Gino Lorenzini ya no tiene programas en redes sociales ni lo buscan en la tele para hablar de las AFP, como antes. Tampoco hay mucho de su interés por el sistema de pensiones o la política chilena como cuando estaba en la cresta de la ola. Ahora vive con su familia en Hawái, desde donde dice que gestiona su propio patrimonio, tras pasar casi dos años entre Londres y Tahití.
Asegura que no piensa volver a Chile. Ella solo espera que el mayor de sus tres hijos termine la escuela para radicarse definitivamente fuera del país. “Estoy 100% enfocado en desarrollar fórmulas y administrar mis activos. Después de 10 años de hacerlo por Felices y Forrados (FyF), es un hábito diario que hago, y por suerte la ley anti-FyF no me lo prohibió”, dice desde la isla del Pacífico.
Agrega que está cocinando a fuego lento tres ideas de negocios. “Explotarán cuando se presente la oportunidad, pero quiero que sean globales y nacidos en el extranjero. Haré explotar mi creatividad quizás al nivel de Elon Musk, en cualquier otro país con reglas claras, pero no generaré ingresos en Chile”, sostiene.
En junio de 2021, cuando FyF tuvo que cerrar por no cumplir con los requisitos de la nueva ley de asesores previsionales, Lorenzini habló con su familia y acordaron pasar otro largo tiempo afuera. Ya habían vivido en Londres entre 2019 y 2020. Luego se mudaron a Tahití y hace unos meses llegaron a Hawái. Afirma que allí encontró tranquilidad. “Hoy mi enfoque es el desarrollo integral y valioso de mis tres hijos, junto con el manejo de mis inversiones”, enfatiza.
Ella dice que Londres “es realmente la capital del mundo”, un gran lugar para vivir y aprender, y que sus hijos allí “pudieron desarrollar el acento británico e ir a una escuela pública de calidad”, mientras que en Tahití ella vivió y disfrutó del equilibrio de esa sociedad polinesia administrada por Francia. “Además, me reconecté con mi pasión por bodyboardcorriendo olas perfectas, pero peligrosas por el coral”, dice.
Mientras hoy su vida transcurre en el exterior, en Chile, el Juzgado Tercero de Policía Local de Las Condes ya elabora la sentencia por la denuncia por publicidad engañosa que el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) interpuso contra FyF en junio de 2021. Lorenzini nunca se presentó y en redes sociales aún se pueden encontrar reclamos de afiliados cuyas recomendaciones no hicieron crecer sus ahorros. “¿Cómo puedo emprender si el Sernac sigue demandando a una empresa que terminó su negocio en junio de 2021? La persecución política en Chile aún no ha terminado en mi contra, a pesar de que el gobierno cambió de Piñera a Boric”, afirma al respecto.
Pero la justicia también le dio una buena noticia: a finales del año pasado, la Corte Suprema falló a su favor para impedir que la isapre Banmédica subiera su plan de salud. “Veo con preocupación que el clima de odio pueda llevar a la quiebra a las isapres, y eso significaría el colapso total del sistema, un Transantiago 100 veces más grande, porque tardar horas en tomar un bus es muy diferente a perder la vida”, indica.
Lorenzini habló con Legumbres a través de un cuestionario escrito, donde criticó la reforma de pensiones que el gobierno ingresó al Congreso y reiteró su decisión de no volver a la política. “No he hablado con Franco Parisi, aunque me hubiera encantado hablar en persona de las diferencias que teníamos”, dice.
“Al principio no tenía dinero para montar un negocio y fui al cumpleaños de una amiga, me hice la loca con el regalo, pero con dos luquitas compré una caja de Ricolate. Lo vendí, todo tímido dijo ‘oye, vendo Ricolate’. Todos ellos se agotaron; Reinvertí ese dinero, y el mayor capital fue mi energía. ¿Y que pasó? Después de un mes terminé vendiendo un chocolate cada seis segundos. Trabajó media hora después del recreo y ganó $600.000, con un capital inicial de dos lucas”. Así narró Gino Darío Lorenzini Briones sus inicios vendiendo dulces en los recreos del colegio San Luis de Antofagasta. Lo contó en una charla en esa ciudad, a fines de 2016, cuando ya era famoso en todo Chile. Y aunque con algunas diferencias, varias veces más ha repetido esa historia.
