Es un fenómeno que para nadie ha pasado desapercibido: de un tiempo a esta parte, se ha ampliado la reaparición en los cines de películas que usualmente se ven en la casa. La épica de mafiosos de Francis Ford Coppola, el romance entre Jack y Rose a las puertas del hundimiento del Titanic, el retrato de la sociopatía de Alex y su pandilla, el viaje de Frodo por la Tierra Media para destruir el Anillo Único. Todas, en mayor o menor magnitud en el último par de años, son historias que han regresado a las salas chilenas, removiendo los recuerdos de los espectadores y evocando una época de la industria ya extinta.
La lista se ha seguido engrosando recientemente. Star Wars: La amenaza fantasma (1999) volvió al circuito hace un mes, coincidiendo con los 20 años de su estreno y con el Star Wars Day (4 de mayo). La recepción para el Episodio I de la franquicia fue entusiasta: en la única semana que estuvo en cartelera se posicionó segunda en la taquilla y reunió cerca de 40 mil espectadores, una cifra considerada positiva según los volúmenes de la industria. De hecho, hay filmes nuevos –probablemente no superproducciones– que soñarían con llegar a ese número en sus primeros siete días.
También apuntando a una fecha conmemorativa, desde esta semana está disponible Harry Potter y el prisionero de Azkaban (2004), la cinta que impulsó a la saga de fantasía a un nuevo nivel. Y desde este 6 de junio las cadenas tendrán funciones de Matrix (1999). Su caso es especial, porque ya se había reestrenado (a fines de 2021, coincidiendo con el debut de la cuarta parte) y ahora vuelve a raíz de sus 25 años de vida. En esta ocasión se exhibirá una copia restaurada.
Todas retornan por tiempo limitado, una o dos semanas en que se unen a la cartelera, a la par de los estrenos de cada jueves y aquellos que se mantienen. La evidencia que se ha acumulado demuestra que las personas están dispuestas a preferir una película que podrían ver en su hogar, en desmedro de optar por una recién lanzada o simplemente dedicar el tiempo a otra cosa.
Múltiples factores se conjugan para permitir que la pantalla grande se tiña de películas del recuerdo. No se puede perder de vista que han sido años turbulentos para Hollywood, el principal productor para mercados como el chileno. La pandemia provocó el cierre temporal de las salas e innumerables cambios en el calendario que pusieron en jaque a los diferentes actores del sector. Ante tamaña crisis, las cadenas salieron de aprietos hurgando en el armario.
Una copia remasterizada de Harry Potter y la piedra filosofal (2001) fue un éxito en China a mediados de 2020. El origen (2010), de Christopher Nolan, también sumó buenos números en los países en los que los complejos regresaron el mismo año en que inició el confinamiento (en Chile volvieron efímeramente recién en el verano de 2021 y luego, de manera definitiva, en el segundo semestre de ese año).

Aunque fue una época enrarecida, donde cualquier análisis debía hacerse con pinzas, Hollywood concluyó que apelar a la nostalgia podía ser una buena arma para batirse durante tiempos convulsionados. Una vez que las salas recuperaron la normalidad, el recurso se empezó a emplear bajo dos excusas: para precalentar motores para un estreno relacionado o para celebrar una fecha importante.
“La posibilidad de volver a ver esos contenidos en cines le da un valor agregado muy relevante. Eso generó que muchas empresas decidiéramos empezar a volver a apostar por estos contenidos. Eso se vio reforzado por lo que pasó después de la pandemia”, apunta Patricio Fuentealba, gerente de ventas de Cinecolor Films, que distribuye las cintas de Disney en el país.
La compañía logró buenos resultados con la vuelta de Avatar (2009), reestrenada en la previa a la llegada de la segunda parte, y unos meses después con Titanic (1997). El motivo del retorno del icónico filme con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet era celebrar sus 25 años, pero se programó para que estuviera en cartelera para el Día del Amor de 2023. Esta semana presentan Matrix y tienen en carpeta otros títulos para el segundo semestre.
“Los distribuidores estamos apostando por películas que tengan un enganche popular y que se hayan transformado en hitos generacionales”, explica Fuentealba, quien traza un paralelo con la industria musical. “Hay películas que puedes reestrenar diez veces y las diez veces va a volver a vender mucho. La nostalgia tiende a vender mucho, y eso es extrapolable a la música. Hay que ver lo que pasa con Simply Red, que no ha sacado un disco importante en mucho tiempo y vuelve a llenar cinco Movistar Arena”, argumenta.
Coincide en ese punto Jorge Licetti, Country Manager de NC Films, distribuidora responsable de traer los largometrajes de Warner Bros. “Es el cariño que el público le tiene a ciertas propiedades, combinado con un fenómeno de nostalgia que puede ser una industria en sí misma. Algo que se ve también en los conciertos de rock: hay un deseo enorme de volver a disfrutar a bandas emblemáticas y recordar ‘los buenos tiempos’, especialmente en el marco de un aniversario importante”, expresa.

