Una semana volátil vio la acción de Twitter luego de que este lunes el multimillonario y fundador de Tesla, Elon Musk, se convirtiera en el nuevo dueño de la red social.
El acuerdo de 44.000 millones de dólares entre las partes permitiría a Musk “privatizar” la empresa y sacarla de la lista del S&P 500 en la Bolsa de Valores de Nueva York.
Como reacción inicial, la acción cayó un 3,91% en el día posterior al anuncio.
“No es una buena noticia para el mercado que una empresa con alta capitalización y presencia bursátil deje de cotizar”, explica el responsable de estudios de Renta4, Guillermo Araya, indicando que el mayor riesgo es que la empresa deje de dar información al mercado y caiga el valor económico. de la compañia.
“Pero considerando que el S&P 500 está conformado por 500 empresas relevantes, entre las más importantes, siempre hay espacio para que otra empresa ocupe esos espacios e incluso es una oportunidad para que la nueva firma se incorpore al índice”, señaló. agrega.
Cálculo erróneo
Otro de los factores que ha generado volatilidad en las acciones de la empresa ha sido su error en la entrega de números de usuarios. En el marco de la entrega de sus resultados corporativos del primer trimestre, la empresa reconoció haber exagerado en casi 2 millones la cantidad de usuarios activos diarios entre 2019 y 2021. “En marzo de 2019 lanzamos una función que permitía a las personas vincular varias cuentas. separados para cambiar convenientemente entre cuentas. Se cometió un error en ese momento, por lo que las acciones realizadas a través de la cuenta principal dieron como resultado que todas las cuentas vinculadas se contaran como mDAU.
Además de eso, la compañía reveló cifras ligeramente inferiores a las esperadas por el mercado debido a “vientos en contra asociados con la guerra en Ucrania”.
Los ingresos del primer trimestre fueron de 1200 millones de dólares, por debajo de la previsión media de 1230 millones de dólares, según Bloomberg. Así, el aumento del 16% en las ventas fue la peor tasa de crecimiento en seis trimestres.
En el caso de la utilidad, alcanzó los US$ 513 millones o 61 centavos por acción.
proyecciones
A pesar de la volatilidad, la situación de Twitter comenzó a mejorar en la bolsa de valores luego de cerrar la semana con una suba de 2,20%, lo que posicionó el papel en US$49,15. Así, está cerca de cerrar abril con un avance de 25%, mientras que a nivel anual gana 15%.
“Las acciones parecen tener un horizonte alcista por encima de los US$ 44,50, lo que tentativamente hace atractiva la oferta de compra considerando las novedades y proyecciones en cuanto al servicio a ofrecer. Sin embargo, para lograr innovaciones o cambios importantes, debe haber un mayor gasto, lo que podría revelar una caída de las ganancias durante el resto del año, traduciéndose en potenciales rangos de lateralidad y mucha volatilidad”, dice el analista jefe de Admiral Markets, Renato Campos.
Compañía Siderúrgica Huachipato (CSH) arrastró al grupo CAP a cerrar el año pasado con pérdidas. Mientras la acción se ha cotizado estable entre $ 6.500 y $ 7.000 en el curso de este año, dos analistas que cubren la empresa prevén un buen futuro, teniendo presente que los grandes dividendos no llegarían antes de 2025.
BICE Inversiones incorporó el mes pasado a CAP en su cartera recomendada, con sugerencia de “mantener y un Precio Objetivo (PO) de $ 9.656 por acción, lo que implica un retorno esperado de 40% hacia el final de 2024 desde el cierre del jueves.
El subgerente de estudios Renta Variable de BICE, Aldo Morales, explicó que “hay una parte atractiva de CAP relacionada con una exposición a la mejora de tendencia en los PMI manufactureros de China”.
En este contexto, apuntó a un mineral de hierro que ha ganado terreno por encima de su piso estimado de US$ 100 por tonelada. “Efectivamente se ha recuperado un poco en el corto plazo, y al ser el negocio principal de CAP, es lo que determina el atractivo de la compañía”.
Además, resaltó que detrás de la golpeada última línea del grupo -en 2023 registró pérdidas por US$ 7 millones-, el Ebitda se ha mantenido por arriba de US$ 800 millones en los últimos dos años.
