Si existe un referente chileno a nivel internacional para hablar de Inteligencia Artificial (IA) es Ricardo Baeza-Yates, quien hace años se radicó en la “meca” de la innovación en Silicon Valley, en Estados Unidos, para investigar temas como los sesgos y la IA responsable.
El ingeniero informático y doctor en informática, que integra diversos comités de tecnología, cofundador de la startup Theodora AI, será uno de los oradores del Congreso Futuro -que parte el 15 de enero próximo- donde abordará la visión interna de las empresas tecnológicas y cómo se puede proyectar a un uso responsable de la IA, la temática, que más le interesa hoy, dijo a DF desde España.
Desde tres años es director de investigación del Instituto de IA Experiencial de la Universidad Northeastern en el campus de Silicon Valley, donde lidera un equipo de 20 profesionales que trabajan en IA responsable y la siguiente generación de IA generativa. Desde allí, ha desarrollado proyectos con diversas compañías -tres de las 500 más grandes del mundo- en las áreas de telecomunicaciones, finanzas y seguros, “con temas desde principios éticos hasta gobernanza”, señaló.
A principios de 2023, fue uno de los 1.000 firmantes originales de una carta abierta de Future of Life Institute en la que se pedía pausar los experimentos en IA por seis meses. La misiva fue apoyada por otros personajes como Elon Musk y Steve Wozniak, cofundador de Apple.
“La firmé porque me lo pidió un amigo y me costó decirle que no. No estaba de acuerdo con la carta, pero sí con que ese tema se pusiera en la mesa, porque creo que muchas de las cosas que están pasando es porque no estamos pensando en los temas éticos relevantes”.
– ¿Le sorprende el vertiginoso avance de la IA desde la irrupción de ChatGPT en noviembre de 2022?
– Ha sido más rápido de lo que yo esperaba. La velocidad ha sido la sorpresa y no el avance. Pero me sorprendió más que, pese al avance, gente muy inteligente le asigna más capacidades (a los modelos de IA) de las que tienen, como decir que tiene sentimientos o que ya puede hacer cualquier tipo de análisis cuando al final solamente está prediciendo y predice el 99% de las cosas bien, muchas veces lo hace mal.
Nos falta un poco de lucidez mental incluso en la gente que está haciendo estos avances. Por ejemplo, que uno de los padres del aprendizaje profundo o deep learning (Geoffrey Hinton) salga de Google y diga que estamos en peligro de extinción, para mí eso es falta de lucidez. Hay gente que piensa que en cinco años vamos a llegar a la IA genérica y que si no tenemos todo bajo control podemos estar en peligro de extinción, pero yo creo que eso es una fantasía (…) Me preocupa más bien la falta de ética.
– ¿Se considera tecno-optimista o piensa que la IA es un peligro?
– O sea, yo soy tecnorealista. En estos temas he visto tantos problemas que soy más bien realista, es decir, hay peligros que no están siendo controlados bien y que tenemos que controlarlos. No son peligros futuros, ya están aquí. Ya se suicidó una persona el año pasado y ya se atropelló a una persona hace cinco. Yo digo que no estamos viendo la punta del iceberg, sino que solo el cubo de hielo de la punta del iceberg.
IA responsable y oportunidades
El experto comentó que participó en una iniciativa del Banco Interamericano del Desarrollo (BID) para ayudar a startups de la región que desarrollan IA a autoevaluarse en materia de responsabilidad y ética, donde en la mayoría de los casos “había problemas éticos, sobre todo cuando entras en los temas de salud, educación y contratación de personas”.
Añadió que también le interesa empujar el principio de legitimidad y competencia, “es lo que más falta, demostrar que tu aplicación es legítima, que es tiene que existir porque es más beneficiosa que dañina para la sociedad y luego demostrar que tiene todas las competencias para hacerlo bien. Hay muchas ideas que no son éticas o que están al límite, y que son legales porque lamentablemente no tenemos regulación en estos ámbitos”, afirmó.
– La IA responsable también se asocia los sesgos. ¿Hay alguna fórmula para evitarlos?
– Una fórmula al 100% no, lo único que hacemos actualmente es mitigación, porque muchas veces los sesgos son invisibles hasta que alguien los descubre. Entonces, uno puede verificar los sesgos que uno conoce, pero podría ser que los sesgos fueran mucho más complicados y mientras no haya, por ejemplo, una persona discriminada que no te lo haga ver no se sabe.
Para mitigar se deben cambiar los datos de entrenamiento de los modelos para que haya un balance entre las distintas características.
Falta de talento local
– ¿Cómo ve las capacidades que tiene Chile para desarrollar y adoptar IA?
