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Las mejores reflexiones de Claudio Bravo

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El arquero y capitán de la Selección Chilena, Claudio Bravo, concedió una extensa entrevista a El Deportivo apenas finalizó la Copa América 2021. Y en ella abordó diferentes tópicos que hoy marcan su retiro. Visualizó su retiro del fútbol profesional, las redes sociales y la opción de ser entrenador una vez que cuelgue los guantes. Este lunes, el nacido en Viluco ratificó una decisión que venía pensando hace varios meses: dejar la actividad de manera definitiva.

“El adiós a la Selección lo tengo en mi cabeza hace mucho tiempo”, fue una de sus reflexiones en aquella oportunidad.. A continuación, te presentamos algunas de las más destacadas:

—Sí, siempre me he sentido viejo dentro de mi actividad. No por la edad que tengo. Es quizás porque empecé muy joven en el fútbol y también por mi manera de ser. Tengo más cosas de viejo que de jugador joven. Pero a mí me gusta, me agrada eso.

—La única vez que lloré en la Selección fue cuando ganamos la Copa Centenario. Yo venía de una situación familiar, venía de una lesión. Llegué al torneo sin entrenar. Mis primeros tres partidos fueron un desastre, pero un desastre. Físicamente estaba, pero mi cabeza estaba en otro lado porque habíamos tenido algo con la más pequeñita en casa. Y, quieras o no, primero están en nuestra cabeza las funciones de padre. Estaba en una situación difícil que no había vivido en mi actividad. Mira cómo terminó la película.

—No. Nunca lo he pensado, nunca lo he sentido y nunca lo veré de esa manera. Veo todo lo contrario, de hecho. Siempre me siento menos que lo demás, siempre intento aprender de los compañeros, intento hacer lo mejor posible. Sería un error pensar distinto. Me conozco y mi pensar me ayuda a mantener mi nivel durante mucho tiempo. Siempre siento la competencia del resto, eso me ayuda a estar a buen nivel.

—Siempre se puede dejar algo. Hoy tenemos la herramienta potente que son las redes sociales. Debemos saber utilizarlas de buena forma. Más que dejar un legado o no, que nosotros también podamos acercarnos a las personas que nos brindan apoyo. Y que nos conozcan de otra manera: más cercanos, más normales. Es bonito que te vean en situaciones cotidianas, pero siendo cuidadoso, porque también hay niños que están pendientes de lo que uno dice, cómo lleva uno diferentes situaciones de la vida. Si podemos dejar un aprendizaje, está todo bien.

-El adiós lo tengo en mi cabeza durante mucho tiempo. Pero yo seré el primero que me daré cuenta de cuándo tengo que dejar mi actividad, cuándo no voy a estar en la Selección, o cuando llegue el día en que toque la puerta en algún club y diga que hasta aquí llegó mi camino. Y me pasa hoy en día, en la importancia de sentirme bien, sentirme útil, que sigo siendo un jugador que aporta. Cuando no sienta esas cosas, seré el primero que dé un paso al costado. Eso lo tengo más que claro. Puede ser en un año, dos, tres o no sé cuándo. Eso lo van a determinar mi cuerpo, mi cabeza y mi entorno.

—Mientras los más grandes sigamos manteniendo ese nivel de juego y sigamos siendo competitivos, creo que nosotros pondremos las cosas difíciles. Trabajamos de una manera especial, competimos de una manera especial también y eso es complicado de mantener durante el tiempo. Eso hemos querido demostrarle a la gente joven: aprovechen las oportunidades, valoren dónde están y las otras situaciones se dan de forma natural.

—Sigo pensando mucho, evaluando cosas. No me cierro a nada. Pero sí es algo que me gusta, que me llena. Ya me tomaré el tiempo para decantarme si es por ello o por otra cosa. Ahora, estos últimos años, me quiero dedicar a disfrutar de mi profesión, de dónde me toca estar a nivel de selección y club. Quiero, estos años, pasarlo bien.

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¿Influirá el apoyo de Taylor Swift a Harris en las elecciones?

