No han sido días fáciles para las regiones del sur del país. Los incendios han marcado los días y se han convertido en la segunda temporada más destructiva en la historia del país tras los hechos de 2017. El presidente regional metropolitano del Cuerpo de Bomberos, Claudio Bustamante, destaca que “aprendimos mucho del 2017” y hace un llamado Por “tranquilidad a la ciudadanía, si hay que evacuar, evacuar”.
El trabajo de los bomberos ha sido sumamente importante para mitigar las llamas y el Cuerpo de Bomberos dice que hay más de 3.500 voluntarios movilizados.
Uno de ellos es Jorge García, capitán de la 2da Compañía Esmeralda del Cuerpo de Bomberos de Santiago, quien señala que “Es como estar en la guerra, la experiencia fue brutal desde el punto de vista del servicio”.
Bustamante dice que “hemos tenido pequeños accidentes, están todos cubiertos”. Sin embargo, el viernes, al inicio de la emergencia, la bombera Yesenia Muñoz falleció en Santa Juana.
Los recursos para combatir los incendios han sido movilizados desde las regiones de Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Los Ríos y Los Lagos. El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta (Senapred) informa que hay 3.385 voluntarios trabajando para combatir los incendios. Bustamante dice que de la Región Metropolitana enviaron “100 máquinasentre coches bomba, ambulancias y equipos mecánicos de apoyo”, y destaca que “los Bomberos protegerán bienes y vidas”.
De los 3.385, Salieron a trabajar 912 bomberos en Ñuble y Biobío de la Región Metropolitana. De este contingente, 86 regresaron ayer a la capital. El capitán García está entre ellos y afirma que la coordinación con las fuerzas que se encontraban en la zona “no estuvo exenta de detalles”, pero que la misión conjunta les hizo tomar conciencia: “Una de las cosas buenas es que trabajan de manera absolutamente colaborativa”. ”, destaca.
Para García, “la magnitud de la emergencia es difícil de ser palpable por alguien que no la presencie, la verdad es como estar en guerra, la experiencia fue brutal desde el punto de vista del servicio.
Tras ser citados a las 5 de la mañana del sábado 4 de febrero, de inmediato viajaron hacia el sur. Se les designó el sector Mulchén, donde hasta hoy se consumieron 15.419 hectáreas. El funcionario asegura que la gente “se sorprendió por la cantidad de bomberos”. Se resguardaron en una escuela de la zona, “el Ejército brindó la logística”, establece. “Empezamos a ser enviados de inmediato”, recuerda.
Ya inmerso en el territorio y ante las llamas, el voluntario revive el episodio: “Fuego por todos lados, rescatando personas mientras el fuego se acerca, animales, niños, muy potente desde el punto de vista emocional (…) Es una experiencia demasiado poderosa, extremadamente extrema”.
Una de las mayores complicaciones es predecir el comportamiento de los incendios, “puedes estar trabajando en un lugar seguro y en un minuto el fuego cambia radicalmente y tienes que arrancar para que no haya heridos. Afortunadamente en esta delegación no sufrimos voluntarios lesionados, son sumamente disciplinados”.
Además, cree que es diferente combatir el fuego en el sur que en Santiago, porque “es sumamente diferente, el comportamiento del fuego es diferente y la fuerza para combatirlo es diferente, requiere un desafío mayor. Las decisiones equivocadas tienen consecuencias importantes y eso es una carga muy potente”.
García dice que la mayoría de los voluntarios que regresaron a la capital lo hicieron con el deseo de volver a la zona afectada, porque hay mucho trabajo por hacer”.
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