También se muestra optimista Bci Corredor de Bolsa, que consigna un PO de $ 8.000 hacia los próximos 12-18 meses con recomendación de “sobreponderar” la acción, algo que implica un potencial de retorno de 16%.
“De cumplirse nuestra tesis de que Huachipato cesa definitivamente sus operaciones, a contar del 2025 proyectamos una utilidad atribuible a los controladores de US$ 250 millones, la que conservadoramente considera un precio del hierro realizado para CAP de US$ 100 por tonelada anual y cash-cost (costo de producción unitario de hierro) en torno a US$ 50 la tonelada”, apuntó el analista de commodities y forestal de Bci, José Ignacio Pérez.
Su pronóstico apunta a que “la trayectoria de precios del mineral de hierro continuará acoplándose a los estímulos que implemente la autoridad económica en China”, los que debiesen favorecer “principalmente a aquellos sectores intensivos en el uso del acero como infraestructura e inmobiliario”.
Entre medio de las posturas de ambos agentes locales se encuentra JPMorgan (PO: $ 8.250, “sobreponderar”), y más pesimista es LarrainVial (PO: $ 7.520, “subponderar”), según datos compilados por Bloomberg.
¿Dividendos para cuándo?
Por sus pérdidas, CAP no está obligado y tampoco podría repartir dividendos con cargo a 2023. Un dividendo definitivo de US$ 0,35 por acción se pagó en abril del año pasado, con cargo a la utilidad de 2022.
Morales estimó que “CAP podría pagar un dividendo con cargo a utilidades retenidas si quisiera, pero en esta coyuntura es difícil, porque en el cierre de Huachipato probablemente se va a gastar toda la utilidad de 2024”.
Pero proyectó que “en el futuro probablemente los resultados de CAP van a mejorar”, al no estar Siderúrgica de Huachipato y por un posible crédito por impuesto a la renta luego de eventuales nuevas pérdidas este mismo año.
Pérez sostuvo que “los retornos por dividendos son auspiciosos a contar de 2025. En particular, hacia 2025 proyectamos una utilidad estimada de US$ 1,7 por acción, levemente mayor que el US$ 1,5 reportado en 2022 por la empresa”. Esta proyección implica un dividend yield de 24% sobre el precio actual de la acción.
En su Junta Ordinaria de Accionistas 2024, el directorio de CAP propuso continuar con la política tradicional, que considera repartir como dividendo definitivo el 50% de las utilidades líquidas distribuibles de cada ejercicio.
Se abordó la ruta de dividendos provisorios: “En el caso del dividendo provisorio de agosto, este alcanzará 20% de la utilidad líquida distribuible acumulada hasta junio, y el dividendo provisorio de diciembre consistirá en el monto adicional necesario para completar 30% de las utilidades líquidas distribuibles acumuladas al mes de septiembre, según sea el caso”.
Especificó que “la decisión de pago de un dividendo provisorio tendrá también en consideración las expectativas de utilidad para el ejercicio completo, las condiciones macroeconómicas y del negocio, así como el plan de inversiones y la política de financiamiento de la empresa y sus filiales”.
Se espera que en los próximos días se publique la respuesta al recurso de reposición presentado por iderúrgica de Huachipato ante la Comisión Antidistorsiones para cambiar su recomendación de gravámenes al acero chino. Dependiendo de la resolución, se verá si habrá o no cambios en las recomendaciones.
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Llegó el momento de mayor relevancia para bitcoin que el universo cripto tanto esperaba. El halving es el evento inscrito en el ADN de la moneda digital más importante del mundo, donde se juega la escasez del activo y como consecuencia, su valor de mercado.
Cada cuatro años, aproximadamente, la recompensa para los mineros –que son los programadores que producen y validan las transacciones de bitcoin–, se reduce a la mitad. Si antes recibían 6,25 bitcoin por bloque, a partir de este halving recibirán 3,125.
El propósito del evento es disminuir gradualmente la velocidad en la que se generan nuevos bitcoins y, limitar la oferta total a 21 millones.
La pregunta que queda abierta es si esto efectivamente impulsará o no el valor de las otras criptomonedas alternativas, más conocidas como altcoins. “Tras un halving, si el precio de bitcoin aumenta, los inversionistas suelen redistribuir parte de sus ganancias hacia altcoins buscando mayores retornos. Este flujo de capital puede impulsar el precio de las altcoins”, explicó a Señal DF el cofundador de Orionx, Joel Vainstein.
