Un nuevo actor irrumpirá en la industria de medios de pago. Se trata de la fintech Shinkansen, firma tecnológica fundada en 2022 por Leo Soto, Ubaldo Taladriz y Francisco Larraín.
El martes por la tarde, Shinkansen recibió la autorización por parte de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) para operar como cámara de pagos de bajo valor y entrará a competir con el único actor del mercado: el Centro de Compensación Automatizado (CCA), cuyos dueños son Banco de Chile, Santander y Bci.
La cámara de pagos de bajo valor es una de las infraestructuras del mercado financiero más importantes en la vida cotidiana de las personas ya que permite conectar a bancos y otras instituciones financieras para que realicen transferencias de dinero.
Mediante esta vía, se facilitan los movimientos de dinero entre entidades financieras -como los bancos, cooperativas, emisores de tarjetas de crédito y prepago, como también, de los operadores de tarjeta- a través de la comunicación, aceptación y posterior liquidación de las transferencias entre los clientes de esas entidades.
En diciembre del año pasado, la CCA registró más de 124 millones de transferencias en líneas aprobadas. Al cierre de 2022, esta entidad registró 1.199 millones de transacciones, por un monto aproximado de US$ 770 mil millones.
El desembarco
Para concretar el aterrizaje de Shinkansen, previamente el Banco Central y la CMF actualizaron la normativa para impulsar la entrada de nuevos actores a este rubro. Uno de los objetivos de las autoridades es que se favorezcan alternativas de liquidación más eficientes.
Esto, pues las transferencias de fondos en Chile están creciendo de manera exponencial. En los últimos 15 años se han incrementado a tasas por sobre el 25% anual.
El chief operating officer y cofundador de Shinkansen, Francisco Larraín -excoordinador de Mercado de Capitales del Ministerio de Hacienda durante la administración del exPresidente Sebastián Piñera-, indicó en conversación con DF que tras la autorización del regulador “estamos convencidos que hay una gran oportunidad y queremos estar en el lugar preciso para facilitar ese proceso”.
Larraín enfatizó las oportunidades que se abren en este mercado, considerando que la digitalización del dinero se convierte en una información relevante para las personas.
“El dinero es un dato. El 80% del dinero es digital y está en cuentas bancarias, de cooperativas o de prepago. Hasta ahí no hay mucha controversia. Lo interesante es pensar en cuáles son las consecuencias de que el dinero sea un dato y el potencial de innovación que eso genera”, expuso.
Agregó que, en la medida que el dinero se comporta como un dato, éste se vuelve programable. “El potencial es enorme: manejos eficientes de tesorería, automatización de procesos que incluyen el movimiento de dinero o herramientas para crear nuevos productos o servicios financieros que estén directamente conectados a una cuenta bancaria. Y desde una cámara de pagos podemos acelerar este proceso”, sostuvo.
Planes de negocios
Larraín detalló que la incursión de Shinkansen como cámara de pagos tendrá dos etapas. En la primera, estará centrada “en hacerle la vida más fácil a esos nuevos actores que podrán ahorrar tiempo y dinero al usar nuestra ‘carretera’. No es una carretera que use directamente el cliente final, pero poder viajar más rápido o pagar menos peajes sí trae consecuencias positivas para el consumidor final que recibe mejores servicios financieros”.
La segunda etapa consistirá en introducir innovación de manera profunda a nivel de infraestructuras financieras. Esto se traducirá en una serie de iniciativas como por ejemplo, introducir el pago a número de celular o pagos a número de RUT, digitalizar los PAC con débitos directos e instantáneos, flexibilizar los topes de transferencias de hasta $ 7 millones, facilitar pagos instantáneos y masivos, y además masificar aún más las transferencias electrónicas de fondos como método de pago.
Para todos estos desarrollos, la fintech ha invertido cientos de miles de dólares. Para obtener la autorización regulatoria debieron incorporar como patrimonio mínimo al menos US$ 500 mil.
Larraín relató que “falta todavía construir cosas específicas para la cámara en colaboración con uno o más bancos, así que no podemos dar una cifra cerrada de inversión final. Pero es un compromiso grande que nos estamos tomando muy en serio”.
