Desde 2020 que el socio de Frontal Trust, Andrés Echeverría, entró en el mundo de los medios. Primero con un webinar durante la pandemia, que luego derivó en un podcast donde el ex gerente general de Bicecorp y ex vicepresidente de finanzas corporativas de Bankers Trust (hoy Deutsche Bank) entrevista a diferentes personas sobre diferentes temas. En 2023 sus conversaciones fueron sobre el crecimiento de las ciudades y los desafíos de la metamorfosis urbana. Este año ya va en el 7º capítulo de Diálogos de Capital, un espacio donde comparte con exponentes del mercado de capitales para hablar sobre integración de las bolsas, sistema de pensiones y regulaciones, con el que busca aportar a que exista mayor conocimiento de cómo operan los mercados, a la vez que propiciar un mayor diálogo entre diferentes actores.
“Hubo una salida de capitales gigantesca post estallido, de US$ 50 mil millones a US$ 60 mil millones. Algo tímidamente ha vuelto, pero yo creo que ese es un cambio estructural que se quedó afuera”.
-¿Cómo diría que está el ambiente de inversiones hoy en Chile?
-Cuando hablamos de inversión hay que separar las decisiones de inversiones que pueden estar estadísticamente considerándose en 2024, pero que son de 2023 o, en la mayoría de los casos, de mucho más atrás. Y hay que tener ojo con las mediciones por la inercia que naturalmente traen estas cosas. Habiendo dicho eso, sí es evidente que hay un ánimo y una conducta de inversión mucho más negativa y cautelosa que en el pasado. Por ejemplo, en el mundo de la construcción y el desarrollo inmobiliario, las solicitudes de permisos de obra han caído y eso puede predecir que esa inversión va a estar mucho más pobre y lenta en los años que vienen. El ambiente de inversión, que es la palanca del crecimiento, se está poniendo cada vez más famélico y eso no es algo para estar optimista respecto del Chile en el corto y mediano plazo.
-¿Cuáles son las razones de esa caída?
-Para explicarlo hay que poner esto bajo un gran paraguas que es la incertidumbre política y sus consecuencias. Hoy la capacidad de crecimiento económico está en duda. En los últimos diez años hemos crecido menos que el promedio que los vecinos y la productividad total de factores ha estado prácticamente en cero. Y cuando en el mundo es evidente que hay desarrollos tecnológicos, eso debería estar en positivo. Estamos con un freno de mano desde hace tiempo y no hay síntomas de mejora, salvo esta recuperación de los ánimos post estallido social. Pero no hay ningún movimiento político que permita vislumbrar un cambio de rumbo relevante.
Otro factor es la incertidumbre tributaria. Veo difícil, por no decir imposible, que haya algún tipo de reforma y lo peor es que hay un mal diálogo.
Un tercer elemento es que el Estado de derecho, en general, continúa amenazado. Es cosa de ver hoy cómo reaccionan las “barras bravas” frente a la formalización del alcalde Daniel Jadue. Ese tipo de cosas crean efectos secundarios bastante graves. Y creo también que el concepto de los derechos de propiedad es algo que debería afirmarse más y que continúa debilitándose en Chile.
“El home bias se rompió”
-En ese contexto hay muchos empresarios que han dejado de invertir en Chile ¿Cree que hay más oportunidades fuera que dentro del país?
-Separemos lo que es el empresario o el ejecutivo con know how de lo que es el proveedor del capital. Desgraciadamente se les pone como sinónimos y yo lo quiero separar. Veo como positivo al empresario que invierte en países desarrollados como Estados Unidos o España, que son mercados más competitivos, más difíciles y hay buenos casos de chilenos a los que les está yendo bien.
La parte negativa, y aquí me voy a los inversionistas, es que Chile tuvo por mucho tiempo una situación de encuentro político, de crecimiento y de seguridad en que el home bias (tendencia de los inversores a favorecer los activos financieros de sus propios países) era anormalmente alto. Desgraciadamente ese sueño se rompió, hubo una salida de capitales gigantesca post estallido, de US$ 50 mil millones a US$ 60 mil millones. Algo tímidamente ha vuelto, pero yo creo que ese es un cambio estructural que se quedó afuera. Es una pena por Chile porque es una buena política pública que el ahorro doméstico sea vigoroso, y eso se está perdiendo.
