Tras un intenso debate con los tenedores de bonos, WOM logró que la jueza Karen B. Owens del Tribunal de Quiebras de Delaware aprobara ayer martes el financiamiento Deudor en Posesión (DIP, por su sigla en inglés) por unos US$ 210 millones, que permitirá a la operadora inyectar “oxígeno” a sus operaciones en Chile.
Esta línea de crédito otorgada por JPMorgan fue negociada por la empresa de telecomunicaciones antes de concretar su ingreso al proceso de reorganización judicial en Estados Unidos, un punto que fue duramente criticado por los acreedores.
La primera audiencia en Delaware partió a las 12:00 hrs. (hora local) con la presentación de Samuel P. Hershey, socio del estudio White & Case y representante de WOM. El equipo legal de la firma de telecomunicaciones fundamentó punto por punto la importancia de contar en el corto plazo al menos con US$ 100 millones del préstamo. ¿La razón? esto permitirá a la firma pagar arriendos, proveedores, inventario de construcción e, incluso, las cuentas de los servicios básicos.
“Este mecanismo es crucial para los esfuerzos de reestructuración de los deudores, ya que la posición de liquidez existente de la empresa es insostenible. Hoy cuenta con sólo US$ 8 millones en efectivo. Sin la liquidez que proporciona la línea de deuda, los deudores no podrán operar ni alcanzar sus objetivos de reestructuración”, expresaron los representantes de WOM.
Sin embargo, el mecanismo de negociación del préstamo causó roces entre los acreedores, pues algunos habían participado del proceso y quedaron fuera. De acuerdo a Allan Brilliant, socio de Dechert LLP y representante del Grupo Ad Hoc de Tenedores de Bonos, el monto fue “muy alto” para lo que necesita realmente la operadora.
El cruce de argumentos
De acuerdo a lo expuesto en la sesión, antes de que WOM ingresara al Capítulo 11, la compañía encomendó al banco de inversiones Rothschild & Co la realización de un extenso proceso de propuestas de financiamiento -tanto a nivel judicial como extrajudicial- para afrontar sus necesidades de liquidez.
La empresa se puso en contacto con aproximadamente 29 instituciones financieras, lo cual evidencia el interés que generaron estas rondas, en las cuales WOM firmó acuerdos de confidencialidad para intercambiar datos. Se recibieron cinco propuestas finales, una de las cuales fue presentada por el grupo Ad Hoc de tenedores de bonos.
“Recibimos dos que fueron mejores y las cartas de compromiso vinculantes finales, una de las cuales fue de JPMorgan, que fue considerada la más alta y mejor propuesta presentada por la empresa”, dijo el abogado de WOM.
De acuerdo a su exposición, la línea de crédito tendría un vencimiento el 1 de julio de 2025, con potencial para una extensión de 90 días. Además, está sujeta a una tasa de interés del 10% y una tasa de incumplimiento del 2%.
Con estos antecedentes sobre la mesa, Allan Brilliant -socio de Dechert LLP- se opuso al acuerdo logrado con JPMorgan. De acuerdo al integrante de la firma que representa a más de la mitad de los bonistas afectados, esa negativa responde a su posición como uno de los grupos “más interesados” en que la empresa tenga “éxito”.
De acuerdo a su relato, los acreedores habrían trabajado para presentar una propuesta de financiamiento fuera del Capítulo 11, pues “pensamos que hubiera sido preferible para todas las partes”. El abogado expresó que se “alentó” a WOM para preferir una reorganización en Chile, pero que la empresa no lo quiso considerar.
“Los deudores nos excluyeron del proceso (…) el proceso de financiamiento DIP fue defectuoso. Si hubieran dejado participar en él, lo más probable es que los deudores hubieran obtenido un mejor trato, ya sea por JPMorgan o nosotros. Le faltó más competencia, por ello creemos que la línea de crédito terminará en una deuda demasiado elevada”, sostuvieron los bonistas.
A ojos de los tenedores, las tarifas pactadas con el banco son muy altas y afirmaron que, en caso de que estas disminuyeran, permitirían la entrada de otros interesados.
El destino de los fondos
Otro punto que criticaron es el destino de los primeros US$ 100 millones. Al respecto, Brilliant destacó que uno de los elementos que gatilló el ingreso de WOM al Capítulo 11 fue la administración de los recursos.
De acuerdo a lo informado por la empresa, un total de US$ 40 millones serían utilizados para continuar la operación en Chile; entonces, los bonitas se preguntaron ¿cómo se utilizará el resto de los montos?
Los representantes de WOM argumentaron que dadas las nuevas presiones por los reclamos de los créditos vencidos, la compañía necesita “flexibilidad” para abordarlos. Por ahora, la empresa está pidiendo a la jueza Owens la posibilidad de pagar y de tener los medios para respaldar su operación a través del financiamiento DIP.