Nacido y criado en esa ciudad, es parte de una familia de clase media, descrita por él como austera y unida. Es el menor de los tres hijos de Virginia Barrios Alfaro y Héctor Lorenzini Basso, quien fue gerente general de FyF hasta 2020. De él heredó la costumbre de madrugar y el interés por las finanzas.
Lorenzini y sus dos hermanos también son muy cercanos. Roberto (47), que es ingeniero civil industrial, es el más cercano a Gino. Trabajaron juntos en FyF y en la exportadora Chilesin. Se ven a menudo ya menudo hablan de negocios. Ambos son socios en la firma de seguridad Loba, donde también participa el padre.
Fabiola, la mayor (49) y única mujer del clan, es una de las principales socias del bufete del que proceden los abogados que han representado a su hermano y sus negocios, en prácticamente todas sus luchas judiciales.
“Como en cualquier familia, nos llevamos muy bien con mis hermanos. No tenemos negocios en común con Fabiola, porque ella tiene su propio estudio de abogados en Viña del Mar, y con Roberto somos socios en un par de empresas. Los verdaderos pilares son nuestros padres, quienes nos dieron valores y habilidades tanto profesionales como humanas”, explica.
Ingeniero comercial de la Universidad Alberto Hurtado, uno de los primeros trabajos que siempre recuerda Gino Lorenzini fue su etapa como gerente del supermercado Colón de Tocopilla, que luego fue vendido a Unimarc.
Allí conoció a su esposa, Ana María Vlahovic, con cuya familia también es muy unido. Con su esposa, inicialmente fueron socios en Felices y Forrados e invirtieron en bienes raíces.
Pero el negocio financiero es lo que siempre estuvo en su punto de mira. Eso es lo que realmente le apasiona.
En 2008 realizó una Maestría en Finanzas en la Universidad de Chile, donde se dedicó a estudiar la Bolsa de Valores y, en especial, los vaivenes del mercado. De ahí nació la idea de Felices y Forrados, cuyo despegue coincidió con la crisis subprime, las fuertes preguntas que empezó a recibir el sistema y el éxito de Youtube.
La idea era simple: aprovechar los cambios de fondos de los afiliados para obtener ganancias con los altibajos del mercado. Sonaba fácil. Pero la realidad luego demostró que esa no era la gallina de los huevos de oro: los cambios no siempre generaban los retornos esperados; cuando las transferencias se hicieron masivas desestabilizaron el sistema financiero; El dólar subió y las acciones bajaron. El Fondo E, donde están las personas más cercanas a la jubilación, estaba en permanente asedio. Así, la ganancia de unos fue la pérdida de otros, varios meses.
Mientras tanto, Lorenzini se convirtió en una estrella de las redes sociales gracias al éxito de su canal de YouTube. Después llegó a la TV y hasta miró hacia la Presidencia de la República.
Hoy dice que no extraña FyF para nada, pero que lo volvería a hacer todo tal como está. “Creo que todo fue perfecto, lo viviría mil veces. Fue una batalla épica gloriosa que una empresa, sin capital y solo con estrategia, puso de rodillas a los gobiernos de Bachelet y Piñera, al Banco Central y a todo el mercado financiero durante 10 años. Jugué al 100% de mis capacidades y las de mi equipo, por lo tanto, no cometí errores”, apunta.
Tras el cierre de FyF, algunos de sus ex trabajadores dicen que les fue difícil encontrar nuevos empleos. Uno de ellos, que luego fichó por una entidad educativa, asegura que todos sus contactos desaparecieron cuando la nube de dudas cayó sobre la firma. Solicita no revelar su nombre para informar que por recomendación de un excompañero de oficina, eliminó de su perfil de LinkedIn su paso por la consultora que estaba ubicada en el noveno piso de un edificio en Padre Mariano, en Providencia.
Este mismo excolaborador de FyF sostiene, en todo caso, que hay cifras que demuestran que las recomendaciones de Lorenzini sí superaron al Fondo A (acción) promedio en la mayoría de los años hasta 2013. Pero a medida que más personas fueron sumando y siguiendo las alertas de cambio de fondo , el proceso de compraventa de instrumentos financieros que debían realizar las AFP comenzó a devorar las utilidades de los afiliados ya destruir el valor de sus ahorros para la vejez.
