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Alberto Naudon: “A fin de año evaluaremos realizar pilotos orientados a emitir una moneda digital de Banco Central”
A mediados de esta semana, el instituto emisor presentó un primer informe sobre monedas digitales del Banco Central, donde se ponderan los beneficios y desafíos asociados a su emisión. Y adelantó que durante 2022 realizará una ronda de diálogo y consultas con los distintos agentes interesados para conocer distintas visiones sobre la opción de impulsar esta innovación.
Al finalizar el año se tendrán las conclusiones de estas reuniones y trabajos técnicos y, con base en esta información, el órgano de gobierno evaluará la opción de realizar pilotos para la implementación de una moneda digital del Banco Central en 2023. Esto es lo que adelanta el consejero Alberto Naudon, quien está dirigiendo este trabajo de análisis al interior de la institución. “Una moneda digital del Banco Central tiene que ser robusta y, antes de ponerla en circulación, se debe demostrar que funciona bien”, dice.
¿Cómo se llevará a cabo el diálogo y las consultas para impulsar una moneda digital del Banco Central?
-En primer lugar, permítanme enfatizar que emitir una Moneda Digital del Banco Central (MDBC) requiere una conversación profunda con los diferentes actores, porque este tipo de innovación afecta a diferentes áreas y agentes de la economía. Emitir una CBDC representa un cambio muy significativo en la forma en que pagamos, un cambio que puede generar grandes beneficios, pero que también requiere asumir una serie de importantes desafíos. La clave para lograrlo tiene que ver con lograr un buen diseño y para eso es importante escuchar a los diferentes stakeholders. Lo haremos de diferentes maneras.
¿De qué maneras?
-Hay diferentes líneas de actuación. Por un lado, se han planificado una serie de actividades más académicas, que se concretarán en jornadas abiertas a la comunidad. Una segunda línea son las mesas de trabajo, donde se convocará a los diferentes actores para discutir temas específicos que son relevantes para el diseño de una CBDC. Estos temas van desde aspectos tecnológicos, como la capacidad de funcionar sin conexión, es decir, sin acceso a una conexión a internet, hasta otros más conceptuales, por ejemplo, cómo garantizar que no impacte negativamente en el mercado financiero. Una tercera línea de relación con los involucrados tiene que ver con otros reguladores y entidades públicas, como la Unidad de Análisis Financiero, la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), el Congreso y el gobierno, a través de los Ministerios de Hacienda y Economía.
¿La idea de este trabajo es incluirlo en una próxima etapa?
-El objetivo es publicar un segundo informe a fines de este año que recopile lo que aprenderemos de esta interacción con los diferentes actores y, con base en esa experiencia, evaluar la realización de pilotos orientados a la emisión de una moneda digital del Banco Central, para llevar a cabo ellos afuera. en el primer semestre de 2023. Puede parecer un proceso algo largo, pero cuando se desarrollan cambios importantes en el sistema de pagos, como el que estamos analizando, es necesario ser muy diligentes. Son procesos que llevan mucho tiempo. Una moneda digital del Banco Central tiene que ser robusta y, antes de ponerla en circulación, se debe demostrar que funciona bien. La base de cualquier sistema de pago es la confianza y las personas no pueden tener dudas de que el sistema funciona y es seguro, y eso requiere varias etapas de desarrollo.
¿El piloto o pilotos que van a realizar serían en marzo de 2023?
-No hay plazos fijos, pero el calendario que tenemos a día de hoy hace que a finales de este año podamos presentar un resumen de cómo ha sido esta discusión con los diferentes stakeholders y, en su caso, proponer pilotos o pruebas de concepto más concretos. que se llevaría a cabo durante el 2023.
El piloto que sería propulsado, ¿qué alcance tendrá?
-Los pilotos son pequeños laboratorios donde se probarán diferentes diseños de forma controlada. Se pueden hacer de diferentes formas: más abiertas o más cerradas. La idea es probar algunos aspectos específicos de los diferentes diseños. Con esto podemos ver si es posible o no solucionar los problemas que parecen ser los más relevantes, por ejemplo, cómo conseguir la interoperabilidad con los sistemas de pago que existen actualmente.
¿El piloto no incluirá probar el sistema con el público en general?
-No. En una etapa más avanzada se puede hacer algo más extenso. Al principio, lo habitual es empezar con pilotos más aislados del mundo real.
¿Qué elementos debe tener esta moneda para lograr estos objetivos?
-Una buena CBDC debe lograr varias cosas. Debe fomentar la competencia y la innovación. Debe ser de bajo costo de uso, para no excluir a nadie del sistema. Debe ser resistente a los ataques cibernéticos y los desastres naturales. Debe proteger la privacidad de los datos personales. Debe hablar con los medios de pago actuales y no dañar el sistema financiero. Hay muchas cosas necesarias para que una CBDC funcione bien. El reto es grande, sobre todo teniendo en cuenta que, al ser algo nuevo, apenas existen mejores prácticas internacionales que sirvan de guía.