Después de oír a todas las partes, la jueza Karen B. Owens aprobó el préstamo sin observaciones y no permitió que los acreedores objeten el crédito a JPMorgan. La segunda audiencia está programada para el 2 de mayo a las 14 hrs. de Delaware. Allí, se discutirá el detalle de la deuda anterior a la adquirida en el proceso de bancarrota en EEUU, ya que la audiencia de ayer martes estaba dedicada a ajustar los gastos actuales.
El principal índice de la Bolsa de Santiago, el S&P IPSA, abrió su sesión de este miércoles con una fuerte alza, apuntando a retomar los 6.300 puntos ante una firme recuperación de SQM, que subía cerca de 10%.
El selectivo escalaba 1,15% a 6.286,58 puntos al inicio de la sesión. Los principales avances los anotaban SQM-B, la acción de mayor ponderación al interior del índice, que ascendía 9,89% ante un alza en los precios de los futuros del carbonato de litio.
Según informó Reuters, los precios del commodity se disparaban luego de que CATL, fabricante chino de baterías para vehículos eléctricos, anunciara la suspensión de una de sus principales minas. “Sobre la base de las recientes condiciones del mercado de carbonato de litio, la compañía planea hacer ajustes en la producción de carbonato de litio en Yichun”, dijo CATL a Reuters.
Por su parte, Wall Street se preparaba para una apertura mixta en medio de la lectura del reporte de inflación estadounidense por parte del mercado. El IPC de Estados Unidos anotó un avance año contra año de 2,5%, por debajo de lo esperado por el mercado, y abriendo la posibilidad a un mayor recorte de tasas por parte de la Reserva Federal este 18 de septiembre.
Sin embargo, la medición subyacente avanzó 0,3% en el mes, ligeramente sobre lo estimado por los analistas, encendiendo las alarmas, y año contra año se mantuvo alineado en 3,2%.
De esta manera, los futuros del Nasdaq Composite subían 0,18%, mientras que los del S&P 500 caían 0,05% y los del Dow Jones avanzaban 0,28%.
“Los países de ingresos medios albergan a tres de cada cuatro personas, y a casi dos tercios de quienes luchan contra la pobreza extrema. Son responsables del 40% de la producción económica total del mundo y de casi dos tercios de las emisiones globales de carbono. En resumen, el esfuerzo mundial para poner fin a la pobreza extrema y difundir la prosperidad y la habitabilidad se ganará o se perderá en gran medida en estos países”.
Estas palabras de Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, aparecen en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2024, titulado “La trampa de los ingresos medios”, que es la idea de que las economías tienden a quedarse estancadas en el camino hacia los altos ingresos de Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón, Corea del Sur, Australia y algunos otros.
¿Existe realmente una trampa de ese tipo? Un documento de trabajo del FMI de 2024, “At the Threshold: The Increasing Relevance of the Middle-Income Trap”, es escéptico: “Si se analizan con más detalle las transiciones individuales… hay poca evidencia de una trampa de ingresos medios distintiva, en contraposición a una movilidad limitada en términos más generales”.
Un documento de 2021 de Dev Patel, Justin Sandefur y Arvind Subramanian, “The New Era of Unconditional Convergence”, concluyó de manera más contundente que “los debates sobre una ‘trampa de ingresos medios’… parecen anacrónicos: los países de ingresos medios han exhibido tasas de crecimiento más altas que todos los demás desde mediados de la década de 1980”.
Sin embargo, cerrar las brechas de prosperidad promedio entre los países ricos y los más pobres es un proceso dolorosamente lento y difícil. La persistencia de esas brechas influyen para el bienestar humano, la estabilidad política y nuestra capacidad para enfrentar los desafíos globales, en particular el cambio climático. No menos importante, hacen absurda la idea de que este último se manejará mediante el “decrecimiento”. ¿Cuál de estos países de ingresos medios aceptará tal estancamiento? ¿Lo hará la India?
Como se destaca en el Informe sobre el Desarrollo Mundial, “la ambición de los 108 países de ingresos medios con ingresos per cápita de entre US$ 1.136 y US$ 13.845 es alcanzar la condición de países de ingresos altos en las próximas dos o tres décadas. Si se compara con este objetivo, el resultado es desalentador: la población total de las 34 economías de ingresos medios que pasaron a la condición de países de ingresos altos desde 1990 es inferior a 250 millones, la población de Pakistán”.
El país más poblado que se ha convertido en un país de altos ingresos desde 1990 es Corea del Sur. Mientras tanto, otros países importantes no han logrado converger. Brasil es un ejemplo. Chile, que alguna vez tuvo éxito, también ha tropezado. Por sobre todo, los ingresos per cápita promedio de los países de ingresos medios se han mantenido por debajo del 10% de los niveles de Estados Unidos desde 1970.