Los clientes que buscarán captar son principalmente los emisores de tarjetas de prepago, pero también están abiertos a operar con bancos, cooperativas de ahorro y crédito, y operadores de tarjetas.
“Esperamos que en el futuro se evalúe -como ocurre en otros países- que otras entidades reguladas se puedan conectar a la infraestructura de transferencias, como corredoras, compañías de seguros e incluso fintech reguladas”, afirmó.
¿El “PIX” chileno?
El crecimiento de las transferencias electrónicas de fondos entre las personas no ha sido un fenómeno exclusivo de Chile, sino que a nivel global. Un ejemplo cercano es el desarrollo de PIX por parte del Banco Central de Brasil que es una forma de pago lanzada en 2020 y es un ejemplo a nivel mundial.
PIX es un referente para Shinkansen. Para Larraín, la similitud con la entidad brasileña guarda relación en que “somos infraestructura para mover dinero y liquidar deudas entre instituciones financieras de manera casi instantánea. Al igual que PIX, usamos tecnología moderna y amistosa de cara a nuevos participantes o participantes establecidos que se están modernizando”.
Adelantó que “nuestros participantes se podrán integrar en semanas, a diferencia de los trimestres que les toma integrarse a infraestructura tradicional. Esto gracias a que usaremos APIs y estándares financieros recientes”.
La diferencia entre la fintech nacional y PIX es que está última entidad es una iniciativa del Banco Central de Brasil.
Larraín comentó que lo que ellos buscaron como un actor privado no bancario es “aprovechar las oportunidades que abrió el Banco Central de Chile con sus cambios regulatorios. Ser un ‘outsider’ tiene algunas desventajas, pero también creemos que es una oportunidad para que la innovación en pagos avance primero con los actores que más apetito y capacidad tengan de innovar”.
El camino de la compañía
La startup financiera comenzó en el desarrollo tecnológico en la industria de medios de pago a través de API que permitían mover el dinero hacia los clientes, proveedores, bancos y otras entidades, automatizando los procesos de tesorería.
La fintech tiene entre sus inversionistas Olivo Capital, el family office de Bernardo Larraín Matte; FEN Ventures, ligado a LarrainVial; Platanus Ventures; el fundador de Cornershop, Daniel Undurraga; los fundadores de Xepelin, Sebastián Kreis y Nicolás de Camino; y el fondo mexicano 0BS; entre otros.
Además, tiene entre sus clientes a importantes fintech del mercado nacional como Buda.com, Fintual, Xepelin, Chita, como también entidades financieras como BICE y Vector Capital. Cuenta con operacionales no sólo en Chile, sino que también en Colombia, México y próximamente en Perú.
Los Pequeños Medios de Generación Distribuida (PMDG) están en el ojo de todos. Nacieron a mediados de la década pasada como una apuesta para diversificar la matriz energética e impulsar pequeños proyectos de ERNC (de hasta 9 MW), y así eliminar las barreras de entrada, fomentando el ingreso de nuevos actores al sector eléctrico.
Con el tiempo, estos proyectos han ido pasando a manos de grandes inversionistas; fondos internacionales y globales de inversión, situación que los tiene en la mira del Coordinador Eléctrico Nacional.
De hecho, el 23 de enero de este año, la Unidad de Monitoreo de la Competencia del organismo, ofició a todas las empresas con el objetivo de conocer sus respectivas estructuras societarias. Hoy tras siete meses, el ente ya tiene el listado, y está trabajando en el proceso de consolidación, con la finalidad de tener una radiografía clara de quienes son y a qué inversionista o grupo controlador pertenecen.
La razón que hay tras esta inquietud, es que a la fecha existen 828 unidades de PMGD en operación en Chile, de las cuales 77,2% son solar fotovoltaico, con una capacidad instalada de 3.252 MW, que se ubican mayoritariamente en las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Ñuble y Biobío. A ellos se sumaría otros 2.336 MW que se encuentran en construcción, siendo el 96% solar fotovoltaico.
El punto de mira, es que lo que partió como una apuesta para que pequeños proyectos abrieran las puertas a las renovables, hoy se han convertido en un actor relevante y con ciertas ventajas al contar con un precio garantizado.
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El factor precio
Para los críticos, el precio estabilizado implicaría un subsidio irregular del cual gozan estos desarrollos, lo cual distorsiona el proceso competitivo al aumentarle el costo a un subconjunto de generadores, incluso renovables, que deben pagar a los PMGD.