¿Cómo se consigue que sea masivo y se pueda utilizar para todo tipo de pago?
-Lo principal es que la gente sienta que le sirve, que es útil y atractivo para usarlo. Este es un desafío importante, porque no estamos acostumbrados a tratar directamente con las necesidades del público en general, y por eso siempre hemos pensado en una CBDC como una plataforma en la que se pueden aprovechar diferentes desarrollos en el sector privado para ayudar a generar mejores formas de pago. . No queremos reemplazar al sector privado como proveedores de medios de pago, la idea es más bien ser un complemento que nos permita potenciar el bien de estas innovaciones y cuidar los riesgos y desafíos que genera. Este camino es el que la mayoría de los países han decidido recorrer.
En términos prácticos, ¿cómo operaría esta moneda digital?
-Hoy la gente paga principalmente de dos formas: con efectivo o con los saldos que tiene en cuentas corrientes oa la vista. Piensa en tu billetera, tienes facturas y tarjetas conectadas a tu cuenta. Esas dos cosas que tendemos a pensar que son lo mismo, pero son dos tipos diferentes de dinero. El efectivo es dinero físico emitido por el Banco Central y los saldos en cuenta son dinero electrónico creado por bancos comerciales, principalmente. La moneda digital del Banco Central sería una tercera posibilidad, una tercera forma de dinero, que en principio tendría unas características muy parecidas al efectivo: por ejemplo, sería un pasivo BC, estaría diseñado para pagar offline, que es decir, sin estar conectado a la red, y requeriría dar pocos datos personales. Pero, a diferencia del efectivo, te permitirá pagar de forma remota, digitalmente. En la práctica y en términos muy concretos, una persona pagaría en cualquier comercio y tendría, por ejemplo, tres alternativas: facturas, una tarjeta de débito y una tarjeta que es su billetera digital MDBC. ¿Qué ventaja tiene? Pues por su bajo costo y seguridad sería aceptado en muchas tiendas, podría pagar incluso sin estar conectado a la red y no requeriría llevar efectivo en la calle. Esta nueva forma de dinero podrá ser cambiada por los otros tipos. Por ejemplo, los depósitos en cuentas corrientes o a la vista pueden transferirse a moneda digital.
¿Cuáles son los plazos que se han dado los diferentes bancos centrales que están en este proceso y tiene alguna meta al respecto?
-La experiencia cambia mucho de un país a otro. Depende de cuán ambicioso sea el proyecto, las necesidades a atender y la experiencia que tenga el país en estos temas. Es difícil hablar de plazos, pero me parece razonable pensar en un plazo de cinco años. Es importante reconocer que las monedas digitales del Banco Central son un fenómeno relativamente nuevo, por lo que no existen estándares internacionales bien definidos. Para un país pequeño como Chile, que ya cuenta con un sistema de pago adecuado a su nivel de desarrollo y que tiene vínculos importantes con el resto del mundo, me parece que vale la pena esperar un poco para ver cuáles son las mejores prácticas. estarán. prevalecen en el resto del mundo. Por ejemplo, una de las ventajas potenciales de esta nueva tecnología es que podría hacer más eficientes los pagos transfronterizos, especialmente los pagos minoristas, los que hace la gente común, que hoy en día son muy caros. Para ello será útil que los sistemas de los diferentes países hablen entre sí, y eso recién comienza.
¿Esta moneda digital entraría en la base monetaria de la emisión de dinero?
-Por cierto, sería una nueva forma de dinero que se suma a los depósitos a la vista y al dinero en circulación.
¿Emitir una moneda digital tiene más ventajas que riesgos?
-Todavía no lo sabemos y por eso estamos haciendo esa evaluación. Pero sin duda es una idea con un gran potencial, que merece la pena investigar. No en vano muchos bancos centrales lo están haciendo.
Esta semana las criptomonedas sufrieron una fuerte caída, ¿cuál es tu análisis al respecto?
-Es un mercado que tiene un grado de opacidad relevante y que es muy complejo, sobre todo si se pretende utilizar esos activos como medio de pago. Para mal que para mal, la clave para el buen funcionamiento de los sistemas de pago es la confianza. Parte de las correcciones de precios que hemos visto estos días está relacionada con esa opacidad y poca confianza. Precisamente, una de las ventajas de un MDBC es que, al ser emitido por el Banco Central, es el activo más seguro de una economía, ya que su respaldo está 100% garantizado por el banco. Por eso me parece que una moneda digital BC tiene más espacio para ser un medio de pago que una moneda virtual privada que, como hemos visto estos días, tiende a tener una gran volatilidad.
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