Históricamente la política habitacional del país se ha focalizado en fomentar la tenencia de vivienda en propiedad mediante la asignación de subsidios a grupos vulnerables y de ingresos medios. Pero a pesar de los crecientes presupuestos asignados, estos han resultado insuficientes para satisfacer las necesidades de miles de familias que, por diversas razones, no logran acceder a una vivienda completa o parcialmente subsidiada, manteniéndose a la espera –en algunos casos por años- de que ello ocurra, lo que evidencia la urgencia de efectuar cambios a la política de vivienda.
Existen propuestas de concesionar vivienda pública para arriendo, como consignó una nota en DF esta semana. La experiencia internacional demuestra la conveniencia de contar con políticas que apoyen tanto la vivienda en propiedad como en arriendo, esta última con el objeto de contar con una oferta de unidades a precios asequibles como sustituto transitorio o permanente al acceso a la vivienda en propiedad, y contener, por esta vía, el gasto de los hogares en vivienda.
“Existen propuestas de concesionar vivienda pública para arriendo. La experiencia internacional demuestra la conveniencia de contar con políticas que apoyen tanto la vivienda en propiedad como en arriendo”.
En nuestro caso, si bien desde 2013 existe el programa de subsidio al arriendo, su incidencia es limitada y no ha escalado en el tiempo. Mientras que desde 2017 se promueve la generación de una oferta de arriendo público financiada vía glosas presupuestarias a organizaciones sin fines de lucro y municipalidades. A pesar de la inexperiencia de estas instituciones en la materia, se espera generar un stock en torno a las 20.000 unidades al año 2025.
Estas cifras contrastan negativamente con el avance sostenido que ha experimentado la modalidad de arriendo por desarrolladores privados. ¿Por qué no son considerados los privados como proveedores de unidades de arriendo asequible? ¿Por qué no se considera una alianza público-privada para el desarrollo de la oferta de vivienda pública?
Desde el punto de vista financiero estas modalidades son costo-eficientes, al tener mayor flexibilidad para diseñar la composición de viviendas (con y sin subsidio) y potenciales servicios en una misma unidad física; desde el punto de vista presupuestario, permiten distribuir en el tiempo los compromisos del Estado dando mayor cobertura en el acceso a la vivienda y disminuir los costos de mantención; y desde el punto de vista social pueden lograr una mayor integración social.
Además de voluntad, se requiere de una política pública con un horizonte de largo plazo. Al igual como ocurre con las concesiones de infraestructura pública, es necesario contar con un marco legal que otorgue certeza institucional y financiera, en el que se establezcan derechos y responsabilidades; se regule la operación y a las instituciones que la proveen y administran; que garantice la competencia por el desarrollo y mantención de los proyectos y de su entorno; se someta a estándares de transparencia y accountability; y permita dirimir posibles discrepancias.
Alternativamente, podría existir una “agencia pública” con las atribuciones legales y técnicas para asumir estas responsabilidades, como es el caso del Fondo de Infraestructura S.A. Generar una oferta de arriendo asequible bajo la modalidad de concesiones no solo es posible, sino necesario.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.