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El apoyo de la estrella del pop mundial Taylor Swift a Kamala Harris puede haber impulsado las esperanzas de la vicepresidenta demócrata de atraer a los votantes jóvenes, pero la pregunta sigue en el aire: ¿Servirá de algo el apoyo de los famosos el día de las elecciones?

Enzarzados en una reñida carrera por la Casa Blanca, tanto Harris como su rival, el expresidente republicano Donald Trump, están haciendo todo lo posible por atraer a los votantes el día de las elecciones, el 5 de noviembre, y en la votación anticipada que comienza la semana que viene.

Trump desestimó el apoyo de Swift a Harris el martes por la noche, diciendo que “no era fan de Taylor”.

En un país en el que la edad mínima para votar es los 18 años, el primer reto para cualquiera de las dos campañas puede ser conseguir que los jóvenes se registren para votar.

Los votantes jóvenes desempeñaron un papel decisivo en la victoria del presidente demócrata Joe Biden sobre el entonces presidente Trump en 2020. Biden captó cerca del 61% de las preferencias entre los votantes de 18 a 29 años frente al 36% de Trump, según datos de la Universidad de Tufts.

Un análisis realizado en julio de 2024 por el grupo de compromiso cívico juvenil de la Universidad Tufts, CIRCLE, descubrió que los registros de votantes han descendido significativamente desde entonces en 36 estados entre las personas de 18 a 29 años. Harris lanzó su campaña el 21 de julio tras el retiro de Biden.

“Registrar a los jóvenes sigue siendo una tarea importante en los próximos meses”, señala el análisis.

Swift es una artista de tanto éxito que el miércoles por la noche, en los MTV Video Music Awards, empató el récord de 30 premios en una carrera de la estrella del hip-hop Beyonce. Una encuesta de Morning Consult de 2023 reveló que el 55% de los que se autodenominan fans de Swift son demócratas y el 45%, millennials de entre 28 y 43 años.

“Voy a votar a @kamalaharris porque lucha por los derechos y las causas que creo que necesitan un guerrero que los defienda”, escribió Swift el martes a sus 284 millones de seguidores de Instagram, instándoles a registrarse para votar y tomar su propia decisión.

La candidata presidencial demócrata, Kamala Harris, se prepara para abordar el Air Force Two, para viajar a Pennsylvania para eventos de campaña, en la Base Conjunta Andrews, Maryland, el 13 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Su post obtuvo 10,4 millones de “me gusta” y el sitio web vote.gov recibió 405.999 visitas en las 24 horas posteriores a que Swift compartió una URL personalizada con sus seguidores, informó un portavoz del gobierno estadounidense.

Los colaboradores de Harris afirman que les encantaría que Swift participara activamente en la campaña, por ejemplo en un mitin en su Pennsylvania natal, un estado disputado que podría decidir las elecciones.

Pero la campaña no ha intervenido en la decisión de Swift de apoyar a Harris.

Los asesores de la vicepresidenta dijeron que se enteraron del apoyo de Swift cuando la artista, de 34 años, lo publicó en Instagram, minutos después de que Harris bajó del escenario del debate en Filadelfia el martes por la noche.

¿Qué diferencia supone el apoyo de un famoso?

Según un informe de 2008 de la Universidad Northwestern, el apoyo de Oprah Winfrey sumó un millón de votos a Barack Obama. Sin embargo, un informe de 2010 de la Universidad Estatal de Carolina del Norte concluyó que el apoyo de George Clooney y Angelina Jolie apenas influyó en los resultados políticos.

El candidato presidencial republicano y expresidente estadounidense, Donald Trump, asiste a una conferencia de prensa en el Trump National Golf Club, cerca de Los Angeles, el 13 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

Margaretha Bentley, profesora de la Universidad Estatal de Arizona cuya clase estudia la importancia social de Swift, no está segura de que la cantante pop vaya a tener una repercusión. A principios de año preguntó a sus alumnos si un apoyo de Swift tendría importancia.

Algunos dijeron que seguirían el ejemplo de Swift y otros que les incitaría a investigar más. “Algunos estudiantes me dijeron que escuchan a los famosos cuando se trata de, por ejemplo, qué café beberían, no de política”, dijo Bentley.

