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Tres mujeres cuentan cómo compatibilizan su vida laboral, familiar y desarrollo personal
Keyciren Trigo, Belén Cayumán y Karina Vargas comparten que trabajar en una empresa como Transbank es desafiante, porque se trata de una compañía ágil, dinámica y en constante transformación. Pero al mismo tiempo sienten que todos sus esfuerzos se compensan con el enfoque, beneficios, políticas internas y una cultura que les permiten rendir de manera adecuada sin tener que descuidar su vida personal. En el caso de Keyciren y Karina, además, el cuidado de sus pequeños hijos.
De hecho, la empresa líder en medios de pago en Chile dio un salto en diversidad e inclusión, basado en tres pilares: género, diversidad sexual y personas con discapacidad. En este contexto se creó la comunidad “Juntas”, un círculo de mujeres pensado en generar y fortalecer lazos y redes internas para el desarrollo de las colaboradoras, y que hoy cuenta con 137 participantes.
Keyciren Trigo, ingeniera civil en informática, llegó a Transbank en 2017, y ha vivido de cerca la gran transformación digital de la compañía, que incluye la reciente aplicación de Inteligencia Artificial Generativa. Se desempeña como jefa en el Área de Desarrollo, en Backend, dándole continuidad de servicio a los sistemas de internet, un factor clave para el funcionamiento de la empresa. Activa participante de “Juntas”, cuenta que este grupo comparte de forma orgánica, que se pasan datos y se prestan apoyo.
Desde que nacieron sus hijos Ignacio (2 años y 11 meses) y Martina (11 meses), Keyciren valora las facilidades que ha encontrado en Transbank. “Tenemos los mejores beneficios -que yo he escuchado- si eres mamá. Cualquier cosa que tú tengas que hacer por los niños, como cuando se enferman, puedes llevarlos al médico y estar con ellos, obviamente avisando, pero tienes la posibilidad de hacerlo sin que nadie te mire raro o te lo impida”, señala.
Esta flexibilidad le permite a Keyciren trabajar de manera remota e ir presencial al menos una vez a la semana a la oficina a planificar con su equipo, que también está trabajando remoto. Esto ha significado para la ejecutiva poder disfrutar de la crianza de sus niños. “He estado con mis hijos 100% remoto y los disfruté 100%. Muchas mamás antes no podían decir eso porque prácticamente no los veían. A los seis meses pasaban a sala cuna, y chao, muy bien, gracias. Pero por lo menos nosotros (con su esposo) somos súper apegados a nuestros dos hijos; entonces, esto para mí realmente es un beneficio”, añade.
De este modo, y pese a declararse trabajólica, ha podido compatibilizar la vida doméstica con la laboral, al punto de encontrar espacio para dedicarse a sus dos hobbies: un grupo de amigos que juegan a las cartas, con el que se reúne al menos una vez al mes; y la liga de fútbol femenino en la que participa.
“Lo que me gusta de mi trabajo es el impacto positivo que conseguimos de cara a la gente, a la realidad del país. Porque por lo general, una ingeniera informática como yo siempre trabaja con sistemas, y no ves directamente cómo lo que haces es bueno para la gente, para nuestros clientes que tienen un pequeño negocio. Entonces, siempre estás en constante movimiento, no puedes parar porque cualquier pequeño detalle que surja puede afectar a nuestros clientes”, señala.
Belén Cayumán estudió periodismo y luego un Magíster en Comunicación Estratégica Digital, y desde 2022 se desempeña como Analista de Relaciones Institucionales en Transbank. Su trabajo consiste en mantener y formar relaciones de largo plazo y vínculos de valor con entes públicos y privados, generando alianzas que permitan visibilizar el trabajo que hacen en la compañía.
Belén cuenta que le encanta compartir su tiempo libre con su novio Diego y su perrita Bonnie. Por eso, le acomoda mucho el modelo de trabajo híbrido y flexible que tienen en la compañía. “Me encanta. Me permite dar lo mejor de mí y seguir teniendo mi vida personal aparte de la laboral. No toda mi vida se enfoca en el trabajo, sino que puedo salir, ir al gimnasio, sacar a pasear a mi perrita, salir con mi pareja, juntarme con mi familia. Tengo espacio para hacer un montón de cosas más en mi vida”, declara.
Para Belén, lo mejor de su trabajo es el equilibrio entre lo personal y lo laboral, sin necesidad de haber formado aún una familia tradicional y tener hijos. “Me gusta que esta mirada de desarrollo integral y personal sea para todos”, comenta, y agrega que “desde que llegué siento que me han potenciado a mil, he crecido a mil, ha sido una muy buena oportunidad para desarrollarme como profesional, sobre todo siendo joven”.
Afirma que ese ambiente de crecimiento es estimulante también para el clima laboral. “Participo en Juntas y es muy enriquecedor poder tener esa instancia de conocer a compañeras de otras áreas, con otras vivencias, que estudiaron otras cosas. No importa que yo tenga menos experiencia, todas aprendemos de todas, y eso se valora demasiado. Me encanta poder estar en una empresa donde se impulsen este tipo de iniciativas de género, tanto hacia dentro como hacia fuera”, sostiene.
Karina Vargas, ingeniera civil industrial, arribó a la compañía en 2006 y hoy ejerce como subgerenta de Productos Presenciales. Su función es, a grandes rasgos, llevar la estrategia de la compañía hacia el desarrollo de productos en los comercios físicos, como maquinitas POS (Point of Sale, por sus siglas en inglés).
Madre de Sebastián (11 años) y de Magdalena (9 años), Karina cuenta que su trabajo “me ha entregado mucho a través de los años. Un gran ambiente laboral que se mantiene hasta el día de hoy y que me da tiempo para compatibilizar mi rol en la familia con mi desafío laboral y mi crecimiento profesional. De hecho, estando en Transbank tuve a mis dos hijos y, en el fondo, siempre estuve tranquila con el hecho de qué iba a pasar con mi pre y posnatal, eso nunca fue una complicación”, asegura, a la vez que afirma que “nunca me he sentido discriminada por ser mujer. Por mi función, me relaciono mucho con la gente de tecnología, que en su mayoría son hombres, y nunca ha sido un tema y he podido ir creciendo profesionalmente. Este tipo de cosas las considero excelentes”.
Y el día de hoy, su jornada de trabajo híbrida le otorga “facilidades para atender las contingencias, para las excepciones, y estar con mis hijos, que son mi prioridad”. De este modo, el tiempo le alcanza para atender sus obligaciones laborales y familiares, pero también para disfrutar sus espacios libres, como cuando en la semana acompaña a sus hijos a fútbol y gimnasia rítmica.
“Si bien personalmente respeto mucho el horario laboral y se cumple, ya desde las seis y media tengo tiempo de hacer cosas mías, como estudiar o salir con los niños. Y por lo mismo, de repente, cuando hay una contingencia de trabajo en la que hay que estar, una lo hace feliz, sin problema, porque sabes que estás compensada todo el resto del año”, concluye Karina.
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