Economia
Banco Central insta a recomponer ahorros de largo plazo ante impacto de desequilibrios, incertidumbre política y menor profundidad de mercado de capitales
El Banco Central publicó este miércoles el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) correspondiente al primer semestre de este año, en el que destaca que “Las condiciones financieras internacionales se han deteriorado en un contexto de alta incertidumbre”.
El órgano rector afirmó que la prolongación de la invasión rusa a Ucrania, y las cuarentenas masivas en China, “han acentuado las presiones inflacionarias, lo que ha llevado a las autoridades a acelerar su proceso de normalización monetaria. Todo esto ha reducido las perspectivas de crecimiento global”.
En el ámbito local expresó su preocupación por “los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante 2021, la incertidumbre política y la menor profundidad del mercado de capitales, sobre todo en el largo plazo, no solo han limitado la capacidad de financiación de proyectos a más largo plazo —incluidas las compras de viviendas, pero también han reducido la capacidad de la economía para absorber choque externo”.
Un aspecto que destaca el informe es que los hogares y las empresas han seguido mostrando un buen comportamiento en el pago de sus deudas. Pero las alertas surgen porque “Aunque algunos sectores son más vulnerables al deterioro de las condiciones de financiamiento y en el caso de los primeros se suma una reciente disminución de los salarios reales”.
En ese contexto, la autoridad monetaria indicó que “destaca la importancia de reconstruir un fondo de ahorro a largo plazo estable, que favorezca la financiación de proyectos de inversión y facilite la mitigación de las turbulencias financieras externas”.
Situación del sistema financiero
El órgano rector reiteró que el impulso a la demanda interna durante 2021 “Aumentó las presiones inflacionarias. Estos se han agudizado recientemente debido a problemas sostenidos de suministro global y la depreciación del peso. Así, la inflación ha llegado a niveles de dos dígitos”.
El Central volvió a señalar que los retiros de fondos de pensiones que se realizaron por más de US$ 50.000 millones han reducido la profundidad del mercado de capitales chileno. A juicio de la autoridad, esta política provocó “una caída en la demanda de instrumentos de largo plazo que, dado que no se descarta la repetición de medidas similares, ha mantenido elevado el riesgo de ventas masivas de activos. Esto implicó un alza en las tasas largas locales y redujo los plazos de la deuda interna de bancos, empresas y Hacienda”.
Ejemplificó que el volumen de nuevas emisiones de deuda por parte de particulares ha sido bajo en los últimos trimestres, y se ha realizado en su mayoría en el exterior.
También aclaró que “Los efectos negativos de estas políticas han sido particularmente visibles tanto en los préstamos hipotecarios como en el financiamiento del sector corporativo”.
El peso chileno tampoco se salvó. El organismo presidido por la economista Rosanna Costa afirmó que “En un contexto de alta incertidumbre local, y más recientemente de fortalecimiento global del dólar, se ha producido una depreciación adicional relevante del peso. Esto se ha dado con una alta volatilidad, que supera significativamente a la de otros exportadores de materias primas. La mayor incertidumbre desde 2020 ha afectado tanto al tipo de cambio como a las tasas de interés de largo plazo”.
Mencionó que el tipo de cambio “se mantiene muy por encima de sus promedios históricos, proceso que se viene acentuando a partir del segundo trimestre de 2021. En este escenario, ha habido salidas de capitales por una mayor preferencia de los inversionistas locales por activos extranjeros y sigue habiendo una alta actividad de apertura de cuentas en dólares”.
El estado de las empresas y los hogares chilenos
El Banco Central señaló que desde mediados de 2021 se observan condiciones financieras más restrictivas en el mercado local de bonos corporativos, donde se destacan en particular las mayores tasas de interés que enfrentan las empresas con menor calificación crediticia.
De lo ocurrido este año, describieron que “se observó un ambiente de debilitamiento de la demanda de crédito comercial bancario y en el cual los estándares de otorgamiento se han vuelto cada vez más exigentes. La morosidad de la cartera de crédito comercial de la banca se mantiene baja y estable, aunque se ha acelerado la morosidad de las empresas que reprogramaron deudas durante la pandemia.
En cuanto a los hogares chilenos, “Enfrentan restricciones en el acceso al crédito y desafíos ante un entorno macroeconómico más deteriorado. El aumento de empleo logrado en 2021 se ha ido ralentizando desde finales del año pasado, en un contexto en el que distintos indicadores muestran una demanda menos dinámica y una oferta que —con cierta mejora— sigue siendo limitada”.
Destacó que el endeudamiento de los hogares se moderó en los últimos trimestres, en línea con una menor demanda de crédito —relacionada con una mayor cautela y alta liquidez— y mayores restricciones en el acceso al crédito de largo plazo.
Un aspecto que llamó la atención del órgano rector es que Se incrementa la proporción de préstamos hipotecarios concedidos a tipo variable o mixto. Según los datos presentados, en 2022 su participación en los flujos de crédito supera el 50% del total, frente a cifras inferiores al 20% en años anteriores.
En cuanto a la morosidad de las personas, las tasas se mantienen en mínimos históricos, “aunque, más recientemente, la cartera de consumo muestra algún incremento en la morosidad. Todo esto está sucediendo en medio de indicadores de confianza que señalan las crecientes preocupaciones de las personas frente a un entorno económico más desafiante”.
Destacó que ante este escenario, los bancos se han preparado: “Han realizado fuertes aumentos de provisiones adicionales en los segmentos de consumo y comercial, ante la expectativa de que los riesgos regresen a sus niveles previos a la pandemia. Se ha incrementado la solvencia bancaria, debido a la reducción de la exposición a sectores de mayor riesgo ya las ampliaciones de capital. Así, las pruebas de estrés muestran que los indicadores de solvencia se mantendrían por encima del requerimiento regulatorio, incluso ante la materialización de escenarios de estrés severo”.
Los riesgos por delante
Según el Banco Central, las principales amenazas externas a la estabilidad financiera local provienen del deterioro abrupto de la liquidez global, aumentos en las tasas de largo plazo o mayores primas de riesgo para las economías emergentes.
Internamente, “existe el riesgo agregado de que se implementen medidas que profundicen los desequilibrios macroeconómicos acumulados en 2021. La reducción de los estímulos macroeconómicos es fundamental para mitigar el costo del control inflacionario”.
Argumentó que el “Iniciativas que profundicen los desequilibrios macroeconómicos o que afecten una adecuada evaluación del riesgo crediticio, dificultarían que esta normalización continúe de manera ordenada y tengan un impacto negativo en las condiciones de financiamiento, junto con una creciente volatilidad en el mercado financiero chileno”.
El mensaje del Banco Central es fortalecer el mercado de capitales. Comentó que “la pérdida de profundidad que ya experimenta el mercado de capitales local, junto con un entorno más desafiante, resaltan la importancia de no debilitar más las fuentes estables de ahorro de largo plazo”.
Destacó que “esto cobra relevancia cada vez que la economía mundial presenta condiciones de financiamiento más restrictivas, por las razones ya comentadas. Luego destaca la necesidad de mantener y fortalecer el fondo de ahorro de largo plazo de la economía local, lo que permitirá fortalecer y recomponer el mercado de capitales interno para enfrentar un entorno complejo y de alta incertidumbre, tanto local como externa”.
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