Un fan de Swift en los premios VMA el miércoles, Morgan Paris, dijo: “Está bien que haya dicho lo que siente. Y quiero decir, siento que su política y su música son dos cosas separadas, así que realmente no puedes combinarlas”.

Ashley Spillane escribió en un estudio publicado el mes pasado por la Harvard’s Kennedy School que las organizaciones sin ánimo de lucro encontraron “tasas más altas de registro de votantes en línea o de inscripciones de trabajadores electorales cuando un famoso promueve los llamados a la acción”.

“Aunque algunas encuestas muestran que la gente afirma que no le influyen las voces de los famosos cuando se trata de política, pruebas más rigurosas indican que estas voces son increíblemente poderosas”, afirmó Spillane.

Taylor Swift asiste a los MTV Video Music Awards en Elmont, Nueva York, el 11 de septiembre de 2024. Foto: Reuters

La campaña de Harris y sus partidarios están aprovechando el respaldo, anunciando pedidos anticipados de su última prenda de campaña: Pulseras de la amistad inspiradas en los fans de Swift.

El grupo progresista MoveOn.org está vendiendo camisetas de Swift que hacen referencia a la gira de conciertos Eras de la cantante. La camiseta, en la que se lee “In My Voting Era” (“En mi época de votar”), es el artículo que más rápido se ha vendido este año, dijo la portavoz Britt Jacovich.

Votantes del Mañana, que trata de impulsar el voto de los jóvenes, se ha unido al grupo informal “Swifties for Harris” en un banco de llamadas telefónicas el sábado para hablar con estudiantes universitarios de Georgia y Wisconsin, ambos estados disputados como Pennsylvania.

Swift “es una de las personas más influyentes de nuestra generación, y sin duda nos entusiasma ver cómo podemos tomar su mensaje y convertirlo en más acción política y conseguir que más gente participe”, dijo Jessica Siles, portavoz de Voters of Tomorrow.

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Presidente de la Asociación Nacional de Fiscales: “Hemos propuesto sacar al Poder Judicial del sistema de nombramientos” del Ministerio Público

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Qué es el vino pipeño y cómo beberlo

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Como si fuera un familiar lejano del que solo nos acordamos para su cumpleaños, el vino pipeño vive el auge y caída de su demanda en un margen de pocos días. Cuando se acerca el Dieciocho, miles se abalanzan a comprar bidones o garrafas de esta bebida en distribuidoras o botillerías; incluso en los supermercados, donde el resto del año brilla por su ausencia, figura en medio de los pasillos y bajo grandes carteles.

Este fenómeno de consumo estacional tiene un responsable: el terremoto, esa extraña y sensual bomba de azúcar y alcohol, nacida entre El Hoyo y La Piojera hace no más de 40 años, y que espontánea y misteriosamente se posicionó como el cóctel emblema de Fiestas Patrias.

Sin él no puede haber fonda, pero sin pipeño tampoco hay terremoto. Al menos no uno genuino, si es que una palabra así puede ocuparse para un trago de espíritu improvisado y nada riguroso, que funciona porque justamente se puede hacer como a uno le plazca. Unos le ponen pisco, otros fernet, hay quienes lo adornan con granadina o con más azúcar; mientras tenga pipeño y helado de piña, al parecer, todo vale.

Pero el pipeño no es como los huevos de pascua o los dulces de Halloween, productos que el marketing industrial inserta una vez al año aprovechándose de ciertas fiestas extranjeras. Todo lo contrario: este vino tiene orígenes ancestrales, más antiguos que la misma república, y su producción sigue siendo mayoritariamente artesanal, regional y rural. De hecho en el campo de la zona centro sur, en especial entre los ríos Perquilauquén y Biobío, es un vino que se consume a diario, que acompaña comidas, asados y celebraciones.

“El pipeño es un símbolo del Chile mestizo”, lo describe el historiador Pablo Lacoste, académico de la Universidad de Santiago y especialista en patrimonio agroalimentario. “Es un emblema de la gente que sigue amando la tierra, de nuestros guardianes del paisaje, que cultivan la uva no por negocio sino por estilo de vida”.

