Como un “acuerdo de caballeros”, pacto de “no agresión” o un estado de “paz y amor” lo definieron los propios integrantes del cartel que denunció la Fiscalía Nacional Económica (FNE) ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (FNE).
Se trata de Indura y Linde,dos compañías que detentan alrededor del 77% del mercado nacional de gases industriales, medicinales y especiales (oxígeno, nitrógeno, argón e hidrógeno, entre otros), que habrían llegado a un acuerdo –al menos entre noviembre de 2019 y enero de 2021– para que cada una de ellas mantuviera los clientes que ya abastecía, con el compromiso de no disputarle los clientes a su competidora.
A través de ese pacto, acusó la Fiscalía, se buscaba aumentar los precios cobrados a los clientes, en línea con una política de rentabilización que ambas empresas perseguían.
El requerimiento de la FNE se dirige en contra de Indura y quien era su gerente general en ese periodo, Marcelo Torres; y también en contra de Linde, su exgerente general, Sergio Novelli, y otro ejecutivo de esa firma que se encargaba de controlar al equipo de ventas, David Lori.
El ente fiscalizador comenzó con su investigación en julio de 2019 y, durante ese proceso -que siguió adelante con el inicio de la pandemia-, se interceptaron comunicaciones y se accedió a los registros telefónicos de los implicados, lo que terminó con un allanamiento a los domicilios particulares de los ejecutivos el 26 de enero de 2021, desbaratando al cartel en pleno funcionamiento.
Tras esto, Linde y sus gerentes se acogieron al programa de delación compensada para aportar antecedentes, por lo que se solicitó que estos queden exentos de responsabilidad penal y multas, aunque sí podrían ser demandados por los afectados que quieran pedir una indemnización de perjuicios.
Para Indura, la FNE pidió una multa de 37.860 UTA (unos US$ 31,3 millones, la segunda multa más alta que la Fiscalía ha pedido después de Brink’s en el caso del cartel de transporte de valores), y de 139 UTA (US$ 114.392) para Torres, su exCEO.
A industrias y hospitales
Según la investigación de la Fiscalía, el origen del acuerdo se remonta a noviembre de 2019. Al día siguiente de asumir como gerente general, Torres se contactó con Novelli para agendar una reunión, que tuvo lugar en el café Tavelli de Avenida Las Condes.
Ambos ejecutivos se conocían tras haber trabajado en la misma industria en Colombia y habían coincidido en el gremio del sector en ese país. En esa reunión, dijo la FNE, “manifestaron su intención común de conducir las negociaciones con sus clientes hacia la aplicación de alza de precios”.
Así, nació el acuerdo que tuvo un alcance general a toda la industria, ya sea para los clientes que se abastecen comprando cilindros a granel como a los que dependen de plantas situadas cerca de sus faenas (on site). Por ello, entre los afectados estuvo tanto el sector industrial, que incluye firmas mineras, forestales, acuícolas, alimentarias, laboratorios y refinerías, entre otros, y concentra más del 80% de las ventas; como el medicinal, del que forman parte clínicas, hospitales y centros de salud para entregar a los pacientes algunas prestaciones médicas.
Si bien en cuanto a este último sector se trata de menores montos, la FNE sostuvo que “reviste una especial gravedad”, puesto que la colusión habría afectado al sistema hospitalario chileno y, más aún, “al considerar que la infracción fue contemporánea a la pandemia de Covid-19 que afectó a Chile a partir de comienzos del año 2020, en donde el oxígeno medicinal jugó un rol clave en el tratamiento de dicha enfermedad y fue un insumo de primera necesidad para el correcto funcionamiento del sistema sanitario del país”.
En todo el mercado
El requerimiento de la Fiscalía explica que ciertas condiciones del mercado de gases facilitaron el cumplimiento del acuerdo: los otros dos actores, Messer y Air Liquide, no tenían el tamaño suficiente para ejercer una presión competitiva determinante; y, además, todas las empresas conocen abierta cuál abastece a cada cliente. Tanto Indura como Linde son las filiales locales de multinacionales: la primera, de una norteamericana, y la segunda, de una irlandesa.
“Al reconocer que un cliente o contrato era de su contraparte, bastaba con que la empresa se abstuviera de competir, ofertara precios artificialmente altos o retirara su oferta en caso de que el cliente decidiera aceptarla”, expone el escrito presentado a tribunales.
De esa manera lo admitió David Lori en su declaración a la FNE: “Si nosotros íbamos a aumentar los precios era siempre con…con un poco de tranquilidad de que Indura no iba a hacer nada”.
De hecho, en su requerimiento, la Fiscalía relató una serie de casos, que van desde los hospitales Félix Bulnes y de Quellón, hasta Vidrios Lirquén, el laboratorio SGS y la minera ligada al Grupo Luksic, Antofagasta Minerals, donde alguna de las empresas echó marcha atrás, pues había conseguido un cliente que le correspondía a su competidor.
En interceptaciones telefónicas, los ejecutivos señalaban que la otra empresa había hecho ”lo que tenía que hacer (…) nosotros también tenemos que responder (de) la misma forma”.
El Fiscal Nacional Económico, Jorge Grunberg, declaró: “Hace casi 20 años la FNE acusó un cartel en este mismo mercado, pero las empresas fueron absueltas porque no había prueba directa del acuerdo. Luego, se nos facultó para interceptar comunicaciones, acceder a registros telefónicos, realizar allanamientos e incautaciones y administrar el programa de delación compensada. Y hoy la FNE puede afirmar con satisfacción que desbarató un cartel en pleno funcionamiento, utilizando todas y cada una de las herramientas que le confió el legislador”.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.