Andrés Alessandri, socio de Mena Alessandri & Asociados.
Andrés Alessandri
En el último tiempo se ha discutido bastante respecto de la propuesta del Gobierno para reducir la evasión tributaria. El pacto fiscal proyecta una recaudación del 1,5% del PIB por disminución de la evasión. Sin embargo, distintos análisis han cuestionado dicha proyección.
Independiente de la estimación que se tenga respecto de este número, existe consenso en que disminuir la evasión es algo bueno para el país, pero es la forma de lograr este objetivo lo que nos plantea el desafío más importante.
En un primer análisis, la respuesta pareciera ser mayor fiscalización, ya sea mediante mayores facultades del SII o un mejor uso de las ya existentes. Ahora, si bien es evidente que una adecuada fiscalización es necesaria para combatir la evasión, es necesario profundizar en las causas de la evasión.
Al respecto, diferentes estudios plantean que, junto con la fiscalización, la facilitación tributaria y la confianza que los contribuyentes tengan en el sistema juegan papeles cruciales en el cumplimiento tributario.
Respecto de la facilitación del cumplimiento, en algunas materias Chile ha avanzado mucho, especialmente en cuanto al uso de medios tecnológicos: presentaciones en línea, propuestas de renta emitidas por el SII, facilidades para pagos, entre otros. Sin embargo, las sucesivas reformas tributarias han resultado en una regulación compleja, con múltiples espacios para diferencias interpretativas entre el SII y los contribuyentes.
En segundo lugar (y que está tomando una creciente relevancia) está la confianza de los contribuyentes en el sistema. Lo anterior, tanto en su relación con la autoridad fiscal, como en la convicción que los recursos que obtenga el Estado por medio de los impuestos se destinarán efectivamente a beneficios públicos.
Un estudio de la OCDE (Moral Tributaria II, 2022) señala que “controversias frecuentes pueden ser tanto un indicio como una causa de una escasa confianza entre las EMN (empresas multinacionales) y las autoridades tributarias, reduciendo así el cumplimiento voluntario”.
Por su parte, un estudio publicado el año 2020 (Anti-Tax Evasion, Anti-Corruption and Public Good Provision: An Experimental Analysis of Policy Spillovers), parte de la base de una correlación estadística entre corrupción (necesidad de pagar sobornos para hacer que las cosas se hagan) y la justificación de la evasión tributaria. Posteriormente, analiza un experimento, a través del cual concluye que la aplicación efectiva de medidas anticorrupción, disminuyendo la apropiación de dineros públicos por parte de los funcionarios, tiene como consecuencia secundaria la disminución de la evasión tributaria.
En resumen, para lograr el ansiado fin de disminuir la evasión, hay que enfrentarla desde todos sus ángulos, entendiendo sus causas, y cómo el comportamiento de los agentes de Estado influye en la actitud de los contribuyentes.
Enjoy y sus acreedores acordaron, aplazar la junta de acreedores para votar el plan de reorganización de la empresa.
Esta instancia estaba convocada para este viernes 26 de julio en el 8vo Juzgado Civil de Santiago, sin embargo, según un comunicado emitido por la operadora de casino, se postergó tras un acuerdo unánime y “con el objetivo de afinar los últimos detalles del Plan de Reorganización Judicial y cerrar la obtención de financiamiento”.
Según lo anunciado, la nueva asamblea se realizará dentro de 10 días hábiles judiciales, por lo que se llevará a cabo el próximo 7 de agosto.
Cabe destacar que en dicha junta deliberativa los acreedores votarán la propuesta que busca dar continuidad a sus operaciones, cumplir sus obligaciones con sus trabajadores, clientes, proveedores y accionistas, y proyectar el desarrollo hacia el futuro. El nuevo plan busca maximizar la recuperación de deudas con los acreedores, a través de la reprogramación de los pasivos, y una reestructuración societaria de Enjoy.
En enero de este año, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) inició un estudio de mercado sobre la educación superior chilena para analizar la evolución competitiva de este segmento. Sin embargo, casas de estudios han llegado a tribunales para reclamar contra la entidad por el pedido de datos personales en el marco de dicho informe.
Fue así que, en dos informes presentados ante la Corte de Apelaciones de Santiago, en respuesta a recursos de protección interpuestos por la Universidad de Santiago de Chile (Usach) y por la Universidad de Chile contra solicitudes de información, la FNE destacó las atribuciones que posee para solicitar información.
Los informes sobre las acciones de la Usach y de la Universidad de Chile se suman al ingresado el 11 de julio en respuesta a un recurso de protección de similares características presentado por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
La FNE dio cuenta de las atribuciones que -dijo- expresamente le confiere la ley para requerir información y tratar datos personales; descartó que haya actuado de manera arbitraria, pues indicó que en todo momento lo hizo de manera fundada, razonable y proporcionada; y expresó que no hay una afectación de las garantías constitucionales invocadas por las recurrentes.
Además, la entidad expuso a la Corte que estas acciones no tienen precedentes en la institucionalidad de libre competencia nacional y que acceder a lo solicitado tendría consecuencias sistémicas que “podrían extenderse mucho más allá de los estudios sobre la evolución competitiva de los mercados que el legislador expresamente ha encomendado realizar a la FNE, causando un incalculable detrimento a las capacidades de este servicio para cumplir con su cometido legal en prácticamente toda la extensión de sus funciones y, con ello, un grave menoscabo del interés general proyectado al orden económico nacional”.
En sus respuestas, la FNE también solicitó a la Corte que rechace ambos recursos, considerando su carácter extemporáneo y que no son la vía idónea para impugnar solicitudes de información, como sí lo son los procedimientos ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), que ya se pronunció sobre el oficio a través del cual se pidió la información, manteniéndolo vigente en todas sus partes.
Supuestas amenazas
En su acción, la Usach señaló que es una institución pública, que no debe ser tratada como un agente económico privado que ha infringido la ley, y acusó que la FNE habría incurrido en “amenazas de sanciones pecuniarias y privativas de libertad” al solicitar la entrega de información de estudiantes y exestudiantes.
Al respecto, la Fiscalía respondió que la ley la autoriza expresamente para requerir información tanto a agentes o instituciones privadas como a diversas entidades del Estado y que estas últimas tienen, además, un deber especial de colaboración cuando son órganos de la Administración del Estado.
Asimismo, aportó antecedentes para negar las amenazas señaladas y que la institución “carece de atribuciones autónomas para la imposición de cualquier tipo de sanción o apremio respecto de las entidades y agentes económicos que intervienen en sus investigaciones o estudios de mercado”.
En el caso de la Universidad de Chile, el recurso de protección coincide con el argumento de la Usach respecto al carácter de institución pública de la casa de estudios y alude también a supuestas infracciones a la Ley de Protección de Datos Personales en la solicitud de la FNE.
Deberes de confidencialidad
En este sentido, la Fiscalía sostuvo que su solicitud de información fue emitida en el ejercicio de las atribuciones que le confiere la ley y que es justificada y proporcional a la labor que realiza, cuyo desarrollo en ocasiones hace imprescindible solicitar y analizar antecedentes que califican como datos personales, encontrándose facultada legalmente al efecto. Planteó que, precisamente por lo anterior, es que la ley sujeta a los funcionarios de la Fiscalía a estrictos deberes de confidencialidad.
Otro antecedente que presentó la FNE es que 45 instituciones de educación superior -tanto públicas como privadas- respondieron solicitudes de información idénticas a la impugnada por la Usach y por la Universidad de Chile.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.