-Saliendo del tema político y yendo a las oportunidades de inversión que existen hoy, ¿cuáles son interesantes para mirar?
-En particular nosotros intentamos perseverar en cinco verticales de negocio, inmobiliario, infraestructura, deuda privada, private equity y servicios financieros, con inversionistas extranjeros para hacerlo en Chile y explorando también el camino inverso. Queremos seguir creciendo en renta industrial en España, deuda privada en Estados Unidos, pero lo clave es encontrar al socio experto en cada uno de esos mercados.
-Ustedes han invertido en el mercado inmobiliario de Estados Unidos, ¿sigue siendo atractivo?
-Ahí tengo una herida media abierta porque tenemos un fondo de inversión que invertimos en oficinas, todas ellas antes de la pandemia. Y nos ha tocado bailar con la fea, ha habido un cambio estructural, el home office está provocando una transformación para siempre. Van a continuar habiendo ciertas oportunidades, pero para entrar hoy en esta industria hay que mirar mucho con quién asociarse. Uno de los grandes errores de los inversionistas del sector inmobiliario es que tiende a mirar en forma macro y es un sector tremendamente de especialistas.
-En el sector inmobiliario en Chile también pasa eso. ¿Hay oportunidades?
-Sigo creyendo que hay oportunidades en el sector inmobiliario de vivienda cuando hay un buen proyecto. Si Chile está más pobre, la persona que antes se podía comprar un departamento en Ñuñoa, en vez de achicarse, se cambia de comuna. Cuando tienes un buen producto y con demanda escasa, se vende igual y el que se sobrestockea es el que no tiene el expertise específico. Te equivocas un poco en la arquitectura, le metes tres metros cuadrados de más, eso es un 7,5% u 8% más en el ticket de precio y te quedas fuera del mercado. La demanda va cambiando mucho. Es asombrosa hoy la cantidad de habitantes unipersonales. Niveles de 30% a 40% de los nuevos habitantes de viviendas son unipersonales, que buscan seguridad y están dispuestos a entregar ciertas comodidades dentro de su departamento por tener más amenities, por tener más hotelería.
-¿Qué otros activos ve con interés pensando más a largo plazo?
-Chile se está poniendo relativamente más barato. Normalmente los mercados actúan con mucha anticipación y llevan las expectativas a precio. Puntualmente hemos tenido este año una bolsa que está en un cierto peak. Pero, si uno mira a algunas empresas en particular, objetivamente están baratas pensando en el escenario de que Chile eventualmente retome un tranco de crecimiento vigoroso. Si Chile sigue empantanado, creo que entonces el mercado le está poniendo el precio correcto. Y esa es mi disyuntiva hoy, porque no tengo la respuesta.
Nuevo Pudahuel, operador del Aeropuerto de Santiago, anunció este viernes el inicio de operaciones de Turkish Airlines.
A partir de diciembre, la aerolínea turca iniciará sus operaciones para conectar la capital de Chile y Estambul.
Con cuatro frecuencias semanales, el vuelo se realizará vía Sao Paulo en un Airbus A350-900, con capacidad para 324 asientos. Por esto, el servicio ofrecerá una capacidad de 2.600 pasajeros por semana.
A través de un comunicado, Nuevo Pudahuel expresó “su gran satisfacción de recibir a Turkish Airlines, por el gran alcance que dará su extensa red de conexiones, a los pasajeros que viajen desde y hacia Santiago”.
La startup tecnológica de conducción autónoma WeRide presentó su solicitud para lo que podría ser la mayor Oferta Pública Inicial (OPI) de una empresa china en Estados Unidos desde la desastrosa cotización de la empresa de viajes compartidos Didi Global, en 2021.
WeRide dijo en una presentación este viernes que puede enfrentar “varios riesgos e incertidumbres legales y operativos asociados con tener nuestra sede o nuestras operaciones principalmente en China continental”. La compañía no revelará el número ni el rango de precios propuesto para sus Acciones Depositarias Estadounidenses (ADR, sigla en inglés) hasta que esté lista para comenzar a comercializarlas.
WeRide, constituida en las Islas Caimán, solicitó de forma confidencial una OPI con un plan para recaudar hasta US$ 500 millones, informó Bloomberg News el año pasado. Después de que la OPI de Didi por valor US$ 4.440 millones provocara una ofensiva por parte de Beijing contra las empresas con datos confidenciales que vendían acciones en el extranjero, los listamientos en Estados Unidos de empresas con sede en China se habían estancado.
