Uno de los principales atractivos que ofrece la banca para captar y cautivar a sus clientes son los programas de fidelización, que en general, permiten mediante el uso de la tarjeta de crédito, acumular puntos o millas, los que, a su vez, pueden ser canjeados por productos o viajes.
No obstante, los principales actores de la industria han debido hacer ajustes a estos programas y reducir los esquemas de acumulación.
De acuerdo a altos ejecutivos de la banca, la reducción de las tasas de intercambio que se aplicó en 2023 redujo los márgenes operacionales y se espera una nueva baja en octubre. A ello se suma el aumento de los auto fraudes, lo que ha encarecido la operación del negocio de tarjetas.
La tasa de intercambio es la comisión que cobran los emisores de tarjetas a los adquirentes y su nivel máximo es fijado por una comisión técnica que es integrada el Ministerio de Hacienda, el Banco Central, la Comisión para el Mercado Financiero y la Fiscalía Nacional Económica.
Las bajas
Una de las primeras compañías en hacer ajustes fue Banco Falabella, cuando en noviembre de 2022, anunció que habría una menor cantidad de puntos ganados al hacer compras en las empresas del grupo.
El sistema de fidelización en la totalidad del grupo Falabella representó gastos por un poco más de $ 76.000 millones en 2023, según informó el banco en sus estados financieros.
Bci también realizó modificaciones a mediados del año pasado y en febrero de 2024. El último de ellos se trató de una rebaja en la acumulación de millas en la alianza que mantiene con American Airlines.
La entidad finalizó el año pasado con un incremento de 23,7% en gastos por obligaciones de programas de fidelización y méritos para clientes por tarjetas, alcanzando los $ 33.455 millones.
Por su parte, Banco de Chile disminuyó la cantidad de los “dólares premio” que otorgaba el programa de fidelización de sus tarjetas. Los clientes podían canjear sus dólares en más de 9 mil productos.
La entidad terminó 2023 con gastos relacionados a sus programas de fidelización por $ 39.731 millones, un 15,8% más que en 2022.
Algo más drástico hizo BancoEstado en febrero. La compañía estatal decidió poner fin a su programa de puntos que fue lanzado en 2016.
Los clientes de la entidad tienen hasta este sábado para canjear los puntos que acumularon durante la vigencia de éste. La firma reportó gastos anuales de $ 20.366 millones por su programa de fidelización.
Ese mismo mes, Itaú envió un correo a sus clientes informando una transformación en su esquema de fidelización y redujeron los puntos que se acumulaban por las compras efectuadas con las tarjetas de crédito. La entidad brasileña cerró el ejercicio con una subida de 9,2% en sus gastos por obligaciones en su programa de fidelización, llegando a $ 24.228 millones.
Uno de los últimos en hacer cambios en sus programas fue Santander. El banco informó que desde julio los clientes que posean cuenta corriente Latam Pass tendrán una reducción en la acumulación de millas para determinados tipos de pagos.
La medida se suma a otras que el banco ya venía desplegando, como por ejemplo, la eliminación del “adelanto de millas”. Santander concluyó el año con gastos por este concepto de $ 95.542 millones.
Santander detalló en marzo a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) en su informe 20-F que la reducción de las tasas de intercambio significará una disminución de los ingresos por comisiones de tarjetas de $ 25 mil millones en 2024 y de $ 47 mil millones aproximadamente en 2025.
La estrategia
Frente a esta realidad, los bancos han ido cambiando de estrategia, ofreciendo descuentos en restaurantes y bares -elemento altamente valorado por el segmento joven-, ya que este tipo de convenios significa un menor gasto de inversión respecto a una alianza con aerolíneas, por ejemplo. Santander informó que en 2023 tuvo gastos de prepago asociados a su alianza con Latam Airlines por $ 169 mil millones.
Mientras tanto, otras firmas, como por ejemplo Consorcio y Santander, han lanzado cuentas que pagan intereses por los saldos promedios que se mantengan, en línea con la tendencia internacional con la creación de cuentas remuneradas.
En la industria recuerdan que cuando se discutió la rebaja de las tasas de intercambio, los expertos que participaron en las audiencias alertaron que cuando en EEUU cuando se regularon estos intereses -y se bajaron-, los bancos aumentando las tarifas mensuales de mantenimiento de las cuentas corrientes al doble y disminuyendo la proporción de consumidores con cuentas corrientes gratuitas del 60% al 20%.
Una noticia que generó esperanzas en el oficialismo, fue la que se conoció el viernes pasado, cuando los presidentes de ambas cámaras, senador José García Ruminot y Karol Cariola, anunciaron la “voluntad” de avanzar en una agenda de fast track legislativo en materia económica. Sin embargo, con el paso de los días se ha ido perdiendo en los recovecos del Congreso. En la Cámara le darán prioridad a la Agenda de Seguridad, ya que del listado de 19 proyectos, 15 están en algún trámite en la Cámara Alta; y, en esta, la oposición vio este compromiso como lo que se dijo que era “un gesto de voluntad”, lo que no implica automáticamente que se concrete.
A ello se puede deber la molestia del ministro de Hacienda Mario Marcel con la oposición, a la que sacó al pizarrón a través de Radio Pauta, donde señaló que “me cuesta reconciliar la idea de que haya voluntad, pero no haya compromiso” y añadió que “esto se ha ligado a proyectos de seguridad ciudadana. El Gobierno está haciendo esfuerzos importantes en estímulo de crecimiento y seguridad ciudadana y eso lo hace a través del Ministerio de Interior en algunos casos y en Hacienda en otros. Las dos cosas no son competitivas, pueden avanzar en paralelo”.