Dada la gran cantidad de oferta de pequeños generadores que existe en el horario diurno, el costo marginal se está yendo a US$ 0, lo que es una clara señal de mercado que muestra que existe exceso de energía en dicho horario.
Es así como los fotovoltaicos, que representan más del 90% de la capacidad instalada PMGD, acumulan traspasos –por parte de otros generadores- que superan US$ 500 millones anuales.
La alerta para los actores del sistema, que promueven una revisión o adecuación reglamentaria de los Decretos Supremos N88 y N125 (que regulan a estos proyectos) es que, para 2025, existirán casi 5.000 MW de solar fotovoltaico de capacidad instalada en el país, para una demanda máxima a nivel nacional de aproximadamente 10.000 MW durante las horas diurnas. Por lo tanto, en 2025 sobre el 40% de la demanda nacional durante el día se podría abastecer solo con PMGD.
Otra consecuencia, tiene que ver con el aumento del vertimiento de energía en el sistema y el consecuente aumento de los costos marginales nulos en horario diurno, ya que mientras los pequeños tienen un alto precio por su energía, el resto de los generadores debe botar la propia y vender el resto a precio nulo, debiendo asumir además el costo de pagar por la energía PMGD, costo que es traspasado a los clientes.
Al respecto, Javier Bustos, director ejecutivo de la Asociación de Clientes Eléctricos (Acenor) asegura que “el cargo por precio estabilizado había sido fluctuante, hoy ha estado subiendo permanentemente y con valores que van desde los 4 a los 7 US$/MWh en el corto plazo y que incluso pueden llegar a cerca de US$ 10 en el mediano plazo, si siguen entrando proyectos con régimen de precio de nudo. En términos comparativos, lo que pagan los clientes (tanto libres como regulados) por precio estabilizado ha sido en algunos meses más de lo que se paga por toda la transmisión nacional. Es urgente que hagamos algo con este tema. Hoy, el cargo por precios estabilizado es uno de los principales cargos sistémicos”.
Carmenmaría Poblete, directora legal de Aediles, explica que esta es una industria atomizada con una variedad de participantes. “Hay empresas internacionales y locales, desarrolladores, PYME y fondos de inversión, de impacto y de pensiones. Esto es un éxito del propósito legislativo de la ley corta que justamente buscaba, con la regulación de PMGD fomentar la entrada de nuevos actores a la industria. Los pequeños generadores por su condición de distribuidos, contribuyen a mejorar y fortalecer la red de distribución existente y constituyen un aporte fundamental a la descarbonización de la matriz”.
El director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energía Solar, Acesol, Darío Morales, defiende estas iniciativas, señalando que se han invertido más de US$ 3.000 millones en centrales de generación ubicadas estratégicamente cerca de los centros de consumo, además de aproximadamente US$ 100 millones en refuerzos a las redes de distribución. Agrega que es necesario mejorar la regulación en este contexto, “tener generación próxima a los centros de consumo no solo reduce las pérdidas de transporte de energía, sino que también permite a estas unidades ofrecer servicios que mejoran la continuidad y la calidad del suministro para los clientes conectados a las redes de distribución”, explica.
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La otra discusión
En forma paralela, los PMGD también están siendo objeto de discusión ante los cambios que se quieren hacer en el decreto que los regula y que contempla un régimen transitorio que permite continuar vendiendo a un precio estabilizado. A través de una mesa de trabajo convocada por el Ministerio de Energía, se está estudiando la situación de estos proyectos, lo que podría implicar una revisión del precio estabilizado y su formulación. Esto tiene en alerta a los inversionistas de proyectos que han visto en el mercado chileno una opción de inversión relevante, toda vez que existe un precio estabilizado (y para algunos asegurado) de US$ 70 MWh. En paralelo, la CNE anunció cambios en la norma técnica de conexión.