La compañía que lidera ha reestrenado la trilogía de El señor de los anillos y las tres primeras partes de Harry Potter, además de ofrecer varias películas (de El mago de Oz y La naranja mecánica a Buenos muchachos) en el marco de los 100 años del estudio. Para septiembre alista el relanzamiento de Interestelar (2014), la cinta de ciencia ficción de Christopher Nolan, a la que el paso de los años le ha hecho ganar adeptos.
Encontrar el momento adecuado para esas reposiciones amerita todo un estudio. Este 2024, a raíz de los cambios que causó la huelga que se tomó Hollywood en 2023, se generaron algunas lagunas entre estrenos grandes, abriendo varios momentos propicios para presentar filmes antiguos. Ahora viene una seguidilla de superproducciones que aspiran a reunir al público en masa (Intensa-mente 2, Mi villano favorito 4, Deadpool & Wolverine), pero a partir de agosto se abre un espacio atractivo para títulos de ese perfil.
“La nostalgia vende bien acá en Chile, pero hay que saber comunicar que esa nostalgia viene. Por lo menos en Cinecolor, nos preocupamos muchos de que cada reestreno llegue con un diferencial, más allá de que el contenido sea el mismo. Es contar una historia distinta”, advierte Fuentealba.
En ese sentido, la distribuidora apostó por una estrategia singular para potenciar el retorno de Matrix: se asociaron con la discoteca Blondie, que este viernes tendrá una fiesta temática inspirada en la película de Keanu Reeves, donde quienes presenten su entrada al cine podrán ingresar gratis hasta las 1 de la mañana.

Siempre en el terreno de los reestrenos, la cadena Cinemark tuvo una buena experiencia con “Clásicos en Cinemark”, el ciclo que debutó en 2014 y en el que exhibió títulos como Pulp fiction (1994), El Padrino (1972), Taxi driver (1976) y Volver al futuro (1985). Aunque la mecánica que ejercitaban era algo distinta –funciones puntuales, en vez de otorgarles una o dos semanas en cartelera–, la iniciativa les permitió sacar conclusiones sobre la respuesta del público local ante la posibilidad de zambullirse en el pasado.
“Los reestrenos son muy importantes. Marcaron la vida de las personas y ellas quieren volver junto a sus hijos, padres, abuelos. Es una sensación nostálgica la que se vive adentro de una sala de cine”, opina Karina Ventura, directora comercial y marketing en esa cadena en el país. “Programar clásicos nos gusta mucho, es recordar a magia del cine. Hay muchas películas que se están exhibiendo hoy que en un tiempo más empezarán a ser clásicos para otros”, agrega.
La tendencia también tiene sus particularidades. Un ejemplo: sin importar el arrastre que consigan, los reestrenos son retirados tras cumplir el período definido inicialmente (máximo dos semanas). ¿Por qué no darle más tiraje en la cartelera?
“Tampoco la idea es tratar de quitarle espacio a las películas que están apostando por renovar la cartelera”, asegura Patricio Fuentealba. “La idea es que haya diversidad de contenidos. Pero eso no significa que tenemos que salir a puro reestrenar o que solo estrenos. La idea es que haya un complemento interesante de contenidos”, plantea.

Las voces de la industria aseguran que en afluencia de público la primera parte de 2023 ha sido más lenta que el mismo período de 2024. Durante los primeros cinco meses el liderazgo ha recaído en Kung Fu Panda 4 (965 mil espectadores), Godzilla y Kong: El nuevo imperio (466 mil) y Wonka (433 mil este año), pero se ha extrañado un mayor número de fenómenos tanto o más contundentes. En ese escenario, las cifras que alcancen los reestrenos siguen siendo consideradas un condimento y no un salvavidas.
“Pienso que la responsabilidad principal para recuperar las cifras prepandemia siempre recae en el producto nuevo, sobre todo en las propuestas nuevas. Pero sin duda el contenido alternativo ha sido de gran ayuda para ese objetivo. El cine asiático, el animé y los conciertos de rock se suman a los reestrenos para añadir una cuota adicional no sólo de espectadores, sino también de variedad y diversidad en las salas locales”, sostiene Jorge Licetti.
El ejecutivo de NC Films piensa que el fenómeno del regreso de largometrajes permanecerá en la pantalla grande por un buen tiempo. “Definitivamente es un fenómeno que no sólo llegó para quedarse, sino incluso para aumentar en cantidad e impacto. A medida que pase el tiempo se seguirán cumpliendo más aniversarios. En paralelo tendremos una audiencia de diferentes generaciones madurando y con deseos de sumergirse en el placer de la nostalgia, a través de una experiencia que sólo el cine puede ofrecer”, concluye.
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