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Economia

Isapres alertan que norma votada en la Convención implicaría “fin inminente” de su industria y seguros complementarios de salud

Martina E. Galindez

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“Puede existir un seguro privado voluntario, que en ningún caso podrá sustituir o duplicar el papel del Estado”. Este punto del artículo 18 sobre el Derecho a la Salud votado en particular por la Comisión de Derechos Fundamentales de la Convención Constitucional el pasado vierneshace saltar las alarmas en el sector privado ya que establece limitaciones que, de aprobarse finalmente, impedirían a las isapres -y en general a todas las empresas que ofrecen seguros en esta materia-– Proporcionar cobertura para la gran mayoría de los beneficios actuales.

“Lo que aprobó esa comisión acaba con las isapres y los seguros complementarios, y también reduce a los proveedores a una participación mínima. El camino que se sigue es el de un fin inminente del sector privado de la salud, con un desmantelamiento que implicaría un salto al vacío para millones de afiliados”, afirma el presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón.

“Lo que aprobó esa comisión acaba con las isapres y los seguros complementarios, y también reduce a una mínima participación a los proveedores privados de salud”.

La disposición forma el artículo que próximamente se someterá a la aprobación del pleno de la Convención y que establece un futuro Sistema Nacional de Salud “de carácter universal, público e integrado”, financiado con cargo a los ingresos generales de la nación y que, además, podrá establecer la recaudación obligatoria de aportes con el “único objeto de contribuir solidariamente al financiamiento de este sistema”fondos cuya administración estará a cargo de un organismo público.

Y si bien este escenario general ya ha sido interiorizado por el sector privado en el sentido de que su ámbito de actuación se circunscribirá a un rol asegurador de “segundo piso” –lo que, además, está en línea con las bases del actual programa de gobierno–, Simón indica que el punto del artículo 18 mencionado anteriormente haría inviable este modelo, no solo para las isapres sino en general para la industria que ofrece seguros complementarios de salud.

De hecho, en la industria estiman que a pesar de que la propuesta del Convenio permite la existencia de seguros privados, su impedimento para ofrecer productos a patologías y servicios ya incluidos en el sistema nacional reduciría la acción de los seguros complementarios a menos del 10%. de los beneficios existentes. “Tal como está escrito, el texto actual elimina los seguros complementarios. Si se entiende que el Sistema Nacional de Salud es muy completo, cubriendo la mayor parte de la atención que necesita la gente y que los seguros privados solo pueden actuar más allá de esa cobertura, entonces queda disponible una proporción muy baja de las prestaciones, reduciendo mucho su espacio operativo”, indica el líder sindical.

Sobre la base de datos de la Asociación de Aseguradores, Simón destaca que un total de ocho millones de personas tienen seguro complementario.

“Hacemos un llamado a la Convención en pleno para que reconsidere lo que está proponiendo la comisión para no minimizar la participación del sistema privado en el sector salud en niveles tan extremos y que pueden generar un problema muy importante de acceso a toda la población. . Salvo que actúe el pleno de la Convención, estamos ante un fin inminente del sistema privado de salud”, subraya el presidente de la Asociación de Isapres.

-En otro de sus puntos, la comisión limitó la relación del futuro sistema nacional con los restantes prestadores de salud exclusivamente a entidades sin fines de lucro, lo que deja fuera a las clínicas. ¿Cómo lo evalúas?

-Las consecuencias desde el punto de vista agregado son muy graves, en el sentido de que, por un lado, casi no existiría el seguro privado, ya sea a través de Isapre o a través de seguros complementarios, y la gente ya no tendría ese apoyo para atenderse. un prestamista Y desde el punto de vista de las clínicas, se limitarían a convertirse en instituciones sin fines de lucro para participar en alguna medida en la red pública, o continuar de forma independiente, pero recibiendo pagos directos del paciente ya que los seguros para respaldar dicha atención serían no existe. Por lo tanto, también se reduciría el espacio en el que los proveedores privados de salud pueden ofrecer sus servicios.

-¿Qué significaría tener los dos pilares del sistema privado de salud en ese escenario?

– Vemos un golpe muy importante a la participación de entidades privadas en el sector salud, no solo en el área de pensiones. Hay que entender que Chile siempre ha tenido un sistema de salud mixto -actualmente con 15 millones de personas en Fonasa y tres millones en isapres- y hay una complementación muy grande en el sentido de que aproximadamente la mitad de las personas con seguro público utilizan el proveedor privado. red, que a su vez es financiada principalmente por las isapres. Entonces, al final, 10 millones de personas utilizan regularmente el sistema de proveedores privados que ahora tendría un campo de acción limitado para todos estos servicios.

-Si finalmente esta propuesta avanza en la Convención y es aprobada, ¿cuál sería el pie de la reforma de salud a la que se ha comprometido el actual gobierno, que establece la existencia de un seguro privado complementario al fondo público universal?

– Efectivamente, el gobierno ha postulado un sistema en el que efectivamente estaba presente el sistema público y había seguros complementarios, por lo que se esperaba que esta discusión se diera en torno al 7% de cotización. Pero al eliminar los seguros complementarios, la propuesta del Convenio elimina esa posibilidad de desarrollar la reforma en este sentido y, a nuestro juicio, también se cuestiona su viabilidad. Entonces, si esta propuesta deteriora los servicios a los actuales usuarios de isapre y fonasa, ¿quién gana con esto?

Balance final 2021: pérdidas históricas
de la industria sumó $ 149 mil millones

En un ejercicio 2021 marcado por pérdidas históricas -impulsadas por la reactivación de la atención no Covid y el aumento del 38% en las licencias médicas para representar el 43% del monto global de sus aportes-, las isapres reportaron en febrero un balance anual preliminar con cifras en rojo por $ 137 mil millones. Y con la entrega de los resultados pendientes de Cruz Blanca, la cifra final arroja un déficit total de $149 mil millones.
A los factores anteriores, Gonzalo Simón suma el congelamiento por tres años de los planes de isapres, que ahora están en proceso de reajustarse nuevamente para el período 2022-2023 a partir de julio con un incremento máximo de 7,6%. “Según los cálculos de la Superintendencia de Salud, el crecimiento real de los costos de 2019 a ahora fue de 30%, entonces entendíamos que el promedio iba a ser de 10%, pero la cifra final fue de 7,6%. Esta cantidad se queda corta ante el aumento de costos, la recuperación de la atención, la pandemia sostenida y los precios congelados, y es lo que condiciona el resultado final”, indica.
A partir de este escenario, el dirigente gremial anticipa que esa suma de factores determinará que la industria en 2022 “también tendrá pérdidas”. Al respecto, y sin perjuicio del reajuste de los planes de este año, Simón señala que “la adecuación desde el punto de vista de las isapres recién actuará cuando reciban el mayor pago el próximo mes de julio, momento en el que recién podrá iniciar su recuperación. Sin embargo, como el incremento que establece la autoridad es menor que la evolución de los costos, mejorará en algo la situación, pero no podrá equilibrar todas las necesidades”.

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