El domingo pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderada por Arabia Saudita, anunciaron una nueva hoja de ruta para la producción. La OPEP y sus aliados acordaron extender sus recortes de 3,66 millones de barriles al día (bpd por sus siglas en inglés) hasta fines de 2025 y comenzar a eliminar gradualmente los recortes voluntarios de 2,2 millones de bpd durante los próximos 16 meses, a partir de septiembre.
Esta última frase es la que dejó en evidencia que algo sucedió en la interna del cartel, que está teniendo con sus socios algunos problemas para controlar el precio del petróleo, en un mercado donde cada vez hay más actores y con distintos intereses.
Según analistas internacionales, la OPEP ha ido cediendo ante un grupo de “países rebeldes” que quieren aumentar la producción, porque ven que las millonarias inversiones realizadas no se solventan manteniendo los recortes.
De ahí que tras los anuncios, el petróleo se hundió más de un 4%, cayendo por el abismo técnico. El Brent -de referencia en Chile- llegó a los US$ 77 el barril y el West Texas (WTI) llegó a cotizar incluso por debajo de los US$ 73, niveles muy cercanos a los mínimos de este año.
Según un informe de PVM Oil, los mercados tienden a reaccionar exageradamente, pero agregan que “queda por ver si la caída de US$ 8 el barril en las últimas 5 sesiones de negociación es una reacción exagerada a la presión inflacionaria arraigada y un mercado sobreabastecido”. Estiman que hay que esperar las próximas estimaciones actualizadas de las tres agencias fundamentales sobre el balance global del petróleo, ya que ello dará forma a la perspectiva de los inversionistas.
Exceso de oferta
En el mercado hay una alta preocupación por el exceso de oferta, de ahí que el crudo haya llegado a niveles mínimos desde febrero. De hecho, los analistas no descartan que toque mínimos del año, en unos US$ 74,80 el barril.
La OPEP no ha ayudado mucho a bajar estos temores. El comunicado del día domingo adjuntaba una tabla en la cual podía observar cómo los países aliados podrán incrementar su producción de crudo desde octubre de este año para revertir los recortes voluntarios acordados en noviembre de 2023.
Para enero de 2025, por ejemplo, Rusia estará produciendo 100.000 barriles más diarios, Arabia Saudita 500.000 y Emiratos árabes Unidos 100.000.
Según Reuters, analistas de Goldman Sachs estiman que la reunión de la OPEP es una señal bajista para el mercado. “Como resultado de la reunión, y dadas las recientes sorpresas al alza en los inventarios en relación con nuestras expectativas, ahora vemos riesgos a la baja para nuestro rango de US$ 75 o US$ 90 para el barril de Brent”, indicaron.
Recordemos que este mismo banco de inversión en abril de este año elevó sus previsiones sobre el precio del crudo Brent, proyectando US$ 86 el barril para la segunda mitad de 2024, frente a los US$ 85 anteriores, y unos US$ 82 para 2025, frente a los US$ 80. Asimismo, en esa oportunidad señaló que era probable que los precios se mantuvieran en el extremo superior de su rango de previsión, citando la decepcionante oferta estadounidense y una prima de riesgo geopolítico.
“Seguimos viendo un techo de 90 $/bbl en el Brent en nuestro caso base de ausencia de golpes geopolíticos a la oferta”, añadió Goldman Sachs en abril.
Esta semana, tras los anuncios de la OPEP, Capital Economics publicó una análisis indicando que “por fin, la OPEP esboza un plan el domingo para cuándo y cómo los miembros relajarían los grandes frenos de producción. Suponemos que este plan se sigue y que la producción aumenta gradualmente a partir de octubre, empujando al mercado del crudo a un pequeño superávit para finales del próximo año. En consecuencia, nos estamos aferrando a nuestro pronóstico de que el precio del petróleo Brent cae a US$ 70 por barril en el cuarto trimestre de 2025”.
Los analistas de Capital Economics agregan en su informe a clientes que “la parte más complicada es lo que sucederá a partir de ese momento. La OPEP+ anunció un plan bastante detallado para deshacer gradualmente estos recortes voluntarios de producción desde octubre de 2024 hasta septiembre de 2025 ‘sujeto a las condiciones del mercado'”.
Estas “condiciones de mercado” son interpretadas por los analistas como una puerta de escape. Es decir, si el petróleo no logra repuntar y sigue cayendo, la OPEP tiene la opción de impedir que los recortes voluntarios (los 2,2 millones de barriles) vuelvan al mercado. Hay quienes estiman que los productores miembros más rebeldes: Emiratos Árabes Unidos e Irak presionarán para que se levanten las limitaciones.
Pero a este factor de rebeldía se suma otro. El peso de la OPEP en la producción mundial de crudo ha ido en picada. Países como EEUU, Guyana, Nigeria, Canadá o Brasil, han ido aumentando su producción. En el último año, Brasil ha aumentado en 400.000 bpd.
Ante ello, analistas de Capital Economics estiman que los próximos 12 a 15 meses, los países que no están sujetos en la OPEP+ es probable que incrementen su producción en alrededor de 1 millón de bpd, o más, mientras las estimaciones de la Agencia Internacional de Energía apuntan a que la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo antes del final de esta década.
#OPEP #alza #los #precios #del #petróleo
Si quieres leer el artículo original puedes acceder desde este link:
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.