Este historial es preocupante, independientemente de si la noción de “trampa” es estadísticamente significativa o no. Además, añade el Informe sobre el Desarrollo Mundial, el camino que funciona para los países de bajos ingresos no funcionará para los más avanzados. Señala, de manera crucial, que la brecha entre el PIB por trabajador en los países de ingresos medios y los Estados Unidos es mucho mayor que la brecha en la disponibilidad de capital físico y humano. Por lo tanto, el principal fracaso de los países de ingresos medios no radica en acumular muy poco capital, sino en usarlo tan mal.
La idea es que el foco debe desplazarse de la inversión per se a la infusión de nuevas ideas disponibles en el exterior, y luego a la innovación interna. Lo que se necesita, en suma, es el desarrollo de una economía más sofisticada. Eso depende de la adquisición y desarrollo de conocimientos técnicos. La infusión depende de la oferta de trabajadores calificados (ingenieros, científicos, gerentes) y de la apertura a las ideas de otros lugares (en particular mediante la inversión directa y el comercio). Corea ha tenido un éxito espectacular con estos enfoques.
Su enfoque en las exportaciones fue particularmente importante para facilitar la infusión. La UE ha promovido de manera similar la infusión en Polonia y otros países que se convirtieron en miembros recientemente. Para la innovación, los intercambios de capital humano son particularmente importantes, incluso a través de la educación y el trabajo en el extranjero. Las diásporas resultantes son un enorme activo potencial. La innovación también depende del acceso a los mercados globales.
En el Informe sobre el Desarrollo Mundial se sostiene que los países deben internalizar el célebre concepto de “destrucción creativa” de Joseph Schumpeter, actualizado por el trabajo de Philippe Aghion y Peter Howitt. El paso esencial es obligar a los actores establecidos a competir, alentar a los nuevos participantes y abrir la economía a quienes históricamente han sido forasteros. Esto implica tanto creación como destrucción. Esta última tiende a acelerarse con las crisis. Esto fue particularmente cierto en el caso de Corea. La movilidad social es aproximadamente un 40% menor en los países de ingresos medios que en los de ingresos altos. Eso debe cambiar.
La destrucción creativa también es necesaria para acelerar la transición energética. Los países de ingresos medios tienden a desperdiciar energía y han pasado demasiado lentamente a las energías renovables, aunque muchas de ellas tienen un potencial excepcional. Parte del problema es el alto costo del capital, que es en sí mismo resultado de altos niveles de incertidumbre. Las mejoras en las instituciones, con el objetivo de aumentar la previsibilidad y la seguridad, serán de ayuda. Por sobre todo, las sociedades y las economías deben volverse más abiertas y meritocráticas.
Nada de esto es fácil en ninguna parte, y menos aún en los países en desarrollo. Lamentablemente, el aumento del proteccionismo y la consiguiente fragmentación de la economía mundial probablemente empeoren sus perspectivas. Sí, también habrá oportunidades, a medida que algunos importadores abandonen su actual dependencia de China. Pero la integración ha sido, sin duda, una fuerza dominante detrás de los éxitos del desarrollo del pasado reciente: como señala el Informe sobre el Desarrollo Mundial, “un mayor proteccionismo puede empeorar potencialmente la difusión del conocimiento a los países de ingresos bajos y medios”. De manera similar, el endeudamiento costoso hará que las inversiones complementarias que se necesitarán sean más difíciles de afrontar.
Las perspectivas de crecimiento están empeorando y, con ellas, se desvanecen las esperanzas de un mundo mejor.
El precio del dólar en Chile comenzó su jornada de miércoles a la baja, con los operadores a la espera de la publicación del principal reporte de inflación de los Estados Unidos, en busca de señales sobre la magnitud del recorte de tasas de la Reserva Federal de la próxima semana.
El dólar caía $ 4,01 a $ 945,42 en la apertura de la sesión, según las cotizaciones en Bloomberg. A nivel internacional, el dollar index, que compara a la divisa estadounidense con una serie de monedas del mundo, bajaba 0,22%.
Por su parte, la debilidad del dólar a nivel internacional daba espacio para un avance de los commodities y el cobre subía en los mercados internacionales. Los contratos futuros del metal rojo en la bolsa mercantil Comex avanzaban 1,53% a US$ 4,16 la libra.
En detalle, el IPC estadounidense será publicado a las 9 y media de la mañana en Chile. En la antesala, el dólar operan con pérdidas ante las expectativas de que los datos mostrarán una moderación que dé espacio para que la Fed realice un recorte de 50 puntos en su reunión del 18 de septiembre.
Las expectativas apuntan a una inflación a 12 meses de 2,6% en julio, en el que sería su menor nivel desde marzo de 2021. La inflación subyacente se mantendría en una variación anual de 3,2% al igual que en julio, pero también en torno a su menor nivel desde abril de 2021.
“Si vemos que en EEUU el IPC se muestra debilitado confirmando las posibles bajas de tasas para el próximo 18 de septiembre, veríamos el billete verde más cercano a los $939. Al contrario, si vemos que la inflación sigue dando pelea a la economía estadounidense, veríamos el dólar más cercano a los $958”, proyectó el analista de mercados XTB Latam, Pablo Hasbún.