La historia de los tres halvings anteriores sienta un precedente. Sin embargo, a este evento se le suman factores que antes no existían.
Ethereum, la segunda cripto en la carrera por los ETF
Un ecosistema distinto
Los expertos esperan que este sea un ciclo diferente. Por una parte, la presencia de fondos cotizados en bolsa (ETF) que invierten en bitcoin – aprobados en enero de este año por la SEC–, le da peso al activo en el sector tradicional. Por otra parte, la variable tiempo también se vuelve relevante, considerando que la criptomoneda comenzó a circular hace 15 años.
“A diferencia de halvings anteriores, el evento se produce en un momento en que el mercado de criptomonedas es mucho más maduro, con una mayor integración en los sistemas financieros tradicionales y una base de usuarios diversificada que incluye tanto a inversionistas minoristas como institucionales”, dijo el analista de estudios de Capitaria, Rafael Weber.
Sin embargo, es importante considerar que el mercado es ahora más complejo y menos predecible, advirtió Weber. Por eso recomienda a los inversionistas, estar atentos no solo a las dinámicas de oferta y demanda de bitcoin, sino también a cómo las altcoins podrían responder.
Las interacciones entre bitcoin y las altcoins han evolucionado significativamente, coinciden ambos expertos. “Bitcoin ya no opera en solitario, su desempeño puede influir y ser influenciado por desarrollos en otras criptomonedas”, afirmó Weber.
Los altcoins aparecen como una oportunidad de inversión porque suelen tener un menor precio base y mayor volatilidad, lo que potencia las oportunidades de ganancias rápidas y significativas. También sirve como una estrategia de diversificación de cartera.
Las 9 acciones IPSA que cotizan más baratas con respecto a su historia
Invertir en altcoins
Los entendidos en el mundo cripto esperan que este fenómeno se convierta en el punto de inflexión final en la percepción del mercado para el criptoactivo.
Tras el halving, es posible que varias criptomonedas experimenten aumentos de precio. Los expertos aconsejan tener paciencia y no invertir más dinero del que uno esté dispuesto a perder.
Desde la exchange Orinox recomiendan seguir de cerca a ethereum, debido a la posible aprobación de un ETF en EEUU, lo que podría aumentar su liquidez y exposición institucional. También a solana, moneda que está en el centro de atención debido a su impresionante crecimiento de hasta un 700% en el último año.
“Su tarea ahora es demostrar su capacidad para sostener esta alta demanda”, explicó Vainstein. Y otras con proyectos firmes en áreas como inteligencia artificial (IA) y activos del mundo real (RWA), que podrían captar mayor interés.
Dicen que es un hombre que está al servicio del mercado financiero y que entiende su lenguaje. Y también que es el responsable del buen desempeño de Brasil el último año.
Fernando Haddad, actual ministro de Finanzas del Presidente Lula da Silva ha sido el artífice del lema con el cual el mandatario inició su tercer periodo: reconstruir la nación.
El año pasado el país tuvo un crecimiento de 2,9%, muy superior a lo que pronosticaban algunos economistas brasileños que miraban con pesar el regreso del líder del Partido de los Trabajadores (PT) al poder.
El desempleo se redujo a 7,8% en febrero, la cifra más baja desde 2014. Y la inflación llegó a 3,9% en marzo. Dicha cifra está por debajo de la herencia que le dejó Jair Bolsonaro, en cuyo Gobierno alcanzó los dos dígitos y llegó a 10,06% en 2021. Eso sí, se estima que este año termine en torno al 4%.
Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el crecimiento de 2023 se debió principalmente a la fortaleza del sector agropecuario, que reportó un crecimiento histórico de 15,1%, y al alza de 2,4 % de los servicios, mientras que la industria registró un incremento de 1,6 %.
Para este año, el panorama no se veían tan promisorio y los pronósticos iniciales hablaban de un crecimiento del PIB de 1,3%. Pero el 11 de abril el Banco Mundial revisó al alza las proyecciones y la situó en 1,7% este año y 2,2% para 2025. El FMI hizo lo propio este martes y predijo una expansión de 2,2% y 2,1% para este y el próximo año.