– Chile está bastante bien. Diría que junto con Brasil, Argentina, México y tal vez Colombia es líder en este tema, pero su gran problema es la masa crítica, es decir, calidad bien pero cantidad poca. Y por eso también ha habido mucha gente de otros países que ha venido con muy buena educación que llega a suplir esa falta de talento nacional.
– ¿Y cómo se revierte esta situación?
– Para retener talento hay que extender más oportunidades, es decir, sueldos más competitivos, más plazas en investigación que hay pocas. Siempre ha sido un problema retener a la gente con doctorado en Chile y aumentarlo significaría hacer programas especiales.
También hay que crear más carreras. Por ejemplo, en muchas partes ya existen carreras de ciencias de datos. Creo que muchas veces lo que hay que hacer es modernizar los programas.
– ¿Qué oportunidades trae la IA para un país como Chile? ¿Productividad?
– Sí, si uno usa la IA para complementar a la gente y aumentar las habilidades se puede aumentar la productividad muchísimo. De hecho, para mí la IA responsable debería partir por esa premisa.
En el caso de Chile se debería buscar aplicaciones donde el país tiene una ventaja competitiva dentro del mercado mundial, por ejemplo, en minería o cambio climático.
– ¿Y cómo ve a las empresas chilenas? ¿Están reticentes a adoptarla?
– Creo que Chile tiene un problema endémico: la sociedad que tiene el colchón económico es muy conservadora. Primero no sabe exactamente para qué sirve esto. He estado dando charlas a tres familias chilenas con estos capitales porque querían entender el tema y me pareció que algunas lo entendían parcialmente, otras no sabían nada y eso fue interesante. Segundo, siempre cuesta arriesgar y cuesta pagar lo que vale, es decir, queremos pagar siempre menos de lo que cuesta y si no hay masa crítica es todavía más complicado. Tercero, los que hacen esto son las personas jóvenes, los que salen recién de la universidad y que no tienen miedo de hacer un emprendimiento y romper el sistema. Si ves los unicornios la mayoría son empresas que nacieron hace poco, no las empresas grandes chilenas, esas se duermen en sus laureles. Hay que arriesgar más, no es un tema de que no haya capital, es atreverse a usarlo.
– ¿La evolución de la IA amenaza el trabajo? ¿Hay que ampliar la reconversión laboral?
– Como mucha gente ha dicho: la primera persona que va a amenazar tu trabajo va a ser otra persona que sabe de esta tecnología. Así que lo primero que diría es que no hay que reconvertirse, hay que aprender a usarlas para aumentar tu productividad, eso es lo primero. Y segundo, creo que hay que empezar a usar la tecnología en todas las empresas para complementar las capacidades de las personas y no para reemplazarlas.
Regulación y proyecciones
– ¿Se debe regular la IA? En Chile hay un proyecto en la Cámara de Diputados, el Gobierno anunció indicaciones y el Senado está en un proceso prelegislativo…
– Conozco bien la propuesta porque me invitaron a hablar. Primero lo que hay que regular es el uso de la IA, es importante porque no se regula la tecnología, no tiene sentido hacerlo. El ejemplo extremo es regular el uso del martillo para que nadie mate a una persona dándole en la cabeza. Todas las tecnologías tienen su lado positivo y negativo. Nunca hemos regulado el uso de tecnología en el pasado.
El problema es que quisieron ser más ambiciosos y regular todo de golpe. Esta regulación propuesta en Chile está muy basada en la primera versión de lo que hizo la Unión Europea en 2021 y tiene varios problemas. El primero es que solo regula IA y cualquiera que diga que no usa IA va a quedar fuera de regulación, por eso en otras partes se habla de sistemas algorítmicos o automatizados.
Segundo es que hay varias cosas que no se pueden cumplir (…) yo todo esto lo dije en la Cámara de Diputados y espero que me hayan escuchado.
Mi regulación de la IA sería bien simple. Primero, muéstrame un análisis de impacto ético que muestre que esto beneficia más a la sociedad más que la daña. Y segundo, que la IA no reemplazará ningún trabajo de personas, sino que las ayudará a hacerlo mejor. Con esas dos cosas ya se arreglan el 90% de los problemas de la IA.
– ¿Qué pasará con la IA en 2024? ¿Se seguirá potenciando la IA generativa? ¿Habrá algún avance en IA general?
– Es difícil. Una cosa es lo que esperaría y otras es lo que va a pasar. Pero yo esperaría, por ejemplo, más lucidez, pensar y sopesar más las cosas. Ya jugamos un año con la IA generativa, veamos ahora dónde lo podemos aplicar y dónde no.
También esperaría ver más regulaciones, en Estados Unidos serán regulaciones estatales y van a aparecer regulaciones nacionales y algunas globales. Espero que eso signifique que va a haber más control del tipo de cosas en que se puede o no aplicar. En algún momento creo que van a tener que prohibirse algunos tipos de aplicaciones.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.