Viñateros del valle del Itata acusan grandes pérdidas por incendios: el 25% de los viñedos estaría afectado

El Valle de Itata, al sur de Chillán, es la mayor zona vitivinícola del sur de Chile y una de las más afectadas por la ola de incendios forestales que azota las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía. Los viticultores locales aseguran que las pérdidas son catastróficas y piden a las autoridades regionales ayudas puntuales para cuando comience la etapa de reconstrucción.

Según Demy Olmos, enólogo consultor de la comuna de Coelemu, aún se trabaja para hacer un catastro, pero señala que de las 1.600 hectáreas de viñedos que hay en la zona, al menos 400 ya están dañadas. . “Son todos de pequeños viticultores. Creo que fácilmente estamos hablando de al menos 150 o 200 agricultores perjudicados”, cuantifica.

Olmos dice que lleva seis años trabajando en el municipio, pero “para mí este es el año más difícil. Ya era difícil con las altas temperaturas y el fuego terminó por matar las esperanzas de un año exitoso. Además, se comentó que los precios de la uva no venían como deberían, venían bajos. La inflación y la guerra en Rusia y Ucrania elevaron los precios de los insumos, entonces ya veníamos con un costo alto y si los precios no subían, también quebraríamos como agricultores. Esto terminó sepultándonos”.

En cuanto a los daños en las vides, Olmos estima que hay algunas que se podrán recuperar, sobre todo las tintas, pero hay otras variedades que, por el tipo de raíz que tienen, no se podrán recuperar. “Esa planta se perdió prácticamente. Es posible que las vides rojas se recuperen y vuelvan a formar un palo bajo tierra, pero ese palo tardará al menos tres años en reformarse y convertirse en tronco”, explica.

En cuanto a los daños por humo, el enólogo dice que las pocas uvas que se salvaron permanecerán ahumadas.

Por su parte, Víctor Castellón, presidente de la Asociación de Viticultores de Itata AG y propietario de viñedos de Castellón, también asegura que por el momento no hay catastros oficiales, porque las comunas de Ránquil, Coelemu, Florida, Quillón, Portezuelo, Quirihue y parte de Ninhue todavía tiene brotes activos.

Pese a ello, “en términos generales, muy previo a la información sin análisis, el daño es catastrófico, es un daño con pérdida casi total”, sostiene. Al daño que provoca el fuego, que es debido al humo, se le suma un segundo efecto, “que también daña la fruta y le impide competir en calidad de vino para poner en el mercado”, apunta.

Castellón dice que la asociación cuenta con 33 viticultores, de los cuales cuatro son víctimas con pérdidas totales, y otro porcentaje con daños parciales o totales.

Sobre la ayuda de las autoridades, el presidente de la asociación afirma que han tenido apoyo con recursos del gobierno municipal y regional.

“Ahora se están evaluando las alternativas de recursos económicos a través de instrumentos públicos, a través de Sercotec, Fosis, Corfo o Indap. Estamos en conversaciones con el Gobierno regional para flexibilizar algunas ayudas”, indica.

Además, Castellón dice que pidieron a las autoridades más brigadistas para la zona, que haya más patrullaje de las Fuerzas Armadas y restringir la venta de combustible en bidones.

Castellón adelanta que entre los viticultores “estamos muy preocupados por cómo vamos a afrontar la segunda fase, que es la reconstrucción. Con el gobierno regional hay una mesa de trabajo para lo cual tenemos una serie de solicitudes para solicitar infraestructura habilitante, materiales de construcción, capital de trabajo, implementación de bodegas -porque aquí hay muchos insumos que se perdieron- y asesoría técnica de construcción para poder prevenir incendios en el futuro.

“Esto de los incendios es cosa de todos los años. Por eso estamos evaluando la alternativa de sentarnos con Agricultura y evaluar alguna normativa que nos permita anticiparnos o regular el tema de los incendios, para poder atacar las causas”, agrega.

Otro de los viticultores afectados es Leonardo Erazo, quien en 2014 compró su primer viñedo. Hoy produce dos líneas de vino: A los viñateros bravos y Leonardo Erazo, ambos en el Valle de Itata.

Erazo informa que posee seis hectáreas de viñedos viejos, de más de 200 años, que fueron totalmente quemados.

“Ahora estamos viendo qué vamos a hacer, a ver si hay algo que se pueda recuperar. Las enredaderas que estaban cerca de los eucaliptos se quemaron por completo, pero las que estaban más alejadas solo se quemaron, por lo que quizás se recuperen en dos años”, dice.

Y añade: “Aunque es una viña familiar, somos una empresa. Y vamos a tener dos años en los que no vamos a tener producción, vino para vender, nada, y no sé qué empresa se puede dar el lujo de estar dos años parada”.

En cuanto a las pérdidas económicas, Erazo afirma que, en su caso particular, sólo en costos, por todo lo que se invirtió para producir este año, los cálculos ascienden a US$ 39 mil dólares.

