pidió cuadrarlo con el plan.

Del Centro deportivo de Azul aseguran que May es un “funcionario disciplinado”, Pero que su voz no tembla para discutir a Clark. Es uno de los pocos que solicita explicaciones al empleador al momento de recibir un pedido. Un ejemplo? A pesar de la presión que recibió de la junta para despedir a Mauricio Pellegrino, durante el segundo semestre de 2023, el ejecutivo no cedió. Dijo que era hora de que el club mostrara estabilidad, como se estableció en la hoja de ruta.

Firmas y método

En términos de fichajes, May ha tenido éxitos y errores que han marcado el ascenso del club.

El grupo de exploración funciona durante todo el semestre para tener la información necesaria para la ventana de firma. Son seguidos por detallados, que cubre de su mentalidad, su fisiología, su relación con sus compañeros hasta cómo enfrentan momentos de alta presión, como luchar contra el título o luchar para no descender.

May ha sido clave para la llegada de varios de los jugadores que tienen la U hoy. Él negoció personalmente la firma de Leandro Fernández, a las oficinas de Christian Bragarnik, en Argentina. Su gran éxito de esta temporada es Tucu Contreras, el anotador del Everton que había estado negociando desde 2024. En ese momento, también insistió en la firma de Matías Zaldivia, a pesar de su pasado por Colo Colo. Y cuando nadie creía en la contribución de Fabián Hormazábal, Franco Calderon y Matías sepla, insistió por su hira.

Los propios jugadores se destacan ante el ejecutivo. Marcelo Díaz incluso le agradeció por ayudarlo a regresar al club. “Todos conocen el amor que tengo al U y lo que me costó regresar. Le dije a Manuel Mayo que era todo él. Ya me trajo a Charles”, confesó el capitán.

Ese mismo año, también puede detener varios fichajes. No estaba de acuerdo con la llegada de Benjamín Gazzolo, de Huachipato. Ni de Cris Martínez. No tenían lugar en el proyecto. Los detuvo, a pesar de la insistencia de varios líderes por agregarlos al equipo.

No todo ha sido alegría. Su carrera de gestión también ha tenido errores. Uno de ellos fue el Caída llegada de Eduardo Vargas. U quería firmarlo para la temporada entrante, pero vibra, su grupo de representación, le aseguró que el delantero quería continuar en Brasil para los estudios de la pareja turbo. Unos días después, sin ninguna explicación, apareció en Nacional de Uruguay.

A la lista de negociaciones que no dieron frutos, se agregan los tratamientos que realizó con Eugenio Mena. May se reunió con el lado en Argentina, meses después del final de su vínculo con las carreras. Aunque la Copa Mundial con La Roja le aseguró que su intención era jugar en la U, apareció en unas pocas semanas con la camisa de la Universidad Católica.

Más allá de la importancia de los fichajes, May también ha exigido que aumente el estándar físico del equipo. Todos los jugadores deben tener menos de 50 pliegues y ninguno puede tener más del 16% de grasa. El que no se encuentra, no se cita. También reforzó la serie menor con la llegada de César Henríquez. El ex jugador de fútbol azul asumió como jefe de fútbol de entrenamiento después de su experiencia en Academia Aspire (2019-2024), en Qatar.

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