En este sentido, Marcel reiteró lo señalado el mismo viernes 10 de mayo por el ministro de la Segpres Álvaro Elizalde, en cuanto a que las comisiones que abordan los temas económicos y los de seguridad no son las mismas, por lo que los proyectos de la Agenda Económica y los de la Agenda de Seguridad pueden avanzar en paralelo.
“Nosotros hemos escuchado durante meses, particularmente de parte de la oposición, la demanda por iniciativas que estimulen el crecimiento y ahora es donde se prueba si ese compromiso era real o sólo una forma de criticar el Gobierno” y advirtió que “este es el momento de la verdad, creemos o no creemos en que Chile necesita más crecimiento y si creemos en ello, tenemos que demostrarlo con las acciones”.
La Bolsa de Santiago seguía retrocediendo hoy jueves desde los altos niveles registrados previamente esta semana, mientras en Nueva York los índices abandonaban sus ganancias matinales a medida que repuntan los costos de costos de endeudamiento en los bonos de referencia.
Al inicio de la tarde, el S&P IPSA bajaba 0,68% a 6.666,57 puntos, con las acciones de Vapores (-2,04%), Enel Chile (-1,93%) y Andina-B (-1,71%) liderando las pérdidas del día. También caían Copec (-1,64%) y Banco de Chile (-1,51%), empresas del top five de mayor ponderación interna del IPSA.
El índice viene de anotar un máximo histórico de cierre el martes y un récord intradiario ayer miércoles, terminando esta última sesión a la baja en medio de una fuerte caída de SQM.
Tasas impactan
Luego se enfrió el entusiasmo de la plaza neoyorquina, ya que el S&P 500, el Dow Jones y el Nasdaq operaban prácticamente sin cambios respecto del cierre récord del martes. El S&P alcanzó los inéditos 5.325,49 puntos y el Dow superó los 40.000 por primera vez durante la mañana
Después de la amplia relajación tras los precios al consumidor y las ventas minoristas de abril, las condiciones financieras se están estrechando este jueves. El rendimiento del Tesoro a dos años subía 5,9 puntos base a 4,78%, siendo un instrumento de referencia para estimar las expectativas respecto de los próximos movimientos de la Fed.
“Existe el riesgo de que los bancos centrales, viendo lo que están haciendo los mercados, calibren ahora la retórica de una manera más sobria”, dijo a Bloomberg Television el economista jefe de JPMorgan, Bruce Kasman. “No conviene que los bancos centrales sean tan amistosos como los mercados creen que son”, advirtió.
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Los mercados financieros privados se caracterizan por ser inversiones cerradas que, generalmente, se realizan a través de fondos en el sector inmobiliario, infraestructura, deuda privada, entre otros.
Al ser inversiones de largo plazo, se caracterizan por ser ilíquidas, pero ofrecen retornos atractivos para compensar su falta de liquidez.
Sin embargo, de acuerdo con el jefe de Alternativos de la división de Soluciones de Gestión de Activos de BTG Pactual, Ricardo Fernández, “los problemas de liquidez están dificultando la venta de activos”.
“La falta de opciones para vender a través de los mercados financieros, como Ofertas Públicas de Venta (OPV) o enajenaciones estratégicas, provoca que los activos permanezcan más tiempo del esperado en las carteras de los fondos”, precisó.
Con esto, la liquidez y el rendimiento de los activos se ven perjudicadas, “ya que normalmente los fondos de capital privado tienen un límite de tiempo, que puede ser de seis, ocho o diez años”, para que luego, el inversionista recupere su capital y lo diversifique hacia otras inversiones.
La falta de oportunidades de salida a través de los mercados de capitales está impidiendo devolverles el capital a los inversionistas, sostuvo Fernández, creando un desequilibrio entre el retorno y el capital que sigue recibiendo el fondo.
“La brecha entre las distribuciones a los inversionistas y las contribuciones al fondo se está ampliando”, mientras el fondo sigue atrayendo capital. Así, los inversionistas “no pueden avanzar hacia otras oportunidades”.
Capital Solution
Para abordar este problema, BTG Pactual adquirió hace tres meses el negocio en Brasil de Signal Capital, una firma de gestión de activos enfocada en mercados privados.
En este deal, el banco de inversión trajo a Fernández, para que lidere Capital Solutions, la nueva división creada por BTG dedicada exclusivamente a desarrollar soluciones para inversionistas institucionales y fondos de capital privado.
Fernández explicó que Capital Solutions puede ofrecer varias soluciones. Por ejemplo, pueden actuar como proveedores de liquidez en casos donde los plazos de inversión provocaron cambios en un activo. También, pueden comprar dicho activo en situaciones en las que un fondo se retrase en su venta y el inversionista ya haya alcanzado su retorno esperado. Además, encontrar clientes interesados en continuar con una inversión, permitiendo así que el primero obtenga liquidez.
El objetivo es llegar a más de US $ 5 mil millones de activos gestionados en los países donde opera el banco.
Mercado secundario
A través de esta nueva división del banco, los gestores de activos buscan mostrarles a estos inversionistas que el mercado público es una alternativa para equilibrar sus inversiones.
El inversionista “puede invertir en activos alternativos en capital privado a largo plazo. Pero si ese plazo resulta ser demasiado largo, tiene una salida comprando acciones en el mercado público. Pero luego, cuando decida volver a los mercados privados, puede hacerlo sabiendo que, si necesita salir y los fondos no están proporcionando la salida, tienes un mercado secundario”, explicó Fernández.