Como lo apunta Lacoste en una de sus investigaciones, hasta hace poco el pipeño era un vino marginal, propio de campesinos pobres, elaborado a partir de uvas criollas y conservado en barricas de roble chileno, llamadas pipas. Para las élites, francófilas y obsesionadas con la cultura vitivinícola extranjera, este era un vino derechamente despreciable.

“El expendio de pipeño debería estar absolutamente prohibido”, decía el enólogo Rodrigo Alvarado Moore, uno de los más influyentes del país durante el siglo XX. Sospechaba de la naturalidad de este vino, hecho generalmente con cepas país o moscatel de Alejandría —que no tenían el renombre de las uvas francesas—, casi sin intervención tecnológica, más frutal y ácido que las prestigiosas cabernet sauvignon o chardonnay.

Mario Rivas, dueño de Las Pipas de Einstein, famosa picada recoletana y emblema de esta bebida en Santiago, cuenta que “nuestro pipeño es un vino artesanal, natural, bruto, no filtrado, cuyas levaduras están vivas y activas”. Todas características que Alvarado Moore y la alta cultura detestaban.

Por suerte nadie siguió su consejo y el pipeño —gracias al terremoto pero también al ojo de viñas arriesgadas y prestigiosas— hoy vive uno de sus mejores momentos. “Si vas al valle de Itata, encontrarás toda una camada de jóvenes enólogos, chilenos y extranjeros, trabajando la uva país y dándole una vuelta a este vino”, dice Carolina Leiva, catadora certificada y encargada de Latinoamérica en Wines of Chile.

“Se dieron cuenta de que más que tecnología, había que aplicar conocimiento en él, mezclando innovación con el saber ancestral del campo. Así estos vinos han crecido, se ponen más elegantes, toman aromas y personalidad”. Como el pipeño no es solo terremoto, veremos algunas maneras de aprovecharlo y disfrutarlo sin granadina ni helado de piña.

“A mí me gusta el pipeño porque es un vino honesto”, confiesa Miguel Larraguibel, reconocido bartender y famoso en el rubro como Maldito Barman. “Mucha gente se quedó con la idea de que era un mal vino, pero es ligero, fácil de tomar, muy alegre. Para mí no tiene nada que ver con el Dieciocho, porque funciona en cualquier época del año”.

Esta poca complejidad que tiene —que para Larraguibel no es un defecto sino un atributo— hace que sea ideal para esta preprimavera, como un aperitivo antes de un almuerzo dominical.

En el contexto de un asado, Leiva lo recomienda para acompañar choripanes, prietas suaves o chistorras. “Ayuda mucho con la entraña o un lomo de cerdo no tan aliñado”, dice. También hará buena dupla con unas sopaipillas con pebre o una empanada de pino.

Hay pipeños que se elaboran con uva país y otros con Moscatel de Alejandría. La primera cepa, dice la catadora, es bien gastronómica y “se adapta mucho a las distintas comidas, ya que no cobra tanto protagonismo”. Eso significa que si estamos frente a un plato no muy fuerte ni grasoso —como lasañas de verduras, quesos blancos o incluso una cazuela de ave—, el pipeño de cepa país resultará un gran aliado.

En las Pipas de Einstein, cuenta Rivas, lo hacen con Moscatel, por lo que él sugiere beberlo junto a pescados, mariscos o carnes blancas. “Idealmente a unos 10 u 11º, no tan frío pero tampoco a temperatura ambiente”, dice. Su pipeño es un vino abocado, medio dulzón, por lo que puede funcionar tanto de bajativo como de iniciador de los brindis.

Para estos efectos, “el pipeño de la viña Aupa —que es un 80% de país con un 20% de carignan— es algo más refinado: muy bueno, bien logrado y perfilado, elegante y juguetón”, lo describe el Maldito Barman. Del valle del Maule, en San Javier, por ahora se encuentra fuera de stock.

Otra alternativa que propone Carolina Leiva es el Cacique Maravilla, uno de los pioneros en la revalorización del pipeño. “Ellos le dieron otra identidad, lo llevaron fuera de Chile y les fue muy bien”, dice. Con uvas de Yumbel, en el valle del Biobío, esta viña hace pipeños de cepa país —”tinto, bueno para acompañar carnes magras o salsas especiadas con pimentones”— y también con ensamblajes de moscatel, torontel y corinto, más dulce y atractivo para mariscos fuertes —como ostiones y erizos— o aperitivos.

vino Pipeño cacique maravilla
El pipeño Cacique Maravilla, que por ahora se encuentra fuera de stock.

