Las recomendaciones del director general de la AFP de Principal en México para la implementación de los fondos generacionales en Chile

El caso de México fue uno de los que estudió el gobierno para proponer el modelo de fondos generacionales en su reforma previsional. En particular, analizaron la forma en que el país azteca migró hacia este tipo de fondos.

En diciembre de 2019 se dio el cambio en la forma de invertir de las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro, equivalentes a las AFP de México), pasando de un esquema de multifondos a uno de fondos generacionales, convirtiéndose en el primer país de América Latina en adoptar este sistema.

En Chile, los fondos generacionales, que sustituirán a los actuales multifondos de AFP, deben estar operando a partir de abril de 2027. En opinión de expertos, es uno de los mayores desafíos en la implementación de la ley.

Principal Financial Group, propietario local de AFP Cuprum, opera con este tipo de instrumentos en varios países, como Malasia, Corea, México y Estados Unidos.

Josemaría Bolio, director general de Principal Afore en México, gestora que administra poco más de 400 mil millones de pesos mexicanos (unos 20 mil millones de dólares), explica cómo fue la transición que hizo el país azteca hacia los fondos generacionales. Además, da sus recomendaciones para el caso chileno.

“Al final celebramos que se llegó a un acuerdo y que hubo una reforma a favor del sistema y de los trabajadores”, comenta. También afirma: “La reforma en México no es perfecta, así como la reforma en Chile no es perfecta, todas son perfectibles y todas requieren de mucha comunicación entre los participantes. Y eso es exactamente lo que señalo como importante: que haya esa comunicación para eventualmente entender qué es perfeccionable”.

En ese sentido, menciona que “lo que hemos observado y retroalimentado es revisar detenidamente el establecimiento de una trayectoria de inversión que no sea única, y eventualmente revisar la necesidad de la licitación bursátil o, en su caso, al menos su temporalidad”.

¿Cómo han funcionado los fondos generacionales desde que se implementaron en 2019?

-Los fondos ya tienen seis años. De hecho, ya hemos tenido un cambio de cartera, porque a los cinco años tienen que cambiar de generación. Entonces ya hubo un proceso de cinco años.

Y ese es un tema importante que hay que entender, el de la migración hacia los fondos. La migración no termina el día en que se implementan los fondos generacionales. Parte del aprendizaje en México es que una vez adoptado y migrado, el período aquí, les diría, tomó al menos tres años, en los cuales se estabilizó y se hicieron ajustes entre los administradores, el regulador, para equilibrar y cambiar el régimen. Y seguirá evolucionando.

¿En qué consiste el proceso de cinco años?

-La transferencia a cinco años toma a los trabajadores mayores, los transfiere a las Siefore (el fondo de inversión en el que las Afores invierten los recursos de los trabajadores para generar retornos) pensiones básicas y crea la cartera 1990-1995. Todo esto implica transferencias de activos, y es un proceso complejo y donde hay mucho apoyo por parte del regulador.

A diferencia de Chile, en México el proceso fue rápido, todo se ejecutó en 2019. Un tema muy importante es que en México este cambio significó que cada administrador propuso su trayectoria de inversión, o su senda de planeo.

Principal jugó un papel muy importante en 2018 y 2019, porque llevaba muchos años manejando fondos generacionales. La apertura que tuvo el regulador para escuchar a los diferentes participantes y, por supuesto, a Principal, ayudó a garantizar que cada administrador tuviera su propia trayectoria.

¿Cuáles cree que son los principales desafíos en la implementación de los fondos generacionales en Chile?

-Uno de los principales desafíos es la trayectoria de la inversión. El entendimiento que hemos visto y que, por supuesto, hemos retroalimentado en nuestra experiencia de esto a Cuprum y a los diferentes participantes en el sistema chileno con quienes hemos interactuado, es que en Chile, el hecho de que el regulador sea responsable de establecer esa trayectoria, y que esa trayectoria sea única para todos los participantes, creemos que no es necesariamente el mejor modelo. Aquí ha funcionado muy bien que todo el mundo lo tenga y lo presente al regulador.

¿Dice esto porque si cada empresa define su propio camino de inversión cree que se pueden obtener mejores retornos?

-Por supuesto. Y además no todos los equipos, y aquí uno lo ve en las Afores en México, no todas las Afores tienen las mismas certificaciones para operar todos los vehículos. Hay administradores que tienen capacidades A, hay administradores que tienen capacidades B. Si tiene una única ruta de planeo, no necesariamente es armoniosa para todas las capacidades de los diferentes administradores.

¿La implementación de este modelo en México ha sido positiva para los retornos?

-De entrada creemos que lo que está haciendo Chile en la migración a fondos generacionales es muy beneficioso. Aquí ha ayudado de varias maneras, incluso ha ayudado en la comunicación con los trabajadores.

Es más natural que los trabajadores comprendan, sabiendo que hay un enorme desafío de comunicación y cercanía, pero en los esfuerzos que hemos observado antes y después, el trabajador comprende mejor el tema del ciclo de vida, el de cómo se reducirá el riesgo, acompañándolo en las diferentes etapas de su vida profesional. Creemos que ha sido bueno.

Por otro lado, contar con fondos generacionales también ha permitido, y con los cambios que eventualmente se han hecho en el régimen de inversión, incorporar inversiones de mucho más largo plazo, que eventualmente no tienen que modificarse como ocurría con los multifondos.

Por supuesto, no es perfecto, pero se ha visto en estudios que el desempeño ha sido mejor desde la adopción de los fondos generacionales versus si hubiéramos seguido con el esquema anterior.

En Chile se aprobó una licitación para el stock de filiales. ¿Cree que esto podría influir en la rentabilidad de los fondos generacionales?

-Desde nuestra perspectiva, al entender todos los desafíos que tenían en esta reforma, nos llamó la atención la licitación, porque no hemos visto experiencia internacional en un tema como este.

Nuestra visión, y lo que dijimos, es que nos preocupaba que esto pudiera modificar el horizonte real de inversión que uno tiene, porque si al final tienes la licitación cada X períodos de tiempo, puede haber ciertas alteraciones no sólo en la visión, sino en la ejecución de cada licitación.

Creemos que la primera licitación está muy ligada a la adopción de los fondos. Creemos que esta adopción tiene que llevar más tiempo.

Entonces, más allá de nuestra opinión sobre la licitación, que quizás no es algo que veamos con total favorabilidad, sobre todo por el deber fiduciario que existe en la materia, además, que va casi en conjunto con la implementación de fondos generacionales.

¿Significa esto que debería posponerse la entrada en vigor de la licitación de acciones?

-Quiero decir, para empezar sí, creemos que si esta licitación ya se hizo, al menos se debe hacer en más tiempo. Pero ni siquiera nosotros creemos necesariamente que ofertar por acciones sea algo alineado con esa visión de largo plazo y tratar de, al final, invertir recursos para intentar dar a los trabajadores el mayor retorno en el tiempo.

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