Pero la industria también está en alerta por otro punto no menor. En el marco de la estabilización tarifaria, surgió la idea de que los PMGD le vendan energía a las empresas distribuidoras, es decir, a clientes regulados. El problema que levantan con esta propuesta, es que hace ya varios años que las generadoras no logran vender toda la energía que está comprometida en sus contratos con regulados, por lo cual, abrirle espacio a los PMGD no tiene a nadie contento; ni a los incumbentes, ni a las renovables que tienen de esos contratos, por tanto, desde todos los sectores anticipan que se vienen tiempos de nuevas discusiones y batallas en el sector eléctrico.
EL MAPA DE LOS PMGD, QUIÉNES ESTÁN TRAS LOS PROYECTOS
Más allá de la discusión, el desarrollo de los PMGD ha implicado el ingreso de nuevos actores al mercado eléctrico, lo que ha ido cambiando el mapa y diversificando las empresas e inversionistas. Partieron como proyectos de pequeños inversionistas, pero con el tiempo, su atractivo precio estabilizado, comenzó a llamar la atención de los grandes. Estos son:
Carbon Free: firma canadiense, que en Chile cuenta con alrededor de 361 MW en 50 proyectos.
Aediles: La canadiense gestiona la cartera de 47 proyectos PMGD de BlackRock en Chile, que suman 297 MW.
CVE Group (Cap Vert Énergie o Changing Visions of Energy): de origen francés, cuenta con una cartera de proyectos PMGD por 255,8 MW en operación y construcción.
oEnergy: fundada en 2013 por los ingenieros chilenos Ricardo Sylvester y Yuri Andrade para el desarrollo, construcción y operación de plantas fotovoltaicas en el segmento PMGD. Cuenta en la actualidad con 49 proyectos y 173 MW en operación y construcción.
Matrix Renewables: empresa española cuenta en Chile con una cartera de PMGD de aproximadamente 430 MW en 79 proyectos de energías renovables en operación, desarrollo y construcción. Respaldada por el Grupo TPG, plataforma global de inversión de impacto que gestiona en el mundo activos por unos US$ 18.000 millones a través de The Rise Funds, TPG Rise Climate y Evercare Health Fund y cuyos fundadores son el cantante de U2 Bono y Jeff Skoll, exfundador de eBay, y cuenta entre sus accionistas a Jim Coulter, Richard Branson (Virgin Group) y Paul Polman (exChairman de Unilever).
Solek: es una empresa de origen checo que explota y tiene en construcción cerca de 40 centrales fotovoltaicas en Chile con una capacidad de 250 MW.
Grenergy: empresa española que en Chile cuenta con 80 plantas y unos 146 MW en operación y construcción. Hace unos meses inauguró el proyecto a Gran Teno de 240 MW (la planta con baterías más grande de Chile) y Oasis Atacama el proyecto de almacenamiento que tiene una capacidad de más de 4,1GWh, y cerca de 1GW solares, actualmente en construcción.
Reden: cuenta con 180 MW. Sus dueños son el consorcio formado por los grupos financieros administradores de fondos: Macquarie Asset Management, British Columbia Investment Management Corporation (BCI) y Munich Ergo Asset Management GmbH (MEAG).
Sonnedix: de propiedad del fondo de inversión estadounidense JPMorgan Asset Management -en Chile su presidente es el exsubsecretario de Energía y presidente de Acera, Sergio del Campo-, cuenta con 125 MW en Chile.
Toesca Asset Management: fundada en 2016 por Alejandro Reyes, Carlos Saieh, Maximiliano Vial y Alejandro Montero, ex Celfin Capital, ha incursionado en los PMGD contando con alrededor de 109 MW.
Otros actores son: Inter Energy asociado al fondo de inversión Brookfield (45 MW), S-Energy de capitales coreanos (65,7 MW), Prime Energía de EnfraGen (126 MW), Chile Solar (27 MW),Inversiones Consorcio Energético Nacional (45 MW), Sun Grow Power (31 MW), Langa (27 MW), Next Energy (27 MW), Solar Pack (27 MW), Enel Green Power (24,5 MW).
Enjoy y sus acreedores acordaron, aplazar la junta de acreedores para votar el plan de reorganización de la empresa.
Esta instancia estaba convocada para este viernes 26 de julio en el 8vo Juzgado Civil de Santiago, sin embargo, según un comunicado emitido por la operadora de casino, se postergó tras un acuerdo unánime y “con el objetivo de afinar los últimos detalles del Plan de Reorganización Judicial y cerrar la obtención de financiamiento”.