En su presentación ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, sigla en de EEUU), WeRide dijo que tuvo una pérdida de US$ 268 millones de sobre ingresos de US$ 55 millones el año pasado.
Fundada en 2017, WeRide desarrolla tecnología de conducción autónoma y la está probando o implementando comercialmente en 30 ciudades en siete países, dijo en el documento. WeRide produce vehículos que incluyen robotaxis, minibuses, furgonetas y barredoras de calles, además de sus soluciones de software y hardware para conducción autónoma.
Según el documento, el actual inversor Renault-Nissan-Mitsubishi Alliance acordó comprar acciones en la OPI en una colocación privada.
La oferta está dirigida por Morgan Stanley, JPMorgan Chase y China International Capital. La compañía planea que sus ADR coticen en el mercado de valores Nasdaq con el símbolo WRD.
La espectacular ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París comenzó el viernes por la noche con una flota de barcos que transportaban a 10.500 atletas a lo largo del río Sena, la primera versión al aire libre del espectáculo que se espera sea visto por mil millones de personas.
Sin embargo, el evento se vio ensombrecido por un acto de sabotaje criminal que afectó a la red ferroviaria de alta velocidad de Francia en las primeras horas de la mañana y provocó un caos en el transporte en todo el país. Una fuerte lluvia comenzó a caer aproximadamente a los 30 minutos del espectáculo de tres horas, un escenario de pesadilla para los organizadores de la representación teatral que contó con un elenco masivo de bailarines, dos orquestas y un grupo de estrellas del pop, incluida Lady Gaga haciendo una actuación con tintes de cabaret.
“Estamos preparados para este magnífico acontecimiento”, afirmó el ministro del Interior, Gérald Darmanin, antes de la ceremonia, añadiendo que no se habían detectado amenazas específicas. El sabotaje ferroviario “no tendría consecuencias directas sobre los Juegos Olímpicos ni sobre la ceremonia”.
Lady Gaga lleva el cabaret a la ceremonia de apertura de los Juegos de París en el Sena
A media tarde se habían formado largas filass para que los poseedores de entradas ingresaran al perímetro altamente seguro a lo largo del río Sena, donde se esperan 320.000 espectadores a lo largo de los muelles adoquinados de la época medieval. El formato del evento requirió una fuerte seguridad: 45.000 policías fueron desplegados en tierra y en el aire, utilizando helicópteros, drones y francotiradores colocados en los tejados.
El clima también puso a prueba a las docenas de capitanes de barcos experimentados que impulsaron el desfile, quienes navegaron precisamente a la velocidad adecuada para mantener el espectáculo en línea. Algunos espectadores huyeron de los muelles para refugiarse mientras llovía a cántaros.
El presidente Emmanuel Macron recibió a más de 100 jefes de estado en la plaza Trocadero, al otro lado del río desde la Torre Eiffel, donde los atletas desembarcaron para un desfile final y una actuación esperada por la favorita francófona Céline Dion. Jill Biden, esposa del presidente estadounidense, y otros líderes asistieron previamente a una recepción en el palacio del Eliseo.
El espectáculo de tres horas contó con bailarines de ballet en el tejado del Louvre, mientras que cientos de bailarines modernos y breakdancers actuando en los muelles y en algunos de los barcos. Los artistas lucieron trajes hechos a mano por modistos franceses, incluidos Louis Vuitton y Dior de LVMH.
Cuando Reboul le propuso la idea a Tony Estanguet, jefe del comité organizador de París, el dos veces ganador de la medalla de oro reaccionó con un estupor que rápidamente se convirtió en entusiasmo. “Será ambicioso, audaz y totalmente loco”, afirmó Estanguet recordando el momento.
Aunque los funcionarios se han mostrado vagos sobre el precio, los medios franceses han informado que la ceremonia costará alrededor de 120 millones de euros, es decir unos US$ 130 millones y aproximadamente cuatro veces el costo de la inauguración de los Juegos de Londres 2012. Se espera que el coste total de los Juegos de París, que se presentó como una edición más ecológica porque se construyó poca infraestructura nueva, alcance entre 9.000 y 10.000 millones de euros, según el auditor nacional. Alrededor de un tercio de esa cantidad será costeada por los patrocinadores.