Aunque la idea es no quedarse pegados en el terremoto, tampoco hay que restarle méritos a lo que ha logrado: “en un solo vaso consiguió unir a jóvenes y mayores, converger a lo urbano —el trago nació en un bar de la capital— con lo rural —el pipeño es campesino—, lo nuevo y lo viejo”, explica Lacoste.

“Cuando hay tanta violencia, tanta polarización, y se hace tan fácil destruir al otro mediante las redes sociales, que se ocupan como vehículo de odio, elementos como el terremoto ayudan a la armonía, a integrar a las comunidades, a generar unidad e incluso cierta paz. Son tremendamente importantes”.

TERREMOTO trago coctel pipeño
El pipeño y el terremoto: lo poco que nos sigue uniendo.

Aunque no es su trago favorito, Larraguibel tampoco lo denosta. Lo que sí hace es una invitación a prepararlo sin granadina. “Pero sí con fernet, ahí me encanta”, dice. Pero si te causa mala digestión —o es la excusa que das para evitarlo, ya que en realidad te emborracha abruptamente, con poca delicadeza y no muy dignas consecuencias—, el pipeño también puede ser base de otras preparaciones.

Una que sugiere el dueño de las Pipas de Einstein es como ponche de frutas. “Puede ser de durazno, de melón, de chirimoya, de frutilla o de piña”, apunta. O sea, casi cualquiera que tenga carne blanda y mucho dulzor.

En otro artículo, el mismo Maldito Barman nos sugería hacer un terremoto alegre, un nombre contradictorio para un trago muy liviano y frutal. Solo hay que “pelar, trocear y despepar dos chirimoyas grandes, juntarlas con medio litro de jugo exprimido de naranja —¡no néctar ni de sobre, por favor!—, hielo y llevarlos a la juguera”. Luego agregar el pipeño, servir en vasos pequeños y saborear la primavera.

Ahora Larraguibel innova un poco más y promueve un pipeño sour, un cóctel mucho más sencillo e inofensivo que en su versión con pisco, pero no por eso menos atractivo. Tres partes de pipeño por una de jugo de limón —también puede ser de pomelo—, otra de goma y hielo. Batir bien y listo.

Otra alternativa muy frutal y refrescante es el clery, un clásico de las fiestas caseras chilenas, que normalmente se hace con vino blanco pero que acá se puede reemplazar sin problemas por el pipeño. Aunque es más veraniego —ya que lleva duraznos y frutillas, productos que aún no están en temporada—, se puede realizar con frutas en conserva.

Si tenemos un litro de pipeño, solo es necesario picar dos tazas de duraznos y otras dos de frutillas. Si no son en conserva, hay que espolvorear sobre ellas azúcar a gusto para que se maceren y esperar entre 30 minutos y 45 minutos. En ese momento se traspasan las frutas a una jarra de vidrio y se le agrega el pipeño. Se revuelve, se lleva al refri por al menos una hora y después verán cómo desaparecerá mágicamente por las gargantas de sus invitados.

Como se ve, el pipeño es más versátil de lo que se cree. Y mucho más poderoso simbólicamente. Ni más ni menos, dice Lacoste, “representa en un solo producto a la concepción mestiza gótico-mapuche”. Generalmente se elabora en pequeñas viñas, que no tienen monocultivo, donde persiste una amplia diversidad interespecie. “Las plantas de vid conviven con hortalizas, con verduras y plantas frutales, se pasean por ellas gallinas y se abonan con estiércol de oveja. Es una producción muy amigable con el medioambiente”.

El historiador incluso se arriesga y lo compara con el tango. “A principios de siglo XX era despreciado en Buenos Aires, pero cuando triunfó en París se convirtió en símbolo nacional. El pipeño está destinado a seguir ese mismo camino”.

*Los precios de los productos en este artículo están actualizados al 8 de septiembre de 2023. Los valores y su disponibilidad pueden cambiar.

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