El Banco Central (BC), en su Informe de Estabilidad Financiera (IEF) de principios de marzo de 2020, advirtió sobre el efecto que estaban teniendo los traspasos en el precio de los activos y pidió a las empresas dar seguimiento a las recomendaciones.
Ese año, la alerta de FyF de entrar y salir repetidamente del Fondo E (renta fija), que inicialmente era muy rentable para algunos, terminó en pérdidas puras. La recomendación de dividir el dinero en dos fondos volatilizaba también los ahorros de varias personas.
En agosto de 2020, FyF hizo crujir al sistema financiero cuando recién en ese mes recomendó ir a los fondos más riesgosos el día 6 y ir a los más conservadores el día 18. En total fueron 851.965 traspasos, algo fuera de toda lógica de ahorro previsional a largo plazo.
El BC señaló que este tipo de asesores podrían tener conflictos de interés y contar con información que les permita “anticipar movimientos en los precios de activos en los que puedan tomar posición propia o en interés de terceros relacionados”. Todos los ojos se dirigieron al valor neto del asesor financiero estrella. Durante años se rumoreó en el mercado que el ingeniero comercial se estaba haciendo rico con sus apuestas contra el peso.
En las oficinas de FyF, Lorenzini comentó más de una vez que su primer millón de dólares lo hizo “viejo”: después de 30 años. Este año el asesor cumplirá 41 años.
En el mundo financiero, el primer millón de dólares es un objetivo común entre los jóvenes ejecutivos, una competencia tranquila que suele marcar carreras en el sector.
Ahorrar al menos el 20% de los ingresos, ser independiente y aprender de los fracasos fueron los tres consejos clave de Gino Lorenzini en sus días de FyF. Las repitió en cada charla a la que fue invitado y presentado como un “gurú” de los fondos de pensiones.
La oportunidad de conocer o acercarnos a su herencia se dio entre 2020 y 2021, cuando Lorenzini intentó postularse -sin éxito- a la Convención Constituyente ya la Presidencia de la República.
En sus declaraciones ante el Servicio Electoral (Servel), incluyó un apartamento de $43 millones con su esposa, acciones de empresas cerradas como FyF, Loba Productos de Seguridad Spa, Happy and Loaded Spa, Usay Uknow Spa por $128 millones, además de casi $600 mil en acciones de cuatro AFP (Habitat, Cuprum, Planvital y Capital) y $20 millones en acciones de empresas tecnológicas extranjeras (Netflix, Amazon y Tesla). También asignó otros $42 millones en fondos estadounidenses.
Eso, sin considerar los ingresos que produce desde hace más de 10 años la comunidad de entre 120.000 y 200.000 usuarios que pagan religiosamente 2.000 dólares al mes por recomendaciones.
En mayo de 2020 declaró a Pulso que su patrimonio rondaría los $1.300 millones y que lo movió a través de su empresa Migatte SpA, que fue creada en septiembre de 2019. Hoy dice que la cifra es menor: “Toda esa información está desactualizada. Es un número menor, pero tampoco te lo puedo dar”, responde.
En el mercado se estima que Lorenzini al menos estaría moviendo activos por unos US$ 2 millones de su propio patrimonio, libres para invertir.
En 2021, cuando cerró operaciones de FyF por la nueva normativa para los asesores previsionales, sostuvo que había tenido que vender el único departamento que tenía en Manuel Montt 275, inmueble que no figuraba en el detalle de sus declaraciones.
Según información del Diario Oficial, Lorenzini Barrios ha registrado un número considerable de empresas y marcas, la mayoría relacionadas con temas financieros y de seguridad social. En 2022 tuvo una larga pelea en el Inapi por el nombre de Segurón, con el empresario Daniel Vargas, quien dijo a este medio que Lorenzini intentó bloquear su negocio, retrasando su salida. Al final tuvo que cambiar el nombre para poder empezar a operar. Sin embargo, el exasesor sostiene que lo que pasó fue que “alguien ahí está tratando de ‘revocar’ y copiar nuestra marca. No es un registro de nosotros”, explica. Y desestima las versiones de que estaría por ingresar al negocio de corretaje de seguros, para pasar ahora a la industria del ahorro previsional voluntario. De momento, los registros de la CMF ratifican su versión.
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