“Uno gasta más o menos US$ 5.000 por hectárea para producir uva en un año, entonces con eso uno se puede hacer más o menos una idea de las pérdidas”, detalla.

Pero Erazo apunta que lo más grave es que el año que viene lo más probable es que vuelvan a producirse incendios en la zona. “Y aquí no hay plan”, acusa.

Sobre las reuniones con las autoridades, Erazo dice que junto con otros viticultores enviaron cartas formales al departamento de agricultura, solicitando ayuda más específica “para equipos especializados, maquinaria, que haya un cortafuegos, porque no lo hay”.

Y agrega: “Por suerte darán ayuda a los que quemaron sus casas, pero con dos fardos de paja y tres costales de trigo no se puede recuperar la economía de una familia. El año que viene vamos a seguir ardiendo porque lamentablemente esto del calentamiento global no es algo que vaya a parar y la situación sigue igual, no hay medidas, no hay preparación cultural para poder afrontar estas situaciones. No hay control en las plantaciones forestales, en los pastos. La gente también comete imprudencias.

Por su parte, Deysi Villagrán, viticultora de la comuna de Portezuelo, forma parte de la nueva generación de viticultores del Valle de Itata. Junto a su familia tiene un negocio relacionado con el vino: Altos del Valle Wines. Cuenta que el 28 de enero se encontraba en Valparaíso trabajando en la Expo Vino y Gastronomía cuando se inició el incendio forestal, que rápidamente llegó al sector donde se encontraban su casa, su auto, un hostal de su propiedad y una bodega lista para vender. , así como una bodega biosostenible con energía solar. Todo estaba completamente quemado. A esto se suma la viña familiar, que también fue destruida por el fuego.

Desde esa fecha, dice, hay una variedad de brotes en diferentes sectores y las alarmas suenan con frecuencia para evacuar. “Es una situación muy inestable, están activados todo el tiempo y estamos todo el día y la noche llenos de humo”, apunta.

En cuanto a los daños económicos, Villagrán calcula una pérdida cercana a los $300 millones en la bodega, la maquinaria, el vino, el hostal y el automóvil. “Es aproximado, porque estaba todo equipado, con aire acondicionado en cada dormitorio, entre otros elementos, y estaba todo nuevo.”

Dice la bodega que han venido a visitarlos Sercotec, Corfo, Fosis, Indap, Sernatur y el Ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela.

“La municipalidad se encargó de inmediato de retirar los escombros y posteriormente limpiar el terreno. Ahora está llegando la vivienda de emergencia”, indica y agrega que hizo saber a las entidades públicas que tienen fondos disponibles su necesidad de levantar nuevamente su bodega para poder seguir funcionando.

Pero lo que realmente se necesita y se pide -y en lo que coinciden los diferentes viticultores de la zona- es “que los fondos bajen y que se entreguen a los que de verdad se vieron afectados. También que tengan recursos disponibles en caso de emergencia, no a largo plazo”.

Con respecto a las grandes bodegas, como Concha y Toro, aseguran no haber sido afectadas por los incendios, ya que su producción se encuentra fuera de las zonas afectadas.

“Hasta el momento no hay hectáreas sembradas de Viña Concha y Toro afectadas, ni incendios aledaños. En todo caso, el personal de la empresa se mantiene en alerta, aplicando todos los protocolos de seguridad y acciones preventivas existentes”, dijo Concha y Toro.

Además, la empresa indicó que inició gestiones para apoyar a algunas de las zonas afectadas, tanto a las comunidades como a los bomberos, incluido Itata.

En tanto, el alcalde de Coelemu, Alejandro Pedreros, asegura que el municipio está realizando un catastro de los daños a los viñedos y que ya están en conversaciones con el seremi de agricultura y el ministro Valenzuela. En este sentido, afirma que ya se han definido líneas de apoyo al sector consistentes en ayudas económicas, entre ellas, “la concesión de una subvención focalizada y proporcional a los perjuicios”.

“No hablamos de una cantidad estandarizada para todos, sino que responde a una cuantificación más detallada del impacto, para poder ayudar de una forma más equilibrada”, detalla.

Al igual que el enólogo municipal, el alcalde estima en 400 las hectáreas dañadas, lo que tendrá un impacto a largo plazo. “Las vides y viñedos que se quemaron obviamente van a ser uvas que no se podrán comercializar. Era parte de la caja, de los ingresos anuales que tienen los productores, por eso estamos pidiendo más apoyo económico directo para que la economía de las familias no se resienta”, dice.

“Si a eso le sumamos el impacto en algunos casos donde también se quemaron casas, bodegas, sistemas de abastecimiento de agua, cercos, de la misma persona, el impacto es tremendo”, concluye.

#Viñateros #del #valle #del #Itata #acusan #grandes #pérdidas #por #incendios #los #viñedos #estaría #afectado
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:

Artículo Original

Exit mobile version