Según lo anunciado, la nueva asamblea se realizará dentro de 10 días hábiles judiciales, por lo que se llevará a cabo el próximo 7 de agosto.
Cabe destacar que en dicha junta deliberativa los acreedores votarán la propuesta que busca dar continuidad a sus operaciones, cumplir sus obligaciones con sus trabajadores, clientes, proveedores y accionistas, y proyectar el desarrollo hacia el futuro. El nuevo plan busca maximizar la recuperación de deudas con los acreedores, a través de la reprogramación de los pasivos, y una reestructuración societaria de Enjoy.
En enero de este año, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) inició un estudio de mercado sobre la educación superior chilena para analizar la evolución competitiva de este segmento. Sin embargo, casas de estudios han llegado a tribunales para reclamar contra la entidad por el pedido de datos personales en el marco de dicho informe.
Fue así que, en dos informes presentados ante la Corte de Apelaciones de Santiago, en respuesta a recursos de protección interpuestos por la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y por la Universidad de Chile contra solicitudes de información, la FNE destacó las atribuciones que posee para solicitar información.
Los informes sobre las acciones de la Usach y de la Universidad de Chile se suman al ingresado el 11 de julio en respuesta a un recurso de protección de similares características presentado por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
La FNE dio cuenta de las atribuciones que -dijo- expresamente le confiere la ley para requerir información y tratar datos personales; descartó que haya actuado de manera arbitraria, pues indicó que en todo momento lo hizo de manera fundada, razonable y proporcionada; y expresó que no hay una afectación de las garantías constitucionales invocadas por las recurrentes.
Además, la entidad expuso a la Corte que estas acciones no tienen precedentes en la institucionalidad de libre competencia nacional y que acceder a lo solicitado tendría consecuencias sistémicas que “podrían extenderse mucho más allá de los estudios sobre la evolución competitiva de los mercados que el legislador expresamente ha encomendado realizar a la FNE, causando un incalculable detrimento a las capacidades de este servicio para cumplir con su cometido legal en prácticamente toda la extensión de sus funciones y, con ello, un grave menoscabo del interés general proyectado al orden económico nacional”.
En sus respuestas, la FNE también solicitó a la Corte que rechace ambos recursos, considerando su carácter extemporáneo y que no son la vía idónea para impugnar solicitudes de información, como sí lo son los procedimientos ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que ya se pronunció sobre el oficio a través del cual se pidió la información, manteniéndolo vigente en todas sus partes.
Supuestas amenazas
En su acción, la Usach señaló que es una institución pública, que no debe ser tratada como un agente económico privado que ha infringido la ley, y acusó que la FNE habría incurrido en “amenazas de sanciones pecuniarias y privativas de libertad” al solicitar la entrega de información de estudiantes y exestudiantes.
Al respecto, la Fiscalía respondió que la ley la autoriza expresamente para requerir información tanto a agentes o instituciones privadas como a diversas entidades del Estado y que estas últimas tienen, además, un deber especial de colaboración cuando son órganos de la Administración del Estado.
Asimismo, aportó antecedentes para negar las amenazas señaladas y que la institución “carece de atribuciones autónomas para la imposición de cualquier tipo de sanción o apremio respecto de las entidades y agentes económicos que intervienen en sus investigaciones o estudios de mercado”.
En el caso de la Universidad de Chile, el recurso de protección coincide con el argumento de la Usach respecto al carácter de institución pública de la casa de estudios y alude también a supuestas infracciones a la Ley de Protección de Datos Personales en la solicitud de la FNE.
Deberes de confidencialidad
En este sentido, la Fiscalía sostuvo que su solicitud de información fue emitida en el ejercicio de las atribuciones que le confiere la ley y que es justificada y proporcional a la labor que realiza, cuyo desarrollo en ocasiones hace imprescindible solicitar y analizar antecedentes que califican como datos personales, encontrándose facultada legalmente al efecto. Planteó que, precisamente por lo anterior, es que la ley sujeta a los funcionarios de la Fiscalía a estrictos deberes de confidencialidad.
Otro antecedente que presentó la FNE es que 45 instituciones de educación superior -tanto públicas como privadas- respondieron solicitudes de información idénticas a la impugnada por la Usach y por la Universidad de Chile.