Al final, Brasil pasó a ser la novena economía del planeta, luego de ocupar el lugar undécimo en 2022. Y según el FMI podría ser la octava en el año 2026, superando a Italia.
Detrás de este desempeño está Fernando Haddad, abogado, con un máster en Economía y doctorado en Filosofía de la Universidad de Sao Paulo, alcalde de dicha ciudad entre 2012 y 2016, y candidato a la presidencia en 2016.
Militante del PT desde 1983, Haddad fue ministro de Educación entre 2005 y 2012. Fue ahí cuando forjó lazos con Lula, los cuales se mantienen hasta ahora. “Haddad es una persona de extrema confianza de Lula y hasta ahora el resultado de la popularidad de su Gobierno”, según Luis Stuhlberger, CEO de Verde Asset, uno de los mayores gestores de fondos de Brasil. Lo dijo en el podcast especializado en finanzas PodInvestir, conducido por Renato Jakitas, periodista y columnista del portal Inteligência Financeira.
Otra fuente dice que Haddad tiene el rol de equilibrar la figura izquierdista de Lula y de ser el hombre que calma a los mercados y neutraliza la percepción que tienen del mandatario.
Otro de sus logros ocurrió en diciembre del año pasado, cuando se aprobó una reforma tributaria que simplifica el engorroso sistema brasileño. La nueva ley eliminó cinco impuestos al consumo separados por un sistema dual de IVA cobrado a nivel federal y local.
La directora del FMI, Kristalina Georgieva, dijo esta semana en la reunión del G20 que “el desempeño económico de Brasil sigue siendo bueno, y las reformas de las políticas deberían ayudar a mejorar las perspectivas de crecimiento y elevar el nivel de vida de los brasileños”.
Mirada crítica
No todo son alabanzas. María Cristina Pinotti, economista y analista de GlobalSource Partners, tiene una visión más crítica.
Sostiene que el crecimiento del año pasado se logró en gran parte por el aporte de la agricultura, que creció un 15%.
En rigor, el beneficio provino de la guerra en Ucrania, la cual afectó el mercado de los granos. Eso impulsó las exportaciones agrícolas que subieron un 9% en 2023 hasta superar envíos por más de US$ 80 mil millones. De hecho, la balanza comercial del año pasado tuvo un superávit histórico de casi US$ 100 mil millones.
“En 2024, con la cosecha y los precios más bajos, no debería haber un crecimiento relevante en la agricultura. La industria enfrenta el escenario opuesto ya que viene teniendo un crecimiento muy bajo (1,6% en 2023)”, expresa Pinotti.
En cuanto al PIB -dice-, se espera un crecimiento en torno al 2%, muy favorecido por la extracción y exportación de petróleo y minerales. “Se trata de resultados muy por debajo de las expectativas iniciales, con signos preocupantes, como el estancamiento de la inversión, que cayó un 3% en 2023”, finaliza.
Renato Jakitas sostiene que Petrobras podría ser el motor de la economía dado que hay seis nuevos campos de extracción y se espera una mayor producción.
El gran desafío
Brasil tiene una pesada carga fiscal que arrastra por años. Y se ha convertido en el principal desafío de Haddad.
Según explica María Cristina Pinotti, en su primer mandato, Lula continuó con la agenda económica de Cardoso, pero amplió el programa de transferencia de ingresos a los sectores más pobres. Al principio lo hizo sin perder equilibrio fiscal dada la bonanza de los commodities. “Esa bonanza externa liberó el compromiso del Gobierno con las reglas estabilizadoras de la economía y la agenda del PT se fue imponiendo, tanto en el aumento de la intervención estatal en la economía como en soltar los vínculos fiscales”. Fernando Haddad se propuso retomar el control e impuso una regla fiscal para calmar al mercado, disciplinando el gasto público. Pese a ello, el año pasado, el déficit primario fue de 2,3% del PIB.
Para este año la meta inicial era llegar al 0%, pero el mercado lo ve cada vez más lejano. Sobre todo, con un Gobierno con muchos programas y prestaciones sociales. Finalmente, hubo un sinceramiento en Hacienda y la meta quedó en 0,5%. El 0% se postergó para el año 2025.
El FMI estima que Brasil tendrá un déficit primario de 0,6% este año y del 0,3% el próximo año. El añorado 0% llegaría recién en 2026, último año de la administración de Lula.
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