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Economia

Inflación y resultados de la banca

Martina E. Galindez

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ENRIQUE MARSHALL Director Magíster en Banca y Mercados Financieros PUCV, Ex Vicepresidente del Banco Central

henry marshall

Comenté en una columna anterior los estragos que está causando la inflación. Son muchos, pero en esta ocasión me gustaría centrarme en uno de ellos, que es su impacto en los resultados bancarios.

Es bien sabido que la inflación es mala para todos -hogares, empresas y bancos- porque altera el funcionamiento de la economía, distorsiona los precios y las señales económicas, provoca efectos redistributivos no deseados y reduce las perspectivas de crecimiento.

“La aceleración repentina y/o inesperada de la inflación, como la que se ha dado en los últimos tiempos, tiende a engrosar las ganancias de los bancos”.

Sin embargo, en el corto plazo puede generar efectos aparentemente positivos para algunos grupos o sectores de actividad. Quienes ven subir sus precios o salarios más rápidamente que los demás, perciben o, mejor dicho, perciben mal una pequeña ventaja, aunque rápidamente se revierta o desaparezca.

Pero detengámonos en el sector bancario. La aceleración repentina y/o inesperada de la inflación, como la que ha ocurrido recientemente, tiende a inflar sus ganancias. Lo contrario ocurre cuando la inflación se desacelera abruptamente o es negativa, como ha ocurrido en más de una ocasión en el pasado. Estos movimientos están muy directamente relacionados con la naturaleza de sus actividades y, sobre todo, con la estructura de sus activos y pasivos.

En Chile, los bancos tienen una fracción importante de sus activos en UF, los cuales están bien protegidos contra la inflación. Pero no sólo eso, normalmente tienen más activos que pasivos en UF, lo que genera un efecto positivo cuando la inflación se acelera inesperadamente y negativo cuando ocurre lo contrario.

Además, los bancos mantienen entre sus pasivos depósitos a la vista por los que no suelen pagar intereses, pero que pueden ser invertidos en diversos usos y generar ingresos, aunque estos sólo representen una compensación por la inflación pasada. Como resultado, sus ganancias tienden a crecer cuando la inflación sube y se reducen cuando baja.

Por otro lado, las reglas contables en aplicación, al no contemplar la corrección monetaria, como ocurrió hace décadas, tienden a engrosar los resultados en un contexto de inflación alta e inesperada. Una publicación reciente de la Asociación de Bancos ilustra bien este punto, señalando que la rentabilidad real o efectiva del sector se reduciría significativamente, del 18% al 10%, si se hicieran los ajustes o correcciones correspondientes.

Al menos dos conclusiones importantes surgen de este análisis. Una es que la correcta interpretación de las ganancias bancarias debe hacerse con una perspectiva de mediano plazo, restando el impacto de cambios repentinos en la dinámica inflacionaria. La otra es que las normas contables vigentes pueden generar distorsiones en los estados financieros cuando la inflación alcanza niveles de dos dígitos, como se observa actualmente.

#Inflación #resultados #banca

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